All language subtitles for ES Lady Oscar

Gracias a Dios. Al fin un var�n.

Ha tenido una ni�a
preciosa, se�or.

Pero su esposa,
mi querida se�ora

nos ha dejado para
irse a un lugar mejor.

Mi esposa no dar�a su vida por
algo tan poco digno como una hija.

El hijo que sostiene es
Oscar Fran�ois de Jarjayes,

heredero de mi cargo de
comandante de la Guardia Real.

Mi se�or, por favor...

Traer� a su nieto
hu�rfano a nuestro hogar.

En esta casa encorsetada y
silenciosa mi hijo necesitar� un amigo.

�Andr�!

�Oscar!

�No os da verg�enza
pelear en un d�a tan hist�rico?

Andr�, Oscar, os vais a
congelar ah�. Levantad y escuchad.

La familia real ha
anunciado el enlace del Delf�n

con la princesa
austriaca Mar�a Antonieta.

Dicen que es resplandeciente
como un rayo de sol.

Once a�os y preciosa
como una joya.

Es el principio de una
nueva era, una era dorada.

La uni�n de los Habsburgo
y los Borbones. �La paz!

Alg�n d�a, cuando sea reina,

la proteger� con mi vida.

T� la proteger�s a ella,
Oscar y yo te proteger� a ti.

Oscar, �qu� dices? �Crees que
la princesa juega a esas tonter�as?

Tiene tu misma edad
y ya se va a casar.

�Oscar, esp�rame!

Pasaron los a�os tranquilamente

y Mar�a Antonieta se
convirti� en Reina de Francia.

La ni�era se hac�a mayor

y Oscar y Andr� crecieron.

�Ni�os! �Ni�os!
�Dejad eso ahora!

Tu padre tiene noticias
importantes para ti, Oscar.

Se acabaron los juegos.

Te han admitido en la
guardia personal de la reina.

Tu entrenamiento y mi confianza
en ti se han visto recompensados.

Gracias, se�or.

Me esforzar� por
no decepcionaros.

Ya sabes, Andr�,
que no podr�s ir con �l.

Pero te he conseguido
trabajo en los establos reales.

�Qu� tienes que decir, Andr�?

Nada, se�or.

Andr�, recuerda tu posici�n
y da las gracias al general.

Gracias, se�or, siempre so��
con trabajar en los establos.

Eso no ha sido
sarcasmo, �verdad?

- No, se�or.
- Bien.

Este d�a marca un
hito en vuestras vidas.

A partir de hoy,

ambos asumir�is responsabilidades
en vuestras distintas facetas.

Eh.

Eh, oye.

�Ni una palmadita en la
espalda o una sonrisa?

Enhorabuena, Oscar.

Tu vida ya tiene significado.

El mar estaba plagado
de olas desmesuradas.

El barco mantuvo el rumbo.

El capit�n grit�
cambiemos la bordada.

Hasta quedar casi mudo.

El viento aullaba
y el mar replicaba.

Sin sitio para guarecerse.

Al final el barco zozobrar�.

Y a lo m�s profundo descender�.

Esas palabras
suenan a advertencia.

No me gustan las advertencias,
�y a usted, Monsieur Leonard?

No, majestad.

Me esfuerzo para que esto rime.

Pero estoy en blanco

y tengo ya que irme.

�Mademoiselle Bertin!

Justo cuando
empezaba a aburrirme.

El latido de un
coraz�n infatigable.

�Wunderbar! Es decir, precioso.

La primera flor de la primavera.

Tocada por la escarcha.

Impresionante.

Canci�n silenciosa del ocaso.

Mi querida hermana,

mi amiga, �qu� os ocurre?

Perdonadme, se�ora.

Mi coraz�n se encoge con toda
la belleza que no podr� poseer.

Mi querida Gabrielle,

ya deb�is saber

que pod�is concebir y
tener todo lo que dese�is

y m�s.

Sois demasiado bondadosa.

Parece que est�is
ah� congelado, Oscar.

No ten�is que permanecer
firmes en mi presencia.

Os pod�is descongelar.

Estaba estudiando a un
joven jinete ah� fuera, majestad.

Ha estado mirando a
esta ventana largo rato.

�Es �l!

El Conde Fersen.

Y os est� mirando fijamente.

�Doy la alerta a los
guardas exteriores?

�De ninguna manera!

Me dan escalofr�os solo
con pensar que se lo llevar�an.

Pod�is retiraros.

Me quedo todos los vestidos

excepto la Canci�n
silenciosa del ocaso.

Ese vestido

ser� arreglado para la
Condesa de Polignac.

�Qu� opin�is de nuestro
apuesto visitante sueco, Oscar?

Creo que es un hombre
muy guapo, majestad.

Qu� extra�o que
dig�is eso, Oscar.

�Extra�o por qu�?

Al fin y al cabo,
Oscar es una mujer.

�No os encanta?

Todo es tan novedoso,

tan misterioso,

tan refinado.

�Sab�ais que varias damas de la
corte empiezan a emular a Oscar?

Ahora est� de moda
vestirse con ropa de hombre.

Me alegra ver que cumpl�s con
la labor de proteger a mi esposa.

Hac�a lo mismo asegur�ndome
de que la cerradura era practicable.

�Monsieur�,

�por qu� cre�is que Dios os
concedi� el destino de un rey

y el coraz�n de un cerrajero?

Me gustan las cerraduras pero
carezco del coraz�n de un cerrajero.

M�s bien dir�a que poseo
el coraz�n de un cazador.

Escuchad,

�qu� hace ese joven mirando
hacia aqu� con tanto anhelo?

No lo s�.

Tal vez le interese

la arquitectura.

El pobre rey de Francia
no encuentra el romance.

S�lo usa sus partes para

mear, mear, mear.

El pobre rey de Francia
no sabe bailar, solo tropezar.

�Escuch�is la canci�n?

Pues os aseguro

que mis partes est�n perfectas.

Os juro por Dios
que no me falta nada.

Tambi�n tengo pan para pagar.

Os llenar� el est�mago
de m�s de una manera.

�Jeanne?

Jeanne, �qu� est�s escondiendo?

��se es el vestido de
Mademoiselle Faucher!

�A m� me queda
mejor que a esa zorra!

�Jeanne!

�No es cierto?

�No es cierto?

�Qu� hay de malo en
querer un vestido bonito?

Qu�tatelo.

Ni siquiera est� seco

y estoy muy
cansada para discutir.

�Cansada? Te voy a
decir qui�n est� cansada.

�Yo estoy cansada!

Estoy cansada de frotar hasta
que me sangren las manos.

�Estoy cansada
de tanta injusticia!

�Quiero cosas!
Quiero muchas cosas

y no s� por qu�
no puedo tenerlas.

- �Qu�tate ese vestido!
- �No!

�Jeanne!

�Por favor! �Por favor!

�Por favor! �Tenga piedad!

Tenga piedad de una pobre
hu�rfana salida de la casa de Valois.

�La casa de Va lo is? Imposible.

Imposible pero cierto. Mi padre
muri� cuando era peque�a y...

Imposible.

Pero �por qu� ibas a
decirlo si no fuera cierto?

Este vestido es lo que
queda de una �poca mejor.

Era de mi madre.

- �Y d�nde est� ahora?
- Muerta.

Muri� de hambre.

�Se�or, no!

Mi dulce ni�a, no digas m�s.

A la reina de Francia, le gusta el
romance, todo el mundo lo sabe.

Pesta�ea, suspira dulcemente.

Sus deseos crecen r�pidamente.

La Reina encuentra el
amor en su jard�n del Ed�n.

La manzana, la serpiente est�n
all� y tambi�n el conde de Suecia.

Y all� estaba ella, bella
como un cuadro de Lebrun,

con sus ojos llenos
de l�grimas, fam�lica...

Dios m�o,

�y la justicia? Una descendiente
de los Va lo is muerta de hambre.

Incre�ble.

�Dios m�o!

�Qu� pod�a hacer
m�s que acogerla?

La estoy educando, refinando y
pienso adoptarla como mi sobrina.

Incre�ble.

Recibir� un t�tulo legalmente.

Y me atrevo a decir que los
dos har�an una pareja estupenda.

Sabemos que est� en
nuestro pa�s buscando esposa

y ella pronto estar�
en edad casadera.

Gracias. Me hab�is
salvado la vida.

�Est�is de servicio
o como invitado?

Como invitado.

�Y por qu� no jug�is a cartas?

Mirad a esas mujeres sin pareja,

dando vueltas sin
nada que hacer.

No juego por el
mismo motivo que vos:

No quiero.

- �Os lo pod�is creer?
- �Qu�?

Si volviera a Suecia

y le dijera a mi padre que las
mujeres se visten de hombres

o bien dir�a que soy
un loco mentiroso,

o me creer�a,

prohibi�ndome regresar.

�Qui�n era ese mequetrefe?

�Qu� te ha dicho?

�Te ha molestado?

D�melo y le dar� en las narices.

As� que ahora no
hablas, �eh, Oscar?

�Ahora no te dignas a
hablar con el servicio?

Dios m�o, odio que me ignores.

�Alto! Tened piedad.

Apiadaos de una pobre
hu�rfana de la casa de Va lo is.

- Os lo suplico...
- �Qu�? �Qu� quer�is?

Se�or, parec�is gentil

y tal vez mostr�is paciencia
con una joven inexperta.

Me acostar� con vos
para pagar el alquiler.

Aunque fuera un hombre,

que no lo soy, jam�s
comprar�a el amor.

�Cu�nto?

�Andr�! �C�mo te atreves?

�Ya has recuperado la voz?

Bueno,

creo que va siendo hora de
dejar mis aspiraciones infantiles

y empezar a interesarme
por el dulce vino de la hombr�a.

Pero no tengo vino, se�or. Ni
siquiera un mendrugo de pan.

Mi madre est�
d�bil por el hambre.

�Hambre? El pueblo
no tiene hambre en Par�s.

El pueblo muere
de hambre en Par�s.

�Qu� hay de mi oferta?

�Madre, madre!

Demasiado tarde. Tendr�s
que catar ese dulce vino otro d�a.

�Por qu� no me dijiste que se
mor�an de hambre? No lo sab�a.

�Por qu� no miraste?
�Por qu� no quisiste ver?

Recorremos estas
calles mil veces.

El hambre no se esconde.

Me siento como una necia...

Y yo tambi�n por
no irme con ella.

Pues vuelve. Busca a la chica.

Me ir� sola a casa.

�No te detengas! �Sigue!

�M�s r�pido, necio!
�No quiero esc�ndalos!

Madre, no tiembles as�.

Yo te tapar�. Te pondr�s bien.

Buscar� a esa
se�ora y le har� pagar.

Lo juro.

No la mueva.

Ir� a por un m�dico.

�Deprisa!

Necesitamos un m�dico y
vos me est�is importunando.

Despejad la calle de esta basura,
porque voy con prisa y pienso pasar.

Creo que no lo entiende,
se�or. Alguien est� muriendo.

�Acaso es asunto suyo?

Estos miserables

cr�an como conejos
y caen como moscas.

No tiene nada que
ver con nosotros.

Adem�s, cuantos menos
de ellos queden, mejor.

Est� muerta.

Exijo una satisfacci�n.

Acepto su desaf�o
con placer, se�or.

- �Cu�l es su elecci�n?
- Pistolas.

- �Y qui�n le asistir�?
- Mi compadre y hermano.

- �El lugar?
- Chantilly.

- �La hora?
- Al alba.

Espero con impaciencia
que llegue esa hora, se�or.

Lo mismo digo.

Dado que nuestra Oscar
creci� despreocupada y feliz

pensaba que todo
el mundo era as�.

Hasta esa tarde,

nunca supo que el pueblo de
Francia pasaba r�pidamente

de la escasa esperanza al
borde de la desesperaci�n.

El honor,

sea lo que sea, no vale tu vida.

Adem�s, no sabe qui�n eres.

�No es cierto?

�Vas a defender tu nombre
ante alguien que no lo conoce?

- Pero yo s� lo s�.
- �No puedes ir!

�No dejar� que vayas!

Te atar� si es necesario,
pero no te dejar� ir.

Acabo de enterarme.
�Qu� tienes que decirme?

Nada, se�or.

�Qu� puedo decir?

Est� hecho.

Pues pese a encontrar
cuestionable la defensa del populacho,

tu disposici�n a defender el honor
de los Jarjayes me llena de orgullo.

Esto me lo dio mi padre en
la v�spera de mi primer duelo.

La culata est� tallada
en hueso de pantera.

Gracias, se�or.

�Y si muriera, se�or?

No morir�s.

Te he adiestrado demasiado bien.

No hay m�s que decir.

�Andr�?

Qu�date conmigo
como hac�as antes.

Entonces todo era tan sencillo

y ahora es todo tan complicado.

No podemos dar
la espalda al tiempo.

Hemos crecido.

Por favor,

qu�date.

Gracias a Dios que no fuiste t�.

�C�mo me has encontrado?

�Qu� quieres? Podr�as
estropearlo todo.

Soy la sobrina de
Madame de Boulainvilliers.

Estoy a punto de casarme,
de convertirme en heredera.

�Se puede saber qu� haces aqu�?

Te he buscado, te he seguido.

Quiero decirte algo
que deber�as saber.

Madre...

�Madre quiere que me deje las
manos lavando ropa interior sucia?

�Madre est� preocupada?
�Est� cansada? �Est� hambrienta?

�Est� enfadada?

Est� muerta.

�Qu� tenemos aqu�?

Nicholas, me encontr� a
esta moza de aspecto lun�tico.

Entr� por la ventana e
iba a desvalijarlo todo.

�Asustaste a mi prometida?

�La hiciste llorar?

Como vuelvas te
cuelgo por los pies.

- �R�pido, que viene!
- �Ahora?

�Cardenal de Rohan! Qu�
detalle haberse acordado.

�C�mo iba a olvidarme?

�Y su querida t�a?

Sigue postrada en cama.

Temo por ella.

Hace poco que nos conocemos

pero por alg�n motivo inexplicable
siento que nuestros destinos

ya est�n unidos.

Por favor.

�Tienes hambre,
peque�a? �Est�s cansada?

�Quieres compartir
un lechal conmigo?

�Y luego descansar
en una cama de plumas?

No muerdo.

O muy poco.

Soy alguien que disfruta
de los encuentros c�lidos.

Como todos, �verdad? A todos
nos gustan los encuentros c�lidos.

En plena oscuridad, sin otro
sonido que el de nuestros corazones.

�Rosalie!

�Espera!

�Un momento! �Ad�nde la lleva?

A ninguna parte, joven.

Preguntaba c�mo ir a la Opera y
sent� el deseo de besarle la mano.

Y si no me superaran en n�mero,

le saltar�a el ojo
derecho con mi bast�n.

- �Qu� ha dicho?
- He dicho adi�s, joven.

Cre�a que pod�as cuidarte sola.

Eso hac�a.

Dijo que podr�a dormir
en una cama de plumas.

Yo no tengo una cama de plumas.

Pero tengo un catre de paja.

El n�mero 16, calle abajo.

Ve all� y esp�rame.

Hasta en este nido de ratas
se puede vivir de otro modo.

Te buscar� trabajo.

Andr�, amigo m�o,

resp�ndeme a este acertijo.

Ahora que he
aprendido a caminar,

hablar y luchar como un hombre,

e incluso pensar que
pienso como un hombre,

�por qu� no puedo
matar como un hombre?

Porque no eres un hombre.

�Qu� has dicho?

Ya me has o�do.

Dilo otra vez.

Porque no eres un hombre.

Hola.

- Me acuerdo de vos.
- Del accidente.

Quer�a agradeceros
vuestra ayuda.

De poco sirvi�.

Yo tambi�n os recuerdo.
Maximilian de Robespierre.

Recuerdo vuestro
discurso de coronaci�n.

Recuerdo la pasi�n.

Recuerdo c�mo me conmovi�.

�C�mo dec�a?

A ver...

�No, por favor!

Empiezo a avergonzarme
de ese discurso.

Como todos, ten�a esperanza
en este nuevo reinado.

Era tan optimista entonces.

�Y ahora?

Ahora, naturalmente,
temo por la pareja real

y por toda Francia.

�C�mo os atrev�is a criticar a
la corona, Monsieur Robespierre?

Usted de entre
todas las personas.

Tal vez con un poco de cr�tica,

la corona se enmiende ella sola.

Tal vez si protest�ramos
en n�mero suficiente,

las heridas de este pa�s
empezar�an a sanarse.

�Demasiado tarde para eso!

No se sanan las heridas
podridas. Se cortan.

Hay que amputar
a la familia real.

�Mu�rdase la lengua,
se�or! �Eso es traici�n!

�Eso es blasfemia!

Lo mejor de los
soldados de madera

es que los tallaron
con anteojeras.

�Oscar!

Oscar...

�Qu� clase de noche
loca ha sido esta?

Nos metimos en una
pelea, eso es todo.

Me pondr� bien.

Pues claro que s�.

Pero es muy curioso.

Vamos, dejad que os ayude.

�Qui�n gan�?

�Nosotros?

Os preguntar�is qu� hago aqu�.

Y solo se me ocurre que
el mundo es un pa�uelo.

Oscar...

Deber�as avergonzarte.

Hueles a bodega.

�Qu� dir�a tu padre?

�Qu� tal la cabeza?

Confundido.

Deber�ais trabajar
esos m�sculos.

De no ser tan fr�gil, no
habr�ais recibido tal paliza.

Por favor, marchaos.

�He dicho algo inapropiado?

�Os he ofendido?

Oscar est� cansado.

Ella tiene que descansar.
Ha tenido una dura jornada.

�Ella?

�Ella?

�Oscar es una dama?

S�, se�or. Cualquier bobo
ver�a que Oscar es una dama.

Deb�is perdonarme, se�ora.

Al ser forastero,
no me di cuenta.

Os pido perd�n, Lady Oscar.

Empezaba a preocuparme por m�

porque cada vez que os
ve�a, en mi cabeza me dec�a:

�Ese soldado es demasiado
encantador para ser un hombre�.

Sab�a que llegar�a este d�a.

Deb� suplicar a tu padre que
cambiara de opini�n mientras pude,

pero estaba muy asustada.

�Puedes perdonar a tu
ni�era por no hablar entonces?

Me gustar�a estar sola.

Pero los secretos
est�n para ser contados.

Y no hay nada gratis.

Mientras Mar�a Antonieta
satisfac�a su pasi�n,

los ojos ocultos de toda
una naci�n observaban.

La Reina encuentra el
amor en su jard�n del Ed�n.

�La Reina tiene un amante!

�La Reina tiene un amante!

�Est�is bien?

S�, solo ha sido un sobresalto.

Un hombre grosero

me puso esto en la mano
y me oblig� a mirarlo.

No es para ojos decentes.

No s� c�mo mi amiga la reina
va a sobreponerse a tanta mentira.

Disculpad mi sorpresa,

pero confieso mi ignorancia
de vuestra amistad con la Reina.

No alardeo de ella.

Tal vez sep�is por qu�,

pese a ser su m�s
devoto siervo y admirador,

no me ha dirigido nunca
la palabra en la corte.

Me mortifica el creer
que me encuentra in�til.

Su Eminencia,
seguro que exager�is.

La Reina no me ha
comentado ning�n resentimiento.

�Puedo suplicaros que
le habl�is bien de m�?

Querido Cardenal de Rohan,

reforzar los lazos entre mis dos
queridos amigos ser�a un placer.

Pero lamentablemente, debo
restringir mis visitas a palacio

por una vergonzosa
falta de fondos.

La herencia de mi
querida t�a se agota

y la vida social en
Versalles es muy costosa.

Pero yo tengo fondos ilimitados.

El dinero no es problema.

No podr�a aceptar un pr�stamo.

Nada de pr�stamos. Nada
de pr�stamos. M�s bien,

un regalo de agradecimiento

por este gran favor.

No,

no podr�a.

Escuchad mi l�gica.

Con el apoyo de Mar�a Antonieta,

podr�a ascender al cargo
de primer ministro de Francia.

Entonces me apresurar�a a
echar a los chismosos de la ciudad.

Y proteger a la Reina
de calumnias maliciosas.

Vi�ndolo as�,

har�a un servicio
a todo el pa�s.

Exacto, querida. Exacto.

D�jame verlo.
Todav�a no lo he visto.

�Te gusta, Oscar?

- �Ha venido hoy Fersen?
- Hace diez minutos, �por qu�?

Mis motivos son personales.

D�melo y te dir�
hacia donde fue.

No te debo ninguna explicaci�n.
Dije que mis motivos son personales.

Veo tus motivos personales
escritos en tu cara.

No quiero que te hagan da�o.

- �Hacia d�nde fue?
- Est� montando en el parque.

Lady Oscar.

No nos adulan, �verdad?

No ten�is que
mostraros sorprendida.

He visto esto antes a docenas.

�No es extra�o

que el amor entre dos personas

�pueda ser tan despreciado
como el odio y la guerra?

- Entonces es cierto.
- No por mucho.

No la pondr� en
peligro por m�s tiempo.

Me he presentado voluntario

a la expedici�n de
La Fayette a Am�rica.

�Pero all� hay una revoluci�n!

El pa�s es un gran
campo de batalla.

Podr�as morir.

As� mi situaci�n
ser�a m�s f�cil.

�Pod�is hacerme un favor, Oscar?

Desped�os de la Reina,

puesto que yo no lo soportar�a.

Es precioso.

Es exactamente
como lo hab�a pensado.

Est� todo ah�.

Las casitas con techo de paja,

los pajares,

los palomares e
incluso los estercoleros.

- No oler�n, �verdad?
- Claro que no, majestad.

Bien.

No quiero nada que
huela o ensucie los dedos.

Y que los campesinos
no sean viejos.

Las lecheras con
las mejillas rosadas

y los pastores los escoger�
por sus espaldas anchas.

Me gustar�a pasear
por el bosque,

recogiendo bayas y
pensando en nada.

Y veo la aldea como un teatro
de marionetas a tama�o real,

un cuadro en
movimiento con gente real,

haciendo cosas reales.

Hubert Robert pintar� personalmente
las grietas de sus aposentos

y yo escoger� a cada campesino.

Lo que pueda imaginar,

nosotros lo
crearemos para usted.

Pronto podremos sentarnos aqu�,

en una cuadra de verdad y
hacer mantequilla de verdad.

�Te preocupa algo, Oscar?

S�, majestad.

Quiero hablaros de algo en privado
con usted desde hace tres d�as

y no he tenido ocasi�n.

Oscar,

�por qu� no me lo dec�as?

Ya sabes que aqu�
no existe la etiqueta.

Puedes dirigirte a m�, sin
que yo me dirija a ti antes.

Gracias, majestad.

Gracias, Monsieur.

Quiero replantearme lo del r�o.

No s� si tiene la
importancia suficiente

con unos meandros
sin funcionalidad alguna.

- Pero, majestad...
- No, no. Pod�is retiraros.

Me vas a criticar

por pasar demasiado tiempo aqu�,
ignorando mis deberes en la corte,

�verdad?

No, majestad, no soy
quien para criticaros.

Mi deber es
serviros y protegeros.

Me vas a mirar con
ese semblante solemne

y decirme que mi aventura
es ya del dominio p�blico.

Vas a decir que una buena reina
deber�a sentarse de brazos cruzados

y ver c�mo su
juventud se escapa,

esperando a que el Rey
satisfaga sus anhelos de mujer.

No, majestad, no me
atrever�a a deciros tales cosas.

S�, admite que las piensas.

Puedo verlo en tu rostro.

Bueno,

d�jame decir en mi defensa,

que aunque el Rey se ha
sometido a una operaci�n menor

para reparar y prepararle para
desempe�ar sus obligaciones,

y aunque yo
cumpliera con mi deber,

ofreciendo a Francia
un heredero al trono,

Yo no me sentir�a realizada.

No me sentir�a realizada
porque no le amo.

Y como mujer, Oscar,

debes saber en el fondo,

que nuestro �nico y verdadero
prop�sito en nuestra vida

es amar y ser amadas a cambio.

�Criticar�n que desee y realice

aquello que toda
mujer merece tener?

Os traigo un beso
del Conde Fersen.

Es su despedida.

�Por qu� quieres hacerme da�o?

Majestad,

ha partido hacia Am�rica.

Har�a lo que fuera para
evitaros el dolor de tal noticia.

�No!

�He dicho que no!

�Lo proh�bo!

�Lo proh�bo terminantemente!

Pero el dolor y las
estaciones pasan.

El Rey fue finalmente capaz.

Y mientras Fersen luchaba
en una guerra extranjera,

Mar�a Antonieta sobrevivi�
a su propia batalla.

�Es un heredero?

Amigos, tenemos
una nueva princesa.

Recordar�is que solo recibir�is

una cuarta parte de los honorarios
que habr�ais recibido de ser ni�o.

Lamentablemente, mi
memoria est� intacta.

Es hora de marcharse.

Ahora deben irse.

Se acab� el espect�culo,
se�or. V�yase a casa.

Mar�a Antonieta repiti�
su dolorosa actuaci�n

a�os despu�s ante
un aforo completo.

E igual que Am�rica triunf�
en su guerra de independencia,

tambi�n ella triunf�,
ofreci�ndole a Francia

su tan ansiado heredero.

Creo que le gusto.
�Lo ha vuelto a hacer!

Me ha mirado y ha sonre�do.

Alg�n d�a querr�s uno de
estos paquetitos calientes.

Ya ver�s.

�Yo? No, majestad. Yo nunca.

�Por qu� no? Tienes todo lo
necesario para producir uno.

Excepto por una cosa, claro.

�A qu� crees que me refiero?

A un hombre, claro.

Por supuesto.

Una de esas asombrosas
criaturas con pelo en las manos.

�Has amado a un
hombre alguna vez?

Amo a un amigo
como a un hermano.

Y hubo otro hombre

que me hizo sentir muy extra�a

y confundida.

De haber sido amor,
lo habr�as sabido.

Al ver a mi amor
por primera vez,

lo supe.

�Crees que est� muerto?

No lo s�, majestad.

�Qui�n, mam�?
�Qui�n est� muerto?

Siempre olvido que sabes hablar.

�Qui�n est� muerto? D�melo.

Alguien,

que debi� regresar
hace tiempo y no lo hizo.

Os traigo dos tesoros, querida.

Uno es un fest�n para la vista y
el otro un obsequio para los o�dos.

�Cu�l prefer�s antes?

Decreto que a partir de
ahora primero ver y luego o�r.

Monsieur Boehmer,

si esa caja contiene el collar
del que me hab�is hablado,

me temo que deber�is llev�roslo.

En mi estado tan d�bil, ser�a
una tentaci�n demasiado grande.

�sa es exactamente mi �ntenc��n.

S�lo un vistazo.

Su brillo os dar� fuerzas.

�Veis?

Un fest�n glorioso.

Y pensar que esa
ramera de Du Barry

lo habr�a llevado en su cuello si
el destino no hubiera intervenido.

Los dioses sab�an que
ser�a m�s favorecedor

alrededor de vuestro
precioso cuello

y por 1600.000 libras
es una aut�ntica ganga.

�Pero crees que vale mi reino?

El rey me devolver�a a
Austria si cargo esto a las arcas.

Se pueden acordar unos plazos.

No, me mantengo firme.

Es posible

que la maternidad me haya
convertido en una mujer frugal.

Pero os lo agradezco
y os deseo buenos d�as.

Y ahora,

el segundo y aut�ntico tesoro
es una noticia maravillosa.

�S�, querida?

El Conde Fersen ha vuelto.

�Qu� maravilla!

Cuando las damas de la corte
lo vean, todas querr�n uno,

en un tono diferente, claro.

�Qu�tele los penachos y
p�ngale unas plumas de pavo�.

Los se�ores venden sus posesiones
para mantener a sus mujeres.

Pronto tendr�n tanta
hambre como nosotras.

Y nosotras seremos las
responsables de su declive.

Dios, eso me encantar�a.
Los odio a todos y cada uno.

Yo solo odio a una, la
perra que mat� a mi madre.

Alg�n d�a ir� a
Versalles y la encontrar�.

�T� en Versalles?

Venga ya�, Lady Rosalie�.

Chicas, menos darle a la
lengua y m�s a los dedos.

Rosalie, quiero que entregues
este vestido a los Jarjayes.

Se ha retrasado porque
todas las damas de la corte

necesitaban un vestido
nuevo para este baile.

Sabe Dios por qu�.

Dios no es el �nico que lo sabe.

Es porque ha vuelto
el amante de la Reina.

Menos chismorreos,
que el tiempo es oro.

Deprisa, necesitan este
vestido para esta noche.

�Madame de Polignac!

�Qu� os trae por aqu�?

He descubierto que
he ganado algo de peso

y quiero que arregle mi vestido.

- �Es el vestido de la reina?
- As� es.

Cuando acabe el arreglo
del m�o, qu�tele las plumas

y p�ngale penachos como estos.

En otro tono, claro.

Traigo una entrega del
taller de Madame Bertin.

�Seguro que es aqu�?

Las hermanas de
Jarjayes ya no viven aqu�.

El nombre est� aqu�, se�or.

Pasa y preguntar�.

S� que te he visto antes,

pero no s� muy bien donde.

Usted tambi�n me
es familiar, se�or.

No soy un se�or.

�Has llevado entregas a Palacio
y dejado tu caballo en las cuadras?

Ojal�.

Quiero ver Versalles

antes de que desaparezca.

�Versalles desaparecer�?

La aristocracia s�.

Mi novio Bernard dice
que no les queda mucho.

�Eso dice?

As� es y Bernard
seguro que lo sabe.

Lee libros de Rosseau y Voltaire

y va a reuniones
al Palacio Real.

L�stima que no puedas
venir a Versalles conmigo.

All� ver�as lo saludables
que est�n todos.

Por favor, si va, ll�veme
con usted. Quiero verlo.

Estoy de servicio.

Nadie se enterar�. Me
esconder� en su carruaje.

Est� bien, te llevar�.

Gracias.

El vestido se retras� porque
el amante de la reina ha vuelto.

- �Qu� has dicho?
- Que el amante de la reina ha vuelto.

�sa es la respuesta.

Gracias a Dios.

Empezaba a preocuparme.

- Se lo pone para Fersen, �verdad?
- Este d�a ten�a que llegar.

- No quiero perder la.
- Deber�as avergonzarte.

No es cuesti�n de perder.

Al�grate de que Oscar
se encuentre a s� misma.

Tu nana es tan vieja que no
recuerda haber amado a nadie.

Es una armadura.
No puedo respirar.

No tienes que respirar.

- �C�mo voy a correr?
- No tienes que correr.

Tienes que hablar despacio
y sonre�r dulcemente.

Est�s preciosa.

Como una brisa fresca en un d�a
de verano me hab�is refrescado.

Y sois muda tambi�n.

Maravilloso. Una mujer
bella debe ser muda.

�Acaso habla la rosa
cuando se le habla?

No.

Ella alza su rostro hacia el sol

y permite que los transe�ntes
beban de su belleza.

Y un copo de nieve.

Un copo de nieve flota
silenciosamente hacia abajo

pos�ndose en nuestros dedos
y permitiendo por un momento

un atisbo de perfecci�n

antes de seguir su camino.

Perm�tame presentarme.

Soy el Conde Fersen de Suecia.

�No me conoce?

De haber visto
vuestro bello rostro,

no olvidar�a vuestro nombre.

Soy Lady de Jarjayes.

�Una prima de la
guarda de la Reina?

S�, una prima.

Es sorprendente lo mucho
que os parec�is a Oscar.

Los mismos ojos gentiles, la
misma sonrisa encantadora.

Nadie me hab�a dicho
eso. Nadie se hab�a fijado.

Porque nadie se ha molestado
en fijarse atentamente en Oscar.

Yo s� y a pesar de su uniforme

la encuentro realmente bella.

Veo que ese joven ha vuelto.

- �Qui�n?
- Ese con el que bailabas.

He bailado con tantos.

El interesado en
la arquitectura.

Ah, ese joven.

S�

Y veo que tiene
una pareja nueva.

Ojal� estuviera aqu� Oscar.

La vi bajo
circunstancias dif�ciles.

Y ser�a un placer decirle que
me encuentro mucho mejor.

Estar� encantada de o�rlo.

Oscar me admiti� un
verdadero afecto por vos.

Y correspondo a ese afecto.

Hay algo que debo decir.

�Promet�is no dec�rselo a Oscar?

Jam�s traiciono un secreto.

He pensado en Oscar
muchas veces estando fuera

y la cuesti�n es...

�Qu� dec�ais?

Iba a decir algo
curioso incluso para m�.

�S�?

Iba a decir que me
enamorar�a de Oscar

de no estar tan
comprometido con otra.

Pobre Oscar. Dec�s que no
tiene ninguna posibilidad con vos.

Tal vez haya dicho demasiado.

No os preocup�is. Mis
labios est�n sellados.

Adem�s, en cuestiones tan �ntimas,
Oscar y yo no estamos tan unidos.

�Mataste a mi madre!

�Socorro! �Dios m�o! �Socorro!

�Socorro!

�Vamos!

�Detenedla!

Gracias a Dios que eres t�.

Me has asustado.

Andr�, �te has vuelto loco?

Te amo, Oscar.

No tienes derecho.

Te equivocas.

S� tengo derecho.

Te he querido toda mi vida y
tengo derecho a seguir haci�ndolo.

No siento que el amor
no sea correspondido.

Siento que no
puedas corresponderlo.

Has hecho esto porque
sab�as que Fersen amaba a otra.

C�llate.

Ambos fingiremos que
esto nunca ha ocurrido.

Seremos como marionetas
en la aldea de la reina.

Yo ser� el mozo invisible

y t� la soldadito valiente.

Quiero que sea como
siempre ha sido entre nosotros.

Qu� triste es eso para nosotros.

Es muy triste.

No volver� a tocarte.

Lo prometo.

Andr� mantuvo su promesa
y Oscar guard� el vestido.

La vida continu� y el
tiempo pas� volando.

Pero en alg�n lugar oculto
se formaba una tormenta.

Estar�a toda la vida
contemplando la belleza.

Ojal� pudiera ordenar
que no llegara el invierno.

Ojal� pudiera
ordenar no envejecer.

Cielos.

Viene el rey con el
ministro de finanzas.

Fingir� que no est�n aqu�.

Madame,

me temo que debemos hablar.

En privado.

Podr�is volver a
vuestros juegos enseguida.

No tardar� mucho.

Supongo que me rega�ar�is
por la construcci�n del volc�n,

�cierto?

No sab�a que constru�a
un volc�n, majestad.

�Ser� activo?

Y si lo es, �ser� la
mitad de explosivo

como la suma

de 1250 millones de libras

que hab�is retirado
del tesoro hasta ahora?

�Imposible!

Est� todo escrito, Madame. Y
nuestros s�bditos lo han le�do.

�Qu�?

�Desde cu�ndo la
gente lee mis cuentas?

Desde que decid� publicar
una declaraci�n presupuestaria.

- �No ten�is derecho!
- �Tengo todo el derecho!

Vamos hacia el desastre.

La deuda del estado es de
proporciones monstruosas

y el dinero ya no tiene valor.

�Pues subid los impuestos!

Hemos secado al
pueblo con los impuestos

y est� enfadado.

�No tanto como yo!

Me he arriesgado
a sufrir vuestra ira

y a perder mi cargo

con la esperanza de que vea

que debe recortar sus gastos.

No utilic�is la palabra
�debe� conmigo.

Hablad, Monsieur.

�Qu� ten�is que decir ante
tal muestra de impertinencia?

Y adem�s en mi estado...

A�adir�a que ojal�
regresarais a Versalles, querida.

La nobleza est� resentida
por el tiempo que pas�is aqu�

y yo me siento muy solo sin vos.

No quer�a enojaros, Madame.

Marchaos.

Marchaos.

No hasta estar convencido
de que comprend�is

que no estoy aqu�
para torturaros.

Sino para salvaros la vida.

He dicho

que os march�is.

Es por mi culpa, �verdad?
Gast�is demasiado dinero en m�.

Os abandonar� si as� lo dese�is.

�Pero qu� har�a sin ti?

Me han prohibido todo lo dem�s.

Querida,

creo que morir�a
de aburrimiento.

�Vos? Jam�s.

Ten�is la emoci�n de
dar a luz una vez m�s,

�verdad?

Y despu�s,

hay maneras infinitas de
emplear vuestro tiempo.

Est� el teatro, por ejemplo.

Siempre quisisteis ser actriz.

�Eso es!

�Qu� idea tan maravillosa!

�Qui�n necesita el volc�n?

En vez de eso,
construir� un teatro.

�Todav�a no puedo asegurarle
la audiencia que usted desea.

Se lo har� saber tan pronto
como las circunstancias lo permitan.

Mientras, sea discreto�.

A pesar de los regalos
fastuosos que le he hecho,

de la correspondencia secreta,

mi adorada reina me
ignora cruelmente en la corte.

Estoy desconcertado.

Qu� poco conoc�is la necesidad
de mi amiga de estar segura

de aquellos con los
que forma alianza.

�C�mo puedo manifestarle
mi devoci�n total?

Hay una �ltima prueba.

La reina desea adquirir un
costoso collar a escondidas del rey.

Y para demostrar su
confianza en vos, os ha elegido

para la honorable
posici�n de intermediario.

Estoy muy conmovido.

Bien.

Para mantenerlo fuera
de los registros reales,

solicita que hag�is
un pago inicial al joyero

y ella asumir� el
resto de cuotas.

A cambio, me ha sugerido
una entrevista secreta

con el objetivo de
agradec�roslo personalmente.

Sus deseos son �rdenes.

Solicita que me
entregu�is el collar a m�.

Yo se lo entregar� a ella
y organizar� el encuentro.

Ser� el mayor de los placeres.

Es un placer ayudar a mis
amistades en sus placeres.

Esa preciosidad
brillante ser� m�a.

�C�mo conseguiremos
la reuni�n con la reina?

Hay cierta dama de la
noche que nos servir�,

porque es la viva imagen de...

mi amiga Antonieta.

En una noche oscura,
medio escondida en un jard�n,

su rostro escondido
bajo un sombrero...

- Jeanne, no dir�s que...
- Claro que s�.

Digo exactamente eso.

Si hemos falsificado sus cartas,

tambi�n podemos
falsificar a la reina.

Imaginad a la mujer
m�s bella del mundo

gentil, dulce, jovial, fresca,

apetitosa con pies ligeros,

brazos torneados, boca h�meda,

�y unas manos, unos pies,

unos dientes, unos ojos!

Oscar.

Calma mi coraz�n palpitante y decid
si doy la talla como la ruda Rosina.

S� tan despiadadamente
sincera como siempre y d�melo.

- �Soy demasiado vieja?
- Para m� s�, madre.

Pues claro, cari�o, pero
es que t� eres muy joven.

Oscar,

con una franqueza brutal, dime
que no har� el rid�culo con esto.

Podr�a hacerlo.

Y con una franqueza brutal os
dir� que corr�is mucho peligro

presentando �El barbero de
Sevilla� ante la gente a la que critica.

El rey ha prohibido esa obra

y si la represent�is os
estar�is burlando de �l.

A todo el mundo
le gusta divertirse

Monsieur de Beaumarchais
es un genio y triunfa en Par�s.

Adem�s,

te ped� una opini�n
sincera, no una deshonesta.

A partir de ahora te proh�bo
expresar opiniones poco sinceras.

Quisiera solicitar un traslado
a la Guardia Francesa.

�Por qu�?

�Por qu� te he rega�ado?

No, no es una decisi�n nueva.

Hace tiempo que
siento que necesito

ampliar mi utilidad.

Me proteges, �no es cierto?

�Acaso una persona
puede ser m�s �til?

Aprecio mi servicio con vos,

pero me cuestiono
mi cometido en la vida.

Yo conozco mi cometido.

De todos modos,

si consideras
necesario marcharte

y formar a un regimiento de
hombres apestosos de clase baja,

pues que as� sea.

Te traslado temporalmente a la
Guardia del General de Bouille.

Gracias, majestad.

No os preocup�is,
Madame. Yo os proteger�.

Eres muy amable,

pero no necesito protecci�n.

Soy la reina.

Y como reina,

- �sab�is m�s que los dem�s?
- S�, cari�o.

Dios decidi� que mi
destino era gobernar

y naturalmente me
equip� para esa tarea.

�Pod�is decirme si es verdad
que es bueno morir joven?

Claro que no.

Yo soy una persona
extremadamente buena

y me voy haciendo mayor
y m�s sabia cada d�a.

- �Se�ora?
- S�, querida.

El joyero Boehmer dijo
que esto es muy importante.

Insisti� en lo
encantado que est�

por haberle comprado
un collar muy caro

y que esperaba que no hubierais
olvidado los t�rminos del acuerdo.

�Qu� acuerdo?

�No sabe ese memo que soy
actriz con texto por aprender?

�Y qu� es esto? �Y esto?

Me niego a tener mi vida
llena de cosas triviales.

Querida,

dime la verdad,

�crees que soy lo bastante sencilla
y ordinaria para interpretar a Rosina?

�Y vuestra espada, soldado?

Al cruzar el r�o, mi caballo
resbal�, se me cay� la espada

y se la comi� un pez muy grande.

Pesque al pez para
la revisi�n de ma�ana

o deber� castigarle.

No s� si podr�
reconocer al culpable.

No le vi bien la cara.

�Y su espada, soldado?

No lo s�, se�ora...
O sea, se�or.

Yo mir�, se�or... O sea, se�ora,

y ya no estaba.

P�ngase firme.

Quiero ver la cabeza
alta y ese pecho fuera.

Os ense�ar� mi pecho,
se�or, y me ense��is el vuestro.

Rompan filas.

Permanecer�n en sus barra con es
hasta que aparezcan sus espadas.

Rompan filas.

Quiz� fuerais algo novedoso
como guarda personal de la reina.

Mi opini�n profesional
es que debi� quedarse all�.

Gracias por su confianza, se�or.

Mis hombres escondieron las
espadas para atormentarme.

Tal vez las vendieron para evitar
que su familia pasara m�s hambre.

No te he visto mucho por casa.

Cada vez que entro, t� te vas.

Ya no comemos juntos,
ni hablamos juntos.

Te echo de menos.

�Y a qu� viene todo esto?

Aqu� estamos,

respirando el mismo aire,
solos y ech�ndonos de menos.

- S�, pero yo soy...
- �Eres qu�?

�Una arist�crata?

�Una persona mejor?

Mejor no. Diferente.

Separada por las
leyes que he aceptado.

Separados. Diferente.

�No ves que somos iguales?

Es una palabra muy bonita,
pero las cosas no son as�.

Es como deber�an ser.

La igualdad existe en Am�rica.

Un hombre puede
amar a quien quiera.

Nadie le dice que
no tiene derecho.

Pero miles de personas han
pagado por eso con sus vidas.

Yo dar�a mi vida por la
futura igualdad de Francia.

Entonces no tendr�as
nada. Estar�as muerto.

Lo tendr�a todo.

Con la muerte, mi
vida tendr�a sentido.

�Y qu� har�a sin ti?

Har�as lo que tienes que hacer.

Encontrar�as tu propio sue�o.

Tu padre quiere
verte en su estudio.

- �Os acord�is de m�?
- S�.

�Qu� quer�is?

A vos.

Si es una broma,
no le veo la gracia.

No es una broma, pero
aun as� tiene su gracia.

Convenc� a vuestro padre que ser�a
pol�tica y econ�micamente sensato

reconsiderar vuestro futuro
y concederme vuestra mano.

Oscar, esto no es para re�rse.

El Conde de Girodet es uno de
los hombres m�s ricos de Francia.

Sois encantadora cuando re�s.

�Lo sois tambi�n al llorar?

Mi hija ha
aprendido a no llorar.

Qu� poco com�n.

Oscar,

no cuestionar�s esta acci�n.

Recordar�s que para
m� es un gran orgullo

que el nombre de Jarjayes

se una al nombre a�n
m�s poderoso de Girodet.

Ser�s condesa.

Y usted ser� m�s rico de
lo que nunca ha so�ado.

Sois un misterio
que quiero desvelar.

Anunciar� nuestro compromiso

en un baile en mi mansi�n.

M� �nica petici�n es que llev�is
algo propio de vuestra feminidad.

Un vestido tan
bello como el �ltimo.

Un vestido blanco.

Debes de ser Andr�.

Te alegrar� saber
que no pretendo romper

la relaci�n que tienes
con mi futura esposa.

Despu�s de todo,

eres casi tan guapo como ella.

Adem�s, estoy dispuesto
a ofrecerte el cargo

de lacayo de la condesa
tras nuestro enlace.

No creo que sea
apropiado, se�or.

Como ve, soy muy
patoso con el buen vino.

Podr�a sacar una daga
de oro de mi manga

ahora mismo

y clavarla en tu coraz�n.

Estar�a en mi derecho.

Pero yo busco
placeres m�s elevados.

Prefiero verte sufrir,

lentamente.

�Aceptas este compromiso?

�Qu� elecci�n tengo?

Todos tenemos derecho a elegir.

Oscar...

Ya no soy un sirviente.

Quiero que sepas que me voy.

�Qu� os hizo pensar
que os recibir�a?

�Escribiros? �Pediros
favores absurdos?

Mi madre os
despreciaba y yo tambi�n.

Majestad,

me doy cuenta de que las
cartas eran falsificaciones.

Jeanne de la Motte me enga��.

- �Y d�nde est� esa mujer ahora?
- No lo s�.

�Ten�is el collar?

Lo tiene ella.

Dios m�o. �No os
qued�is ah�! �Arrestadle!

No me queda otra opci�n
que sellar vuestra casa.

Poseo uno de los nombres
m�s distinguidos de Francia.

Tratarme as�

enfurecer�a al clero y la
aristocracia y todos pagar�amos.

Tiene raz�n.

En este ambiente explosivo
que existe hoy en d�a,

un esc�ndalo de tal magnitud
pondr�a a prueba nuestro sistema

Pues que lo ponga.

No tengo nada que esconder.

Soy la reina y soy inocente.

Me niego a ver mi nombre
mancillado por las mentiras.

Bien,

�qu� dese�is hacer, Madame?

Quiero que juzguen a este
hombre ante el parlamento de Par�s.

Quiero que den caza a la
mujer como el animal que es.

Quiero que la castiguen.

Que as� sea.

La culpable no fue la �nica
juzgada y castigada en este caso

y con la absoluci�n
del Cardenal,

Mar�a Antonieta fue sentenciada
al odio de sus enemigos.

La tormenta se acercaba.

Las brisas suaves se
convirtieron en vientos fuertes.

Pobre, torturada y arrastrada
medio muerta a Salpetriere,

v�ctima de la
codicia de la reina.

O lujuria. Valois admite que
era la amante lesbiana de la reina.

- �No!
- �S�!

�De d�nde saca las fuerzas,
revolc�ndose cada noche con Fersen?

No, gracias.

�Por qu� est�
tardando tanto Oscar?

Dicen que las
costureras de Bertin

han trabajado sin
parar en su vestido

y Monsieur Leonard
le hace el peinado.

- �No!
- �S�!

L�stima.

Era un hombre tan apuesto.

Creo que pronto
os llamar� �padre�.

Y usted me podr� llamar �hijo�.

Oscar siempre me llam� �se�or�
y vos pod�is hacer lo mismo.

Y cuando nazca el heredero,
todos os llamaremos �abuelito�.

Un simple saludo
ser� suficiente.

�Lady Oscar
Fran�ois de Jarjayes!

Se�or, siento que tuvierais
que marcharos sin m�,

pero estaba decidiendo qu� atuendo
ser�a el m�s propio de mi feminidad.

�Os gusta mi elecci�n?

Me gusta m�s de lo que cre�ais.

Veremos si le sigue gustando
cuando se acabe el d�a.

�Puedo deciros lo
atractivo que sois, se�or?

Os vi en cuanto entrasteis,

pero ni so�aba con que
advirtierais mi presencia.

�Advertir? �C�mo iba a evitarlo?
Con esos ojos, esos labios...

Lo dice como si
fueran un pastel o...

�Cabello de �ngel?
�Una fresa suculenta?

La pr�xima vez que cerr�is
una transacci�n de negocios,

aseguraos de lo que compr�is.

Os ahorrar� la molestia
de devolver los bienes.

No devuelvo bienes tan caros.

Los estudio de cerca. Los palpo.

Los huelo.

Pelo las capas hasta
que s� c�mo est�n hechos.

�Os gusta el halc�n disecado?

�El Marqu�s de Sade?

�Fuego y hielo?

�Os gustan los ba�os perfumados

y dormir con antifaces de seda?

Qu� tarea tan deliciosa voy a tener
ense��ndoos las artes amatorias,

las habilidades para
c�lidos encuentros.

- Sentaos junto a m�.
- Me dais asco.

Es un principio.

No mucho, pero un principio.

Os amo.

Tengo derecho a
amar a quien quiera.

No me casar� con vos. Me
casar�a antes con vuestro perro.

Bueno,

pues ser�a
realmente entretenido.

Nuestra reina negligente
y su esposo sin car�cter

no han sido regalos
de Dios para nosotros.

Si Dios nos amara,
no ser�a tan cruel.

Los d�as de veneraci�n
sumisa se han acabado.

�Es hora de decidir
nuestro propio destino!

Es hora de exigir la convocaci�n
de los Estados Generales.

Debemos exigir

que se doble nuestra
representaci�n.

Que nuestro poder
como tercer estado

sea igual al del
clero y la aristocracia.

�De d�nde has salido?
�D�nde estabas?

Con unos amigos, Bernard y
Rosalie. �De d�nde sales t�?

He roto mi compromiso.

Est�s aprendiendo.

Ya has dado el primer paso.

�Tendr�s valor para romper
los lazos con tu pasado?

�Vendr�s conmigo, Oscar?

Ahora no, no puedo.

No, no puedo.

No puedo.

Oscar cerr� los ojos y o�dos y
sigui� cumpliendo con su deber.

Los vientos soplaron m�s fuerte.

Y unos pocos se
convirtieron en multitud.

Los Estados Generales
marcan una nueva era.

El rey dobla la representaci�n
del tercer estado.

Es una alegr�a seguir vivo hoy.

Tal vez los disturbios que
todos temen puedan evitarse.

Tal vez.

No sab�a que eran tantos

y que sus voces
fueran tan fuertes.

Son como un mar embravecido
por el que navega mi madre.

Intent� que entendiera,

pero no me escucha.

Intent� decirle que
la vida es cambio.

Pobre madre.

Ella no me cree.

Me muero, sabes.

E incluso eso, solo es cambio.

Francia est� cambiando

y yo tambi�n estoy cambiando.

El pr�ncipe muri�

y Mar�a Antonieta vendi� la
plata para pagar su funeral.

Las campanas doblaron
durante 40 horas

pero la gente gritaba tanto
con su voz reci�n descubierta

que nadie se par� a escuchar.

En los Estados Generales,
la batalla verbal fue intensa.

Viendo que el poder
del pueblo crec�a

un centenar de cl�rigos y
arist�cratas se unieron a ellos.

Temiendo el poder
creciente del Tercer Estado,

la corte orden� precintar
las puertas de la Asamblea.

Era demasiado tarde. La
tormenta ya era un hurac�n.

�Si nos expulsan de la Asamblea

iremos a otra parte, amigos!

�Ahora somos la aut�ntica
Asamblea Nacional!

�Crearemos nuestra
propia constituci�n!

�Seguidme!

�Despejen las calles!

�La calle tiene
que ser despejada!

�Dispersen a la multitud!

�Disparen a la muchedumbre!

�Capit�n de Jarjayes,
le ordeno que dispare!

�Se�or, no lo har�!

�Su capit�n es una traidora!

�Disp�renle!

�Se�or, no lo haremos!

�Est�n todos arrestados!

�Capit�n de Jarjayes, me
encargar� de que muera por esto!

Un amigo me dijo una vez

que todos nacemos
con el derecho a elegir

y fui tan ingenua de no creerle.

Gracias por no dispararme
cuando os lo ordenaron.

Odiar�a morir sin saber
las cosas que s� ahora.

Se�or, me he atrevido a
volver para que lo entend�is.

La orden era contraria
a mis ense�anzas.

Tu deber no es
cuestionar una orden.

�C�mo iba a disparar a la gente
a la que me ense�aron a proteger?

Os perdonar� la vida si
promet�is que nos dejar�is marchar.

Mi palabra ya no tiene honor.

Te sugiero que me mates.

Est�s herida.

Mi ni�a.

No volver� a casa nunca m�s.

He esperado esas l�grimas
durante tanto tiempo.

Pero ahora no es
momento para ellas.

Hay que alegrarse.

Mis queridos ni�os,

sois libres.

Pod�is ir a donde os
lleven vuestros corazones.

Ya voy, se�or, ya voy.

Nana, nana...

No os preocup�is por m�.

Puedo vivir el resto de mi vida
con la alegr�a de veros juntos.

Ya no depende de m�.

Por la ma�ana informar� al ej�rcito
de que andan dos traidores sueltos.

El ej�rcito tendr� problemas
para encontrarlos, se�or.

Toda la poblaci�n de Par�s
se ha convertido en traidora.

Pues que destruyan a
todo el pueblo de Par�s.

Se tiene que mantener el orden si
queremos conservar el mundo as�.

S� valiente.

Ahora es cuando
debes ser valiente.

El ej�rcito abri�
fuego sobre la gente

y est�n llegando
tropas de toda Europa.

Los ca�ones de la Bastilla apuntan
al ayuntamiento y al Palacio Real.

Por la ma�ana,

los ciudadanos atacar�n la Bastilla
antes de que sea demasiado tarde.

Oscar,

no quiero dejarte,

pero tengo que ir con ellos.

Entonces,

ir� contigo.

No.

No.

No podr�a soportar perderte.

Pero esa es nuestra decisi�n.

Dijiste que as� era esto.

Te quiero, Andr�.

A pesar de que la
tormenta aullaba enfurecida,

la ma�ana del 14
de julio fue soleada.

El rey se preparaba
para salir de caza

y rez� a Dios para
que esta se diera bien.

La reina despert� en
brazos de su amante

y escuch� el sonido distante,

pensando que era el
silbido de la brisa veraniega.

�Por qu� no vienes conmigo
antes de que sea tarde?

No tengo miedo.

No les he hecho nada.

Soy su reina.

El mar estaba plagado
de olas desmesuradas.

El barco mantuvo el rumbo.

El capit�n grit�
cambiemos la bordada.

Hasta quedar casi mudo.

El viento aullaba
y el mar replicaba.

Sin sitio para guarecerse.

Al final el barco zozobrar�.

Y a lo m�s profundo descender�.

Me esfuerzo para que esto rime.

Pero estoy en blanco

y tengo ya que irme.

�Fuego!

�Andr�!

�Oscar!

�Hemos tomado la Bastilla!

- �Hab�is visto a Andr�?
- �Hemos tomado la Bastilla!

S� valiente.

Es ahora cuando
debes ser valiente.

��Andr�!