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EL VIAJE DE LOS MALDITOS

Si�ntese.

Su oficial de enlace qued� complacido

por la cantidad de informaci�n
que nos ha suministrado.

Gracias, comandante.

Su misi�n en el pr�ximo
viaje es a�n m�s importante.

- �Sabe cu�l es su destino?
- S�, nos lo ha dicho el capit�n,

un barco de pasajeros a la Habana, Cuba.

�Les ha dicho tambi�n
qui�nes ser�n sus pasajeros?

No.

Todos son jud�os.

Algunos procedentes de
campos de concentraci�n.

�Y se les permite salir?

Todo ha sido dispuesto por
el propio doctor Goebbels.

�Jud�os?

Este viaje humanitario
ser� una cortina de humo.

Muchos de nuestros contactos
han sido descubiertos

y todo el material de importancia
se env�a a trav�s de Miami a Cuba.

Al llegar a la Habana, bajar� a
tierra mezclado con los pasajeros,

y se pondr� en contacto con Hoffman.

Es nuestro agente
principal en la Habana.

�Alguna pregunta?

Vamos, hable, hable.

S�, no, es decir todo est�
claro, muy claro, pero...

�S� pero qu�?

Esos jud�os...

�tienen autorizaci�n
oficial para marcharse?

Eso no es asunto suyo.

Toda la atenci�n se concentrar�
en ellos, no en usted.

Pero esas personas van
a ir como pasajeros.

�Atenderlos ser� un
trabajo ofensivo para usted?

Extremadamente ofensivo, Almirante.

Ya veo.

Es... es una violaci�n de todos
los principios del partido.

Esc�cheme bien, idiota.

Esto no es un ejercicio de filosof�a.

Ud. ha sido reclutado por el servicio de
inteligencia y le han asignado una misi�n.

Su �nico objetivo es
cumplirla, exitosamente

y sin hacer preguntas.

Disculpe, se�or...

�C�mo est�n sus relaciones
con el capit�n Schroeder?

Desconf�o de �l.

Se niega a ingresar al partido.

Por eso se le eligi� para
ser el capit�n en este viaje,

est� por encima de toda sospecha.

S�, pero...

la Gestapo me ha
ordenado que lo observe.

Pues, obs�rvelo, pero evitar� cualquier
enfrentamiento directo con �l.

Lo entiendo...

Y ahora, rep�rtese a
su oficial de enlace.

Trata de ignorarlos. Trata
de ignorarlos, Joseph.

�Oigan, ustedes! �De d�nde son?

S�bado, 13 de Mayo de
1939. Puerto de Hamburgo.

Perdone, por favor,
nos falta una maleta.

Es una maleta muy importante, por favor.

Vamos.

Todo lo que tenemos est� en esa maleta.

S�lo piensen, en lo
emocionante que ser�.

Navegar a trav�s del
oc�ano en un gran barco.

Escuchen la banda �No es estupenda?

Y su padre... Estar� esperando.

Ha estado en la Habana por
mucho tiempo. S�lo esper�ndolas

�Por qu� t� no vienes tambi�n, mam�?

No puedo. A�n no.

�No quieres venir?

Por el amor de Dios �nunca
puedes decirles la verdad?

�Cual verdad te gustar�a que les dijera?

�La verdad por la que me quedo,
o la verdad por la que deben irse?

Por favor, Sara. No llores.

Sara, debes ser una ni�a
valiente, o me har�s llorar.

Andando, ni�as.

Solo un poco m�s, Verner, por favor.

Ya te despediste.

Apuesto a que puedes correr
hasta all� arriba t� solita.

S� puedo.

�Ve!

�Mam�, m�rame!

Cu�date.

Y recuerda...

que siempre las amar�.

Espero que no me olviden.

�Si es tan duro por qu�
no te marchas con ellas?

Bastardo.

�Vamos, mira!

Ud. all�.

Ud. �qui�n es Ud.?

Soy del Ministerio de Propaganda.

Tengo �rdenes de
fotografiar a esta gente.

Ud. no tiene autoridad aqu�.

�Si no se va har� que lo echen!

Se�or.

Camarote 373, cubierta D.

Camarero.

- Yo lo encontrar�.
- Como quiera.

Me siento como un payaso.

Luces estupendo.

Todo est� en orden, doctor Kreisler.

Profesor.

- �Joseph!
- Aar�n.

Sal� corriendo y te dej� solo.

Vi que te hab�an cogido.

No sab�a qu� hacer.

Vine aqu�, estuve al otro
lado de la cerca toda la noche.

Joseph.

Cre� que no volver�a a verte.

He subido al barco esta ma�ana.

Joseph.

�Nos permiten, por favor?

Preparados para zarpar, se�or Kolmer.

�Nos vamos?

�Nos vamos de verdad?

Nos vamos. A la hora exacta.

Los alemanes siempre somos puntuales.

�Volveremos alguna vez?

Esto es una locura pasajera.
Claro que volveremos.

�Asesinos! �Carniceros!

Mam�.

D�jalo, ven.

Una nada m�s, cari�o.

Bien.

Ya ha terminado la pesadilla, cari�o.

El clima de la Habana te
caer� muy bien, ya lo ver�s.

�Crees...?

�Crees que nos...

que nos gustar� la Habana?

S�, creo que s�.

Nos gustar�.

Mira.

Viajar a alg�n sitio,

a donde sea,

a veces basta con eso.

No ha tocado usted el
caviar, se�or Rosen.

�No le gusta?

- Mi marido...
- Mi padre...

Mi marido y yo no somos
buenos marinos, doctor.

Entonces deben venir a verme,
les dar� algo para ayudarlos.

Perdone, se�or. �Qu� comer�?

El pato asado o la ternera.

Pato asado o ternera marengo.

No quisi�ramos ocasionar molestias.

No es molestia, se�or.
Lo que ustedes prefieran.

Lo que sea m�s f�cil.

Yo creo que prefieren la ternera.

Lo que sea.

�Vendr� el capit�n a cenar con nosotros?

Me temo que tendr�n que
conformarse conmigo.

- �Quiere bailar Srta. Rosen?
- S�.

- Es una rumba, �no?
- S�.

No s� bailarla.

Es muy f�cil, s�lo d�jese
llevar por la m�sica.

�Por qu� baila con uno de ellos?

Ella no comprende eso, Carl, por favor.

Es una noche maravillosa. �Por
qu� no intentas disfrutarla?

Mucho mejor.

Muy bien.

No comprendo c�mo primera
clase puede ser mejor que esto.

Ya lo creo.

- Puedes averiguarlo.
- �Qu� quieres decir?

Pues, el sobrecargo nos ha preguntado

si quer�amos cuidar de
dos ni�as que viajan solas

pero cuidar de... es igual
que cuidar de dos nenitas.

Dijimos que se lo
preguntar�amos a usted.

S�, me encantar�a. Echo
mucho de menos a los m�os.

Los sacamos hace seis meses.

Me est�n esperando en la Habana.

Estar� tan feliz de verlos.

Porque mi esposo est� a�n en Alemania.

Esperemos que pronto puedan reunirse.

S�, brindemos por eso.

Doctor. Disculpe, Profesor.

Escuch� su conferencia
sobre patolog�a cl�nica

en la universidad de
Berl�n hace dos a�os.

Fue un privilegio.

Gracias.

Pero debe haber sido
hace m�s de dos a�os.

Porque despu�s fui reemplazado
c�mo director de mi cl�nica.

Y se me prohibi� ense�ar.

Pero... �c�mo se las arregla?

�Disculpe?

�De qu� vive?

C�mo se gana la vida.

Ya sabe, la... raza humana

y la m�a en particular

posee una capacidad
�nica para sobrevivir.

Perd� mi cl�nica, pero a�n soy m�dico.

Pero supongo que se le permite
atender a su propia gente.

S�.

Pero incluso los arios de las SS pueden
sufrir de enfermedades sangu�neas.

�Atiende a los de las SS?

Soy m�dico, no pol�tico.

�Y?

Pero Ud. es abogado.

Estoy seguro que conoce
el juramento hipocr�tico.

S�.

Pero existen l�mites.

C�mo m�dico, es mi deber
atender a cualquiera...

que me solicite atenci�n m�dica.

Sin importar quien sea.

Y por cierto, mi �ltimo paciente
fue el padre de un capit�n de las SS.

En retribuci�n, �l fue muy amable.

Ver�...

la vida nunca es en blanco y negro.

Para algunos de nosotros,
profesor, la vida es m�s simple.

Las personas a las que trata,
son enemigos de mi esposo.

Disfrut� su vals.

Si podemos ayudarla...

por favor ll�menos.

Lunes, 15 de Mayo de 1939

Disculpe, Sra. Rosen.

�Quiere una bebida caliente?

Karl, Karl.

�Quieres una bebida caliente?

- �Srta. Rosen?
- S�.

En esta compa��a hay una norma

que proh�be a la tripulaci�n
utilizar las zonas de pasajeros.

Est�n infringiendo esa norma.

El director Holthusen me ha autorizado

a utilizar el sal�n de fiestas
siempre que sea razonable.

�Y cree que es razonable
romper la armon�a de este viaje,

provocando gran
incomodidad a los pasajeros?

�Incomodidad a los pasajeros?

�Hay alguna ley que proh�ba
cantar las canciones del partido?

Fuera. �Todos fuera!

De ahora en adelante,

todas las zonas de los pasajeros
est�n prohibidas para la tripulaci�n,

excepto por servicio.

�Fuera!

�Qu� significa eso?

�Qu�?

�Funciona?

S�, funciona.

- Dele una de �stas cada cuatro horas.
- S�, doctor, gracias.

Su condici�n, al menos,
sigue estable, profesor.

Es grato saber que me estoy
muriendo en condici�n estable.

- Cari�o, no digas eso.
- No se est� muriendo.

Ha estado bajo una gran tensi�n.

Vi quemar mis libros.

Arrasar mi hogar.

Tuvimos que escondernos de
personas que cre�amos amigas.

S�, eso pudiera llamarse tensi�n.

Ahora ya no tienen que esconderse.

Gracias, doctor.

Ya no tenemos que escondernos nunca m�s.

Me ha costado una hora
que mam� se fuera a dormir.

Hace tanto que no nos permit�an
ir al cine que estoy entusiasmada.

Perdone, se�or, le
convendr�a comer algo,

no ha tomado nada en todo el d�a.

No, gracias, Gunter, estoy bien.

�M�s, se�or?

Soy el doctor Egon Kreisler.

Vengo a presentar una
protesta oficialmente.

Este recinto es privado,
doctor, �no ha visto el letrero?

Presente sus quejas al sobrecargo.

Ya lo he hecho y declina
su responsabilidad.

S�lo alcanzo a suponer

que usted no est� al tanto de
las actividades de su barco,

o lo que es peor, que ha tomado
parte en la burla a sus pasajeros.

D�jenos.

�Quiere sentarse, doctor?

No me distraer� con tanta ceremonia.

Como quiera.

He venido a pedirle una
explicaci�n personal.

Me encuentro en desventaja,
doctor, no s� a qu� se refiere...

Fuimos a ver una pel�cula,
una comedia rom�ntica.

En cambio, nos han pasado uno
noticiario del Sr. Adolf Hitler.

�Lo ha aprobado usted?

Ni lo he aprobado ni ten�a noticias.

Y le aseguro que no volver� a suceder.

Admito con franqueza que ha habido
una evidente falta de buen gusto.

Gracias, capit�n. Buenas noches.

Buenas noches.

Vamos, es hora de dormir.

�Qu� sabes de este hombre, Gunter?

Kreisler.

He o�do que es un m�dico eminente.

Ense�aba en la Universidad de Berl�n.

Egon Kreisler. S�, profesor.

Interesante.

De todos los pasajeros es el
�nico que ha venido a verme.

Tal vez, se�or...

�S�?

Tal vez si los pasajeros lo
conocieran mejor, se�or...

No, no, no, no.

Debo mantenerme apartado,

es la �nica forma de ver los
problemas antes de que empiecen.

- Buenas noches, se�or.
- Buenas noches.

Gunter.

Dile al se�or Mueller que
prepare el sal�n de fiestas

el viernes por la tarde
y el s�bado por la ma�ana

para el servicio religioso.

A bordo viene un rabino,
notif�caselo, �quieres?

S�, se�or. Buenas noches, se�or.

Del Director General, se�or.

Debe continuar a toda m�quina.

Otros dos barcos con refugiados
se dirigen a la Habana.

No hay motivo de alarma, pero la
situaci�n en la Habana es inestable.

Si no hay motivo de alarma,
�por qu� ir a toda m�quina?

Cualquier aumento de velocidad, se�or,
no ser� en el comedor de pasajeros.

- Heinrich.
- S�, se�or.

�Si cambiamos el curso y vamos
por las Azores en vez de al sur...?

�Cu�nto tiempo ahorrar�amos?

A esta velocidad, se�or...

cerca de medio d�a, pero
el mar es m�s picado all�.

Cambie el curso.

Pero mantenga la velocidad actual.

Se�or Steiman.

Al director general en Hamburgo:

Llegaremos con 12 horas de anticipaci�n.

Si es imperativo...

quiero una explicaci�n inmediata
sobre la situaci�n en la Habana.

�Entendido?

S�, se�or.

Nos est�n utilizando, Ostermaier.

�Para qu�, se�or?

No lo s�.

Querido �llamo de nuevo al Dr. Glauner?

No. No, �Para qu�? �Qui�n lo necesita?

Estoy bien.

El aire de mar te caer� bien, eso dijo.

Cuando te sientas mejor
subiremos a cubierta.

S�, claro, y me pondr�s a
bailar y a nadar despu�s.

Bueno, �Por qu� no?

Para el s�bado, te sentir�s mucho mejor.

�Qu� pasar� contigo?

�Qui�n cuidar� de ti?

Mensaje de Hamburgo, se�or, es urgente.

Lo estamos descifrando.

L�alo.

"Aumente velocidad al m�ximo posible.

La situaci�n en la
Habana se hace cr�tica.

Una ola de antisemitismo
est� barriendo Cuba".

Jueves, 18 de mayo de 1939. La Habana.

Es responsabilidad suya que
el San Luis atraque, Clasing.

S�, claro.

Yo soy el responsable,

pero sus agentes son los
que han comprado a la prensa.

Usted ha sido quien ha iniciado
esta ola de antisemitismo

y ahora cargo yo con la responsabilidad.

Manuel.

Luis, amigo m�o, me alegro de verlo.

Perm�tame presentarle
a mi ayudante, Hoffman.

- �C�mo est�?
- �Qu� tal?

- Su ayudante, �eh?
- S�.

Su excelencia Manuel Ben�tez,
director de Inmigraci�n.

Por favor, por favor.

Hola Michelle.

Una chica preciosa. La del pelo corto.

Es francesa, eso dice ella.

�Le gustar�a conocerla?

Manuel, tenemos un problema urgente.

�Un problema?

Por el decreto del presidente Bru.

Las autoridades afirman

que al San Luis ni siquiera se
le permitir� entrar en el puerto.

Por favor.

Hemos tenido nueve presidentes
durante los �ltimos cuatro a�os.

Al �ltimo no le dio tiempo ni a salir
de la ba�era cuando fue derrocado.

Bru no es problema.

Pero ha firmado este decreto.

Tenemos que conseguir que lo derogue.

Estamos perdiendo el tiempo.

�Cu�nto se tarda en sobornarlo?

Mozo.

Dos refrescos m�s, por favor.

No ir� usted muy lejos en
la Habana, se�or Hoffman,

si insiste en pensar como un turista.

Tiene que aprender a
comprender la mentalidad cubana.

Mire lo que ha pasado ya.

Primero nos dicen que esos
refugiados son indeseables.

Y ahora protestan porque no los
acogemos con los brazos abiertos.

Manuel.

Usted garantiz� las
autorizaciones de desembarco.

Hasta ahora, su
asociaci�n con mi compa��a,

le ha sido muy provechosa

pero no s� c�mo vamos a poder continuar.

Le he dicho que no se preocupara, Luis.

D�game, �c�mo se llama
ese famoso decreto?

No lo comprendo.

Decreto n�mero novecientos
treinta y siete.

El n�mero exacto de
refugiados que hay en el barco.

S�, pero la gente que
viene en el San Luis,

si he entendido bien...

No, no, no, eso es lo bueno.

Los permisos se expidieron el 2 de mayo.

El decreto se firm� el 5 de
mayo, por tanto, no los afecta.

El presidente queda bien
y puede lavarse las manos.

Mentalidad cubana.

Debo informarle que tiene
derecho a no contestar,

pero si as� lo hace, se trasladar� el
asunto a las autoridades superiores.

Ni siquiera s� por qu� estoy aqu�.

Ha desobedecido mis �rdenes directas

utilizando este viaje para
hacer propaganda pol�tica.

Como representante del partido...

Eso no le otorga ning�n
privilegio especial, Schiendick.

Su expediente est� lleno
de quejas de los pasajeros.

Ha formulado acusaciones
contra mis oficiales

e incitado a otros miembros de la
tripulaci�n a desobedecer �rdenes.

Seg�n el Derecho
Mar�timo, eso es mot�n.

Todos mis actos son reflejo de
mi deseo de servir al partido.

Se lo advierto, Schiendick.

Si recibo una sola queja m�s,

desembarcar� usted en el primer puerto.

Capit�n, yo...

le pido perd�n.

Es todo.

Deber�amos haber ido al
servicio religioso, Carl.

Unirnos m�s a los otros.

Creo que deber�amos haber ido.

Forma parte de lo mismo.

�Parte de qu�?

- Quer�an comprobar qui�n acud�a.
- �Qui�n?

No lo creo.

El capit�n procura
facilitarnos las cosas.

�Por qu�? Es uno de ellos.

Pens� que le dar�a esto a Ana.

C�mo una sorpresa.

Podr�a llevarlo en el baile de m�scaras.

�No crees que se ver�a
hermosa en el, Karl?

Todas nuestras cartas, fotograf�as,
nuestros documentos privados.

Nuestra vida entera
estaba en esa maleta.

Pues ya no est�n ahora.

S�lo son cosas.

Las cosas pueden reemplazarse.

Y es mejor haberlas perdido.

Para empezar de nuevo sin ellas.

S�lo juegan con nosotros. No nos
dejar�n abandonar este barco.

�No digas eso, Karl!

Llevamos muchos a�os pasando miedo.

A�os que ya han pasado.

Vendimos todo para escapar.

Pero jam�s escaparemos si
seguimos llevando ese miedo.

Tienes que ayudarme. Yo
no puedo hacerlo todo.

Yo no puedo.

No puedo.

- No puedo evitarlo. No puedo.
- �Qu� le pasa?

Mam�. �Qu� le pasa?

Quiero ayudarlo. Quiero ayudarlo.

D�jame volver con �l.

- Escucha.
- �Por qu� llora?

- �Qu� le pasa?
- Esc�chame.

Tengo que convencerlo.

Se esconde dentro de s�
mismo. �Me comprendes?

�Qu� dices?

Si quieres ayudarlo, sube, busca
gente joven y haz amistades.

- Mam�.
- Si �l ve que t� eres feliz,

le servir� de ayuda.

No soporto verlo llorar.

No te preocupes.

Vamos.

Soy Lili.

Soy Lili.

Perdona, amor m�o, no
deb� haberte hablado as�.

Carl, esto es un barco.

Nada m�s que un barco, no es una c�rcel.

Hemos tenido suerte.

Dentro de unos d�as,
llegaremos a la Habana.

Estaremos en Am�rica.

Podremos pasear por las
calles sin que nadie nos mire.

Y mientras t� te recuperas,
yo encontrar� trabajo.

Y Ana tambi�n.

Ya ver�s, Carl, la
vida ser� maravillosa.

Y nadie...

nadie volver� a hacerte da�o.

�En qu� piensas?

S�lo pienso.

�En qu�?

Lo pasado, pasado est�.

�Recuerdas que dijiste que
empez�bamos una nueva vida?

Egon.

�Qu� te pasa?

Estoy cansado, nada m�s.

Eres encantadora.

Me doy cuenta de lo que te pasa.

Sigues pensando en esa chica.

Denise, por favor.

El gran...

Egon Kreisler.

Tan fr�o.

Tan indiferente.

En busca de la juventud.

�Ya basta, Denise!

No hubo amor.

T� no lo entiendes, no
era como entre nosotros.

Fui un trofeo para ella.

�No la amabas?

No.

�Me amas a m�?

Estamos juntos.

Hace fr�o para ti, Joseph, v�monos.

Hola.

Hola.

�Viste las Azores?

No. No.

�C�mo est� tu padre? �Est� mejor?

- �Por qu�? �Hablan de �l?
- No.

No.

No, no.

Quiz� piensan...

Mi madre est� muy...

Bueno, nosotras estamos muy preocupadas.

Si creen que est�
verdaderamente enfermo,

las autoridades de
Cuba podr�an devolverlo.

�Por qu� iban a hacerlo?

Pues...

�No dir�s nada?

No. �No!

Lo prometo.

Durante los dos �ltimos a�os,

la Gestapo ha perseguido a mi padre.

La Gestapo.

No sabes lo que es vivir as�.

�Qu� hab�a hecho?

Era abogado.

Todo el mundo lo quer�a.

Cuando le prohibieron
trabajar a los jud�os,

pas� meses sin verlo.

Cuando lo ve�a, no pod�a
creer lo que hab�a cambiado.

�Viene alguien!

�Tendr�as problemas si te
vieran hablando conmigo?

No. S�lo...

S�lo... pensaba en ti.

�En m�?

Ser� mejor que me vaya.

�Podr� verte ma�ana?

No voy a ninguna parte.

Quiero decir aqu�.

�En este sitio?

S�.

S�, si t� quieres.

Bueno, entonces, adi�s, Max.

- Buenas noches.
- Buenas noches.

- �Son sus hijas?
- S�.

- �Tienen permiso para desembarcar?
- Y visas.

Bien.

Expedidas hace tres semanas por
el c�nsul de Cuba en Hamburgo.

- Bien.
- Y firmadas.

Y las autorizaciones de
inmigraci�n las firm� ese...

�c�mo se llama?
- Ben�tez.

Ese hombre es un ladr�n.

�Un ladr�n?

Al conceder as� permisos
de inmigraci�n a refugiados,

no s�lo est� infringiendo la ley,
si no haciendo una gran fortuna.

Comete un gran error al no compartir
los beneficios con quien corresponde.

Sigue con el negro, querida.

No va m�s.

Digamos, doctor...

- Strauss.
- Strauss, s�.

Suponiendo que desembarquen sus hijas,

�dispone usted de
dinero para mantenerlas?

Nosotros tambi�n tenemos
fascistas en Cuba.

A m� me repugnan, porque
son hombres mezquinos

que abusan de su poder.

Creo que podremos concederle esas visas.

Si es necesario, yo
depositar� la garant�a.

No s� c�mo darle las gracias, se�or.

Por favor.

�Queda alg�n otro problema, doctor?

Bueno...

Se dice que al San Luis no se
le permitir� entrar en el puerto.

Tengo trescientas toneladas de
az�car consignadas para esa nave

y una parte de los beneficios
ir� a parar a manos adecuadas.

Soy hombre de negocios.
Tomo mis precauciones.

�Qu� pasar� con los pasajeros?

Utilizar� todas mis influencias.

Entonces, �es seguro?

En la Habana, doctor, de lo �nico
que se puede estar seguro es de...

un cigarro.

Hola Berg.

�Podemos hablar?

No. Lo siento Schiendick,
no tengo tiempo.

Vaya, vaya.

Una actitud poco amistosa.

Estos momentos son un poco raros, Berg.

Tengo que asegurarme que se
mantiene la influencia del partido.

No siempre es f�cil.

- Tenemos que ayudarnos.
- �Qu� quieres?

Como representante del partido
debo saber siempre lo que ocurre.

Y eso, �qu� tiene que ver conmigo?

Ver�s,

eres muy amigo del camarero
del capit�n, Max Gunter,

probablemente �l tendr� ocasi�n
de ver los mensajes de radio.

- Un momento, me pides que esp�e...
- Por tu propio inter�s, Berg.

Tengo que vigilar a los subversivos.

Y tu �ntimo amigo, Max
Gunter, es un amante de jud�os,

�sabes lo que eso significa?
�conoces las leyes raciales?

Y tambi�n a ti te he visto
arrastrarte ante ellos.

Si tuviera que decidir
entre ellos y t�, no dudar�a.

Tengo testigos de tu actitud.

�Y crees que me importa!
�Al carajo t� y tu partido!

Con sus promesas, hacen que
la vida sea imposible para todos.

Amenazas, espiarnos unos a otros.

�Ya estoy harto!

Puede que a los dem�s les d�
miedo dec�rtelo, pero a m� no.

Est�s en mi lista.

Egon.

Esos hombres de la cabeza
afeitada, �son criminales?

Son maestros.

He hablado con ellos.

Su �nico delito es ser jud�os.

Perd�n.

Es vergonzoso.

Est�n por todas partes.
Como animales en la selva.

Es natural.

�C�mo saben cu�les de ellos son nazis?

Son j�venes. Tienen miedo.

Hacen el amor como forma de escape.

Es una afirmaci�n de la vida.

Por amor de Dios, Egon, no
hace falta que me lo digas.

- �Hombre al agua!
- �Hombre al agua!

�Hombre al agua!

Puente.

Hombre al agua. A babor, se�or.

Hombre al agua, se�or. A babor.

Preparados para virar.

�Era un pasajero?

Yo lo vi saltar, era Berg, Heinz
Berg, de la sala de m�quinas.

�Un marinero?

A�n si est� vivo, ya estar�
a kil�metros de distancia.

No hay posibilidad de
encontrarlo en esta oscuridad.

Pobre Berg.

Se�or Clasing.

Se�or Goldsmith.

Le presento a Morris Troper, director
de la Agencia Jud�a en Europa.

Luis Clasing, director local
de la l�nea Hamburg-Amerika.

- �Estadounidense, se�or Troper?
- S�, y muy sediento.

Por supuesto.

Por favor, si�ntense.

- �Qu� quieren tomar?
- Una cerveza fr�a, por favor.

- �Y usted, Goldsmith?
- Lo mismo, por favor.

- Dos cervezas fr�as, por favor.
- S�, se�or.

- �Cu�ndo ha llegado?
- A las dos de la ma�ana.

- Debe de estar cansado.
- No.

Tengo entendido que
viene usted de Par�s.

Hermosa ciudad Par�s.

- �Loter�a?
- No, no, no. Gracias.

No, no, no. Gracias.

Se�or Clasing.

�Loter�a?

Quiero respuestas directas.

�Respecto a qu�?

A los permisos de desembarco

que su compa��a facilit� a
los pasajeros del San Luis.

No valen ni el papel
en que est�n escritos.

Quiz� sean limitados, en efecto.

Pero v�lidos para permitir que
los pasajeros bajen a tierra.

�Es definitivo?

Tengo la palabra de honor
del director de Inmigraci�n.

Ben�tez, el director de Inmigraci�n,
no se distingue por su honradez.

- Es un pol�tico, se�or Goldsmith.
- Esto no me gusta.

De pronto se autoriza a mil
jud�os para que salgan de Alemania.

�Por qu�?

- �Por qu�?
- Ha sido un gesto.

- El comienzo del deshielo.
- �S�?

Y tan pronto como zarpan

comienza toda esa propaganda
nazi, en Europa, en toda Am�rica.

- �Por qu�?
- �Por qu�?

Ustedes recelan de todo el mundo,

siempre andan buscando
intenciones ocultas.

Ustedes nos han ense�ado
con sus pistolas, sus porras,

sus campos de concentraci�n.

No hay necesidad de ser ofensivo.

Clasing.

En este asunto hay algo podrido
y voy a averiguar qu� es.

Lamento no poder ayudarlo, se�or Troper,

no soy m�s que un agente naviero.

Buenos d�as, se�ores.

23 de Mayo de 1939.
Palacio Presidencial.

Permitir� que el San Luis
entre en puerto y se avitualle.

Me sorprende, querido Remos.

Al principio apoy�
firmemente esa decisi�n.

Porque era la �nica
forma de parar a Ben�tez

y acabar con su chantaje.

Pero lo hice sin tener en
cuenta los aspectos morales.

Ya he advertido en otras ocasiones

que a veces confunde usted
lo moral con lo pr�ctico.

No estamos obligados con esas personas.

Sus permisos de desembarco
s�lo son legales para turistas.

Y por mucho que uno
esfuerce la imaginaci�n,

es imposible que unos refugiados,
obligados a abandonar su pa�s,

se puedan considerar turistas.

�Qu� opina del general Batista?

Se dice que �l est� a
favor de que desembarquen.

Pronto tendr� m�s elementos de juicio

para decidir en un sentido o en otro.

�l esperar� a ver qu� decide usted y
luego har� exactamente lo contrario.

Tambi�n hay que considerar
la actitud estadounidense.

Batista y Roosevelt.

Los dos pilares de la pol�tica cubana.

Batista no dir� nada, tiene
miedo de perder su popularidad.

En cuanto a Roosevelt, tiene
encima las pr�ximas elecciones

y el desempleo que
aumenta en Estados Unidos.

Al igual que yo, debe
establecer la situaci�n.

Y hacer lo que es
pol�ticamente correcto.

Mi conciencia est� limpia.

He actuado correctamente.

Y continuar� actuando...

s�lo en pro del mejor
inter�s del pueblo de Cuba.

Jueves por la noche, 25 de Mayo de 1939

M�sica americana, Egon.

Que apropiado.

Hola, Sr. Josef.

�Me permite elogiarla por
su... disfraz, Sra. Kreisler?

Espero que no sea exagerado.

�Me concede el honor de
este baile, Srta. Rosen?

�No!

Me ha prometido este baile.

�Sra. Rosen?

�Le gustar�a bailar?

S�.

Sorpresa.

Cre� que no vendr�as.

Ojal� pudieras estar ah�.

�No puedes colarte?

No.

No me est� permitido.

Disfr�zate de bandido.

Ponte esta m�scara.

Piensa que dentro de dos
d�as, llegaremos a la Habana.

S�.

Intent� verte bailar.

- �Y me viste?
- S�.

�Te pusiste celoso?

No te lo dir�a si lo estuviera.

Ana.

Hay...

Hay algo que s� quisiera decirte.

Es...

Lo s�.

En cuanto lleguemos yo
bajar� a tierra y t�...

Viena, Viena,

solamente t� eres la ciudad

de mis sue�os.

Ciudad de edificios antiguos

y de mujeres encantadoras.

Viena, Viena,

solamente t� eres la ciudad

de mis sue�os.

La ciudad donde soy afortunado y feliz.

Es Viena, es Viena.

Mi Viena.

Es curioso.

Estos jud�os...

A�oran Alemania.

�Y por qu� no?

Despu�s de todo, son alemanes.

Toque m�sica cubana, algo
r�pido y alegre. Una conga.

- S�, enseguida.
- Toque una conga.

Una conga.

�Qui�n es?

El Doctor Glauner. �Puedo
hablar con Ud. un momento?

No te vayas.

�Qu� quiere?

El profesor Weiler acaba de morir.

Entonces, �para qu� me necesita?

El capit�n quiere que usted
compruebe la causa de la muerte.

Ahora voy.

S�, estoy de acuerdo con su diagn�stico.

Por lo que me ha dicho es
una oclusi�n de coronaria.

�M�dicos!

Mi marido ha muerto porque
se le ha roto el coraz�n.

Si me disculpan, me gustar�a
estar a solas con mi marido.

Gracias, capit�n.

Gracias, doctor.

�Quer�a hablar conmigo, capit�n?

�C�mo lo ha sabido?

Pues, el diagn�stico del doctor
Glauner no requer�a confirmaci�n.

�Ha visto las gaviotas esta
tarde? Ya estamos cerca de tierra.

- �Por qu� quiere hablar conmigo?
- Porque tengo confianza en usted.

Hace una hora, he recibido un mensaje

del director de la
Hamburg-Amerika en la Habana.

El presidente de Cuba ha decretado

que el San Luis est�
violando las leyes cubanas.

�Quiere decir...

que podr�a negarnos la entrada?

- Dudo que llegue a ese extremo.
- �Cu�les son sus planes?

Desear�a formar un comit� de pasajeros

a quienes consultar y contar
con ellos para evitar el p�nico.

�Quiere presidir ese comit�?

Profesor, necesito a alguien
respetado por su gente.

Lo siento much�simo, capit�n,
no soy el hombre adecuado.

No obstante, claro, estoy a
su disposici�n si me necesita.

- Buenas noches.
- Buenas noches.

Mi estimado Sr. Troper
�Por qu� no se sienta?

Y trata de entender que el hecho

de que a ese barco se le
haya permitido fondear ahora

en la bah�a, es un paso adelante.

En Cuba todo se mueve
poco a poco, paso a paso.

S�, lo s�, ma�ana.

Eso no significa en
verdad ma�ana, Sr. Tropar.

El "Ma�ana" es toda una
condici�n filos�fica.

En verdad debe tratar de
entender la mentalidad cubana.

Todo el mundo me dice eso.

Pero si entiendo la mentalidad alemana.

Hacemos todo lo que podemos para
ayudar a esa pobre gente del barco.

Por supuesto.

�Puede arreglarme una
reuni�n con el Presidente?

Tendr�a que sugerirle una
raz�n extraordinaria.

��Que hay de 937 razones?!

��Qu� carajo pasa aqu�?!

�Klasing, �l dice que act�a de buena f�!

�Goldsmit se lava las manos!

�Benitez quiere m�s dinero!

�Batista se mantuvo al margen!

�Bru no est� disponible.
Y Ud. dice "Ma�ana"!

Lo �nico que he abierto en esta
isla son bananos, cigarros y putas.

Somos un pa�s pobre y
debemos vender lo que tenemos.

�Incluyendo a sus pol�ticos?

No, Sr. Troper...

Obviamente cree qu�...

Cuba tiene el monopolio
de la corrupci�n.

Ud. deber�a esforzarse por
ser m�s o menos sofisticado.

Y nuestra metalidad primitiva
deber�a ser m�s o menos abierta.

Es en verdad muy simple.

Sus jud�os... est�n a la venta.

Sus vidas son un asunto...

de negociaci�n.

Tan simple c�mo eso.

Las vidas de 937 personas.

S�lo mercanc�a, como cualquier otra.

�C�mo podemos empezar la negociaci�n?

�Notaste lo que dijo el Presidente cuando
decidi� no aceptar a los refugiados?

Que ser�a una carga
intolerable para la econom�a.

Y all� es donde ofreces tu cooperaci�n.

Tu enfoque debe ser que tu agencia...

est� preparada para
aportar una gran parte

suficiente para cubrir los gastos
de vida de esta... pobre gente.

Durante... tal vez... �Seis meses?

�Y...

esas consideraciones los har�an...

ser bienvenidos c�mo invitados en
vez de ser un asunto de caridad?

�De cuanto estamos hablando?

S�bado, 27 de Mayo de 1939.
Entrada en el puerto de la Habana.

Mira. Mira a tierra.

No puedo ver. No puedo ver.

�Qu� miran?

La Habana, mira, all� est�.

El pr�ctico del puerto, se�or.

Vengo para llevarlo al embarcadero
de la l�nea Hamburg-Amerika.

Atracar� all� para repostar
y luego anclar� en la bah�a

�Por qu�?

S�lo cumplo �rdenes, se�or.

Muy bien. Es todo suyo.

- �Ves a tus ni�os?
- No, estamos demasiado lejos.

Egon, �sabes una cosa?

Esto no es Berl�n.

Me temo que no.

Estoy impaciente por desembarcar.

- Tienen ustedes una hija, �no?
- S�.

S�, lleva aqu� casi un a�o.
Es profesora de idiomas.

- El capit�n Schroeder, por favor.
- Venga, se�or.

Pase, pase.

Vengo con �l, soy
ayudante del se�or Clasing.

- S�, s�, �tiene identificaci�n?
- S�.

Es el carnet de un peri�dico
alem�n "Der Stuhrmer".

S�, represento a ese
peri�dico y tambi�n al "Hapag".

Lo siento, pero no puede subir a bordo,

s�lo los que tengan pase
de las autoridades cubanas.

�Puede traerme a alguien
de la tripulaci�n?

El contacto entre los que est�n en el
barco y los de fuera est� prohibido.

Tiene que irse.

Ver�, s�lo quiero darle
estas revistas a un amigo.

Tienen un gran valor.

�Oiga! �Oiga, camarero!

Soy Robert Hoffman,
amigo de Otto Schiendick.

Por favor, d�gale que venga. R�pido.

Otto Schiendick, por favor.

Oiga, �qu� pasa aqu�?

Gunter, �ha venido alguien
de la l�nea Hamburg-Amerika?

S�, dijo que se llamaba Hoffman.

- Pregunt� por ti.
- �Y por qu� no me has llamado?

- Tu obligaci�n era buscarme.
- No ten�a tiempo.

Adem�s, la polic�a lo ech� del muelle.

Te crees muy listo, �verdad?

Alguien especial, camarero del capit�n.

He estado observ�ndote, Gunter.

�Es usted quien est�
detr�s de toda esta basura?

No entiendo.

Sus comunicados.

Una colecci�n de pseudo-verdades,
evasivas, advertencias.

Capit�n, lo comprendo
y lo siento much�simo.

No encuentro ning�n placer
en este desagradable asunto.

Por eso he venido a explicarle
a usted lo que pueda.

S�, tengo derecho a saber
qu� significa todo esto.

Escuche.

Los permisos de desembarco de
los pasajeros no son v�lidos.

�No son v�lidos!

Desafortunadamente es verdad.

Cursaron la orden justo antes
que saliera usted de Hamburgo.

�Y por qu� nos permitieron zarpar?

Ver� usted.

El se�or Ben�tez, el funcionario
que firma las �rdenes,

nos asegur� que en este
caso especial recurrir�a.

- Si�ntese.
- Gracias.

Pero ahora no logramos ponernos
en contacto con el se�or Ben�tez.

Se oculta y no contesta
a las llamadas telef�nicas.

�Y qu� ha hecho usted al respecto?

- �Yo?
- S�.

He intentado llamarlo.
�Qu� m�s puedo hacer?

Capit�n, si tuviera usted
idea de mis problemas...

Sus problemas no me
interesan, se�or Clasing,

lo �nico que me importa es
desembarcar a mis pasajeros.

Claro, capit�n. Deber�a
de analizarlo as�.

Usted ha atracado su barco
en el puerto de la Habana.

Su misi�n en este viaje ha terminado.

Los pasajeros ya no
son de su incumbencia.

Pi�nselo de otra manera.

Son jud�os.

A lo mejor pueden andar sobre el agua.

Estas personas, se�or
Clasing, sean jud�os o no,

son mi responsabilidad
hasta que abandonen el barco.

No lo olvide.

�Y ahora, salga de mi barco!

�Lleve a mis pasajeros a la Habana!

Y en el nombre de Dios, h�galo r�pido.

- No se apure, yo lo arreglar�.
- Gracias.

Sigan mirando, quiz�
su padre est� ah�.

�T� crees?

All� est�n mis hijos.

�Dieter!

�Helga!

�Dieter!

�Helga!

Se�or Estedes.

- Doctor...
- Strauss.

Strauss, claro.

Ya s� que es desconsolador, pero...

acaban de decirme que
incluso con las visas en orden

no se les permitir� desembarcar.

Usted dijo que s�, si se ocupaba
de ellos la persona adecuada.

S�, pero en este caso la �nica
persona adecuada es el presidente

y �l est� ocupado jugando
al gato y al rat�n.

�Por qu� no te pones las gafas?

Pero dijo que hab�a otras personas
poderosas que pod�an hacer algo.

Batista est�...

en la sombra vigilando.

Lo m�s seguro es que �l haga de
gato y el presidente de rat�n.

�Y el ministro de Asuntos Exteriores?

Remos.

Un hombre compasivo.

�C�mo dice?

Un hombre compasivo.

Tal vez sea su �nica esperanza.

Pero... pero.

Como los dem�s, no quiere comprometerse.

Lo siento, esta es la
situaci�n, doctor Strauss.

- Usted me dio su palabra.
- S� que lo hice, s�.

Es todo lo que puedo hacer.

- �Qui�n es, por favor?
- Alguien...

de poca importancia pero tiene
muchos contactos en el Gobierno.

Es un poco a la desesperada, pero...

cuando ya no hay nada
que perder, debemos...

apostar a lo que haya, �no cree?

Se�or Estedes, hace casi dos
a�os que no veo a mis hijas.

Lo s�, lo s�, doctor.

Todo esto es m�s serio de lo que cre�a.

Ricardo.

Cuando un hombre como nuestro presidente

abandona los negocios por la pol�tica,

es que ha llegado el momento
de invertir en el extranjero.

Bueno, cuando dije que deb�a
reportarte quise decir...

Que no ten�a que hacerlo contigo.

Eso depende.

�De qu�?

Quiero saber que m�s se dice
en la reuni�n del comit�.

Debe haber sido algo m�s,
estuviste all� �Qu� dijo el capit�n?

�Quieres un poco de Strudel?

Est� bueno.

Vamos, �Qu� dijo el capit�n?

Ah s�.

Dijo que los permisos para
bajar est�n cancelados.

�Cancelados? �Desde cu�ndo?

A partir de ahora.

No puede hacer eso.

�Por cu�nto tiempo?

Dijo que si los pasajeros no pueden
bajar, la tripulaci�n tampoco.

�Socorro! �No me atrapar�n!

�No me atrapar�n!

�A m� no!

�A m� no! �No me atrapar�n!

�No me atrapar�n!

�No me atrapar�n!

�Ap�rtense!

�Pap�!

�No! �Por favor, mam�!

�S�lvenlo!

Dice que los turistas son unos
animales y que esta es la forma...

Se me ha enganchado.

Ay�dame, �quieres?

S�, se le ha enganchado
la cadena en el pelo.

S�lo tira.

- No quiero hacerle da�o.
- Dale un tir�n.

Dame un cigarrillo, por favor.

Me han dicho que me esperabas.

S�.

Ten�a que verla.

Me halagas.

Ponte c�modo.

�Prefieres que te desnude yo?

�Por qu� ten�a que ser yo precisamente?

Te recuerdo a alguien.

�Tu hermana?

Tal vez tu hija.

Mis hijas est�n en el San Luis.

Sientese.

Por favor.

�C�mo se llama?

Doctor Erik Strauss.

�Qu� quiere, de m�?

Jos� Estedes pens� que
usted podr�a ayudarme.

Llevo dos a�os trabajando
para traer aqu� a mis hijas.

Y ahora no puedo sacarlas de ese barco.

�Por qu� piensa que puedo ayudarlo?

No lo s�. Estoy desesperado.

Ver�, el director de Inmigraci�n no
quiere recibirme y mis hijas tienen visas.

Es un cerdo.

Mi �nica esperanza...

La �nica esperanza que me queda es
el ministro de Asuntos Exteriores.

�Podr�a pedirle que me
recibiera, por favor?

Pero yo no lo conozco.

Perdone que la haya
hecho perder su tiempo.

Doctor.

Conozco a muchos otros
miembros del Gobierno.

A algunos muy bien.

No puedo promet�rselo.

Pero intentar�
concertarle una entrevista.

Gracias. Gracias.

Martes, 30 de Mayo de
1939. Puerto de la Habana.

�Te lo habr�as imaginado, Aar�n?

�Que nos pondr�an polic�as
para evitar que nos suicidemos?

El comit� cree que son necesarios.

�Otra vez?

Hace dos d�as era usted periodista.

- �Puedo subir a bordo ahora?
- S�.

Pero deje eso.

No se permite subir nada a bordo.

- �De qu� peri�dico es?
- "Der Stuhrmer".

Yo esperaba al se�or
Clasing. �Por qu� viene usted?

�Hay alguna noticia?

Ninguna.

Le ser� franco: Sus
pasajeros no me importan nada.

Soy el jefe del servicio de
inteligencia en el Caribe.

Me reporto directamente
al Almirante Canaris.

�Inteligencia?

�Y qu� tiene usted que
ver con el San Luis?

�Por qu� est� aqu�?

Ha anulado los permisos
de desembarque del personal

mientras est� anclado en la Habana.

�Y qu�?

Pues, que volver� a
concederlos a partir de hoy.

Cree que puede darme
�rdenes en mi barco.

Son �rdenes de Berl�n,

si las desobedece, prep�rese a
sufrir las consecuencias usted

y su familia.

No disfruto amenaz�ndolo, capit�n.

Usted es uno de los nuestros.

Si le digo que tenemos informaci�n

sobre un aparato que puede localizar
submarinos mediante ondas sonoras,

informaci�n de importancia vital
que hay que llevar a Alemania,

es porque conf�o en su sentido
del honor como oficial de Marina.

El primer grupo desembarcar� esta tarde,

entre ellos est� el camarero Schiendick.

Bien.

Perdone, se�or, un caballero
desea verlo porque...

No, ahora no, Gunter.

D�game, �qu� va a ser de mis pasajeros?

A m� s�lo me concierne
la misi�n del espionaje.

Lo referente a la propaganda
no es de mi incumbencia.

�Propaganda? �Qu� quiere decir?

Jam�s hubo la intenci�n de autorizar
el desembarco de sus pasajeros.

Gran p�rdida, �verdad?

Como puede ver,

obligamos al mundo a enterarse
que hay un problema con esta gente.

Buscamos m�todos para tratar con ellos.

Y cuando libremos a
Alemania del problema,

nadie tendr� derecho a objetarlo.

Ha sido un ejercicio muy �til.

Buenos d�as, capit�n.

No se imagina la cantidad
de llamadas telef�nicas

que he recibido de colegas y ministros,

rog�ndome que accediera
a esta entrevista.

Todas debidas, seg�n
creo, a una amiga suya.

Una jovencita.

No parece muy misterioso y
sent�a curiosidad por saber qu�...

Es absurdo.

Sus hijas son lo que
importa, naturalmente.

Perdone.

Lo siento.

No pretend�a...

He esperado tanto tiempo.

Todo lo que ten�a lo he empleado
en pagar los permisos, las visas.

He vivido s�lo para darles seguridad.

�Sus hijas tienen de verdad visas?

S�.

Los consegu� del c�nsul de Hamburgo.

Mi mujer ten�a que recogerlas pero,

pens� que con el permiso
de Inmigraci�n bastar�a.

�Cuenta con los ingresos suficientes
para mantener a sus hijas?

Tan solo los siete d�lares
semanales que me da la agencia jud�a.

�Cu�l es su especialidad?

Pediatr�a.

Trabajo en el dispensario
p�blico cinco d�as a la semana.

Entonces percibir� un salario.

S�lo la comida.

No estoy autorizado para
ejercer la medicina en Cuba.

�Y por qu� trabaja en el dispensario?

Vi que me necesitaban.

Quer�a pagar el favor de que
me permitieran quedarme en Cuba.

Si es verdad que sus
hijas tienen visas,

es una l�stima que no haya constancia.

El se�or Ben�tez, de Inmigraci�n,
se niega a escucharme,

a menos que le pague
mil d�lares por cada una.

Aj�.

Ben�tez.

Doctor Strauss.

Venga conmigo.

Firme dos visas inmediatamente.

�Visas?

�Qu� visas?

Para dos las hijas del doctor Strauss,
que est�n a bordo del San Luis.

Pero eso es imposible. No se
permite desembarcar a nadie.

H�galo ahora.

Pero ese barco es una mina de oro.

Se le ha abierto una
investigaci�n, otorgar� esas visas

o se le trasladar� inmediatamente
a la prisi�n de El Morro.

Es un placer servirle, se�or.

Nombres, edades y lugar de
nacimiento de sus hijas, por favor.

Nos veremos pronto.

Nos veremos pronto.

Adi�s.

Adi�s.

No se preocupen.

Saldr� bien para todos.
Que nadie se preocupe.

- S�, est� vetado.
- All� est�.

- �Qu� impresi�n traes?
- Mala, Milt.

Expl�came.

Dice que la publicidad y
las peticiones de gracia

le impiden tomar una decisi�n objetiva.

Ordena al San Luis que
salga de aguas cubanas.

�Es definitiva?

No. Ha dicho que volver�
a abrir las negociaciones

despu�s de que zarpe, si
depositamos medio mill�n de d�lares.

S�, una buena jugada.

�Qu� vamos a hacer?

Estamos contra las cuerdas,
pero nos quedan algunos asaltos.

T� sigue aqu�, yo lo
intentar� en otros pa�ses.

Primero ir� a ver a esa
gente del barco de nuevo.

�C�mo les explicar� esto?

�Qu� les voy a decir?

�Qu� impresiones tiene,
se�or Troper? D�ganos.

Estamos haciendo progresos.
Seguimos presionando.

No queremos morir.

Queremos bajar.

No queremos morir.

Queremos bajar.

No queremos morir.

- Queremos bajar.
- Por favor.

No queremos morir.

Queremos bajar.

No queremos morir.

Queremos bajar.

Me han pedido que les hable.

- �Cu�ndo desembarcamos?
- S�, �cu�ndo?

�Cu�ndo?

Hermanos y hermanas.

No abandonen la esperanza.

Tenemos visas, �por
qu� no desembarcamos?

- �S�!
- �Tenemos visas!

La Agencia de ayuda,
aqu� y en Nueva York,

en todo el mundo,

estamos trabajando para
llevarlos a un puerto seguro.

- �Ad�nde?
- �Ad�nde?

Queremos desembarcar aqu�, en la Habana.

- �S�!
- �Tenemos visas!

El embajador norteamericano
espera la decisi�n de Roosevelt

de un momento a otro.

D�gales que somos responsables

- y no queremos caridad.
- Tenemos derecho a desembarcar.

- Tenemos profesores...
- �Tenemos derecho a desembarcar!

- Les digo que se salvar�n.
- Pero, �cu�ndo?

Todo el mundo

los est� viendo...

y reza por ustedes.

Somos una familia.

Son mi familia.

A trav�s de los siglos
hemos sobrevivido porque

jam�s perdimos la esperanza.

Que Dios los bendiga.

Y cuide de ustedes.

- Necesitamos ayuda no oraciones.
- �Qu� ha dicho?

Hora de comer.

�No te vistes?

Hace demasiado calor para comer.

Me quedar� aqu�.

Esa gente de los botes gritando.

Y este calor.

�Egon!

�Quietos! �Atr�s! �Atr�s!

�Atr�s!

�Bajen las armas! �B�jenlas!

�Bajen esas armas o har� que la
tripulaci�n los eche del barco!

Por favor, tranquil�cense.
Ser� mejor para todos.

�Es verdad?

�Nos vamos de aqu�?

Por favor, vayan al sal�n de reuniones,

el comit� les facilitar�
amplia informaci�n.

Adelante.

�Mira!

Pap�.

Miriam, es Mira.

�De d�nde has salido? �C�mo has llegado?

Estaba esperando a que desembarcaran,

no he conseguido un pase hasta hoy.

Observ�bamos el puerto, los botes.

Papi.

S�lo dispongo de tres minutos.

�Minutos?

Est�s cambiada, no s�lo
pareces mayor, sino distinta.

Los tiempos han cambiado, pap�.

Llevas ropa cara.

�Maquillaje?

- �Qu� te has hecho en los ojos?
- Ahora no importa.

S�lo quer�a verlos, saber c�mo estaban.

�Qu� es esto?

�Y qu� es esto?

�Por qu� usas esto?

No significa nada.

�Entonces por qu� lo llevas?

Me ayuda.

Toma.

Toma esto. Esc�ndelo r�pido.

1.300 d�lares, son para ustedes.

�De d�nde los sacaste?

Tengo muchos amigos
aqu�, ellos me ayudan.

Trat� de comprarles visas
pero los precios han subido.

No entiendo c�mo tienes tanto dinero.

�C�mo lo has conseguido?

- Es m�o. Lo he ganado.
- �C�mo?

- �C�mo?
- Miriam, por favor.

Lo gan� para ustedes. Para ayudarlos.

Y gu�rdalo, por amor de Dios.

Eres la �nica persona
que ha conseguido un pase

y tienes aspecto de ser una...

No tenemos tiempo, lo
estamos malgastando.

- No.
- �No!

�Miriam!

Es nuestra hija.

Para todo lo que haya hecho,

hay una raz�n.

No preguntes.

Gracias. Gracias.

- Quiz� esa cruz, haga que la acepten.
- S�.

Es mi escudo.

Te quiero.

Mi amor por ti no ha cambiado.

Llevo esperando el d�a en
que volvamos a estar juntos.

Tengo que irme. Tengo que irme.

Adi�s.

No.

No, Mira. �Mira!

Que Dios te proteja.

Quer�a decirle tantas cosas.

Ni siquiera s� d�nde vive.

Libres de botes, se�or.

Bien.

Leven anclas.

Viernes, 2 de junio de 1939.
Saliendo del puerto de la Habana.

Martes, 6 de junio de 1939.
Esperando en la costa de Florida.

�C�mo andamos de
provisiones, se�or Mueller?

En este momento tenemos comida
y agua para diez u once d�as.

Para m�s si las racionamos.

�Se�or Ostenmeyer?

El problema es el combustible, se�or.

Hay suficiente para volver
a cualquier puerto de Europa,

pero tiene que decidirse
en veinticuatro horas.

Se�or, una embarcaci�n
oficial se acerca por babor.

Un guardacostas estadounidense.

Est� transmitiendo. �Aviso
para recibir mensaje?

Se�ora Weiler, �es posible?

Es posible.

Mensaje concluido.

L�amelo.

"Atenci�n, capit�n del San Luis. "

Est� violando las aguas
jurisdiccionales estadounidenses.

No se acerque m�s. No
intente desembarcar.

No se le permitir�, repito,

no se le permitir� atracar en
ning�n puerto de Estados Unidos.

Acuse recibo".

Transmita: "Mensaje recibido, enterado".

- Rumbo: Este Nordeste.
- Este Nordeste, se�or.

Mantenga la velocidad.

S�, se�or. �Punto de destino?

Mi�rcoles, 7 de junio de 1939.
En alg�n lugar del Atl�ntico.

Max �S�?

Se�or Pozner, �podr�a
hablar un momento con usted?

- S�, pase.
- Gracias.

En realidad, no s� si deber�a dec�rselo.

Todo el mundo cree que
estamos volviendo a Cuba.

Pues, no es as�.

Regresamos a Hamburgo.

No puedo creerlo, el capit�n
nos lo habr�a comunicado.

S�, lo va a comunicar.

Lo comunicar�,

pero no antes de que
llevemos un d�a de viaje.

Y, �por qu� me cuenta esto, Max?

�Por qu�?

Porque pens� que deber�a saberlo.

No s�. Yo...

Lo siento.

Perd�neme.

Se�or Pozner.

�Puedo hacerle una pregunta?

Por favor.

�C�mo es ser jud�o en Alemania?

Es algo que te est�n
recordando constantemente.

Eres jud�o.

�Max!

Shalom.

�Se lo has dicho?

S�.

�Qu� va a hacer?

No lo s�.

No se puede hacer nada.

La �nica forma de salir del barco...

fue la que escogi� mi padre.

No, por favor, por favor.

- Por favor, no digas eso.
- Es as�.

�No te das cuenta? Es as�.

Fue el �nico que se liber�.

Abr�zame.

Estoy asustada.

No soy fuerte.

No soy tan valiente
como lo fue mi padre.

Me dan miedo esos campos.

Las cosas que hacen all�.

No s�.

Nunca supe...

lo que es ser una mujer.

Prom�teme...

Prom�teme que no ir�
a uno de esos campos.

Prom�temelo.

Te lo prometo. Te lo prometo.

�No lo saben?

Salud.

Salud.

Se los voy a decir.
Est�n todos en mi lista.

Vamos a registrar este camarote.

�Por qu�?

Tengo autoridad para controlar
a los que crean problemas.

No toque eso.

Ya les toca raparse la cabeza otra vez.

Gunter.

Gunter.

Gunter.

Abra.

Max.

Dios.

�Dios!

Lunes, 12 de junio de 1939, Bruselas

�Aun sigue aqu�, Sr. Tropar?

Le dije que lo llamar�a.

S�, pero pens� que tal
vez decidir�an algo.

Ser� dif�cil hoy, el Ministro
tiene otros compromisos. Ya lo sabe.

S�, me doy cuenta.

S�lo puedo decirle que el Rey Leopoldo
se ha conmovido por su solicitud.

Y habl� con la Reina Guillermina de
Holanda y con el Presidente de Francia.

Pero no han llegado a ning�n
acuerdo definitivo todav�a.

Creo que ser�a mucho m�s
c�modo que espere en su hotel.

No, esperar� aqu�.

Pues, si insiste. Al menos
perm�tame ofrecerle caf� o t�.

No, gracias.

No se da cuenta que esto no es
cuesti�n de un par de horas.

Una respuesta demorar� alg�n tiempo,
as� que debe estar calmado, Sr. tropar.

Lo estoy.

Estoy calmado. Siempre estoy calmado.

Lo estuve en Nueva York, en Cuba.

Lo estuve en Londres y en
Par�s. Estoy muy calmado.

Entiendo su inquietud, Sr. Tropar

pero llega un momento en el
que debe confiar en alguien.

Tiene raz�n, perd�neme.

Ver�...

me estoy quedando sin gente.

Uds. son el final de la linea.

Perdone.

Se�ora.

Ese vestido, �no es de Ana Rosen?

La se�ora Rosen ha dicho
que se limpie inmediatamente.

�D�nde est�?

Hace dos d�as que la se�ora
Rosen no sale de su camarote.

- D�melo.
- Pero...

Yo me encargar�.

Se�ora Rosen.

Se�ora Rosen, soy Denise
Kreisler. �Puedo pasar?

�Dios m�o!

Se lo agradezco.

�Le han quitado la mancha?

Se lo hice a Ana para
que lo llevara en el baile.

Lo s�.

Yo hice de todo por ella.

Lo intent�.

De verdad que lo
intent�, pero se ha ido.

Se ha ido. Yo no estaba
all� cuando me necesitaba.

Era tan delicada que me
preocupa que tenga fr�o.

Se�ora Rosen, por favor.
Lev�ntese. Venga conmigo.

- �Qu� hace?
- Venga conmigo.

- Vamos a salir de aqu�.
- �Qu� hace aqu�?

Salgamos de aqu�.

Fuera. Ap�rtese de m�.

- Se�ora Rosen.
- D�jeme.

Su marido est� vivo. Est�
en un hospital en Cuba.

Se pondr� bien.

La necesitar� cuando salga,
lo que hace usted no est� bien.

No lo comprende, debo ser castigada,

Me equivoqu�. Le fall�.

Ahora quiero que Dios vea que lo siento.

Que lo siento de verdad, por favor.

Por favor, tiene que devolv�rmela.

Esc�cheme.

Ana est� muerta. Est� muerta, �me oye?

Pero usted est� viva.
Su marido la necesitar�.

�No!

�Qu� dir� �l cuando no la encuentre?

�No! �No!

No, no siga habl�ndome,
tengo cosas que hacer.

Tengo que hacer muchas cosas.

Muy bien. Muy bien.

Deme las tijeras. Yo la ayudar�.

�Quiere humillarse a s� misma?

�Quiere castigarse?
�Es eso lo que quiere?

Diga, �es eso lo que quiere?

M�rese antes.

M�rese.

Lo s�.

Lo s�.

Dos idiotas sin valor
para afrontar la vida.

�Los conoc�as?

�Sab�as t� lo que sent�an?

T� los comprendes.

Comprendes que se rindieran.
Comprendes el miedo.

Yo los desprecio.

Los desprecio.

- Denise.
- �No!

Haces que me sienta
culpable porque quiero vivir.

Estar contigo, no como ellos,
ellos despreciaron su vida.

Pero sentir�s algo por esos muchachos.

S�, los compadezco.

Murieron como unos pobres
ni�os temerosos de la oscuridad.

�En eso nos han convertido!

�Denise!

No lo aceptar�.

No lo aceptar�.

Quiero...

Quiero al hombre con el que me cas�.

Sol�as ser tan arrogante.

Tan seguro de ti mismo.

Ahora te has vuelto d�bil, indeciso.

Al menos, he dejado de fingir.

- �Por qu� te rindes?
- �Sabes lo que nos va a pasar?

Aqu� todo el mundo est� haciendo planes.

Intentando encontrar una salida.

- Pero, t� s�lo...
- Te das cuenta

que dentro de dos
d�as, cuando atraquemos,

la Gestapo estar� esper�ndonos.

Mira.

Mira esto.

As� es como acabaremos todos.

No tenemos m�s tiempo.

Ve a ver al capit�n.

Obl�galo a hacer algo.

�Cu�l es nuestra posici�n?

Unos cuatrocientos kil�metros
oeste suroeste de Finisterre.

En la costa sur de Inglaterra.

�Quieto todo el mundo!

�La sala de radio!

�Nos vamos a hacer cargo del barco!

�No tienen oportunidad!

Tendr�n que controlar
la sala de m�quinas

y a toda la tripulaci�n.

Lo tenemos a usted y
a todos sus oficiales.

�Son nuestros rehenes!

- �Para qu�?
- Para salvar la vida.

La vida de todos nosotros.

Pondr� rumbo a cualquier
lugar menos a Alemania.

No importa lo que hagan,

no dar� orden de cambiar
el rumbo del barco

y sin ella no conseguir�n nada.

Es el timonel, por
amor de Dios, d�jenlo.

No intenten oponerse

y no les haremos da�o.

Todos nosotros sentimos
la misma angustia.

Pero lo que est�n haciendo es un mot�n.

Bien.

Si sueltan las armas y se marchan,

les prometo que no se
har� nada contra ustedes.

�No!

�Qu� pasa aqu�?

�Se han vuelto locos?

- Su�ltelo.
- Si no est� de acuerdo, salga de aqu�.

Y consentir que sigan
con esta estupidez.

�Salga! �Salga del puente!

�No pueden continuar con esta estupidez!

�Est�n solos! Nadie se les unir�.

No necesitamos a nadie m�s.

�Fuera! �L�rguese!

S�, y la tripulaci�n atacar�
el puente y acabar� con ustedes.

Por el amor de Dios, ma�ana
llegaremos a las costas inglesas,

despu�s entraremos en el Canal, s�lo
queda un d�a para llegar a Hamburgo.

Capit�n, a todos los que soltaron
de los campos de concentraci�n,

les dieron catorce d�as
para abandonar Alemania

y les dijeron que el que
volviera ser�a ejecutado.

Nosotros no volveremos.

Har� cuanto est� en mi
poder para impedir eso.

Les doy mi palabra de honor.

�Su palabra de oficial alem�n!

De cristiano.

Los cristianos construyeron
los campos de concentraci�n.

Los cristianos nos hac�an
pasar hambre y nos asesinaban.

- Su palabra de cristiano.
- �No!

Su palabra de hombre.

�Saben lo que este
hombre hizo por nosotros?

Intent� conseguir los permisos
para que desembarc�ramos.

Del presidente de Cuba.

De nuestro embajador en la Habana.

�Y saben lo que arriesgaba?

A sus hijos, a su familia.

�Y qu� garant�as tenemos de que
no nos desembarcar�n en Hamburgo?

�l es nuestra garant�a.

�Sabe usted c�mo hay
que llevar un barco?

Si toma el barco, nos hundir� a todos.

Capit�n.

Aar�n.

Tome el tim�n, Koster.

- Mantenga el curso.
- S�, se�or, el mismo curso.

Este incidente ha pasado.

Lo olvidaremos todos.

Gracias, profesor. Estoy muy agradecido.

Quiero mostrarle algo.

Lo introdujeron por debajo de mi puerta

nada m�s zarpar de la Habana.

Est� firmado por doscientos pasajeros.

Todos han jurado que
antes de volver a Hamburgo,

se arrojar�n al mar
tomados de los brazos.

Somos personas desesperadas, capit�n.

Jam�s he dudado de la
sinceridad del mensaje.

Tiene que hacer algo inmediatamente.

De lo contrario llevar�
a Hamburgo un barco vac�o.

Profesor. Ma�ana estaremos a la altura
de la costa de Sussex, en Inglaterra.

Hay un arrecife de rocas oculto,
a un cuarto de milla de la costa,

por donde tenemos que
entrar en el Canal.

Pretendo encallar mi
barco en ese arrecife,

incendiarlo y llevar a
mis pasajeros a la costa.

Sin embargo, es preciso que
parezca un naufragio aut�ntico.

�Se da cuenta de lo que nos pasar�a
si existiera la m�nima sospecha?

H�galo.

No se lo diga a nadie, s�lo h�galo.

Me temo que no hay
noticias para Ud. amigo m�o.

Ya llevo aqu� dos d�as.

Bueno, se lo advert�.

Lo siento, Sr. Tropar.

Debo regresar.

Jueves, 15 de junio de 1939.

Empiece a emitir el SOS.

Pronto veremos la costa de Inglaterra.

Estoy recibiendo algo.

Damas y caballeros.

Acabo de recibir un cable.

Y dice...

Dice lo siguiente:

"Ultimamos con �xito arreglos finales
para el desembarco de todos los pasajeros.

Los gobiernos de B�lgica,
Holanda, Francia e Inglaterra,

acceden a admitir a todos los pasajeros.

El San Luis atracar�
en el puerto de Amberes.

Nuestras plegarias han sido escuchadas.

Dios gu�e al San Luis.

Firmado: Morris Troper.

Dos meses despu�s del atraque
comenz� la Segunda Guerra Mundial.

Aar�n Pozner fue capturado
por la Gestapo en Holanda

y muri� en Auschwitz.

Joseph Manasse fue capturado
por la Gestapo en Francia

y muri� en Auschwitz.

Alice Feinchild sobrevivi� y
se reuni� con sus hijos en 1946.

Lili Rosen se reuni� con su
marido Carl en Inglaterra.

El Sr. Y la Sra. Hauser utilizaron
los 1.300 d�lares de Mira,

como soborno, y sobrevivieron a
la ocupaci�n alemana de B�lgica.

El profesor y Denise Kreisler fueron
enviados al campo de concentraci�n

Westerbork, en Holanda,
donde sobrevivieron.

Otto Schiendick fue fusilado por un
pelot�n ingl�s en Hamburgo en 1945.

El capit�n Schroeder
fue injustamente juzgado

por cr�menes de guerra,

pero gracias al testimonio de
los supervivientes del San Luis,

result� absuelto.

El gobierno de Alemania Occidental,

le concedi� una medalla por
sus servicios humanitarios.

De los novecientos
treinta y siete pasajeros,

unos seiscientos murieron en
campos de concentraci�n nazi.

El San Luis fue destruido
por las bombas de los Aliados

en Hamburgo, en 1944.

Esta pel�cula est�
basada en un hecho real.

Algunos nombres y
circunstancias se han cambiado

para salvaguardar la intimidad de
los sobrevivientes y sus familias.