All language subtitles for Big.Guns.1973.1080p.BluRay.x264.AAC-[YTS.MX]

Vamos, vengan.

- Anna, han tra�do la torta.
- Enseguida voy.

Ni�os, ah� est� la torta.

Carlo, date prisa. Te toca a ti cortarla.

Haz lo que te dice mam�. Vamos.

- Yo no como torta, que engorda.
- Sopla.

�Felicidades, Carlo!

Empiece a servir.

- Toma.
- Carlo.

Muchas felicidades, jovencito.

Que cumplas muchos m�s.

�Basta, basta!
Tienes jugo de naranja.

- �Me da jugo de naranja?
- Por favor.

�Me da jugo de naranja, por favor?

Me has dicho que ten�a que cortarla yo.

Toma, para ti.

�Tienes que irte?

S�. No te preocupes.

- No llegar� tarde.
- Es una promesa.

Yo no aguanto aqu� dentro.

Abriste este local
para la gente que quer�a perder peso.

Aprovecha t� tambi�n. Te hace falta.

Me dan igual los michelines.

A m� el calor
solo me da ganas de hacer el amor.

Ni se te ocurra.
Aqu� dentro te dar�a un infarto.

- Valdr�a la pena.
- T� r�ete.

Tienes unas venas en el cuello...

Bueno, pero no es porque tenga miedo.
El trabajo es lo primero.

Ponme un co�ac.

Da m�s asco que el que fabrico en Beirut.

- �Y bien?
- La visita no ha ido bien.

�Y se han largado?
Tienen que estar all� d�a y noche. �Vamos!

De acuerdo. Vamos.

Yo me voy a casa.

Te llamo despu�s.

S�. S�, s�.

Entiendo. �Me la sopla!
�Yo har� lo que me d� la gana!

�O aceptan o los estrangulamos!

- �Franco! �Al despacho ahora mismo!
- �Voy!

�No, quiero toda la zona!
�Les queda claro?

�M�teselo en la cabeza!

Adelante. Si no, Gusto y Cutitta
me las van a pagar.

Pero bueno, �qu�...?

Me ha costado que se acostara.
Quer�a esperarte

para grabarte
con la grabadora que le compraste.

Me habr�a gustado.

Ma�ana. Lo haremos ma�ana.

A Gesmundo ya no le bastaba con su jaula.

Quer�a volar alto e hincharse a comer.

No cay� en que Nick
cuenta con un buen cazador.

Tu cazador est� harto de abatir palomas.

No, Nick, no tiene ninguna gracia.

Esta vez lo dejo.

Bien.

Hablemos en el despacho.

- Gesmundo ha sido el �ltimo.
- �De verdad?

�Y a qu� te dedicar�s?

�Qu� te ha dado? �Tienes miedo?

En esta profesi�n siempre te espera
una bala. Nunca me ha importado.

Pero ahora s�.

Tengo que parar. Si sigo as�,
esa bala me alcanzar�,

y cuando mi hijo crezca,
tendr� que encargarse de devolverla.

No quiero que tenga que vengarme.

�Y qu� hay de malo?
Es nuestro c�digo de honor.

- No puedes cambiarlo.
- Te lo dejo a ti.

Ese c�digo ya no me gusta.
Carlo debe vivir tranquilo.

- Por eso lo dejo.
- Tony, sabes que de esto no se sale.

O est�s dentro o acaban contigo.

Y t� est�s metido hasta el cuello.
Siempre te llegan las �rdenes de arriba.

Lo sabes todo: nombres, cifras, lugares...

�Y cu�ntas veces
lo han dejado todo en mis manos?

- �Les ha pasado algo alguna vez?
- Hazme caso y pi�nsalo bien.

Si te decides, ya no hay marcha atr�s.
Me lo ense�aste t�.

De acuerdo.
Lo hablar� con los dem�s en Par�s.

Pero quiz� no accedan todos.

Depende de c�mo se lo pidas.

Cada hombre tiene dos destinos.

Lo que nos espera en el cielo
lo decide Dios, y nadie puede cambiarlo.

Pero nuestro destino en la Tierra
depende de nosotros.

Me siento orgulloso de que hayas decidido
seguir el camino correcto.

Y por eso tienes la bendici�n de tu padre.

Don Mariano te dar�
la bendici�n de Dios en Catania.

Le he dicho que te ibas hoy.

No hagamos esperar m�s a tu madre.

La pr�xima vez tr�ete a Anna y a Carlo.

- Por favor, casi no los vemos.
- Los traer� pronto.

- �Me lo has prometido!
- S�, mam�.

- Buenos d�as, se�ora.
- Hola, Domenico. Ahora sale Tony.

Vuelo 239 de Alitalia a Mil�n,

embarque inmediato, puerta tres.

Vuelo 239 de Alitalia a Mil�n.
Embarque inmediato.

Ni una vez sale un avi�n a la hora.

Quiz� hay mucho tr�fico.

A�n queda tiempo.

Aqu� est�.

T� ve tirando.

�Tony! �He llegado por los pelos!

- Qu� alegr�a.
- Quer�a saludarle.

Tu padre me dice que has decidido
vivir bajo la gracia de Dios.

Llevaba mucho tiempo esperando esto.

Don Mariano, por favor,
est� con mis padres.

Tranquilo, los visitar� tanto como pueda.

Ahora tienes que irte.

Gracias por venir.

Gracias a ti por haber vuelto, Tony.

- El encuentro es a las nueve. Date prisa.
- S�, se�or.

- Hola a todos.
- Bienvenido.

- Gracias.
- Hay que llegar a la hora que se dice.

A m� nadie me hace esperar.

Con todas estas huelgas
es dif�cil ser puntual.

Pensaba que esta reuni�n
era solo para unos pocos.

- S�, solo �ntimos.
- Isnello es uno de los nuestros.

Si tanto apego le tienes a tu ladero...

- Si�ntate y no hables, abogado.
- Claro.

Bien, �qui�n recita
el r�quiem para Gesmundo?

Nick, se lo ha cargado
uno de los tuyos.

�Suyo? Arzenta no es solo de �l.
Trabaja para todos nosotros.

�No he venido desde Copenhague
para participar en discusiones infantiles!

Si hay que discutir sobre
la herencia de Gesmundo, se discute.

Pues s�.

Me gustar�a seguir con su trabajo.

Cometi� muchos errores.

Sobre todo en Sudam�rica.

Yo puedo remediarlos.

- Y si voy hasta las Antillas...
- Un momento. Pon el freno.

- Yo tambi�n estoy aqu�.
- �Nick!

Si nos pisamos los unos a los otros,
todo se va al carajo.

Yo no piso a nadie.

A las Antillas lleva alcohol y ya.

La gente est� harta de beber.
Quieren evadirse.

Y t�, en vez de coca�na,
les das bicarbonato.

Te preocupa su salud.

�Y qu� hay de Arzenta?

- �Qu� pasa con �l?
- Perd�n, no me acordaba.

- Ya no quiere agarrar la pistola.
- �C�mo?

Quiere dejarlo. Y va en serio.

- Ni hablar.
- Exacto. Ser�a un error.

- Quiz� podamos convencerlo.
- �Y qu� quieres que le digamos?

- Se le cierra la boca y punto.
- No.

Ya veo.
Es un amigo, intentar� hablar con �l.

- Date prisa, Carlo. Llegar�s tarde.
- Ya voy, mam�.

Ve y agarra las llaves del otro coche.

- Intenta no despertar a tu padre.
- S�.

Buenos d�as, peque�o.

- �Se puede saber qu� buscas?
- Las llaves de tu coche.

El de mam� no arranca.

Ven aqu�.

Luego voy a recogerte yo.

Dile a mam� que vuelva r�pido.

�Pap� dice que viene �l a recogerme!

Est� bien, dame las llaves.

Y pap� ha dicho que vuelvas r�pido.

�Por qu�? �C�mo ha podido pasar?

No lo s�, Nick. No lo s�.

�La mujer y el hijo? �Est�s seguro?

S�, los dos.

Macaluso estaba a unos cien metros.

Ser� una verg�enza
que nos acompa�ar� siempre.

�No se mata a los inocentes!

Ese coche lo usaba siempre �l.

Deber�amos haberlo previsto.

Piensa en c�mo arreglarlo.
Que muera el �nico que deb�a morir.

- �Nada de errores!
- S�, no te preocupes.

Mientras tanto, ponte a salvo.
Ya he avisado al resto.

�Esos me la traen al pairo!
M�rame. No tengo ning�n miedo.

Me enfrentar� a Arzenta si hace falta.
Nada de huir.

No te he dicho que huyas, Nick,
sino que prestes atenci�n.

S� prudente
y deja al lado el orgullo. Nada m�s.

T� tambi�n tienes hijos.

S�.

Como Arzenta.

Antonio.

Acompa�a a mis padres
y a don Mariano a la estaci�n.

Que Dios te bendiga, Tony.

- Cu�date, te lo pido.
- No te preocupes.

Deja que sea el Se�or
quien haga justicia.

Combate la tentaci�n
de actuar en su lugar.

La ira de Dios es mayor que la tuya,
al igual que su justicia.

A un lado. Conduzco yo.

- No queda munici�n.
- Usa la pistola. �Al�jate de la ventana!

M�tete en lo tuyo.
�C�ntrate en pisar el acelerador, imb�cil!

- �D�nde est�? �Lo ves?
- Ha desaparecido.

�Ah� est�! �Marcha atr�s!

�R�pido!

Uno, dos, tres, cuatro, cinco.

Este es el bot�n de...

No. �Hola? �Hola?

Mam�, no se enciende ninguna luz.

Abre. Soy Domenico.

- Cu�ntame.
- Nadie ha hecho un movimiento.

La polic�a aparenta no saber nada.

- �Qu� hay de Gusto y Cutitta?
- Se han largado.

Pero han soltado los perros.
Tienes que largarte.

Lo s�, lo s�.
Me ir� antes o despu�s.

�Y a qu� esperas?

Aqu� tienes demasiados recuerdos.
Yo me volver�a loco.

T� solo no podr�s.

Necesitas alguien que te d� una mano.
Yo estoy preparado.

Si est�s conmigo,
los dem�s ir�n contra ti.

Me da igual. T� silba y yo voy corriendo.

Tienes que tirar por la refiner�a
de Besanz�n. Te forrar�s.

D�jalo estar, si es un timo.

Ha venido el se�or Sladowski.

Si�ntate.

Vete.

Te has tomado tu tiempo
en venir desde las Canarias.

T�, Grunwald y esos sicilianos milaneses
se est�n pasando.

Si segu�s as�, esto acabar�
como la historia del ahorcado.

M�tense entre ustedes cuando quieran,
pero respeten sus compromisos.

- �Y si no lo hacemos?
- Tienes hasta ma�ana por la noche.

No quiero interferencias en Alemania.

Ni en Colonia, ni en Francfurt
ni tampoco en Hamburgo.

Si intentan torearme, les bloqueo
todos los env�os desde y a Marsella.

Est� bien.

Me encargar� yo mismo de todo.
�Una copa de champ�n?

Eso, cuando haya acabado todo.
Y si hay algo por lo que brindar.

�Una chica, quiz�?

T� siempre tan contenta
cuando tu hombre vuelve a casa, �eh?

�Vamos, despierta! No est�s aqu�
para fumar, beber y jugar al solitario.

Vamos, ll�name la ba�era.

Me voy ma�ana temprano
y no quiero despertar a mi ni�a.

Le estropear�a su cara de puta.

�Diga?

S�, Marcel.

�S�?

�Si son as� de cobardes,
que les den a los dos!

Me importa un carajo.
Arzenta no me da ning�n miedo.

S�. Bueno, adi�s.

�Todav�a sigues de parte de Arzenta?

Claro. Ya sabes
que me dio una mano una vez.

�Te dio una mano
o te meti� mano?

Para ti, dos personas
solo se ven para acostarse.

�Y para qu�, si no?
Tu solo sirves para eso.

Si esos dos sicilianos de Mil�n no pueden,
ya me encargo yo de tu amigo.

Te comprar� un velo negro
largo hasta los pies para su funeral.

Uno bien transparente
y te mandar� all� sin ropa.

�Hola, Pierre?

S�. Res�rvame un compartimento
en el tren para Hamburgo.

�C�mo? Ya s� que en avi�n se tarda menos.

�Me encuentras t� un jet que haga
un par de paradas donde yo quiero?

Pues eso. Haz lo que te digo.

El directo de las seis.
No me toques m�s los huevos.

Ven a la ba�era conmigo.
As� me das el masaje dentro.

Qu� man�a
desde que estuviste en Indochina.

Adelante. Por favor.

�Quieres hervirme, retrasada?

�Acaba t� como una gamba!

�Hola?

S�, soy yo.

Por supuesto que me interesa.

No me llames m�s a este n�mero.

Si hace falta, busca a Domenico Maggio.
�l sabr� encontrarme.

Gracias, Sandra.

- �Cu�nto queda hasta Dortmund?
- Casi una hora. Llegamos puntuales.

Sal fuera. Ten los ojos abiertos.

S�.

No hagas una tonter�a.

Esc�chame, Arzenta, yo me opuse.

Lo decidieron tus amigos.
�Yo no tengo nada que ver!

- Hola, Domenico.
- Hola.

Hay 120 apartamentos.

Para cuando te descubran,
ya te habr�s deshecho de todos.

No habr� nada que me recuerde a ellos.
Me sentir� solo.

Mejor eso que ser el blanco
de los hombres de Cutitta.

S�. Esto tiene que acabar.

- �En qu� piso estoy?
- En el tercero.

Todav�a puedo saltar por la ventana.

Salta despu�s de acabar con esa escoria.

Los tiene bien puestos
por haberme seguido hasta aqu�.

No m�s que usted.
Me llamo Montani, soy de la Interpol.

El olor del cementerio no me gusta.

- Me recuerda a...
- Si no le gusta, largo.

Se equivoca.

Respeto mucho a sus muertos,
incluso los que usted mand� con el Se�or.

Me refiero a los dos que encontraron
en una iglesia, y los del tren a Hamburgo.

Es siempre la misma historia.
Uno mata a otro

y empieza el ciclo de la venganza.
Luego, nadie se acuerda de c�mo parar.

No tenemos pruebas para detenerlo,
y quiz� no nos convenga.

Nos est� librando de gente que nos parece
que est� mejor criando malvas.

- Largo de aqu�.
- Su poder excesivo no nos asusta.

Te estoy ayudando mucho. Hemos colocado
una red de protecci�n a tu alrededor.

Quien te quiere muerto, se da la vuelta.

Siempre que nos convenga.

Quiero hacerte una propuesta.
Si la aceptas, tendr�s una vida m�s larga.

Y para salvar el pellejo
tengo que ser una rata.

Solo intento echarte una mano.

Danos la informaci�n
para deshacernos de la basura que queda.

No lo sabr� nadie.
No ser�as el primero en colaborar.

�Te acuerdas de Marco Brusati?

Te has equivocado de persona.

- �Qui�n es?
- Tony, soy Sandra.

Pasa.

- Hola.
- Hola.

Domenico me ha dicho que estabas aqu�.

Te he llamado esta ma�ana,
pero no contestabas.

Hab�a salido.

- Si�ntate.
- Gracias.

- �Te sirvo algo?
- No te preocupes, ya lo hago yo.

Gracias por la informaci�n.

- Me he encargado de Carr� gracias a ti.
- Era lo que yo quer�a.

- �Te han molestado, luego?
- M�s o menos.

Se enteraron
de quien hab�a dado el chivatazo.

Escap� de Par�s por los pelos.

Pero acabar�n busc�ndome aqu�.

Encontrar� un sitio donde esconderme.

- �Te ayudo?
- No, ya tienes suficiente con lo tuyo.

Solo he venido a informarte
sobre Gusto y Cutitta.

Te lo quer�a decir en persona.

�D�nde est�n?

Seg�n he o�do, han corrido a Copenhague
para hablar de negocios con Grunwald.

M�s que por negocios,
creo que han ido por miedo.

�Ad�nde ir�s?

A un hotel. Luego ya ver�.

Si quieres, qu�date aqu�.
Pero que no se note mucho tu presencia.

En nombre del Padre,
del Hijo y del Esp�ritu Santo.

Que la gracia y la paz de Dios
est�n con ustedes.

Y con su alma.

Queridos, antes de presenciar
el milagro de la eucarist�a,

realicemos un acto de humildad ante Dios.

Nuestro amigo se impacienta.

Por eso, digamos juntos:
"confieso a Dios omnipotente".

Confieso a Dios omnipotente.

Por favor.

No estoy para nadie.

- Su misa pod�a esperar.
- No, no pod�a.

Grunwald, hay algunas cosas
que t� no puedes entender.

As� es, no entiendo.
Primero escap�is de Mil�n, y...

- �Nadie ha escapado!
- Nadie.

Hemos venido por lo de Carr�.
Fue tu petici�n.

Una petici�n que les sirve
para estar a salvo

a muchos kil�metros de distancia
de Arzenta. �Me equivoco?

Te equivocas.
Arzenta ir�a hasta el fin del mundo.

Y t� tambi�n est�s en su lista.

Cada uno hace lo que cree.
No critico a nadie.

Pero no entiendo c�mo puede seguir
vivito y coleando a estas alturas.

La polic�a lo est� protegiendo.

En el fondo les conviene
que Arzenta nos elimine uno a uno.

�S�? Est�n atados de manos.

Pero �si les da tanto miedo este Arzenta,
por qu� no intentan hablar con �l?

�Y qu� hacemos?
No podemos comprarle otra mujer e hijo.

He dicho hablar, no comprar.

Por lo que s�, su padre y su madre
viven en alg�n lugar de Sicilia.

- Seguro que los quiere.
- A los familiares no se les toca.

Lo de la otra vez
ocurri� por un maldito error.

No nos equivocaremos dos veces.

T� tienes tus m�todos,
nosotros los nuestros.

Qu� pena.
Esa habr�a sido la soluci�n m�s r�pida.

�Me cago en Dios, deja de dar vueltas!

�No me toques los huevos!

- �T� est�s de su parte?
- �Por qu� no dejamos estar a Arzenta?

Veamos c�mo resolver
el asunto de Carr�.

Absolutamente de acuerdo.
Nos hemos reunido aqu� por eso, �no?

Perd�n por interrumpir.

Me gustar�a que echaran un vistazo
a estos diagramas

para tomar una decisi�n sobre Marsella,
si se me permite.

S�, Marsella...

�Y si ese t�o se larga de Mil�n
y nos viene a buscar aqu�?

Estamos en territorio de Grunwald.
Le toca a �l preocuparse de ello.

Cierto. Pero tranquilos,
Arzenta no se asomar� por Copenhague.

Si lo hace, tengo amigos
en la estaci�n y en el aeropuerto.

Lo sabr�a inmediatamente.

Y as�,
acabar�a esta historia para siempre.

Se�ores, nuestras vidas
no pueden depender de Arzenta.

Hablemos de negocios.
Son m�s importantes.

El pasaporte, por favor.

Se�or Mario Cordero.

Gracias.

Cari�o, tengo una cosita para ti.

Qu� cuadro tan horrible.

Si lo miras tal cual est�, pues s�.
Pero no te dejes enga�ar.

Si rascas la primera capa...

ver�s que debajo hay un Rembrandt.

�Qu� maravilla! Gracias, cari�o.

Pero �por qu�?

- �Qu� celebramos?
- Nada importante, en el fondo.

Bueno, te llevar�s una alegr�a.

Por fin voy a extender mi influencia

por todo el territorio de Carr�.

Me gusta la Costa Azul.

Esos sicilianos armar�n una buena.

No se quejar�n, ya ver�s.

Gracias a mi iniciativa, ma�ana

recibir�n como regalo
el cad�ver de alguien que temen.

Arzenta est� en Copenhague.

�Lo saben ellos?

�No se lo dir�s?

Para que un regalo guste de verdad
tiene que ser una sorpresa.

No hay muchos agujeros en Copenhague
donde Arzenta pueda esconderse.

�Ay�deme!

Se lo pido, ay�deme.

Por favor, api�dese de m�.

Ese cerdo seguro que me espera fuera.

Me matar� a patadas. Est� borracho.

Usted no es como el resto.

�Lo ha visto? Nadie ha movido un dedo.

Aqu� les da todo igual.

- Usted no es dan�s, �verdad?
- No.

Yo tampoco. Soy italiana.

�Qu� haces en Copenhague?

Ay�deme, por favor.
No puedo quedarme aqu�.

Te acompa�o. V�stete.

Venga al menos hasta el coche.

Wilfred es un cobarde.

Si me ve con usted,
no se atrever� a tocarme.

Estoy aqu� en Copenhague.

S� que me buscan.
Ahora hay uno menos.

Te he librado de Grunwald.
A cambio, �puedes ayudarme?

S�. Tengo una bala en el brazo.

Estoy en Churchill Park,
delante del monumento.

Date prisa.

Bueno.

Te han dejado hecho unos zorros.

- �Sabes de alguien que pueda ayudarme?
- Conozco a un m�dico.

Vamos.

Gusto y Cutitta siguen vivos.
La pasar�s mal si se enteran de esto.

No, yo no formo parte de su c�rculo.

Les conviene dejarme en paz.
Yo tambi�n tengo gente aqu�.

Me hiciste un favor hace tiempo.
Me acuerdo.

Te deb�a una. Ven.

Tr�enos algo de beber.

Es mayor el honor que la sorpresa.
Adelante.

Bienvenidos a mi modesto local.

No me parece tan modesto.

- Le estar�s sacando provecho, Dennino.
- No me quejo.

A los peces peque�os
les basta poca agua para nadar.

Pero, a cambio,
se acaban metiendo por todas partes, �no?

Est�n por todas partes y lo ven todo.

Ahora h�blenos de Arzenta.

Yo no tengo el honor
de pertenecer a sus familias.

�Champ�n?

�Por nuestra madre Italia!

Vete a la mierda, Dennino.

Sabemos que Arzenta est� herido.

Y t� sabes d�nde est�. �Cu�nto pides?

- Hacedme una oferta.
- Las ventanas intactas de este local.

Y la licencia para abrir otro
en el puerto.

Tenemos cierta influencia en Copenhague.

- �Solo eso?
- �Y qu� m�s quieres, el ayuntamiento?

Conf�rmate, Luca.
Olv�date del asiento de Grunwald.

Lo siento,
pero no es para que te sientes t�.

No lo quiero.
S� estar donde me corresponde.

Bien. �Te has decidido?

De acuerdo. Las ventanas est�n muy caras.

La herida era solo un rasgu�o.
Arzenta est� bien.

Lo devolv� a Italia.
Tuve que hacerlo. Es un viejo amigo.

�C�mo te encuentras?

- Bien.
- �Estupendo!

Toma, pasaporte italiano
fabricado en Dinamarca.

Con ese brazo puedes jugar a tenis.

- �Cu�ndo quieres salir?
- Ahora mismo.

Tendr�s el billete y todo lo dem�s.

Ahora llevas t� la ventaja.

Pero creo que ser�a a�n mejor
si esperaras un par de d�as.

�Se lo han tragado?

No. Pero da lo mismo.

Les he dicho que te he ayudado.

�C�mo se lo han tomado?

No muy bien,
pero se han tenido que aguantar.

Yo me muevo por mi cuenta,
y en esta ciudad trabajo bien.

Pero no puedo hacer mucho m�s.

Gusto y Cutitta
siempre me tocar�n las narices.

Pero si alguien les parara los pies,
yo podr�a moverme mucho m�s.

Vuelo 288 de Alitalia a Roma.
Embarque inmediato, puerta 14.

�Se puede saber qu� pasa?

Estoy harto de todo esto.

- Nos cuesta demasiado dinero.
- �Y entonces?

- �Qu� quieres que hagamos?
- Las paces.

�Las paces?
�Qu� estupideces dices?

Arzenta est� cansado.
Ponte en contacto con ese amigo suyo...

- Domenico Maggio.
- Domenico Maggio.

- Programa un encuentro.
- Yo no me veo con nadie.

Si quieres alzar la bandera blanca, hazlo.

Eliges t�.

Lo que yo quiero es a Arzenta muerto.

- �Ad�nde va?
- Al lavabo.

Le da dolor de tripa cuando se enfada.

Nick, estoy de acuerdo
con lo de hacer las paces.

No te pago para que pienses. �Lo pillas?

Te he dicho que hace falta moverse r�pido.

�Y a qu� esperas?

Encu�ntralo cueste lo que cueste,
y haz que cante.

Me da igual c�mo lo hagas.
�Pero despierta!

A ver si esta vez le da por hablar
a nuestro amigo tan fiel.

O abres la boca o te quemo el cerebro.

Est� bien, qu�malo.

�Ap�galo!

�Est� en el Residence Europa!

- �Y el n�mero de habitaci�n?
- 203.

�Qu� m�s quer�is de m�?

Est� aqu�.

- �Eres la mujer de Carr�!
- Tengamos una charla.

- �Qu� haces aqu�?
- �Lo has o�do? �Responde!

T� sigue.

�D�nde est�?

D�noslo, vamos.

Bien. �Te has decidido a hablar?

�Ha vuelto?

H�blame con palabras,
que no s� lengua de signos.

- No ha vuelto.
- Buena chica. �Y cu�ndo llegar�?

No lo s�.

Pero al llegar te llamar� antes de subir.

S�...

Hola, �Sandra?

S�.

Es �l. Reconozco su voz.
Est� aqu�, en Mil�n.

�Qu� pasa?

�Imb�cil!

Ahora sabe que hay gente esper�ndolo.

Vendr� a tocarme las bolas a m�.
C�llate y abre bien las orejas.

D�jenlo todo y vengan a mi casa.
Tengan los ojos bien abiertos.

Antes de que amanezca,
quiero su cuerpo flotando en las cloacas.

Espera, d�jales a Damiano. Nunca se sabe.

Dame a Luigino.
T� est�s ocupado esta noche. Ven.

Vamos a dormir.

Residence Europa.

T� estate tranquila y calladita.

No pares, t� sigue.

- �Qu� pasa?
- Haz lo que te digo, t� sigue.

D�monos prisa o ese se enfada.

- Para en la esquina.
- S�, ahora mismo.

Despierta, Cutitta.

Est�n emitiendo un programa especial.

Est� dedicado a ti.

- No puedo, deja que me siente.
- No, luego no te levantar�s.

- �Qu� quieres hacer?
- Nos vamos de aqu�, ahora.

Estoy harto. Agotado de matar
por una venganza que no lleva a nada.

- Pero �ad�nde vamos?
- A mi casa, en Donnalucata.

Tony, para tus padres yo no soy nadie.

Has sufrido mucho por ayudarme.

Nos une un v�nculo muy fuerte.

Trae, que te ayudo.

No se moleste, ya lo llevo yo.

D�jalo todo ah� dentro, por favor.

D�jame a m� tus cosas, Tony.

Ve a ver si est� despierto.

No te sientas una extra�a.

Esta tambi�n es tu casa.

Diles por qu� estoy aqu�.

No quiero ocupar el sitio de nadie.

No te preocupes. Se lo dir�.

Tu compa��a es la mejor medicina, Tony.

La cura que necesito.

- �C�mo est�s?
- Bien.

- �Qu� tal la cosecha?
- No puedo quejarme.

Para m�, esta ser� la �ltima.

Este sol a�n brilla
sobre demasiadas desgracias.

Y t� deber�as haber esperado
antes de traer a otra mujer a casa.

Mira los rasgu�os que tiene en la cara.
Acab� as� para que no me mataran.

Perd�name, Tony.
Perdona a este pobre viejo.

Con nosotros estar� a salvo.

Es mi padre.

- Bienvenida a esta casa.
- Gracias.

No, no ir� a su funeral.
All� hace demasiado calor.

No puedes faltar. �Qu� dir�an?

Le dije a Cutitta que lo dejara estar,
que ya me ocupaba yo.

Pero no le dio la gana,
y ha acabado pagando �l por ello.

�Por qu� no lo entierran aqu� en Mil�n?
Una tumba es una tumba.

En Palermo se pudrir� antes, adem�s.

Bueno, hagamos lo que tenemos que hacer.
T� trab�jate bien a don Mariano.

- �Sigues con lo de querer ver a Arzenta?
- S�.

Yo quiero seguir viviendo.

Con este calor, ese ata�d es una bomba.
En cualquier momento explota.

No, tiene dos capas de zinc.

Luca, s� sincero. En ese coche
quer�as ver dos ata�des, �verdad?

- Dos o ninguno, �qu� m�s da?
- A saber cu�nto has rezado.

Me quer�as muerto a m� tambi�n.

Apostaste por el caballo equivocado.

Bueno, es un caballo que yo salv�.

Si Arzenta vuelve a trabajar para ti,
puedes agradec�rmelo.

Tienes raz�n. Gracias.

�Me has hecho venir solo por esto?

�Esperabas que te invitara
a unirte a mi familia?

- �Por qu� no?
- Jam�s.

Pero la organizaci�n de Grunwald
necesita un nuevo jefe.

Creo que ser�as el hombre adecuado.

Gracias.

Con permiso.

�Don Mariano!

Por favor, no. Hola, Tony.

- Buenos d�as.
- Me dijeron que hab�as vuelto.

- Bienvenido a casa.
- Gracias, don Mariano.

- �C�mo sigue tu padre?
- No est� bien.

- �Querr�an un vaso de vino?
- En la terraza, as� hablamos.

- Sandra, ll�vales t� el vino.
- S�.

Te traigo una propuesta.
Una propuesta de paz.

- �De Nick Gusto? �Qu� quiere de m�?
- Un encuentro amistoso.

Menudo amigo.

S� c�mo te sientes,

pero Gusto es el menos culpable
por lo sucedido.

T� no lo sabes, pero fue �l
quien se neg� por completo

a que hicieran da�o a tus padres.

Cuando quer�as dejarlo todo,
fueron los otros quienes se opusieron.

- Hemos hablado. Re�nete con �l.
- No, no me f�o de �l.

Ha jurado que nadie de su familia
te tocar� un pelo.

Adem�s, su hija se casar� pronto,

y Nick no manchar� de sangre
una jornada tan bonita.

Ha decidido que las nupcias
se celebrar�n aqu�, en Donnalucata.

Los Arzenta ser�n los invitados de honor.

No hay mayor garant�a.

Hazme caso, no vayas sin una.

No, no la necesito.

No puedes confiar en �l. Y t� lo sabes.

Ir� todo bien.

Y lo ver�s con tus propios ojos.

- No me pidas eso.
- Claro que s�.

Solo han invitado a tu familia
y yo no formo parte de ella.

S�. Ahora s�.

Ve a prepararte.

Solo por el amor de una posteridad

en la cual tu nombre quedar� bendecido
por los siglos de los siglos.

Y Sara dec�a:
"api�dese de nosotros, Se�or".

"Que ambos alcancemos la vejez con salud".

Palabra del Se�or.

Del Evangelio seg�n Mateo.

Aquel d�a, un doctor de la ley

interrog� a Jes�s para probarlo.

"Maestro,
�cu�l es el mayor mandamiento de la ley?".

Y Jes�s le contest�:

"Amar�s a Dios, tu se�or,

con todo tu coraz�n, tu alma y tu mente".

"Este es el primer y mayor mandamiento".

"Y el segundo se le parece".

"Amar�s al pr�jimo igual que a ti mismo".

"Sobre estos dos mandamientos
se apoyan las leyes y los profetas".

Palabra del Se�or.

Si ten�is intenci�n de contraer
el sagrado v�nculo del matrimonio,

unan sus manos y expresen
ante Dios y su iglesia su acuerdo.

Yo, Corrado,
te tomo a ti, Maria, como mi esposa.

Prometo serte fiel
en cualquier circunstancia, buena o mala,

en la salud y en la enfermedad,

y amarte y respetarte
durante toda la vida.

Yo, Maria, te tomo a ti,
Corrado, como mi esposo.

Prometo serte fiel
en cualquier circunstancia, buena o mala,

en la salud y en la enfermedad,

y amarte y respetarte
durante toda la vida.

El Se�or confirma el acuerdo
que han manifestado ante su iglesia

y les concede su bendici�n.

Que el hombre no ose separar
lo que Dios ha unido.

FIN