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Il giovane Montalbano 2x05
"El ladr�n honesto"

�Santa Adelina!

�Mierda, el vino!

Buenas tardes.

- Buenas tardes.
- Buenas tardes.

Si quiere un caf�, no se lo puedo
poner. Acabo de apagar la m�quina.

No. No quiero caf�, se�orita.

- Comisario, �es usted?
- S�.

- Perdone, est�bamos a punto de cerrar.
- Voy a ser r�pido.

Necesitar�a una botella de vino blanco.
Preferiblemente fr�a de la nevera.

�Vino blanco?

- �Un prosecco le ir�a bien?
- Perfecto.

Veamos...

Entonces...

No. De prosecco solo me queda una
botella, llena en una cuarta parte.

No tengo ninguna entera en la nevera.
Mejor que la pida en la caja.

Perdone, �puede darme una
botella de vino blanco?

Doctor comisario, �no ha o�do a Pamela?

No hay botellas de vino
blanco en la nevera.

Y no hay nadie que pueda
ir a buscarla al almac�n.

�No hay nadie? �Est�n solo los dos?

No. Est� tambi�n Peggino, el camarero.

Pero est� limpiando
en la parte de atr�s.

Est� bien, acabemos de una vez.
Deme ese cuarto de botella de vino.

Muy bien. Se la cerrar�
bien para que no se salga.

Voil�.

Muy amable. D�game cu�nto es.

�D�game cu�nto es! �Le parece f�cil!
El prosecco lo vendemos por vasos.

Ahora tenemos que cuantificar
cu�ntos vasos hay en la botella.

�Nada menos!

�Cu�nto cuesta una botella entera?

- 5.000 liras.
- 5.000 liras dividido entre cuatro.

- 1.250 liras.
- 1.250 liras.

S�, pero con eso pierdo.

Pongamos 3.000 liras y as�
estamos todos contentos.

- Adi�s se�orita.
- Adi�s.

- �Comisario!
- �Qu�?

El tique.

- No somos evasores fiscales.
- Por supuesto.

Pero el tique me lo ha hecho de
1.250 en lugar de 3.000 liras.

Pero 1.250 es el precio
que hemos pactado.

- Adi�s otra vez.
- Buenas tardes, comisario.

�Diga?

Salvo, te he llamado un mont�n de veces.

�Livia! No lo entender�as...

Me estaba sentando a la mesa para cenar
cuando me di cuenta que no ten�a vino.

He tenido que ir a Vigata
para encontrar un bar abierto.

�Y beber agua no?

Con sardinas al horno, �no!

Le va el vino blanco,
preferiblemente helado.

Muy bien. Venga, te dejo comer.
Luego hablamos. Un beso.

A prop�sito, Livia, ma�ana voy a
ver al comisario jefe, para eso.

�Entonces, te has decidido?

S�, es la mejor soluci�n.

Muy bien, ya me contar�s.

Te quiero.

Yo tambi�n, mucho.

M�s que nunca.

Adi�s.

Querido Salvo. Am�rica es un gran pa�s.

All� me tengo que ir, al
"intelligence service"...

Aqu� no...

Perdone doctor, hay un tal Bufera
que quiere hablar con usted,

personalmente en persona.

�Qu� es ese tal Bufera? �Qu� quiere?

Yo qu� s�, con usted es
con qui�n quiere hablar.

�Qu� hago? �Le hago pasar?

�No est� Fazio? Que
vaya a ver a Fazio.

No, doctor. Fazio se ha
cogido un d�a de permiso

para acompa�ar a su padre, Fazio
padre, a hacerse una revisi�n.

Doctor, �qu� hago?

Hazle pasar, venga, hazle pasar.

Por favor, Sr. Bufera, pase.

Butera, Donato Butera.

Buenos d�as, comisario. Buenos d�as.

- Buenos d�as.
- Buenos d�as, buenos d�as.

Se lo ruego, si�ntese, Sr. Butera.

Gracias. Quiero poner una denuncia.

Por favor.

Usted debe saber que por la
noche, cuando vuelvo a casa,

como soy viudo y estoy solo, me
preparo cualquier cosa para comer,

me lo como,

despu�s me siento delante de la
televisi�n con una botella de vino,

veo una pel�cula y despu�s,
cuando me da el sue�o, cojo

- y me voy a la cama.
- S�, Sr. Butera

�me puede decir el
motivo de su denuncia?

�Un poco de paciencia, que ahora llego!

Pero antes tiene que saber
que cuando me dorm�,

con un ojo medio abierto
y el otro medio cerrado,

me pareci� ver en mi habitaci�n a
alguno de los personajes de la pel�cula.

�Usted ve las escenas de
la pel�cula en su casa!

Escenas no, personajes, �como
si fueran de carne y hueso!

Por esa raz�n anoche no me preocup�
por la presencia del hombre de la gorra

que andaba por mi dormitorio.

Apuesto a que ayer vio
la pel�cula de La Primera.

�C�mo lo sabe?

Intent� verla yo tambi�n.

Perdonad si os interrumpo,

�el hombre de la gorra era o no
era un personaje de la pel�cula?

Me pareci� que era de la
pel�cula, hasta esta ma�ana.

Esta ma�ana, �qu� ha pasado?

Antes tiene que saber una cosa.

Antes de acostarme, cog� la cartera
del bolsillo y la puse en la mesilla.

Esta ma�ana, mirando en la
cartera, donde hab�a 15.000 liras,

me di cuenta de repente
que solo hab�a 5.000.

Entonces usted cree que un
ladr�n ha entrado en su casa,

ha abierto la cartera,
ha cogido 10.000 liras

y le ha dejado las 5.000 restantes...

Exactamente.

Pero, Sr. Butera, �no
le parece muy raro?

Claro, con l�gica deber�a
haber robado todo,

pero as� son las cosas.

�Est� seguro de que hab�a 15.000
liras dentro de la cartera?

Segur�simo. Me las dieron cinco
minutos antes de entrar en casa

y lo comprob� cuando puse
la cartera en la mesilla.

�No han robado nada m�s?

No, nada. Y eso que
al lado de la cartera

estaba mi reloj, regalo de mi
pobre mujer, que en paz descanse,

cuando celebramos las bodas de plata.
Y el ladr�n ni siquiera lo toc�.

El ladr�n, �intent� forzar
las cerraduras para entrar?

No.

Y las ventanas, �c�mo estaban?

Todas cerradas.

- Sr. Butera, por curiosidad,
- S�.

La frasca de vino, durante la pel�cula,

�se la bebi� entera?

S�, toda.

Butera estaba totalmente borracho.

�Vete a saber d�nde ha
perdido las 10.000 liras!

Si las ha tenido alguna vez...

Estoy de acuerdo contigo.

�Qu� vas a hacer? �Comemos algo juntos?

No, tengo algo que
hacer. Me tengo que ir.

�Vas a tardar mucho? Porque te
puedo esperar donde Calogero.

Voy a tardar, no me esperes.

Perdona, �desde cu�ndo
tienes tantos secretos?

�Qu� secretos?

�Acaso ha dicho el doctor que
nos tengamos que contar todo?

No, no. Muy bien, si
tienes secretos que no

puedes compartir con tu mejor amigo...

�Qu� secretos! �Qu� secretos!
Es que no me gusta

hablar de las cosas que tengo que hacer
antes de haberlas hecho. Eso es todo.

A su debido tiempo lo
sabr�s. No te preocupes.

Entonces, �por qu� ha querido
verme con tanta urgencia?

Mire, Sr. comisario jefe,

no soy capaz de vivir
una relaci�n a distancia.

Y entonces he pensado que quiz�s
fuera mejor hacer las maletas.

�Quiere que le trasladen?

A Liguria.

A Liguria.

No s�, Montalbano,

yo pensaba que a usted
le gustaba mucho Sicilia.

De hecho, ese es el problema.

Mire, Sr. comisario jefe,

si me quedo aqu�,

es como si siguiera siendo un ni�o,

es como si siguiera pegado a las faldas
de una madre que no me quiere dejar ir.

Necesito crecer

y, para hacerlo, debo necesariamente
cortar ese cord�n umbilical.

Entiendo.

Est� bien.

�Qu� me aconseja que
haga con los colegas?

Por ahora creo que lo mejor ser�a

no hablarlo con nadie, ni
siquiera con su subcomisario.

Muy bien.

A prop�sito del Dr. Augello,

si me lo permite, pienso que

es la persona m�s adecuada
para sustituirme.

No, no, no, no corra demasiado,
Montalbano, por favor.

Y adem�s, esa decisi�n no nos
compete ni a usted ni a m�.

Pero si usted habla bien de �l...

Muy bien. D�jeme que lo piense.

- Buenas tardes, doctor.
- Fazio, entra, entra.

�C�mo est� tu padre?

He venido por eso.

No se lo creer�, pero
la visita ha ido bien.

El coraz�n de mi padre,

con la jubilaci�n, parece
que est� rejuveneciendo.

Me imagino la alegr�a de Carmine.

Perdone, doctor, est� en el lugar el Sr.
Valleta. �Qu� hago? �Le digo que pase?

�A esta hora, Catar�?

Lo s�, tambi�n se lo he dicho
yo, doctor, pero insiste,

�qu� hago? �Le digo que pase?

Hazle entrar, venga.

Por favor, Sr. Valleta, pase.

Con permiso,

buenas tardes, comisario.

Soy Tot� Barletta, el
due�o del Bar Castiglione.

S� qui�n es usted, no se preocupe.

Estoy muy preocupado y no s� qu� hacer.

�Qu� ha pasado?

Mi camarera, Pamela, que trabaja
para m� desde hace cinco meses,

y empieza a trabajar a la hora del
caf�, a las dos despu�s de comer,

hoy no se ha presentado.

�Y no se puede imaginar
qu� formal es esa chica,

no se retrasa ni por un minuto!

Cuando lleva un poco de retraso,

por un contratiempo o por un incidente,
avisa enseguida con una llamada.

Comisario, tiene que creerme,

a m� este asunto no me cuadra.

�Ha intentado llamar a su casa?

S�. No cogen el tel�fono.

Incluso he ido, he llamado a la
puerta, he gritado: �Pamela! �Pamela!

Pero no me ha respondido nadie.

C�lmese, puede que Pamela
haya ido a dar una vuelta.

Con alguna amiga suya o
con su novio. �Tiene novio?

No conozco a sus amigas,
y novio tampoco,

pero doctor comisario,

hombres a montones,

solteros, casados, j�venes, mayores...

Para ella son todos lo
mismo. No hace distinciones.

Pero, �estamos hablando
de la misma chica?

�Comisario, solo tengo
una camarera, Pamela!

Cambia de hombre cada quince d�as.

Tiene como media uno a la semana.

Pero no es que lo haga por dinero,

le gusta. Es as�.

Si le gusta...

Tiene que entender, que
estando as� las cosas,

si voy por ah�, tengo que
preguntar a medio pueblo,

y al que tenga familia, �entiende?,

mis preguntas le pueden molestar.

- �Me explico?
- Se ha explicado muy bien, s�.

Sr. Barletta,

para comenzar la b�squeda,
me parece un poco prematuro.

Por ley tenemos que esperar 24 horas
antes de darnos por enterados,

la chica es mayor de edad y puede
haberse ido por voluntad propia.

Hagamos una cosa, esperaremos
hasta la medianoche,

si a medianoche no ha
dado se�ales de vida,

ma�ana por la ma�ana viene aqu�
y vemos lo que se puede hacer.

�Est� bien?

- �Eso opina?
- S�.

�Qu� me cuentas sobre la tal Pamela?

Lo mismo que le dijo Barletta.

Pamela no le dice nunca que no a nadie.

Pero es tambi�n una persona
que se cansa r�pido.

Y cuando dice que se acab�, es
que se acab�, no hay tu t�a.

�Es verdad que no lo hace por dinero?

Por dinero en efectivo, no,

pero los regalos no los
rechaza nunca, al contrario.

�Es posible que con todo ese
tomar y dejar, tomar y dejar,

no haya habido nunca situaciones
problem�ticas con los hombres que ve�a?

Algo habr� pasado. Quiero decir,
al que dejan despu�s de usarlo,

la cosa no podr�a resultarle agradable.

Pero nunca ha pasado nada grave,
o al menos nunca me he enterado.

�Qu� crees que le puede haber pasado?

Yo pensar�a en una aventura amorosa,

una cosa de un par de d�as,
un par de d�as como mucho.

Habr� encontrado a alguien que
le ha hecho perder la cabeza.

Eso les pasa a las
mujeres de ese tipo, �no?

Compa�eros de desventuras,

me despido.

Oye, �vienes a darte un paseo
conmigo a la orilla del mar?

�A esta hora? �Con esta humedad?

�Pareces un anciano, un anciano pareces!

Si te pidiera que te des un
ba�o, �qu� ibas a hacer?

- Adi�s, doctor.
- Adi�s.

No s� como he sido tan idiota como
para aceptar ba�arme a estas horas.

La verdad

es que eres viejo por dentro.

Puede ser,

pero te juro que si cojo
una pulmon�a, te denuncio.

�Una botella de whisky para
decirme lo que me tienes que decir?

He pedido el traslado, Mim�.

�A d�nde?

A G�nova.

Quiero estar m�s cerca de Livia.

Obviamente he pedido que
seas t� el que me sustituya.

Pero perdona, �no era lo que quer�as?

En la vida no existen solamente
el trabajo y la ambici�n.

Es verdad,

el puesto de subcomisario siempre
se me ha quedado un poco peque�o,

ya te lo dije.

Pero desde que llegu� a Vigata,
contigo se ha forjado una amistad,

una relaci�n que no se
puede borrar as� como as�.

�Mim�, entonces es una
cuesti�n sentimental!

�Venga, Mim�,

no te preocupes!

Seguiremos vi�ndonos, seguiremos
hablando por tel�fono.

�Crees que te vas a librar
tan f�cilmente de m�?

Claro,

pero mientras tanto habr� �cu�nto?
�900 kil�metros de distancia?

No soy un ni�o. Lo s� muy bien.

En G�nova har�s otras amistades,
habr� otras compa��as...

Pero...

est�s minusvalorando otro
factor muy importante,

las mujeres,

las amigas de Livia.

�Qui�nes?

Las amigas de Livia.

Chicas muy guapas, Mim�,

del norte, m�s abiertas, m�s libres.

�Venga!

Bien. Quiere decir que ir� alg�n
fin de semana a Boccadasse.

�Por las mujeres genovesas!

No,

por ti, Montalbano,

por la vida aburrida y repetitiva
que te espera en G�nova.

Seguramente le dir� que tiene
que poner una denuncia.

�Qu� quiere que le haga?

Comisario, menos mal,
insist�a en hablar con usted.

Doctor comisario, Pamela todav�a
no ha dado se�ales de vida.

�Quiere poner una denuncia?

- S�, he tra�do los documentos.
- �Qu� documentos?

El contrato que tiene conmigo

y la fotocopia de su
carnet de identidad.

Pamela no se llama Pamela, se llama

Ernesta.

Muy bien, el inspector Fazio
le ayudar� a hacer la denuncia

y en cuanto hayan acabado,

nos prepararemos e iremos
a casa de la chica.

�Para qu� vamos a ir a casa
de la chica, comisario?

�C�mo que para qu�?

Iremos a hacer un registro,

para ver si hay algo interesante
para la investigaci�n.

Ponga la denuncia.

Pase, que tenemos que
firmar unos papeles.

Esa, doctor comisario, es la
due�a de la casa de Pamela.

Se�ora, buenos d�as.

- Encantada, Rosalia Insalaco.
- Montalbano, encantado.

�Es usted qui�n alquila
la casa a Pamela?

No toda la casa. Como soy viuda,

con la pensi�n no tengo bastante y he
dividido en dos apartamento la casa

y alquilo la mitad.

�La se�orita para entrar en su casa
tiene que pasar por su apartamento?

No. El segundo apartamento
tiene una entrada independiente,

en la parte de atr�s. Venga.

Oiga, necesitar�amos
inspeccionar el apartamento.

�No tendr� una llave de repuesto?

S�, s�, Pamela quiso que la tuviera yo.

Sabe que no soy una fisgona.

Oiga, a pesar de su
discreci�n, d�game la verdad,

no puede evitar o�rla
entrar y salir, �no?

Aunque no quiera la
oigo incluso respirar.

�Desde hace cu�nto tiempo falta?

Dos noches, estoy segura.

Deme la llave.

- Abro yo.
- No, no, deme la llave.

Gracias, ahora vamos a entrar y
luego nos reuniremos con usted.

No se preocupe.

No, tambi�n usted,
esp�renos con la se�ora,

por favor.

Fazio, mira esto.

Se apuntaba los nombres
de los amantes en curso.

Le pod�an durar desde una
semana hasta quince d�as.

Despu�s de cada encuentro se apuntaba
tambi�n el n�mero de tel�fono.

Y tambi�n los regalitos que le hac�an.

Una cadenita de oro,

una pulsera,

un collar...

�Qu� hacemos, doctor?
�Nos las llevamos todas?

No, de momento vamos a
llevarnos la de este a�o.

En el fondo, Pamela est�
aqu� desde hace cinco meses.

Est� claro que la se�ora no se
pierde un movimiento de la chica.

Creo que est� despierta toda la noche

para saber hasta qu� hora
se queda el �ltimo amante.

Es la t�pica metomentodo, pero a
nosotros nos puede venir bien.

Pero el Sr. Barletta me ha
parecido muy preocupado por lo

que podr�amos haber encontrado
dentro de la casa de Pamela.

�Crees que puede estar escondiendo algo?

Puede ser.

A veces, �sabe, comisario?,
entre empleador y trabajadores

se pueden crear relaciones extra�as.

Intenta echarle un
vistazo lo antes posible

e intenta averiguar si tambi�n Barletta
ha pasado por la cama de Pamela.

Vamos a charlar con la se�ora.

- Doctor comisario, �ha encontrado algo?
- No, nada de nada. Si�ntese.

Entonces, se�ora,

d�game una cosa, �tiene
Pamela asistenta?

S�, se la busqu� yo, una mujer
muy de fiar, se llama Agata Gioel.

Tambi�n ella tiene
las llaves de la casa.

Viene todos los d�as desde las once
hasta las dos, despu�s de comer.

Tambi�n prepara la comida.

Despu�s, cuando Pamela se levanta,
siempre sobre el mediod�a,

le hace la habitaci�n.

Fue Agata la que me confirm�
que la noche anterior,

la chica no hab�a vuelto,

porque encontr� la cama intacta.

- �Era la primera vez que pasaba?
- S�, s�.

Son casi las 11. Esta se�ora,
Agata, �vendr� tambi�n hoy, no?

S�.

Entonces d�gale que
se pase por comisar�a.

Otra cosa, �Pamela ten�a coche?

�Qu� iba a hacer con
un coche, comisario?

Desde aqu� hasta el caf� hay
15 minutos de camino a pie.

Y cada noche, hab�a siempre alguien
que la tra�a a casa en coche.

Perdone, se�ora, pero obviamente
a ese alguien, usted lo o�a llegar

- y cuando se marchaba, �no?
- Claro.

Pero no es que se fueran enseguida.

�Cu�nto tardaban en marcharse?

Depende, una hora, dos, tres...

�Hasta cuatro horas!

Usted duerme poco por
la noche, �no, se�ora?

Muy bien,

le agradezco su colaboraci�n
y la tendremos al corriente.

Gracias, se�ora.

De nada.

Comisario, yo, �qu� hago?

Le har� saber si hay novedades.

�Es un problema para
usted volverse andando?

No.

Perdone, doctor. Est� la Sra. Fodero.

�La Sra. Fodero? �Y qu�
quiere la Sra. Fodero de m�?

No lo s�, doctor. Pero como
usted no estaba en el lugar,

habl� con ella el Dr. Alucello.

Has hecho bien.

�Salud!

�Salud y una mierda!

Es culpa tuya. La pr�xima vez el ba�o
por la noche te lo das con Fazio.

�Es un delicado el Dr. Augello!

- �Qu� quer�a la Sra. Fodero?
- �Eso te dijo Catarella?

- Se llama Todaro.
- Catar�, faltar�a m�s.

Est� en mi despacho.
Ven a verla t� tambi�n.

- Empezar� a ver la agenda.
- Muy bien.

Muy bien, la se�ora cree que
ha habido un robo en su casa.

No lo pienso, es as�.

Las 10.000 liras han desaparecido.

Oiga, �es posible que
su hijo haya, digamos,

simulado ese robo para quedarse con
las 10.000 liras que necesitaba?

Pero, �qu� se le pasa por la cabeza?

�Mi hijo es muy honesto!

Imag�nese, una vez se encontr�
una cartera en la calle

y la llev� directamente al
puesto de los carabinieri.

Y cuando se lo encuentran
se levantan el sombrero.

- �Faltar�a m�s! - Preg�nteselo
ustedes mismos a los carabinieri.

Tenemos que pregunt�rselo,
Mim�, recu�rdamelo.

Se�ora, qu� quiere que le diga...

�Desapareci� algo m�s
aparte de las 10.000 liras?

Ni un alfiler.

Su hijo, �oy� algo
raro durante la noche?

Ni por asomo, cuando se
duerme parece un muerto.

Las puertas y las ventanas,
�ten�an las cerraduras forzadas?

- Nada.
- Nada, nada. �En qu� piso vive?

En la planta baja y todas
las ventanas tienen rejas.

�C�mo cree que ha podido
entrar el ladr�n en su casa?

- No, no, es una mujer.
- �Qui�n?

El ladr�n. La Sra. Todaro est� convencida
de que se trata de una ladrona.

- Y tambi�n s� qui�n es.
- �Qui�n es?

Antonetta Sabatino, la
gran puta del primer piso.

Creo que se lo monta con Peppe.

Y creo, que ese grand�simo
cabr�n de mi hijo,

le dio las llaves de casa para
recibirla cuando yo no estoy.

Entiendo.

Esa se aprovech� y se
llev� las 10.000 liras.

Entonces Mim�, el caso est� cerrado.
No hace falta la ayuda de la polic�a.

�Tiene alguna prueba contra esa chica?

�Es que hacen falta pruebas?

Comisario, le digo que las cosas
son as� y me tiene que creer.

Tiene raz�n, se�ora, pero �con
qu� pruebas? �Con qu� pruebas?

Nosotros vamos tras las pruebas.
D�jenos hacer ahora nuestro trabajo.

- �Ha firmado la denuncia?
- S�, con el Dr. Augello.

Entonces est� en buenas
manos, no se preocupe.

Pero, �no van a arrestar
a Antonetta Sabatino?

- �Es que ahora tenemos que arrestarla?
- �Pues claro!

D�jenos hacer algunas averiguaciones,
que si no, no nos divertimos.

Adelante, por favor.

- Adi�s.
- Adi�s.

- Adi�s, se�ora.
- Adi�s, comisario.

- �Incluiste a la chica en la denuncia?
- �Bromeas? No.

La denuncia es contra desconocidos.

Adem�s, esta historia de que la novia
del hijo es una ladrona, es una mierda.

�Piensas que se trata de un ladr�n
que siempre roba solo 10.000 liras?

Es probable,

pero de momento no tenemos
elementos de juicio.

- �Qu� vas a hacer?
- De momento, nada.

Pero si roba 10.000 liras,
seguramente actuar� otra vez.

�Cu�nto pueden durar 10.000 liras?

Esperaremos.

�Doctor, doctor!

Perdone, ha llegado la Sra. Agata
Gioel, la asistenta de Pamela.

�Podemos ir a su despacho?

- Venid.
- Venga, se�ora, venga.

Con su permiso.

Buenos d�as, por favor,
se�ora, si�ntese.

Buenos d�as, comisario. Agata Gioel.

Comisario Montalbano, encantado.

Entonces, se�ora,

hablemos un poco de Pamela.

Creemos que a esa chica

no le gustaba dormir sola por
la noche, �usted qu� dice?

�Por la noche? �Me toma el pelo?

Esa, dorm�a por la ma�ana.

�C�mo lo sabe? �Estaba
presente, por casualidad?

�S�! �Solo faltar�a eso, que estuviera
yo presente, Sr. comisario!

Cuando la se�orita
finalmente se levantaba

y yo entraba en el dormitorio,

�Mar�a! �Mar�a! �Parec�a que
entraba en un campo de batalla!

�Nada menos!

Por ejemplo, algunas veces, le
gustaba hacerlo sobre el somier

y tiraban al suelo el colch�n.

�Y c�mo lo hac�an?

�Qu� c�mo lo hac�an? Y yo
qu� s� c�mo lo hac�an...

Otras veces, en cambio, cog�an el somier

y lo mov�an hacia el espejo del armario.

Para verse...

�Para verse! �Para
verse, lo ha entendido!

Otras veces mov�an el
armario directamente.

Y despu�s, comisario, hab�a noches

que hac�an la televisi�n.

- �Hac�an la televisi�n?
- La televisi�n.

�Qu� quiere decir?

Sr. comisario, en la televisi�n

miraban pel�culas que ten�a la se�orita

donde hab�a hombres y mujeres
que hac�an cosas guarras.

Se llaman pel�culas
pornogr�ficas, se�ora.

�Y yo qu� s� como se llaman?

Y adem�s, Sr. comisario,
qu� quiere que le diga...

No es que fuera suficiente que
lo hicieran en el dormitorio. �No!

�En la ba�era!

�En la ducha! �Agua por todas partes!

�A ella qu� co�o le importaba!

Cr�ame, cr�ame.

�Lo hac�an tambi�n en
la mesa de la cocina!

�Anda ya!

Comisario, �es que cuando
uno est� comiendo,

le entran las ganas?

Quitaban el mantel de la mesa,
con todo lo que hubiera encima

y se pon�an all� a hacerlo.

Est� bien, se�ora, hablemos de
otra cosa, puede que sea lo mejor.

Como usted quiera.

Por casualidad, la chica,

�le confes� alguna vez que
tuviera discusiones o peleas

con sus amigos nocturnos?

Seguramente las habr�
tenido, pero Sr. comisario,

�a qui�n se lo iba a decir? �A m�?

Solo soy la asistenta. No iba a
hablar conmigo, Sr. comisario.

- D�game la verdad, se�ora.
- S�.

Usted se ha hecho una idea de por
qu� ha desaparecido la chica, �no?

Yo solo me he hecho una idea.

Que a m� todav�a me tiene
que pagar la mensualidad.

�Yo necesito el dinero, comisario!

Eso es un problema.

Oiga, gracias, ha sido muy

- amable por venir, de verdad.
- Gracias, comisario, adi�s.

- Que pase un buen d�a.
- Tambi�n para usted, Sr. comisario.

- Adi�s.
- Adi�s.

Esa Pamela tiene tantas historias pero
no parece que tenga una suya, personal.

No sabemos nada de esa chica.

No sabemos si ha desaparecido ella sola,

por su propia voluntad o
la han obligado a hacerlo.

�Has visto algo
interesante en la agenda?

Barletta, por ejemplo, el del caf�,

parece que no ha tenido nunca
una relaci�n con Pamela.

Y el amante saliente,

el que ten�a que dejar el sitio
libre entre el domingo y el lunes,

que es cuando Pamela desapareci�,

se llamaba Carlo Puma.

Y el que ten�a que reemplazarle,
entre el lunes y el martes

es Rico De Caro.

Y de los dos hay n�meros
de tel�fono en la agenda.

Entonces llamaremos a esos dos se�ores.

Veremos qu� pueden decirnos.

Perdone, doctor. Llam� un tal Tuma que

quer�a hablar con usted
personalmente en persona.

- �Tuma?
- Tuma.

�Conoces a alg�n Tuma?

No creo.

�Qu� quer�a el Sr. Tuma?

No lo s�, doctor. Dice que no
lo pod�a decir por tel�fono.

Le dije que viniera a comisar�a y me
dijo que mejor fuera usted, pero solo.

Usted mismo, por s�
mismo, sin nadie m�s.

Le cit� a las 16 horas, que
ser�an las cuatro de la tarde,

en Contrada Sant'Angelo, justo
donde est� la iglesia desconsagrada.

Catarella, d�melo a m� que me lo apunto.

�Para qu�? Contrada Sant'Angelo,
iglesia desconsagrada.

�Para qu� lo necesitas?

Pero me dijo que quer�a
hablar en privado.

- Entendido.
- Con usted...

Ya lo he entendido, Catarella.
�Puedo comer algo antes?

Pero no se olvide de la cita.

�Diga? Comisar�a de Vigata.

�Es usted el Sr. Tuma?

�Qu� Tuma?

Puma, Carlo Puma, me llamo.

Ese es el �ltimo amante de Pamela.

Sr. Puma, venga aqu�.

Delante de �l no hablo.

�l es un inspector de polic�a,
y si quiere hablar conmigo,

tiene que aceptar que
est� presente tambi�n �l.

Si no, nuestro encuentro termina aqu�.

Perdone, comisario,

pero soy un consejero del ayuntamiento,

presidente de la asociaci�n de
economistas y no quisiera que...

Dej�moslo estar, sabemos
muy bien qui�n es usted.

Es uno de los amantes
de la Srta. Pamela.

Y ten�a que haber quedado con ella la
noche entre el domingo y el lunes, �no?

�C�mo lo ha sabido?

La se�orita ten�a una agenda

en la que anotaba los nombres

y los n�meros de tel�fono
de todos sus amantes.

�Dios m�o!

H�blenos del domingo por la noche.

Qued� con Pamela, desde el primer d�a,

que la esperar�a a las 00:15,
arriba, en el Vicolo Caruana,

dentro de mi coche.

Cuando ella pasara,

ten�a que bajarme del coche

y seguirla andando.

�Por qu� no pod�a
esperarla en su portal?

Y yo qu� s�. Ella as� lo quiso
y nunca le pregunt� el por qu�.

Volvamos al domingo.

S�.

Llegu� al Vicolo sobre medianoche.

Ten�a un regalito para ella.

�Qu� regalito?

Una pulsera,

bastante cara.

La esper� hasta la una de la madrugada.

Despu�s me preocup�.

Ella era siempre tan puntual...

Entonces me puse en movimiento
y pas� por debajo de su casa,

pero no hab�a luz.

Baj�, llam�, pero no respondi� nadie.

Despu�s fui al caf�,

pero estaba cerrado.

Eso es todo.

La noche siguiente,

en el caf�, me enter�
de su desaparici�n.

�Sabe si ha tenido alguna vez alguna
discusi�n con alguno de sus amantes?

No es que habl�ramos mucho.

Mire, comisario, yo

me pod�a quedar con ella
el tiempo indispensable

ya que tengo que volver a
casa a una determinada hora.

- Si no cualquiera oye a mi mujer...
- Lo entiendo muy bien.

Estamos igual, doctor.

�Qu� hacemos ahora? No
nos ha dicho nada nuevo.

No, pero me sugiri� una cosa.

Nos dijo que esperaba a la
chica en Vicolo Caruana, �no?

Pueden haber pasado dos cosas,

o Pamela no ten�a ganas de
verle y se fue por otra calle

o no lleg� nunca al Vicolo Caruana.

�Por qu� no nos damos un paseo
hasta el Caf� Castiglione?

S�.

Buenas tardes.

Buenas tarde, Dr. comisario,
�hay novedades?

No, todav�a no hay novedades.

D�game una cosa, el domingo,

cuando cerraron, �qui�n
fue el �ltimo en marcharse?

Como siempre, Pamela,

Peggino, el camarero, y yo
que al final cierro la verja.

�Se fij� si hab�a alguien
esperando fuera a Pamela?

No, no hab�a nadie.

Pregunte a Peggino que esa noche
la acompa�� parte del camino.

Ahora le llamo.

�Peggino!

�Peggino!

Ven aqu�, quiere hablar
contigo el Dr. comisario.

A sus �rdenes, comisario.

�Acompa�aste t� a Pamela
a casa el domingo pasado?

S�, s�.

Como yo vivo en la
mitad de Salita Gomez,

de vez en cuando pasa que a la
chica no hay nadie que la acompa�e

y entonces, hacemos el camino juntos.

Oiga, para que yo lo entienda,

entonces la acompa�� hasta Salita Gomez

y durante el camino nadie les par�, �no?

Nadie.

�C�mo te pareci� que estaba la chica?

No estaba como siempre, comisario.

- Hasta ma�ana.
- Adi�s, adi�s.

Hasta ma�ana, chicos.

Al contrario, por decirlo todo,
nunca la hab�a visto tan nerviosa.

Continuamente miraba hacia atr�s,

como si le asustara que
alguien nos siguiera.

Cuando uno pas� cerca de
ella, me apret� el brazo.

Fue antes de llegar a mi casa.

Tanto que le pregunt� si
quer�a que la acompa�ara

hasta donde viv�a ella.

Pero me dijo que no quer�a.

- No, no, gracias.
- Adi�s.

Pero durante el domingo,

�pudo haber pasado
algo que la perturbara?

No, nada, nada, comisario.

�Una discusi�n con un cliente?

Una contestaci�n poco adecuada,
yo qu� s�, cualquier cosa.

Si le digo que nada, es que nada pas�.

Pero si Peggino dice
que estaba distinta,

que estaba cambiada, quiere
decir que algo hab�a pasado.

�La llamada!

�Qu� llamada?

Mire, el tel�fono siempre lo cojo yo.

Esa tarde recibimos una llamada
preguntando por Pamela.

Era la voz de un hombre.

Preguntan por ti, Pamela.

Yo se lo pas�.

�Diga?

Despu�s me di la vuelta, cerr� la verja

y entr� justo cuando ella colgaba.

Muy bien, admitamos por un momento
que hayan raptado a Pamela.

Seguramente el secuestrador
conoc�a muy bien tanto a ella,

como el camino que hac�a
cada d�a para volver a casa.

Por lo tanto, si pas� algo,

creo que pas� al principio
de Viale Della Vittoria.

Es la �nica calle grande que permite
que los coches vayan deprisa.

Pero aqu� el problema no
es d�nde, si no el por qu�.

Si consigui�ramos saber con qui�n
hablo por tel�fono la chica,

ser�a un gran paso hacia delante.

Efectivamente, la llamada
nos podr�a indicar el m�vil.

�Te has fijado si entre
los nombres de la agenda

hay alguien que haya tenido
problemas con la justicia?

S�, pero no he encontrado nada.

�Cu�l es el �ltimo nombre de la agenda?

Un tal Sr. De Caro.

Dile que venga a la comisar�a, entonces.

�Diga?

Montalbano, estoy de guardia,

perdone si le molesto en casa.

No me molesta en absoluto,
d�game, Sr. comisario jefe.

Quer�a que lo supiera antes
por m� que por los peri�dicos.

Hace unas horas han raptado en Montelusa

al hijo de diez a�os del Dr. Di Bartolo,

un rico empresario de la provincia
con poderosos amigos pol�ticos.

Se trata, sin duda, de un
secuestro con el fin de extorsi�n.

�Han pedido ya el rescate?

No, todav�a no,

pero seguramente estamos
frente a profesionales

y por eso he hecho intervenir al
equipo especial del ministerio.

Entiendo.

Por lo que se refiere a
su petici�n de traslado,

ya la he puesto en marcha, pero usted

�sigue convencido?

Muy convencido, Sr. comisario jefe.

Muy bien, buenas noches entonces.

Buenas noches.

Niccol�.

Hola Salvo.

- Perdona el retraso.
- No te preocupes. �Qu� necesitas?

Quer�a pedirte una cosa.

- Mientras no tardes mucho...
- �Por qu�, qu� tienes que hacer?

Estamos liados con la noticia

del secuestro del hijo
del Dr. Di Bartolo.

Ya sabes c�mo es esto.

Oye, te quer�a pedir un favor.

Tienes que emitir la noticia de la
chica que desapareci� hace dos d�as.

�Fue un secuestro?

No, no estamos seguros todav�a.

Muy bien, entonces m�ndame el nombre,
apellidos, las fotos y todo lo dem�s...

Pero, Salvo, no te puedo
garantizar que lo emita hoy.

Por favor, hazme ese
favor, es importante.

Las fotos que te las d� el due�o del
caf� Castiglione, el Sr. Barletta.

�Seguro? �Nada m�s?

S�, lo emites en el telediario
de las 11 y en de las 14.

Le obedezco, comisario.

- �Necesita algo m�s?
- No.

Perfecto. Qu� pases un buen d�a.

Adi�s.

Mire, somos un grupo de
amigos que, de vez en cuando,

compartimos el placer de una partida
de p�quer lejos de ojos indiscretos.

Claro.

�Juegan fuerte?

Nos lo podemos permitir.

�A qu� se dedica, Sr. Dimel?

Vivo de las rentas.

S�.

Entonces, como le dec�a,

esta vez nos quedamos en
el chalet unos d�as m�s.

Anoche acabamos de jugar a las cuatro.

Mis amigos se fueron en seguida

y yo, despu�s de cerrar
las puertas y ventanas,

a la media hora ya estaba durmiendo.

Cuando me despert� a las
nueve me di cuenta del robo.

�Y qu� le han robado?

Veamos, hab�a dejado en la mesa

lo que hab�a ganado,
despu�s de haberlo contado,

200.000 liras exactas

y encontr� 140.000.

�Est� seguro de que las cont� bien?

Segur�simo, segur�simo,

pero lo que no entiendo es
c�mo pudo entrar el ladr�n

y por qu� no robo todo.

Naturalmente no oy� ning�n
ruido extra�o o algo sospechoso.

No. Absolutamente no.

Y adem�s le aseguro que yo
tengo un sue�o muy ligero

y me despierto con nada.

�Antes de dormirse tampoco not� nada
raro? �O fuera del chalet, en la calle?

No, no.

Pero ahora que lo pienso,

cuando acompa�� a mi amigo Giovanni,
que se fue el �ltimo en coche,

y mi amigo Giovanni encendi� los faros,

vi claramente a un hombre en el litoral.

Incluso lo vi bastante bien

porque Giovanni no se march� enseguida

ya que comentamos la �ltima partida
mientras �l estaba en el coche.

�Entonces podr�a
describir a esa persona?

S�, s�. Era bastante alto, delgado...

y con una mano sujetaba el
manillar de una bicicleta.

- �Una bicicleta?
- S�.

Y tambi�n llevaba una
gorra en la cabeza.

Sr. Dimel, le doy las gracias.

Gracias a usted, comisario.

- Adi�s.
- Adi�s.

�Qu� hacemos?

�Qu� quieres que hagamos?

�Quieres arrestar a todos los
hombres que vayan en bicicleta

y que tengan una gorra?

�Quieres poner vigilancia en
todas las casas de Vigata?

Perdonen.

El Dr. De Caro nos ha dicho que
esta ma�ana no puede pasarse,

ten�a un asunto improrrogable.

- Vendr� a las cinco de la tarde.
- Muy bien.

�Sigo trabajando con
la agenda de Pamela?

Ve, ve.

Perdona, pero llegados a este punto �por
qu� no se lo preguntamos a Carmine?

Conoce a todos los ladrones
de la zona de Vigata.

Claro, buena idea, muy bien Mim�.

Me da que pensar...

Cuando est� en G�nova, �qu� har�s?

�Llamar a Carmine cada vez
que tengas un problema?

Buenos d�as, doctor, pase.

Carmine, �c�mo est�?

Bienvenido Augello.

�C�mo quiere que est�, querido doctor?

�Sabe lo que se dice?

Que si un hombre tiene en casa m�s
medicinas que botellas de vino...

quiere decir que algo no va bien.

�Les hago un caf�? Aunque tengo que
decirles que mi caf� es horrible.

Entonces lo evitaremos.

Vamos a sentarnos fuera, venga.

Entonces, �c�mo puedo ayudarles?

Se trata de un ladr�n

que entra en las casas sin hacer ning�n
da�o, como si atravesara las paredes.

Pero ese roba siempre
cantidades irrisorias,

10.000 liras, 20.000, al m�ximo 60.000.

Y parece que siempre lleva
una gorra en la cabeza.

�Y por casualidad le han
visto por ah� en bicicleta?

Entonces, �lo conoce?

Podr�a ser Michele Cangitano.

Es un maestro abriendo puertas.

Solo que hace tres a�os lo arrestaron

y lo condenaron a cinco a�os, por
lo que deber�a estar todav�a dentro.

Hace un mes hubo una amnist�a,
�pudiera ser que lo hayan soltado?

Entonces compru�balo.

Mira a ver si lo han
soltado y, si es as�,

haz que venga a comisar�a
despu�s de comer, a las cuatro.

Tenemos pocos indicios,
arrestarlo ahora me parece...

�Qui�n dice que quiero arrestarlo?

Quiero hablar con �l.

�Diga?

Soy Stella.

�Est�s sorprendido? Me lo
diste t� el n�mero directo.

�No te acuerdas?

No, no.

Me acuerdo, me acuerdo.

�C�mo est�s?

No importa. Oye, he visto
el telediario de Retelibera.

Han hablado de una chica
que ha desaparecido,

una tal Ernesta Bianchi, alias Pamela.

Es cliente nuestra.

�Podemos hablar de ello?

Para eso llamo.

Ven al despacho, ahora mismo,
si no te es demasiada molestia.

S�, s�, muy bien,

voy enseguida.

Adelante.

Buenos d�as.

Buenos d�as. El inspector Fazio.

Buenos d�as.

Por favor, inspector, si�ntese.

En el telediario de Retelibera
han dicho que Pamela desapareci�

la noche entre el domingo y el
lunes. �Lo he entendido bien?

S�. Exacto.

Eso no es posible.

El lunes por la ma�ana, a las
ocho, a la hora de apertura,

Pamela vino al banco.

Sac� todo y cerr� la cuenta.

Vaci� las dos cajas de
seguridad y las dej� tambi�n.

Ten�a una maleta mediana
y lo meti� todo dentro.

�Nos puedes decir cu�nto
ten�a en la cuenta?

Lo siento, no.

Solo puedo decirle, comisario,

que su empleador la pagaba bien,

ganaba mucho con las propinas
y era una gran ahorradora.

�Al menos le explic� el motivo por
el que decidi� cerrar la cuenta?

Mencion� a una p�rdida imprevista
que la obligaba a volver a Mil�n.

No lo s�, puede que
sea una impresi�n m�a,

pero me pareci� muy asustada.

Muy bien, directora, su
informaci�n nos resulta muy �til.

Y nosotros ahora nos vamos.

- Hasta pronto, gracias.
- Que pase un buen d�a, inspector.

Stella,

te debo disculpas.

Tienes todos los motivos del mundo
para estar enfadada conmigo.

No estoy enfadada contigo,

porque para estar enfadada con alguien,

hace falta que ese
alguien te importe algo.

Y t� no me importas nada en absoluto.

- Trat� de dec�rtelo...
- De todas formas, �qu� cambiar�a?

Todas tus palabras resultar�an in�tiles.

Estoy acostumbrada a los
hombres que solo saben hablar.

Pensaba que t� eras diferente.

Me equivoqu�.

"Y repetimos la invitaci�n para qui�n
tenga noticias de Ernesta Bianchi,

conocida tambi�n como Pamela,

se dirija directamente a
la comisar�a de Vigata..."

Que se trate de una
desaparici�n voluntaria,

me parece una medida extra�a.

Que sea una desaparici�n voluntaria,

me parece una gran hu�da.

Seguramente se debe a la
llamada que recibi� en el bar.

Evidentemente el hombre del otro lado
del tel�fono la debi� de asustar tanto

que habr� pensado en huir
de Vigata lo antes posible.

�D�nde habr� pasado la noche?

Si empezamos a hacernos todas esas
preguntas nunca llegaremos a nada.

T� dec�as que Pamela era
una chica sin historia

y te equivocabas.

Pamela tiene una historia pero
todav�a no somos capaces de verla.

�Puedo?

Por favor.

�Me permite?

Si�ntese.

�Est� libre?

Me llamo Mario Consolato.

Comisario Montalbano.

Oiga,

no me gustar�a que hubiera equ�vocos.

Soy una buena persona,
un buen padre de familia.

Un honesto comerciante. Nunca
he tenido problemas con la ley.

Me complace.

Por eso no querr�a que la gente pensase

que si conoc�a a esa chica era...

por mojar el churro.

�De qu� chica estamos
hablando? Vaya por orden.

Se lo cuento en orden.

No vivo en Vigata, sino en Montereale,

pero vengo aqu� casi todos los d�as.

Han dicho en el telediario que Pamela,

la camarera del caf� Castiglione,

desapareci� el domingo por la noche.

Pero no es posible, porque yo,

el lunes por la ma�ana, sobre las 09:30

me la encontr� en la Via del
Corso y la llev� a la estaci�n.

Oiga,

durante el viaje, por casualidad,

�le dijo el motivo por
el que se iba de Vigata?

No abri� la boca, comisario, solo
se despidi� y me dio las gracias.

�Le pareci� asustada, preocupada?

Estaba aterrorizada, comisario, tanto
que le pregunt� que le hab�an hecho,

pero no me respondi�.

Se lo agradezco, se�or...

- Consolato.
- Consolato.

Adi�s.

�Es verdad, doctor?

�Todav�a no me lo creo!

Pero Catarella, �Qu� haces?
�No llores! Pero, por favor...

Lo he o�do con mis propios
o�dos, por lo tanto es as�.

- Pero si ni siquiera oyes bien, �calma!
- Oigo muy bien.

- Estas cosas las oigo muy bien.
- Los de la comisar�a tenemos raz�n.

�No pong�is en mi boca
cosas que yo no he dicho!

Pero, �es que no lo pod�amos saber?

Intenta averiguar qu� trenes
salen de Vigata sobre las diez.

Muy bien.

�C�mo vas con la agenda?

Doctor, ah� hay muchos
nombres de amantes,

pero hasta ahora no he encontrado
ning�n nombre sospechoso.

A trabajar.

�Qu� pasa?

Nada.

�Sabes qui�n est� en mi despacho?

Michele Cangitano, con su gorra.

Dile que venga a mi despacho.

S�.

�Se imagina por qu� le he hecho venir?

Me preguntaba por qu�,

pero no me corresponde
a m� hacer preguntas.

Le toca a usted hablar primero.

Es verdad.

Digamos que... me han
hablado mucho de usted.

Y que ten�a curiosidad por conocerlo.

Tambi�n yo quer�a conocerlo.

En la c�rcel he o�do
hablar mucho de usted.

�C�mo es que acab� en la c�rcel?

Por robo, me imagino.

�Robo? �Qu� tiene que ver?

Nunca me han condenado por robo.

- �No?
- No,

y si no me cree mire mis antecedentes.

No he le�do ning�n papel,
he intentado adivinar.

Se lo digo yo, sin saltarme nada.

Tengo cuatro condenas.

La primera, cuando ten�a 20
a�os y la sangre caliente,

fue por una ri�a,

una idiotez debido a una chica.

La segunda por apropiaci�n indebida.

La tercera por falso testimonio.

Y la cuarta y �ltima, por un asunto

demasiado largo para contarlo.

No tenemos nada que hacer,
Sr. Cangitano, cu�ntenoslo.

Mi cu�ado,

padre de dos hijos,

que era alba�il,

se cay� del andamio y se
qued� paral�tico para siempre,

pero el empresario dijo que
la culpa era de mi cu�ado,

que no hab�a tenido cuidado,
cuando faltaba toda protecci�n.

Y el juez, que era el amante de la
mujer del empresario, le dio la raz�n.

Y a mi cu�ado solo le
qued� que pedir limosna

o aceptar lo poco que le pod�a dar yo.

Entonces yo, un d�a,

esper� al juez cuando sal�a del juzgado

y le part� la cara.

En la pr�ctica usted
reaccion� ante una injusticia.

Entonces, siguiendo con lo que
es justo y con lo que no lo es,

desde su punto de vista,

solo por hablar,

desde su punto de vista,
�es justo quitarle el dinero

a alguien que lo ha ganado honestamente?

Si uno roba porque le gusta robar,

o porque quiere el dinero
para despilfarrarlo,

no es justo.

Pero si roba solo lo que
necesita para comer

o para ayudar a alguien que lo necesita,

ni una lira de m�s ni una lira de menos,

entonces, enti�ndalo,
la cosa cambia mucho.

Cangit�, para ti cambia
la cosa, no para la ley.

Para la ley un ladr�n
es siempre un ladr�n.

Esa es la injusticia de la justicia.

Aunque aprecien una atenuante,
te mandan igual a la c�rcel,

cambia solamente el
tiempo que est�s dentro.

Una vez un juez afirm�

que ellos eran igual de
precisos que los m�dicos,

que ellos curaban los
males de la sociedad

y los m�dicos los del cuerpo.

A m� me dio la risa.

�Por qu�?

Doctor Montalbano,

no hay un c�digo para las enfermedades.

Cada enfermo es un caso �nico.

Y el m�dico lo cura seg�n
sea la enfermedad

en el cuerpo que est� curando.

En cambio, la ley es igual para todos.

Ni lo intentes, Cangit�,

sabes muy bien que esa frase
quiere decir otra cosa.

Doctor, s� muy bien lo que quiere decir.

�Usted dir�a que la ley
es igual para todos si

le contara otra vez la
historia de mi cu�ado?

Doctor Montalbano, yo he
buscado un trabajo honesto

durante toda mi vida,

pero no lo he encontrado.

�Cangitano!

Ha sido muy interesante hablar contigo.

Doctor.

Estoy seguro de que
nos volveremos a ver.

Doctor, tambi�n yo estoy seguro
de que nos veremos otra vez.

Ojal� que no sea aqu�.

No lo dudo.

�Me dices el porqu�?

�Por qu� que?

Por qu� no me has dejado
llevar el interrogatorio.

Y t�, �por qu� les has dicho
a todos lo del traslado?

Yo no le he dicho nada a nadie.

�Qu� no le has dicho nada a nadie?

�Y por qu� cuando he entrado
me miraban todos tan raro?

Salvo, fuiste t� el que esta
ma�ana en la centralita,

cuando iba a llamar a Carmine,
cuando hiciste esa broma,

"ahora me voy a G�nova". Todos lo
oyeron y han venido a preguntarme.

No pod�as encontrar una excusa, �no?

No.

- �No?
- No puedo.

�No puedes? En cambio con
las mujeres s� que puedes.

�Qu� tiene que ver?

De todos modos tranquil�zate, ya ver�s
como no va a haber ning�n problema.

Doctor, ha llegado De
Caro, le espera fuera.

Muy bien, ya lo ves.

Fazio,

ven un momento.

�Qu� pasa? �Me necesita ahora?

�Tienes alg�n problema?

�Yo? Ninguno.

No, no, no, no. T� tienes
alg�n problema, �cu�l es?

Es usted, que est� nervioso.

Mira, a ti te pasa algo
conmigo, dime por qu�.

S�, la tengo con usted, �vale?

�Cu�ndo nos iba a decir que se iba
a G�nova? �Cu�ndo estuviera all�?

Ah� est� Catarella
llorando como un ni�o,

pero si este es su modo de relacionarse
con los colegas, entonces est� bien.

Os lo habr�a dicho

a su debido tiempo, os lo habr�a dicho.

- Es que no me lo permit�an.
- �S�?

�S�!

Ahora, por favor, sigamos
con la investigaci�n,

no perdamos el tiempo.

Haz entrar a De Caro

que yo le tengo que decir una
cosa a Mim� en su despacho.

Vamos.

Salvo, tienes que perdonarme,

nunca hubiera podido imaginar
que se iba a armar todo ese l�o.

Dej�moslo.

Dime, ya que como t� dices, el
caso Cangitano es tambi�n tuyo.

�Qu� es lo que har�as t�?

Tengo un plan.

Sabemos que Cangitano
es un tipo met�dico,

que no hace las cosas impulsivamente,

entonces, he pensado que nosotros
esta noche pongamos a nuestra

gente de guardia, o Gallo o Patern�,

desde la medianoche hasta
las cinco de la ma�ana.

En cuanto Cangitano
salga de casa para robar,

que nuestra gente lo siga

y cuando entre en una casa, haga
lo que tenga que hacer y salga,

lo arrestamos.

�Qu� te parece?

Muy bien.

Haremos eso.

Pero me disgustar� mucho
arrestar a Cangitano.

Aqu� estoy, el doctor Montalbano.

- Enrico De Caro, encantado.
- Encantando.

Perdone si no he venido antes,

pero como soy el secretario
pol�tico del partido...

No, no, al contrario, le
agradezco que haya venido.

�Usted se hace una idea de
por qu� le hemos llamado?

Comisario, la �nica explicaci�n posible

es que yo hubiera sido el compa�ero
de las noches de Pamela

a partir del lunes, �no?

S�.

Pero por curiosidad,
�c�mo lo han sabido?

Mire, no ha sido dif�cil.

Pamela conservaba una
agenda en la que apuntaba

nombres, apellidos y
n�meros de tel�fono

de todos sus amantes, por lo tanto...

Perfecto, todo controlado.

Oiga, muy probablemente no
tenga nada que decirnos,

pero yo he querido
verle de todas formas.

�C�mo que no?

Tengo muchas cosas que contarles.

Oiga, comisario,

Pamela y yo

acordamos que a partir del lunes
por la noche ir�a a dormir a su casa

porque ella no quiso venir a
mi casa, como yo le propuse.

Mire, vivo solo, soy soltero.

Pero sucedi� que, el domingo
por la noche, sobre medianoche,

me llam� desde el Caf� Castiglione.

�Hola? �Enrico?

Soy yo, Pamela.

Oye, �puedo ir a tu casa?

S�, ahora.

Gracias, llego enseguida.

Vivo en Via Indipendenza,

y por eso Pamela, en
cuanto dej� al camarero

en Salita Gomez vino a mi casa.

�Pamela!

�Qu� ha pasado?

�Quieres que te prepare una manzanilla?

Venga, ven.

Nunca te he visto as�.

�C�lmate, venga!

Ese me ha llamado esta tarde.

Ha dicho que me va a matar.

�Qui�n?

Uno con el que estuve.

Es mejor para ti si no
te digo como se llama.

Dice que me quedan pocas horas de vida.

�Venga, Pamela!

�Te crees todo lo que te dice la gente?

Es capaz de cualquier cosa.

No quise tener nada que ver con
�l, pero me oblig� a estar con �l

porque una noche hizo que
me agredieran dos v�ndalos.

�Entiendes por qu� te digo que
es capaz de cualquier cosa?

Pero, perdona, �por qu� querr�a matarte?

Dice que ha recibido una carta m�a,

en la que le pido diez millones

a cambio de mi silencio
sobre nuestra relaci�n.

�Le has escrito t� esa carta?

�Claro que no!

Pero en la carta pone que tengo
una nota suya que le compromete.

Pero, te lo juro, yo, de ese chantaje,
no s� absolutamente nada.

�No puedes llamarle? �No
puedes aclarar todo esto?

Es in�til, ya te lo he dicho. No razona.

Entonces, Pamela, escucha.

Devu�lvele la nota que lo compromete

y ver�s como se calma.

Ya no la tengo.

La he buscado por todas partes
pero no la he encontrado.

Deb� tirarla. No lo s�.

Lo �nico que puedo hacer es desaparecer.

Irme de Vigata, enseguida.

Venga, no...

Le dije que fuera a la polic�a,

pero no consegu� convencerla.

Solo quer�a huir.

Hice que se acostara unas horas

pero no se durmi� en ning�n momento.

A la ma�ana siguiente le prepar� caf�,

me pidi� una maleta

y se la di.

No puedo decirles m�s.

Muy bien.

Lo que nos ha dicho ser� muy
�til para la investigaci�n.

Para cualquier cosa
quedo a su disposici�n.

Muy bien.

- Adi�s.
- Adi�s.

- Adi�s.
- Adi�s.

Buenos d�as.

Bueno, ahora la cosa cambia.

�Cambia?

S�. Quiz�s Pamela huy� porque
ten�a miedo del que la amenazaba.

Habr� cogido un tren y
vete a saber d�nde est�.

Esperemos que sea como t� dices.

Si as� fuera, ya no oiremos
hablar de Pamela nunca m�s.

Oiga, puede decidir lo
que considere oportuno,

puede irse...

al final ser� otra experiencia.

Y adem�s no son asuntos m�os.

�Cree que el Dr. Augello est�
preparado para llevar la comisar�a?

Obviamente no es decisi�n m�a,

pero si as� fuera,

creo que Mim� ser� un
fant�stico comisario,

solo necesita una oportunidad.

Y que t� le eches una mano.

Buenas tardes.

�Catarella!

Perdone, doctor, �puedo
hacerle una pregunta?

Dime.

Ll�veme con usted a G�nova, se lo ruego.

No puedo estar aqu� sin usted, doctor.

Puedo hacer cualquier cosa,

s� hacer las cosas de la casa, cosas
en la oficina, lo que usted me diga.

Cocino bien, doctor, y tambi�n s�
planchar las camisas de hombre,

me ense�aron a hacer las
cosas de las mujeres.

No me deje aqu�, en la comisar�a,
quiero irme con usted.

Catar�, aqu� est� tu sitio.

Y si es verdad que nombran
nuevo comisario al Dr. Augello,

tu colaboraci�n, tu ayuda,
ser�n indispensables.

Doctor, pero yo no me puedo
imaginar esta comisar�a

sin usted caminando por aqu�.

Yo, doctor, estoy mal, se
lo juro, de verdad, doctor.

Catar�, ya es dif�cil de por s�...

No, doctor, no me diga eso.

Vas a Via Lampedusa n�mero 18.

Es la direcci�n de Cangitano.

Y vigilas, sin que te vean, la entrada
del viejo garaje donde vive el ladr�n.

Cuando salga, lo sigues y
despu�s del robo, lo arrestas.

�Est� claro?

Perfecto. A sus �rdenes, doctor.

Voy armado, �verdad?

�C�mo que armado, Gallo,
c�mo que armado...! �Ve!

Muy bien, doctor.

Perdona, �se puede saber por qu� me

miras como si estuviera
haciendo algo in�til?

Es que es in�til, Mim�.

Si Cangitano es tan bueno como
dicen har� falta algo m�s que

esa vigilancia para
pillarlo in fraganti.

De todo modos, tienes
raz�n, es mejor intentarlo.

Adi�s Mim�.

Cipote, doctor.

�Qu� dices?

Cipote, doctor.

Me est�n ense�ando genov�s, doctor.

Como un amigo m�o hizo la mili por esa
zona me est� dando clases particulares.

�Todav�a con eso, Catar�?

No puedo llevarte conmigo a G�nova.

Tienes que quedarte aqu�. Adem�s en
G�nova hablan italiano, como aqu�.

No, doctor. Aqu� se habla siciliano.

El italiano es como un segundo
idioma para los de fuera.

�S�? Si t� lo dices.

- Cipote, doctor.
- Cipote, cipote.

�Despierta!

Comisario, disc�lpeme.

�Hiciste la vigilancia a Cangitano?

Vigil� toda la noche,
comisario, pero nada.

Se qued� all�, en el garaje,

no se movi�.

- �Seguro?
- La bici estaba atada al poste

y atada se qued�.

Vente a dormir, venga, que te
vas a quedar dormido de pie.

Gracias.

�Qu� quieres Catarella, qu� quieres?

Perdone doctor, pero lleg�
ahora la Sra. Tripepe.

�Tripepe?

�La se�ora se llama Tripepe?

Tripepe, �le parecen pocos doctor?

Que pase, Catar�, que pase.

Por favor, Sra. Tripepe, pase.

Por favor, se�ora, si�ntese.

Me imagino que no se
llamar� Tripepe, �verdad?

�Por qu�? �Y c�mo quiere que me llame?

Tripepe se llama, �de verdad?

D�game, se�ora, d�game.

20.000 liras me jodi� alg�n cabr�n.

Expl�quese mejor, se�ora.

Ayer por la noche, antes de acostarme,

por un pago que ten�a que hacer hoy,

puse 40.000 liras en el bolso.

Y el bolso, �d�nde lo puso?

Encima de una silla a
los pies de la cama.

�Vive sola?

No, con mi marido,

pero es vigilante nocturno
y por la noche no est�.

Siga.

Tiene que saber que tengo un puesto
de fruta y verdura muy bien provisto.

Esta ma�ana, en cuanto
llegu� al mercado,

me di cuenta que dentro del
bolso solo hab�a 20.000 liras.

�No es posible que haya
perdido las 20.000 liras

en el trayecto entre
su casa y el mercado?

Vivo en Via Lampedusa, est�
lejos del mercado, voy en coche.

Si las hubiera perdido, como usted dice,

las habr�a encontrado
dentro del coche, �no?

�D�nde ha dicho que vive, se�ora?

En Via Lampedusa n�mero 1.

En Via Lampedusa.

Entonces, �d�nde has
estado t� toda la noche?

Aqu� me puse, doctor.

Desde aqu� pod�a vigilar tanto
la puerta de hierro del almac�n

como la bicicleta del ladr�n.

�Antes de empezar la guardia
diste la vuelta al garaje?

S�, claro,

pero no hab�a ninguna
otra salida por detr�s.

�Tampoco hab�a ventanas?

Un ventanuco peque�o.

�Con rejas?

Con rejas...

no.

�Crees que podr�a pasar una
persona delgada por esa ventana?

Seguramente sali� por esta ventana.

No pudo coger la bicicleta, que
estaba en la parte de delante,

y rob� aqu�, en el n�mero uno.

T�, esta noche, coges a Patern�

y os pon�is uno delante y otro detr�s,

y hac�is guardia, �vale?

Muy bien, doctor.

Aunque estoy seguro de que no pasar�
nada, lo intentaremos de todas formas.

Doctor.

Malas noticias.

Ha llamado la polic�a ferroviaria.
Han encontrado un cad�ver.

Podr�a ser el de Pamela.

�D�nde?

Debajo de un puentecillo,

entre las estaciones de
Montelusa alta y Montelusa baja.

Hola Montalbano.

Fazio. �Qu� haces aqu�?

Est�bamos buscando a la chica.

Esper�bamos que se hubiera
ido por voluntad propia.

Ernesta Bianchi. 28 a�os
y nacida en Mil�n.

�Es ella?

�Sabes c�mo ha muerto?

Estamos esperando al
simpatiqu�simo de Pasquano,

pero no descartar�a un accidente.

Puede que haya abierto la puerta por
equivocaci�n y se haya ca�do del tren.

�Hab�is encontrado tambi�n una maleta?

No.

�Montalbano!

�No est� un poco lejos
de su jurisdicci�n?

�Qu� hace, viene a tocarme los
cojones tambi�n en Trasferta?

- Doctor, quer�a saber...
- Ya lo s�, ya lo s�, quiere saber

la hora de la muerte.

�Acabo de llegar, d�jeme trabajar!

Pero, a ojo,

creo no equivocarme si le
digo que la chica falleci�,

como mucho, el lunes por la ma�ana.

M�s detalles despu�s de la
autopsia. Y ahora me despido.

�Aire! �Aire! �Aire! �Aire!

�Aire!

�Aire!

Los he citado porque tenemos novedades

sobre el secuestro del hijo
del profesor Di Bartolo.

Estamos casi convencidos de que el chico

est� escondido en el
territorio de Vigata.

Y eso, �qu� quiere decir?
�Qu� tenemos que estar todos

operativos para la b�squeda?

24 horas al d�a, siete d�as a la semana.

Quiero la plena disponibilidad
de todos los efectivos.

Muy bien.

Montalbano, he hablado con
el funcionario del Ministerio

y me ha dicho que no hay
problema para el traslado,

solo que podr�a tardar un poco.

Y mientras esperamos el nombramiento
del nuevo comisario titular,

el Dr. Augello podr�a ocupar
el cargo interinamente.

Espero que est� a la altura.

Me emplear� a fondo, Sr. comisario jefe.

Entonces, concretando, �qu� tenemos
que hacer con lo del secuestro?

�Qu� vamos a hacer? Preguntar por ah�,

ir de casa en casa con una patrulla,

trincar a alg�n sospechoso y
esperar a que alg�n pez gordo

caiga en la red para averiguar
d�nde tienen al chico.

O�dos y ojos bien abiertos, entendido.

Todos los ojos, obviamente,
tambi�n los de Gallo y Patern�.

Claro.

A prop�sito, tenemos que quitar
la vigilancia a Cangitano.

�Sabes c�mo les fue anoche?

�Qu� c�mo ha ido? Ten�as t� raz�n.

Al final Cangitano no sali� ni
por la puerta ni por la ventana.

Lo �nico que hemos conseguido
es que Gallo y Patern�

se mueran de sue�o.

Ilustr�simo, buenos d�as.

Le hab�a pedido un poco
de tiempo, comisario.

En cambio usted viene ni medio
d�a despu�s de haber encontrado

el cad�ver de esa pobre chica.

�Cree que las autopsias
se hacen en diez minutos?

�No me ir� a decir que
todav�a no ha empezado

a trabajar en el cuerpo de Pamela?

Deme esa toalla.

Antes d�game si la chica muri�
cayendo del tren o por otro motivo.

Por otro motivo. �Me da o no esa toalla?

Montalbano, usted tiene la edad
mental de un ni�o de guarder�a.

La han matado, �verdad?

La han estrangulado. Deme la toalla.

�Sabe qui�n es el asesino?

Todav�a no,

pero s� por qu� la han matado.

- Adi�s.
- Adi�s.

�Mim�!

�Mim�!

Mim�, �chame una mano para estudiar
los nombres de la agenda de Pamela,

la chica asesinada, la
que trabajaba en el bar.

Lo har�a gustosamente
pero me acaban de llamar

de la patrulla m�vil de Montelusa.

Tengo que coger todos
los efectivos disponibles

y hacer un registro en una f�brica
abandonada en las afueras de Vigata.

Piensan que all� podr�a
estar el hijo de Di Bartolo.

Esperemos que encuentren
pronto a ese chaval.

�Diga?

- Hola, amor m�o, �c�mo est�s?
- Bien, �y t�?

Te noto raro.

No es nada,

es que no encuentro nuestra
foto, la que estaba en la mesilla.

�Por casualidad, no te la
habr�s llevado a Boccadasse?

No, no tendr�a porqu�.

Ya no est�.

�Has mirado debajo de la
cama? �Debajo de la mesilla?

S�, s�, he mirado. He
mirado por todas partes.

Entonces la habr�
quitado Adelina. Me odia.

Oye, a prop�sito, �has
sabido algo del traslado?

Todo est� en marcha.

El comisario jefe dice que

habr� que esperar un poco, pero que
no tiene porqu� haber problemas.

Tengo que dejarte, ha
llegado un invitado.

- �Qui�n?
- Buenas noches, doctor.

Una chica, a la que le falta un poco
de pelo y que tiene alg�n a�o de m�s.

Es Livia.

Hola,

Srta. Burlando, �c�mo est�?

Es que el doctor me ha pedido
que le eche una mano. �Sabe?

Tiene a todos los hombres ocupados

y esto es, dig�moslo,
una cena de trabajo.

Muy bien, les dejo trabajar entonces.

Dele un beso a Salvo.

- Buenas noches.
- De su parte.

Lo siento, doctor.

Dos horas de trabajo desperdiciadas.

Est� bien.

Despu�s de todo, su hijo
ya la hab�a examinado

y no hab�a encontrado nada interesante.

Era solo que

esperaba que usted, con sus
conocimientos, su experiencia...

�Qu� quiere que le diga, doctor?

Yo, a los que est�n en la agenda,

los conozco a casi todos. Pero no
me parece que entre ellos haya

gente problem�tica.

Pero tambi�n es verdad que la
memoria empiece a fallarme,

por lo que no pongo la mano en el fuego.

Tambi�n puede ser

que Pamela no haya escrito
el nombre del asesino

porque se haya dado cuenta
de que era peligroso.

Pudiera ser.

Est� bien, lo hemos intentado.

Est� bien.

Entonces, si no le molesta,

me voy, que mi mujer, a esta hora,
ya sabe c�mo son la mujeres,

estar� preocupada.

Por supuesto, no querr�a ser el
responsable de una disputa familiar.

- Le acompa�o.
- Gracias, gracias.

Pero Carmine,

ll�vese la agenda a casa.

Est� bien.

Visto que ahora no le
viene nada a la cabeza.

Ma�ana, con la mente fresca, qui�n sabe.

Muy bien. Lo intentar�.

De todos modos, gracias por la velada.

Ha sido un verdadero placer.

Me ha hecho recordar las primeras
veces, cuando llegu� a Vigata.

Gracias a usted. Me ha hecho sentir

de nuevo en activo.

Pero d�game,

�es verdad lo que me ha dicho Giuseppe?

�Qu� ha pedido el traslado?

Lo digo porque

ser polic�a en G�nova

es muy distinto a como lo
ha sido aqu�, en Vigata.

�Est� seguro de su elecci�n?

Estoy seguro, Carmine.

As� como estoy seguro de que polic�as
como nosotros hacen falta aqu�

y tambi�n en G�nova.

Esperemos que sea verdad.

�Suerte!

Gracias.

- Buenas noches.
- Buenas noches.

Buenos d�as, comisario. �Puedo
entrar un momento con mi padre?

- Queremos hablar con usted. Ven, pap�.
- �Ha pasado algo?

S�. Ayer, cuando volvi�
de su cena de trabajo,

me dijo que no hab�an encontrado el
nombre del posible asesino de Pamela.

Y por eso nos pusimos juntos
a mirar la lista de los nombres.

- A las cuatro nos dimos cuenta, doctor.
- Me imagino que hab�is encontrado algo.

Le parecer� incre�ble.
El nombre estaba all�,

pero se nos hab�a pasado
a los dos, no s� c�mo.

Mir� aqu�. Tres meses despu�s
de su llegada a Vigata,

Pamela empez� a salir
con Michele Torrisi.

S�, oficialmente es vendedor de licores,
puede que sea un proveedor de Barletta.

Y tiene un bar donde pasa todo el d�a.

Pero es un bravuc�n, ha estado
ya un par de veces en la c�rcel

por peleas y por alteraci�n
del orden p�blico.

Muy bien, pero no me parece
suficiente como para sospechar de �l.

Y al principio tampoco a
nosotros, por eso no lo notamos,

pero luego nos acordamos de
una cosa muy importante.

- Dila pap�.
- Dila.

No, dila t�, pap�. Te
acordaste t�, lo dices t�.

Pero no es que...

A ver, se�ores, acabemos con
esto, d�ganlo juntos o si no...

Bueno, el tal Michele Torrisi, cuando
sal�a con Pamela, ya estaba prometido,

con boda fijada, con Patrizia
Sinagra, nieta de don Balduccio.

Y aqu� la cosa cambia.

Don Balduccio no me parece que sea de
los que vaya a aceptar en la familia

a uno que, antes de casarse,
ya es infiel a la nieta.

Exactamente.

Piense que hace un tiempo, un ex de
Patrizia al que descubrieron con otra,

fue castrado personalmente
por Questino Sinagra.

Y se cuenta que la chica quiso estar
presente en el momento de la amputaci�n.

Por lo que es probable que Torrisi,
para asegurar la estima de la familia,

decidiera eliminar a Pamela.

Solo que De Caro dec�a que
Pamela parec�a sincera

cuando dec�a que no era
ella la que lo chantajeaba.

As� es. Adem�s, �por qu�
se iba a poner a chantajear

a una persona tan
peligrosa como Torrisi?

Entonces parece que alguien se ha
metido en medio de todo este asunto.

Buenos d�as.

�Buscaba a Michele Torrisi?

Soy yo.

�Eres t�?

�Qu� raro!

Pens� que me iba a
costar m�s encontrarte.

Pensaba que te habr�as escondido
despu�s de todo lo que has hecho.

No he hecho nada malo.
�Por qu� me iba a esconder?

�No hiciste nada?

Dime una cosa.

�Qu� se siente

al matar a una chica con la que se
ha hecho repetidamente el amor?

Obviamente a escondidas de tu novia,

que siendo Sinagra de
apellido, es muy peligrosa.

De lo que est� diciendo, no s� nada.

Te asustaste.

Te asustaste de lo que te hubieran
podido hacer los Sinagra.

�Por eso la mataste?

�Pensabas que hab�a sido
Pamela la que te chantajeaba?

Pamela no ten�a nada que ver.

Y eso, usted, �c�mo lo sabe?

Registramos su casa.

Y de la nota que dice la
chantajista que tiene contra ti,

no hemos encontrado ni rastro.

Mataste a la persona
equivocada, Torrisi.

Y ahora, ese esc�ndalo que tanto te
preocupaba, estallar� igualmente.

Solo que ahora t�, estar�s en la c�rcel.

Y en la c�rcel, �sabes a cu�ntos
Sinagra te vas a encontrar?

Pero no habr� nadie para defenderte.

Usted no tiene pruebas porque
si no ya me habr�a arrestado.

Es verdad, pero no me va a costar
nada encontrar las pruebas.

Adi�s, Sr. Torrisi.

Ser� un enorme placer arrestarle.

Buenas noches.

Buenas noches.

�Me esperaba?

Despu�s de todo el montaje
de la fotograf�a...

Si�ntate.

Perd�neme,

perd�neme si me he
permitido entrar en su casa,

pero no era prudente
llamarle a la comisar�a.

As� que pens� que entender�a

que necesitaba hablar a solas con usted,

sin extra�os.

Aqu� estoy, habla.

Es in�til con usted andarse con
rodeos, por eso le voy a hablar claro.

La otra noche,

visto que me hab�an quitado la guardia,

me fui a trabajar.

A trabajar..., Cangit�, a
trabajar... Otra vez con eso...

S�,

quer�a entrar en la casa
del abogado Mascolo,

�usted lo conoce?

He o�do hablar de �l.

Un abogaducho de tres al cuarto que
defiende a delincuentes y a carteristas.

Creo que ahora est� metido
en algo m�s grande.

�Diga?

S�.

D�jame hablar a m�.

Mira, al chico, no hay que
moverlo por ning�n motivo.

�Has entendido?

Hay que huir a un sitio m�s seguro.

S�, s�.

�D�nde lo quieres llevar?

A la cueva de Faraci.

Con todas las patrullas
que hay por ah�, digo,

�qu� tienes dentro de tu cerebro?

La carta ya la mando yo.

T�, tranquil�zate. �Est� bien?

Y no llames m�s.

S�, ya dar� yo se�ales de vida.

Y t�, �qu� hiciste?

Me fui.

�Sin robar nada?

Nada.

Pens�

que si se daba cuenta que hab�a
estado un extra�o en su casa,

podr�a sospechar que hab�a
podido o�r la llamada.

Muy bien.

Gracias,

- y ahora, con su permiso...
- �D�nde vas? �D�nde vas?

Qu�date aqu�. �No te das cuenta
de que lo que me acabas de decir

es poco y no puedo hacer nada?

Doctor, �yo he hecho lo que he podido!

- �Qu� m�s quiere de m�?
- Ahora mismo te lo digo.

Vas a entrar otra vez en la
casa del abogado Mascolo.

Si tenemos suerte, la
carta est� all� todav�a.

Es la �nica prueba que tenemos.

Pero tienes que hacerlo
esta misma noche.

- �C�mo quiere que lo haga?
- Los instrumentos de trabajo,

como t� los llamas, �los llevas encima?

S�, s�.

Eso quiere decir que, por una
vez, no ir�s en bicicleta.

- �No! Est� lejos para ir a pie.
- �C�mo que a pie? �C�mo que a pie?

Te llevo yo en coche.

�Me va a acompa�ar
usted a hacer un robo?

�Qu� robo? No habr� ning�n
robo, no empieces...

Tienes que entrar en la
casa y buscar la carta

o algo que vincule al
abogado con el secuestro.

Si la encuentras, la dejas
all� y vienes a dec�rmelo.

Yo te esperar� fuera
del portal, en el coche.

En resumen, me va a hacer de vigilante.

Pr�cticamente.

�Qu� vas a hacer con eso?

�Qu� que voy a hacer?

Si se saben usar, hacen milagros.

Esta es.

- Yo me voy.
- Ve, ve, te espero aqu�.

�Que co�o hace, doctor, vuelva al coche!

�Cu�nto tiempo has tardado!

He pensado en lo peor.

Me ha asustado.

No consegu�a encontrar nada.

Por eso tard� tanto.

Y, justo cuando estaba perdiendo
la esperanza, la encontr�.

- �La carta?
- La carta.

Estaba en el bolsillo del
abrigo colgado en el vestidor.

Estaba dentro del sobre,
pero no estaba cerrado.

Como ten�a la linterna y
me hab�a puesto guantes,

la cog� y le� las primeras palabras.

Seguro que la quer�a
mandar por la ma�ana.

Muy bien.

Entonces ahora me vas a acompa�ar
hasta donde duerme el abogado.

Y despu�s te vas, �est� claro?

Vamos.

Venga.

�D�nde est�?

Dentro del bolsillo.

Si quer�is volver a ver a vuestro hijo
dejad 500 millones en el abrevadero

que hay en la carretera provincial
de Faraci, en el Km. 41.

La entrega ser� ma�ana a medianoche.

No hagan ninguna tonter�a...
sino acabar� mal.

Y �l, �d�nde est�?

Detr�s de la puerta, a la derecha.

Vete.

Venga, ten cuidado.

�Qui�n eres?

No es importante qui�n sea yo.

�No me haga da�o, por
compasi�n, no me haga da�o!

Tengo ah� tres millones.

Me la sudan los tres
millones que tiene ah�.

�Entonces qu� quieres?

Buenas, Sr. Comisario
jefe, perdone por la hora.

S�, soy Montalbano.

Oiga, tengo importantes
novedades en relaci�n

con el secuestro del hijo de Di Bartolo.

Tengo frente a m� a uno de
los componentes de la banda.

El abogado Mascolo.

�Se da cuenta?

Estoy en su casa.

En Via Stromboli, 5, en Vigata.

Si nos manda a los hombres
de la brigada especial

le garantizamos que encontrar�n
al resto de la banda.

Se lo explicar� todo m�s
tarde. No se preocupe.

Adi�s.

Ahora te toca a ti.

Te aconsejo que no me hagas
quedar mal con el comisario jefe.

Llama a tus compinches.

Perdone, doctor.

Est� el Dr. Di Bartolo que
quiere hablar con usted mismo

en persona, personalmente.

Dile que pase.

Despacito y con buena letra.
Dile que pase. Dile que pase.

Por favor, Dr. Di Bartolo.

Dr. Di Bartolo, encantado de conocerle.

�Catarella, Catarella!

- Perdone, doctor.
- Se te resbal� la mano.

Por favor, por favor, si�ntese.

- Comisario.
- Diga.

He venido para darle las gracias.

Quer�a hacerlo personalmente,
si no hubiera sido por usted...

Pero, no, no... Solo he hecho mi
trabajo, Dr. Di Bartolo. Nada m�s.

El comisario jefe me dijo que
hab�a sido un informante suyo

el que puso las indagaciones
en la direcci�n correcta.

�Quiere saber la verdad?

No era ning�n informante.

Era un ladr�n.

Un ladr�n que estaba robando
en la casa del abogado Mascolo

y que por casualidad le oy� hablar con
los otros secuestradores al tel�fono.

Se dio cuenta que era
�l el jefe de la banda

y decidi� venir a dec�rmelo.

- �Un ladr�n?
- Un ladr�n.

Un ladr�n honesto, si queremos decirlo,

puesto que solo roba lo que necesita,

10 o 20.000 liras.

A los m�s pudientes les ha
robado como m�ximo 60.000 liras.

Dr. Montalbano, perm�tame,

la expresi�n ladr�n honesto

es, como decirlo, un ox�moron.

Es verdad.

Pero estoy seguro de que esta persona,

si tuviera la posibilidad de vivir
honestamente con un trabajo legal,

creo que dejar�a de robar.

Buenas noches.

�Le parece a usted una buena noche?

�Cu�nto has robado esta vez?

20.000 liras.

Devu�lvelas donde las has cogido.

Comisario, �c�mo voy
a volver? �Qu� dice?

Devu�lvelas donde las has
cogido que yo te espero aqu�.

�Para hacer qu�?

Arrestarte.

Est� bien.

�Me echa un vistazo a la bicicleta?

Entonces voy.

Te quer�a avisar de una cosa.

En la denuncia pondr� que
has opuesto resistencia

y que me has dado un
pu�etazo en la cara.

De usted no me lo esperaba.

�Por qu� me quiere ver en la c�rcel?

No te quiero ver en la
c�rcel, no te quiero ver m�s.

Y por eso te estoy dejando elegir.

O te arresto y te pasas
dos a�os en la c�rcel

o ma�ana por la ma�ana llamas
de mi parte al Dr. Di Bartolo.

Es el padre del chico
al que secuestraron.

- �Y qu� va a hacer el Dr. Di Bartolo?
- Te va a dar un trabajo honesto.

Dices que lo has buscado y
que nunca lo has encontrado.

Ahora lo tienes.

�Qu� vas a hacer?

T�ngalas como recuerdo.

Ya no las necesito.

Ma�ana por la ma�ana
llamo, como usted quiere.

Muy bien.

Pero ahora ll�veme hasta mi bicicleta

y si no me la han birlado
me vuelvo a casa.

�Te acuerdas de lo que
nos dijo Carlo Puma?

S�.

El �ltimo amante de Pamela,

es decir, que la chica no
quer�a que la acompa�aran

en coche hasta debajo de su casa.

Creo que no quer�a que
la acompa�aran porque

estaba convencida de que la Insalaco

anotaba el n�mero de
matr�cula de sus amantes.

Ya sab�amos que la
se�ora es una cotilla.

Espera. Deja que termine
mi razonamiento.

Pongamos que los temores
de Pamela fueran ciertos.

Y que la Insalaco no solo anotaba
los n�meros de las matr�culas,

si no que, de un modo u otro,

consegu�a llegar hasta los
propietarios de los coches.

Como es una cotilla,
entr� en casa de Pamela,

encontr� una nota comprometedora
con el nombre de Michele Torrisi

y decidi� chantajearle.

Solo que no sabe que el tal Michele
Torrisi es un hombre peligroso.

As�, efectivamente, todo cuadra.

Ahora, �c�mo piensa actuar?

Haciendo que se asuste,

igual que se asust� Pamela.

As� puede que se traicione

y nos proporcione algo para
poder arrestar a Torrisi.

Solo que para poderlo hacer
tengo que entrar en su casa

y tienes que hacerme de vigilante.

Comisario, �qu� est� diciendo?
�C�mo que de vigilante?

�Y c�mo piensa hacerlo?
�Entrar a trav�s de la pared?

No voy a atravesar el muro.

Voy a entrar con esto.

�Est�s preparado?

�Comisario!

�Quiere matarme de un infarto!

- �C�mo ha podido entrar?
- Se�ora, �c�llese!

�C�llese y si�ntese!

Nosotros entramos en
todas partes, se�ora.

Sobre todo si hay que
defender y proteger

a una honesta ciudadana como usted.

Est� en peligro de muerte, �lo sabe?

- �Virgen santa! �Por qu�?
- �Por qu�?

Sabe lo que le ha pasado a Pamela, �no?

- S�, se cay� desde un tren en marcha...
- �Pero qu� dice! �Qu� dice!

Es lo que le quieren hacer
creer los de la televisi�n.

Pamela fue asesinada, estrangulada,

por un tal Michele Torrisi, �lo conoce?

- No.
- �No?

No.

Ya le cuento yo qui�n es. Un
mafioso, peligroso, peligros�simo.

El tal Torrisi estaba convencido de
que Pamela lo estaba chantajeando.

Y entonces decidi� matarla.

Solo que no s� por qu� raz�n
Pamela, antes de morir,

debi� de decirle que no era
ella la que le chantajeaba.

Pero a usted, Sra. Insalaco a usted

la est� buscando para matarla.

�Virgen Santa, estoy muerta!

Jes�s, Mar�a y Jos�, rogad
por la salvaci�n de mi alma.

Estoy acabada, acabada.

- �Comisario!
- No se preocupe, se�ora.

�No se preocupe!

�Tranquil�cese! Ahora estoy
yo aqu� para protegerla.

Haga una cosa. Coja una maleta, peque�a,

meta dentro lo m�s importante
que tenga, lo esencial,

- digamos. �Dese prisa!
- S�, s�, s�.

�Dese prisa! Es m�s, haga una cosa,

deme antes la nota con la
que chantajeaba a Torrisi.

- S�, s�.
- La que cogi�

de la habitaci�n de Pamela.

Aqu� est�.

�Tengo que preparar la maletita?

H�gala m�s grande, se�ora.

Porque gracias a esta nota, desde
luego pasar� un tiempo en la c�rcel.

Es la prueba que busc�bamos.

Ahora podemos ir a arrestar a Torrisi.

Por favor, se�ora.

�Diga?

Salvo, �te he despertado?

�Livia!

No, no.

Anoche acab� tarde

y no he conseguido dormir.

Tampoco yo he pegado ojo.

Tengo ganas de verte, Salvo.

�Qu� me vas a contar!

Estar�a muy bien que estuvieras aqu�.

Subo a un avi�n y voy a verte.

�Lo dices de verdad?

No veo la hora de verte.

Es como si me hubiera
enamorado de ti otra vez.

Es muy bonito.

Soy tan feliz, Salvo.

Ya.

Yo tambi�n lo soy.

Nos vemos pronto.

Adi�s.

Adi�s.