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El Amo de la Casa

Esta es la historia de un marido consentido,
una clase extinta en nuestro pa�s,

pero que existe en el extranjero.

Y tambi�n es la historia de una hero�na,

no la brillante, elegantemente vestida y
peinada hero�na que se ve en las pel�culas,

sino una esposa y madre ordinaria,

cuya vida se limita a las 4 paredes
de su casa.

Como Ida Frandsen afrontaba
los sacrificios,

las duras tareas y la monoton�a
sin ning�n problema,

Viktor, su marido, hab�a acabado
por creer que era lo normal.

"Yo encender� el fog�n, Karen,
no te estropees las manos."

"�Y mis zapatillas?"

�ste iba a ser uno
de sus d�as malos.

"Prepara la bandeja del desayuno
para tu padre."

"Date prisa, madre,
padre se est� levantando."

"�Madre, quieres escuchar
mi lecci�n?"

"�Cu�ntas veces te he dicho
que me pongas el caf� primero!"

"Tratar� de economizar bastante
el dinero para ir a buscar...

...tu otro par de zapatos
en la zapater�a, querido".

"�Y la cuchara!"

"�Solo pan raspado?"

"�As� que hab�a m�s mantequilla?"

"�Malditos p�jaros!"

"�Oh, ahora ya da igual!"

"�Est� cepillado el abrigo?"

"Sobr� algo de ayer
para el almuerzo...

�Lo quieres fr�o
o caliente, cari�o?"

"�Fr�o!"

"Oh, cielos,
�otra vez aqu�?"

"Mads", que hab�a cuidado
a Viktor de ni�o,

echaba una mano con la casa
de vez en cuando.

"No puedo hacer nada
con los calcetines de Dreng."

"�Mira! Ser�n unos mitones
preciosos para Karen."

"�Cu�nto es nueve por ocho?"

"Setenta y dos."

"El beb� se ha despertado."

"�Mira, es Mads!"

Todos los d�as hab�a que cumplir
con las tareas asignadas;

todas las ma�anas
hab�a que luchar contra el tiempo

para que el padre
tuviera todo preparado.

"Es in�til si t� no tiras...
�fuerte!"

"Dile a Dreng que vaya corriendo
a por medio kilo de manzanas.

A padre le encantan asadas."

"Esto es muy pesado para ti, cielo.
Mejor ve y tr�eme unas patatas."

"Karen, �no te he dicho ya
que dejes las verduras?

Echar�s a perder tus manos."

"�Qu� habr� pasado con Dreng?"

"Date prisa, Dreng,
padre volver� pronto."

"�No me extra�a que tus zapatos se malgasten!
�Te crees que estoy hecho de dinero?"

"Estoy oyendo a Viktor ah� fuera,
�Gru�endo como siempre!"

"Sirve las gachas
para no hacer esperar a padre."

"Mads, querida, no digas nada,
�hazlo por m�!"

"�Yo te ense�ar�, peque�o sinverg�enza!
Castigado en el rinc�n sin comer."

"�No puedes vigilar al chico?
�No tienes nada m�s que hacer en todo el d�a!"

"�Por el amor de Dios,
haz que se calle ese mocoso!"

"�La de veces que te he dicho que
no pongas a secar la ropa aqu�!"

"�Puede cambiarse los calcetines mojados?
Se va a resfriar."

"Deja que se resfr�e.
As� aprender� la lecci�n."

"�Las manos detr�s de la espalda!"

"�He dicho buenas tardes,
su majestad!"

"Esto est� lleno de grumos."

"�Soy el �nico que est� oyendo
la tetera?"

"�Podremos comer alg�n d�a
sin que te levantes a cada rato?"

"Pon el agua para el caf�, cielo."

"�Otra vez fiambre!"

"�Tres manzanas
para cinco personas!"

"No me quedar� de brazos cruzados
viendo c�mo te trata..."

"�Voy a traer a tu madre!"

"�BRUTO!"

"Estoy tan contenta de verla,
Sra. Kryger...

Justo iba a buscarla."

"Si fuera una cuesti�n de dinero,
podr�a echar una mano,

pero es su ego�smo
el que est� echando todo a perder."

"A pesar de todo, estoy segura
de que todav�a se quieren.

Veremos si estas dos viejas
ponen las cosas en su sitio."

"�Por qu� no tienes m�s cuidado?"

"Los ha tra�do tu madre, �no?

Odio las obras de caridad."

"De peque�o te pegu� una vez

y pens� que te acordar�as siempre."

"Te sent� muy bien."

"Si tu madre y esa vieja bruja
no se han ido de esta casa

antes de que vuelva, me largo
para siempre. T� eliges."

"Bueno, yo ya he cumplido mi parte.
Ahora le toca a usted.

Tiene que conseguir que se marche
antes de que �l vuelva."

"Toma un plato de gachas."

"Cari�o, esto no puede seguir as�.
Tienes que reconocerlo."

"Yo tengo parte de culpa.
Deber�a esforzarme m�s."

"El �nico culpable es Viktor.
Te agota el cuerpo y el alma."

"Todos dicen
que Viktor es malo..."

"Pero no lo es.
�No lo es!"

"Desde que perdi� el negocio,
ha tenido que luchar mucho

para sacarnos adelante,
y eso le ha vuelto irritable."

"Pero hemos pasado a�os felices juntos.
No podr�a haber sido un marido mejor.

Ahora tengo que
ser paciente con �l."

"Hijo, �quieres que te tome
la lecci�n para ma�ana?"

"Desde la p�gina 36
hasta el p�rrafo marcado."

"...y mandaba en su casa
sabia y justamente..."

"...pero gradualmente, fue convirti�ndose
en un temible tirano

y aqu�llos que una vez le amaron
ahora le tem�an."

"�Qu� es un tirano, mam�?"

"Mi ni�a, �no ves que est�s
al borde de un ataque?"

"Debes alejarte de todo esto
y descansar.

Viktor sabr� apreciarte mejor
cuando vuelvas."

"�Y qui�n cuidar� de la casa
y de los ni�os?"

"�Te encargar�s t�, Mads?"

"Prom�teme que no ser�s
severa y cruel con Viktor."

"�Cruel, no! �Severa?
Eso depende de Viktor."

"Ve a buscar un carro, Dreng."

"He ahorrado unos chelines
para alg�n gasto extra de Viktor.

Pero no le digas
que son de mi parte."

"Deja que le agarre un resfr�o.
Quiz�s aprenda una lecci�n."

"Es la hora del ba�o, Dreng.
Trae el barre�o y te lo preparar�."

M�s tarde.

"Buenas noches, querido."

"S�, son m�os."

"�D�nde est� Ida?"

"�Se ha ido!"

"Tu mujer est� muy enferma.

Se ha marchado para descansar."

"�Una ingeniosa ocurrencia!"

"Supongo que ustedes
dos viejas entrometidas

han hecho creer a Ida
que la maltrato."

"Y crees que me asustar� tanto
que me rendir� ante mi suegra

para que me perdone
por cosas que no he hecho."

"�Pues su plan no funcionar�!

�La �nica que pedir� disculpas
ser� Ida, no yo!"

"Ahora tenemos que ahorrar.

Yo no administro el dinero
tan bien como tu esposa."

"No hace falta que te canses
conmigo, jovencito.

Y te pedir�a que fueras
un poco m�s educado."

"�Ahora yo soy la se�ora!
�Lo entiendes?"

"�Quita la tetera del fuego!"

"�Hazlo t�!"

"Esto demuestra
que eres tonto, Viktor.

Ahora tendr�s que pagar
para que lo vuelvan a lavar."

"No voy a aguantarte aqu�.

�Agarra tu basura y l�rgate!"

"�Pap�!"

"�PADRE!"

"�Bruto!"

"�D�nde est� tu madre?"

"No lo s�. La abuela se la llev�
porque est� enferma."

"T� has hecho que mam� enferme,
y si se muere ser� por tu culpa."

"Le promet� a mam�
que no te lo dir�a,

pero creo que debes saberlo..."

"Ha estado cosiendo por las noches
durante meses,

para comprarte alg�n capricho
con el dinero que ganara."

"�Pap�! �Qu� vas a hacer?"

"Voy a casa de la abuela
a buscar a mam�."

"S�, cari�o, es duro castigar a los que
queremos, pero por el bien de tu madre,

debemos conseguir que tu padre
se arrepienta de verdad."

En casa de su madre, Ida hab�a
sucumbido a la fatiga f�sica y mental

que su fortaleza de �nimo hab�a logrado
esquivar tanto tiempo.

"La �nica posibilidad para su hija
es irse al campo,

a alg�n lugar donde pueda
descansar por completo."

"Y por supuesto, no debe preocuparse
por las tareas dom�sticas."

"Cari�o, por tu bien, no permitas
que Viktor sepa d�nde est�s."

Es un caso claro de una mujer
con exceso de trabajo

y falta de alimentaci�n
por el bien de su familia.

S�lo un completo aislamiento
y descanso le devolver�n la salud.

"H�game caso...

v�yase a casa y espere pacientemente

hasta que mi tratamiento y el aire
del campo hayan surtido efecto."

"Era un Viktor muy humilde
el que volvi� a casa.

Se hab�a visto a trav�s de los ojos de otros
y la imagen no le hab�a gustado."

"Buenas noches, Mads."

En el plazo de un mes,
parec�a haber retrocedido 30 a�os,

y Viktor era de nuevo
un muchacho

atemorizado por la c�lera
de su ni�era.

"Tardaste demasiado en levantarte"

"Ll�vate los bebederos
de los p�jaros."

"�Qu� diablos has estado haciendo
todo este rato?"

"Ll�vate esta l�mpara de aceite."

"Hay una tal Sra. Hansen
ah� afuera."

"Ah, es la lavandera.
Dile que pase."

"�Cre�as que iba a dejarme la espalda en el
barre�o para ahorrarte unos chelines?"

"Lleva este balde abajo,
por favor."

"Dreng, bonito...
P�o, p�o."

"Te gustan mucho los p�jaros,
�verdad, pap�?"

"Ven y si�ntate conmigo,
Karen."

"�No te gustar�a que tu madre
volviera con nosotros?"

"�Tienes alguna idea
de cu�ndo volver� a casa?"

"Mads dice que no permitir�
que mam� vuelva hasta que t� no...

te quedes castigado en el rinc�n."

"Karen, trae una cucharilla."

"�Sabes qu� he pensando comprarte?
Una bicicleta.

En cuanto pueda pagar los plazos."

"�Si te la compro,
me dir�s d�nde est� mam�?"

Mi querida Mads:

Me alegro de poder decir
que me encuentro casi recuperada,

a pesar de lo que echo de menos
a Viktor y a los ni�os.

Soy m�s feliz que nunca.

Aunque Mads disfrutaba
de su victoria sobre el tirano,

a veces sent�a l�stima por �l
en su interior.

"Aqu� tienes unos dulces, Viktor.
Ya conoces la vieja costumbre."

"Madre, debe decirme d�nde est� Ida.
�Ya no puedo soportar esta incertidumbre!"

"Desde que se march�, he sido un pobre
desgraciado. No aguanto m�s sin ella."

"�De verdad?"

"Has cambiado, Viktor. Hace un mes
no lo habr�as admitido."

"�Qu� est�pidos
somos los hombres!"

"S�lo por traer el sueldo a casa,

pensamos que est� todo hecho..."

"Mientras que nuestras esposas
hacen tres veces nuestro trabajo,

y no reciben un sueldo,
sino reproches y malas caras."

"Le juro que partir� de cero

si Ida me da otra oportunidad."

"Tienes que arreglarte con Mads.
Ya conoces sus condiciones."

"Aprovecha la oportunidad
mientras estoy en la cocina."

"Mads, quiero comentarte algo."

"Has... esto...
perdido una horquilla."

"Viktor, quiero comentarte algo."

"Tu... esto...
tu corbata est� torcida."

He descubierto
d�nde est� mam�.

Pero no te lo voy a decir.

"�Has perdido el juicio?"

"Atiende el horno."

Ya no me siento tan sola
porque tengo a Eriksen,

y cree que soy
la mujer m�s maravillosa del mundo.

Afectuosamente,
Ida.

"�Cierra el horno!"

"�Qui�n es Eriksen?"

"Parece que es un hombre."

"�Ya est� bien!
�Tenemos que hablar!"

"�SIENTATE!"

"�Todos los hombres
son iguales!"

"Arrogantes."

"Ego�stas."

"Y est�pidos."

"Cuando se casan,
su esposa es un �ngel,

quieren rendirse a sus pies
y adorarla."

"�Pero despu�s, cuando realmente
merece un homenaje,

la tratan como a una esclava
de galeras!"

"Admitir�s que te mereces
una paliza, �no?"

"Bien. Dej�moslo as�.

Pero si quieres
saber d�nde est� Ida,

tendr�s que hacer
lo que te dije:

�castigado en el rinc�n!"

"�Las manos detr�s de la espalda!"

"Viktor, �cari�o!"

Y el sabio y viejo reloj
parec�a decir con su tic-tac:

"Ida ha vuelto, todo va bien.
Ida ha vuelto, todo va bien."

FIN