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Ya te lo he dicho mil veces.
Si no tienes novio, es...

Porque no quieres.

Yo no estoy hecha
para ese tipo de sacrificios.

Cuando te enamores,
lo comprenderás.

Juan Prados.
María Fuentes.

Hombre,
si somos tocayos de profesión.

Hace años que el convento dejó
de ser una maternidad.

Sé que nací aquí.
Me gustaría conocer los detalles

de mi nacimiento.

Tengo una reunión con un abogado
y es de trabajo,

así que si me perdonas...
Somos primos hermanos;

me decías cada vez que intentaba
tocarte o besarte.

Pues bien, ya no lo somos.
Tengo muchos problemas. Lárgate.

Llevo años intentando destapar
un asunto de bebés robados

en la época del Franquismo.

La realidad es que nosotros
no somos especialistas en el tema.

Me preguntaba si tú podrías
orientarnos o ayudarnos.

Os puedo asesorar
en lo que os haga falta.

Claro.
Genial.

No te olvides
de lo que te he contado.

-Esto me interesa igual que a ti.

Aquí es donde robaron a mi hijo.

-Se llama Juan Prados y es abogado.
Ese hombre pide papeles

y usted sabe que de aquí
no puede salir

ni un solo documento.

-Son archivos del convento,

con nombres de personas
que adoptaron niños ilegalmente.

Tú eres lo que llamamos
una niña robada.

El otro día tenía en mi mano
el documento que lo demuestra.

Iba a hablar con él,
pero un coche lo ha atropellado.

-Un accidente?
-No, ha sido a propósito.

Yo llevaba unas carpetas.
Las han robado.

Escuché a sor Antonia hablar
con alguien de ti

y decían que te tenían
que parar los pies.

Y ese alguien era el
doctor Palomar.

Me apuesto lo que sea.

Quiero encontrar a mi madre
biológica y destaparlo todo.

Dónde está María?
-Supongo que buscando a la mujer

que la trajo al mundo.
-Francisco,

me dijiste que su madre
estaba muerta.

-Te mentí.

-Venga, pues córtamelo. Hala.
Rapidito y ya está.

Una mancha en el cuello
la tiene mucha gente.

Qué más pruebas tienes?
Para asegurarnos podríamos hacernos

una prueba de ADN.
Esta tía se está riendo de mí.

Si lo que dice es verdad,
podemos sacar tajada.

Sé que acompañó a Fernanda
a un convento de Madrid en 1974

para dar a luz.
Yo soy la hija biológica.

Qué sabes tú que yo no sepa?

-Es una niña.

Cómo puede ser que no supiera
que llevaba mellizas?

Le debía mucho dinero a la monja

y nos habíamos prohibido
contar nada.

-Y le haces caso a esa monja
y dejas que me roben a mi hija?

-Tengo todos los documentos
que te inculpan a ti,

al doctor Palomar
y al convento del Remedio.

-Quiero esos documentos.

-Quiero que me traspases
la clínica a mí.

-He pensado dejarle a Bruno
todo mi negocio.

-Qué ha hecho esta vez?
-Nada.

-Espero que con este dinero,
todo se arregle.

No quiero que mi hija María
conozca nunca a esa señora.

Vino a verme tu madre
y me dio esto para mí

y para que callara a Fernanda.

Ha tratado de comprarte
a ti y a ella.

Gracias, Juan.

Mira, toma. Aquí tienes tu dinero.

Te creías que ibas a comprar
a ese abogado y a esa mujer?

A mi auténtica madre?
Tu auténtica madre soy yo.

Pues a mí no me lo parece.

Me gustas tú, como eres.
Sí, pero María te gusta

un poquito más que yo,
porque tú eres orgullosa,

pero no es tonta
y sabes perfectamente

que fuera de este pueblo
se vive mucho mejor.

Y yo también lo sé.
Que me mudo a Madrid.

Tiene que haber
3 millones en joyas.

Espero que sean buenas.

He intentado que no entrara,
pero es que me ha empujado y...

Ya lo han detenido.

De qué me conoces?
María, que habla mucho de ti.

Ah, sí?
He encontrado una clínica

de desintoxicación
donde pueden tratarla.

No queremos tu dinero para nada.

Llévame a la clínica esa de María.
No me quiero morir, ahora no.

Haremos
lo que haga falta y ya está.

Así que Roberto Bernal
no es su verdadero nombre.

Muy interesante.

Son muchos los hijos
que no quieren ver a sus padres?

Bueno, algunos.
Voy a concretar una visita.

Él es quien tiene el hijo
en Barcelona?

Sí.

Su mujer.
Es la tía de Bruno.

Conocía Beatriz cuando tenía 16
años y se quedó embarazada.

Mi abuelo la metió en un convento
para evitar el escándalo.

El mismo donde yo nací?
El mismo.

Un día se la encontraron
colgada de una viga.

Quiso seguir investigando,
pero alguien lo mandó

de vuelta a Argentina.
Mi abuelo le pidió

a tu padre ese favor.
Qué?

-Yo no quiero saber nada de ti.
No me vuelvas a llamar.

-Mi hijo no quiere verme
bajo ningún concepto.

-Te vas a marchar?
Antes debo hacer algo.

Quiero que tu padre pague
por la mierda de vida

que he tenido por su culpa.
Él fue quien atropelló a Juan

y lo robó los documentos.
Lo conoces?

Sí.

-Lo siento. No conducía ese coche.
Solo quería los papeles

para saber quién era mi hijo.
Si no llaman a la Policía,

prometo ayudarlos.
Mañana a las 10:00

en el hotel Presidencial
para entregarles los documentos

y explicárselo todo,
pero antes debo resolver

otros asuntos.

Nos va a dar los documentos.

Qué quieres?
-Que mi hijo me reconozca

como su padre.
-Quién es tu hijo?

-No le seguiste la pista
cuando se lo robaste a Beatriz?

-Bruno y tú ya sabéis
lo que tenéis que hacer.

-Bruno qué tiene que ver con esto?

-Dónde están los documentos,
hijo de puta?

Juan, tenemos que vernos.
Tiene que ser ya.

En una hora en la estación
de Chamartín.

"El 9 de septiembre
de 2013

he vuelto a nacer.

Desde hace más de 10 años
mi familia me da por muerta.

En realidad he estado
encerrada en una prisión de China

con una falsa identidad.

Soy Mercedes Dantés
y he vuelto para vengarme."

(LEE) "Homenaje en Madrid
al doctor don Enrique Vergel.

El Ministerio de Sanidad
ha querido agradecer la dedicación

de tantos años al doctor
Enrique Vergel con un pequeño acto

en el hotel Dos Hermanas."

(NARRA) "Para ellos
la vida sigue su curso.

Son felices. Más que nunca.

Y a mí solo se me ocurre un motivo:
que yo ya no estoy entre ellos.

Y cuando todo el mundo
está contento,

lo único que hay que hacer
es sumarse a la fiesta."

Este me gusta.

"Para todo el mundo estoy muerta.

Y tiene que seguir siendo así.

Pero corro el peligro de olvidar
también yo que estoy viva.

Solo el dolor me hace recordar
que sigo aquí, que soy real.

Y que aún tengo
cosas importantes que hacer.

(REPIRA ACELERADO)

(Móvil)

(Móvil)

Nada. No me coge el teléfono.
Debería estar aquí ya.

Quería irse esta misma noche.
Espero que no le haya pasado nada.

No me creo que vayamos a recuperar
esos documentos.

(Teléfono)

(CARRASPEA)

Sí.
Roberto?

Sí.
Oye, soy Juan.

Llevamos más de una hora esperando
en la estación.

Qué haces ahí todavía?
Qué estación?

Cómo...?

Roberto eres tú?

Roberto?

(CUELGA)

Hay alguien en su habitación
del hotel.

Vamos al hotel.

Estoy seguro de que no era Roberto.
Se nos habrán adelantado?

Me tendría que haber quedado yo
en la estación

y haber ido tú solo al hotel.
Mucho me temo

que no va a ir a la estación.
Algo le ha pasado.

Y esto?

Joder. Lo que faltaba.

Voy a pie, que llego antes.

Oiga, qué está haciendo?
Aquí no puede estar.

Circule, por favor. Circule.

Perdón, perdón.

Es Roberto.

Está muerto.

Cómo?

Pero eso no es posible.
Hemos hablado con él hace nada.

Llevaría los documentos con él?

Si los llevaba,
ahora los tiene la Policía.

(Sirena)

Qué haces levantado?

No entiendo por qué
no quieres que te vea un médico.

-Estoy bien. Estoy bien.
Solo ha sido una subida de tensión.

Ya oísteis a los de la ambulancia.
Necesito descansar.

Oye.

Lo de ayer

no ha sucedido. Está claro?

Roberto nunca estuvo aquí.

-No puedo con esto.

-Eugenia, cariño, no es el momento
de estar enfadados.

Y tú por qué me odias?

Estás loco.

Eres consciente
de lo que pasó aquí ayer?

No puedo entender
que ayudaras a ese hombre.

Eugenia podría estar muerta.

-Me vas a dar las gracias
por salvarte la vida?

-Qué me estás contando?

Nada de esto hubiera sucedido

si no nos hubieras mentido
sobre ese Roberto.

-No eres el más indicado
para hablar de mentiras, papá.

-Dónde están los documentos?

Dónde están los documentos?

-No te conviene excitarte.

-Quién los tiene?

-Los tiene Roberto.

Está fuera de sí. Ha podido hacer
cualquier cosa con ellos.

-eres un inútil.

Ese amigo tuyo te ha utilizado.

Ha estado jugando contigo.

Si quieres joderme la vida,

tendrás que hacerlo
con un poquito más de inteligencia.

No me has dicho
por qué has venido tan pronto.

Quieres hablar con tu madre?

Esta noche ha muerto Roberto
en un accidente de tráfico.

Roberto el que salvó a Bruno
en las Torres Gemelas?

Pobre chico. Cómo ha sido?

En realidad no le salvó
y Roberto no era quien decía ser.

María,
no sé de lo que me estás hablando.

Roberto era el novio de Beatriz.

Perdona, pero no entiendo nada.

Por lo visto
se llamaba Claudio Bafi.

Él dejó embarazada a Beatriz,
la hermana de la tía Luisa.

Te acuerdas ahora?

A ellos les separaron,

a ella le quitaron el hijo
y la encerraron en un convento.

A ti quién te ha contado eso?

He tenido que enterarme
por mi cuenta.

Tú firmaste
la extradición de Roberto.

Te lo pidió tío Enrique.

Me estás investigando? A mí?

Tú lo enviaste a Argentina
y después Beatriz se suicidó.

No te parece que tienen
mucha relación estos dos sucesos?

No sabía que habían tenido un hijo,
te lo aseguro.

Ese chico era muy conflictivo.

Estaba reclamado
por la justicia de su país.

Habían firmado un convenio
los dos países

y no se pudo hacer nada.

Si de verdad fue así, no deberías
haberte apartado del caso?

Y para qué habría vuelto ahora?

Para vengarse?

No entiendo que alguien
guarde rencor durante tanto tiempo.

Todo depende
de lo que te hayan hecho.

No crees?
María.

Qué bien que estás aquí.

Estaba a punto de llamarte.

Hola, mamá.
Hola, cariño.

Te ha comentado tu padre
que hemos pensado el sábado

en ir a ver
a la tata Micaela a la residencia?

Yo intentaré ir.

No, se me ha ocurrido algo mejor.

Verás.

Este año hace 50 que la tata
entró a trabajar

a casa de mis padres.

50 años. Sabéis lo que es?

-Toda una vida.

-Por eso he pensado que será
una idea estupenda

si le organizamos
una fiesta aquí en casa.

Qué os parece?

-La tata se merece eso y más.

-Pero algo sencillito. Poca gente
y los amigos más íntimos.

Sí. Me parece una buena idea.
La tata es un amor.

Bien, yo me encargo de todo.

Pero me gustaría que prepararas
un montaje con fotos.

Así sería una forma, todos juntos,

de vivir la historia
de nuestra familia.

-Perfecto. Me voy.

Hasta luego.

-Te parece bien?

Claro. Claro, claro.

Eugenia.

Eugenia, adónde vas?

-Me voy al seminario
a ver a mi hijo.

-No me digas que te has creído
lo que ese hombre ha dicho.

-Dime que todo lo que te dijo
es mentira.

-Ese hombre te torturaba
y yo le seguí la corriente.

Qué otra cosa podía hacer?

-Tener el valor
de reconocer la verdad.

-La verdad? Ese canalla
dejó embarazada a Beatriz.

Ella tenía 16 años
y él era mayor de edad.

Se aprovechó de ella.
Estaba perseguido por la justicia.

Beatriz se suicidó por su culpa.

Eugenia,
el niño se dio en adopción.

Esa es la verdad. La única verdad.

-Necesito tiempo, Enrique.

Me va a costar mucho
olvidar todo esto.

-Eugenia, llevamos 20 años juntos.

Yo te quiero.
Te quiero y te necesito, Eugenia.

Haría cualquier cosa
por hacerte feliz.

-Ahora no.

Si es que, de solo olerlo,
se me abren las carnes.

Anda ya, aquí estarás
de puta madre.

Será un tiempo
hasta que te pongas bien.

Qué va. Aquí se entra,
pero no se sale.

Van a vigilarme todo el día.

Cómo van a hacer
para saber si he bebido?

Me van a obligar a soplar
por el tubito todo el día?

Mamá, esto es una clínica privada.

Pues que me den
algo fuerte para el dolor.

Que yo puedo dejar de beber solita.

No me hace falta que me vigilen!

Si pudieras dejarlo solita,
lo habrías dejado.

Pues tú no desaparezcas
como la última vez.

Ahora será culpa mía.

Amparo, que me escapo, eh?

Mamá, me voy a cagar
en la leche, eh?

Por favor, qué le ocurre?

-Qué me ocurre, qué me ocurre?
Que me siento presa.

-Su hija está pagando la clínica,

pero no la vamos a retener
en contra de su voluntad, Fernanda.

Puede marcharse cuando quiera.
Las puertas están abiertas.

Esto no es una cárcel.
Aquí vamos a cuidar de usted.

Va a estar usted bien.

-Y el mono y el dolor que tengo
cómo lo calmo?

-La medicamos los primeros días
para que esté tranquila.

-Sí?
-Verá como puede conseguirlo.

Va a estar bien, se lo aseguro.

Cuidaremos de usted.

-Vale.

Ve?
Bueno, vale.

Estás muy guapa, Amparito.

Tú quién coño eres?

Creías que aquí
no te íbamos a encontrar?

Quién coño eres?
No te conozco de nada.

Soy amigo de Curro, de tu novio.

Es que como nos debe tanto dinero
y no nos paga, digo:

"Vamos a cobrarle a Amparito".

Yo no tengo un duro, gilipollas.

Eso se lo cuentas
a los Reyes Magos. El dinero.

Suéltame o me pongo a gritar.

Sí, vas a gritar. Estoy seguro.

Esto es un aviso, Amparito.

Si no cobramos pronto,
no quedará nada de esa cara

tan bonita que tienes.

Has escuchado, no?

Entiéndelo bien:
o pagas o estás muerta.

Estoy seguro de que nadie
te va a echar en falta.

Puede hablar con tranquilidad.

Estamos solos.

-Roberto...
-Lo ha encontrado?

-Sí, ayer.

Salió del hotel presidencial
a las tantas y le seguí.

No sé muy bien adónde iba,
pero tuvo un accidente.

-Provocado?

-No, casual.

Se dio cuenta
de que iba detrás de él

y, al intentar escapar,
no vio un coche que venía

y le atropelló.

Está muerto.

Un hijo de puta menos.

-Me la jugué y le revisé
los bolsillos a ver qué llevaba.

Si alguien me hubiera visto...

Ya estuve
en la cárcel una vez por usted.

-Y los documentos?

-No los tenía consigo.

-Y esos putos documentos?

-No lo sé.
-Joder, encuéntrelos!

-Llevaba una especie de recibo
de una taquilla.

El resguardo de una caja
de seguridad de un banco.

-Déjeme verlo.

Yo me ocuparé
de la caja de seguridad.

Usted encuentre esa puta taquilla.

-Creo que es una estación de tren.

-Pues vaya
a todas las estaciones de tren.

Vamos! A qué espera?

Está claro que el accidente
fue provocado.

Desde luego.

Roberto tenía miedo
a que lo matasen. Está claro.

Hay mucha gente
que está interesada

en esos documentos,
pero capaces de algo así...

Yo no me puedo creer que la monja
o que alguien de mi familia...

Si es que no tiene ningún sentido.

No tiene sentido.
No sé.

Llevo desde anoche
dándole vueltas a la persona

que me cogió el teléfono
desde la habitación de Roberto.

Eso podría ser una gran pista.

A ver, no es seguro, vale?

Pero, cuando estuve en el hospital,

el doctor Alfredo Palomar vino
personalmente a amenazarme.

Y es alguien que tiene
mucha relación con el convento.

Tú crees que pudo ser él?

Podría. Podría ser su voz, sí.

Desde luego, ese médico aparece
en un montón de carpetas.

Vamos,
está involucrado hasta el fondo.

Un tipo raro, amigo de sor Antonia.

Yo puedo hablar con mi tío Enrique.

Siendo ginecólogo,
sabrá quién es Alfredo Palomar.

También te quería dar las gracias.

No sé. Si no fuera por ti...

Me estás ayudando muchísimo.

Mucho.

(Teléfono)

Sí?

La Policía.

Sí, sí, le llamé.

Eso es. Soy su abogado.

Bueno, sí. Supongo
que me puedo hacer cargo, claro.

Me paso en cuanto me sea posible.

No, gracias a ustedes.

Han sabido que la última llamada
que recibió Roberto fue la mía.

Y, como no encuentran
a ningún familiar,

me piden
que vaya a identificar el cadáver.

Voy a intentar averiguar
lo que pueda sobre el accidente.

Y puede que estén allí
los documentos.

(LLORA)

Por tu puta culpa, cabrón.

Amparo.
Muérete!

(Teléfono)

Amparo, no me cuelgues.
Qué coño te pasa?

Es tu madre?

Está pedo?

Amparo, contéstame,
que me estás preocupando.

Me han dado de hostias. (LLORA)

Quién ha sido?

Les debe dinero y ahora
quieren que se lo pague yo

y me han amenazado con matarme.

Hijos de la gran puta...

Cariño, escúchame,
tienes que sacarme de aquí.

Yo lo soluciono,
pero sácame de aquí.

Me han puesto una fianza.
No es mucho dinero.

150.000 pesetas nada más.

Eh, eh.

Amparo.

Confía en mí, por favor.

Yo lo voy a solucionar.

Voy a matar a esos hijos de puta.
Te lo juro por mi madre.

Curro, te voy a sacar de ahí,
pero arréglalo, eh?

Yo sí que te juro por mi madre
que no me van a volver a poner

una mano encima. Te enteras?
Pero ni tú ni nadie!

(Comunica)

Doctor Palomar? Alfredo Palomar?
Eso es.

El caso es que
ese nombre me suena mucho.

Ah, sí, le retiraron la licencia
por algo que pasó.

Sí, creo que sí.

Sí, se le murió una mujer
en el parto. Eso fue por los 80,

pero por qué tienes tanto interés?

Él tenía algo que ver
con el convento de El Remedio, no?

Antes era una clínica.

El convento de El Remedio.
Hacía siglos que no oía ese nombre.

Tú trabajaste ahí?
No. Bueno, entonces era costumbre,

cuando salíamos de la facultad,
colaborar

con organizaciones religiosas.
Eran otros tiempos.

Yo nací ahí.
Lo sé, María.

Y el doctor Alfredo Palomar

asistió también el parto
de mi madre biológica.

Fue idea tuya que mis padres
me adoptaran en ese convento?

Ese convento era muy conocido.
Atendía a madres solteras,

a prostitutas... Muchas de ellas
daban sus hijos en adopción.

Y se convirtió
en un negocio de venta de bebés.

Venta de bebés?
Qué cosas dices? No, hombre, no.

Yo nunca vi nada raro. Además,
no creo que unas monjita se ded...

No, imposible.

Tú conociste personalmente
a Alfredo Palomar?

Seguro que coincidimos alguna vez.

Y sabes
dónde podría encontrarlo ahora?

No. No tengo ni idea,
pero si tiene mucho interés,

puedo preguntar a algún colega.

De todas maneras,
eso fue hace veintitantos años.

Ya nadie se acuerda de eso.

Yo no lo tengo tan claro.

Tengo que irme. Gracias.

Por cierto, sabes que Roberto
ha sufrido un accidente de tráfico?

Accidente? Y cómo está?

Ha muerto.

Así que vosotros estabais
en la estación de tren esperándole

y le atropellaron
cuando iba para allá.

Sí, sí.
Estaba tirado ahí en la calzada.

No sé. No dejo de pensar

que quizá haya muerto
por el tema de los documentos.

Joder, con lo bien que íbamos...

Ahora hay que volver a empezar.

(Móvil)

Juan.
María.

Salgo ahora de reconocer
el cadáver de Roberto.

Estaban los documentos?
No y escucha, otra cosa.

Parece que ha sido
un accidente de verdad.

Por lo menos el otro conductor
estaba muy afectado.

Me he quedado con el nombre,
por si hay que investigar.

Si quieres me encargo yo.
María? Con quién estás?

Perdona. Estoy en casa de Pablo.
Te está escuchando.

Extraña manera de conocernos,
eh, picapleitos?

Aunque siempre está bien
ser amigo de un abogado.

Sí, sobre todo
cuando se está al margen de la ley.

Has visto sus pertenencias?

Sí,
pero no me han dejado llevármelas.

Y qué había?
Pues no mucha cosa, la verdad.

Algo de dinero, el pasaporte

y un billete de avión
para hoy a primera hora.

Volvía a su país.

Se iba a Argentina?
Eso parece.

Se puede llegar a Argentina
en tren?

No, Carlos, no se puede.

No, pero estaría bien,
eh, Carlos? Un tren que volase.

O mejor, un tren submarino.

Juan.
Dime.

Creo que Carlos
acaba de hacer la pregunta clave.

Por qué nos cita de madrugada
en una estación de tren,

cuando tiene que coger un avión?

Porque los documentos
los tiene escondidos ahí?

Puede ser.

Si tuviera que esconder algo
en una estación,

lo haría en las consignas.

Ya me dirás en cuál,
porque hay un montón.

Esas taquillas se abren
automáticamente cada 24 horas.

Y eso?

Supongo que para que la gente
no las use de armario.

Cuando viajaba
de mochilero por Europa,

dejábamos la ropa en las taquillas
de las estaciones.

Era cómodo hasta que pusieron
las taquillas 24 horas

y nos jodieron.
Esto significa...

Que esa taquilla podría abrirse
en cualquier momento.

Está claro que Roberto
no va a renovar el dinero.

Lo lógico es que los dejara
ayer a la tarde.

Carlos, eres un genio!
Lo sé.

Por qué no vamos a la estación
y vemos qué taquillas se abren?

No perdemos nada.

Escucha, María.
Yo tenía que ordenar

la documentación
sobre el tema de los niños robados.

Mañana me hacen una entrevista.
Eso está bien.

Pero vamos, que lo dejo
para otro momento. Te acompaño.

No te preocupes.
La entrevista es lo más importante.

Yo te acompaño, María.

Juan, te llamo con lo que sea.
Chao.

Adiós, Carlos. Vamos? Venga.

Necesito que consigas
una orden judicial para acceder

a la caja de seguridad de un banco.

-Una orden? Eso no es posible.
-No hace falta que la firmes tú.

Seguro que puedes
conseguir a alguien.

-Qué ha pasado
para que me pidas eso?

-Roberto ha tenido un accidente
y ha muerto.

-Seguro que ha sido un accidente?
-Eso parece. Por qué?

-Esta mañana mi hija
me ha contado toda la historia.

-Joder con tu hija!

También ha estado aquí
haciéndome preguntas.

Tienes que zanjar este tema
cuanto antes.

Me estoy empezando
a poner nervioso.

-A mi hija déjala fuera
de todo esto. Enrique,

estoy harto de ser el último
que se entera de todo.

Si voy a hacer algo ilegal,

quiero saber
las posibles consecuencias.

Dime qué hay en esa caja
y qué relación tiene con nosotros.

-Un whisky?

Cuando tengamos los resultados,

la enfermera
se pondrá en contacto con usted.

-Gracias, doctor.
Dele recuerdos a su padre.

Estará muy orgulloso. Ha dejado
la consulta en buenas manos.

-Muchas gracias.
-Adiós.

Qué pasa, fiera?

He intentado que no entrara,
doctor. No tiene cita, pero...

Y yo le he dicho
que no necesito cita

porque soy clienta vip, a que sí?
Paciente.

Los médicos tenemos pacientes,
Amparo.

Bueno, lo que quiera.
Me deja entrar o qué?

Pasa, anda.

-Doctor,

no va a asistir a la conferencia
del doctor Martos?

-Lleva 20 años contando lo mismo.

Creo que esta vez
me lo voy a perder.

Aquí no se puede fumar.

Qué rollo.
Aquí no se puede hacer nada.

Qué quieres?

Lo mismo que tú.

A tu apartamento
se iba por ahí, no?

Por qué no le dices
a la secretaria esa tan siesa

que tienes
que no nos moleste en un rato?

En un buen rato.

Cristina, por favor,
si has acabado

todo lo que tenías que hacer,
márchate.

Bueno, márchate. Gracias.

(CHISTA)

Ya sabes que ese sinvergüenza

no salvó a mi hijo
de las Torres Gemelas.

Ese Roberto tenía en su poder
unos documentos

muy importantes para mí

y creo que están en la caja
de seguridad de ese banco.

-Y qué contienen exactamente
esos documentos?

-Si salen a la luz,
podría perderlo todo:

mis clínicas, mi reputación...

Esos documentos fueron robados
del convento de El Remedio.

-Y eso a ti qué más te da?
Qué tienes tú que ver

a estas alturas con ese convento?
-No me digas

que durante todos estos años
nunca has sospechado nada.

-Enrique, estás empezando
a ponerme muy nervioso.

Dime lo que me tengas que decir.

-Verás, no todas las adopciones
fueron del todo legales.

Muchas de esas madres
eran prostitutas

y no querían tener a sus hijos.

Había que convencerlas
para que no abortasen

y dieran a sus hijos en adopción,
pero eso tenía muchos gastos.

Había que mantenerlas,
la residencia,

algo para el convento... En fin,

lo que empezó siendo una especie
de obra de caridad,

se nos fue de las manos.

No te puedes imaginar
la cantidad de gente que quería

adoptar y lo que estaban dispuestos
a pagar por un niño.

-Y vosotros
os aprovechasteis de ello.

-Tú también: tienes a María.

-Pero yo no me enriquecí.

Tú me has ido metiendo en todo esto
pidiéndome favores,

sin explicarme los motivos reales.

-Más que ganar dinero,
que lo gané,

lo que sí que conseguí
fueron muy buenos contactos,

gente muy influyente
que me debía favores

y yo me aproveché.
He creado puestos de trabajo y,

sobre todo, he traído al mundo
miles de niños felices.

No he hecho nada malo, Francisco.

Te recuerdo que tú también
sales en esos papeles

y que aceptaste el chantaje
de ese portero durante varios años,

que le golpeaste y casi lo matas.

No eres mejor que yo.

Si conseguimos esos documentos,
no tendrán nada contra nosotros.

Ahora somos gente honrada.

Francisco, yo te conseguí a María.

Consígueme tú esos documentos.

Es el último favor que te pido,
Francisco.

Desde aquí
tenemos buena visibilidad.

Así que nunca has viajado
de mochilera?

Ni siquiera para ir de acampada
con tus colegas?

Yo no tenía colegas. Tenía amigas.
Nos dedicábamos a otras cosas.

Ah, sí? Qué cosas?

Puestas de largo?
Manicura en grupo?

Mira, mira, mira.

Nada, falsa alarma.

Así que nunca
te has ido de acampada.

Y te has colado
alguna vez en el metro?

El metro? Qué es el metro?

No se preocupe.
Ahora mismo iré para allá. Gracias.

Todo bien? Pasa algo?

Mi madre está en Madrid
en una clínica de desintoxicación

y la doctora quiere hablar conmigo.
No dan con Amparo.

No te preocupes. Yo me quedo aquí
el tiempo que haga falta.

A 5.000 la hora?

Más desplazamientos y dietas.

Disculpe.
Me enseña su tique, por favor?

Qué tonto soy,
me equivoqué de taquilla.

Dislexia. Me la diagnosticaron
desde que era pequeño.

Te has confundido de sitio
para hacer tus chanchullos.

Un chorizo lo huelo a distancia.
Un chorizo?

Se está equivocando.
Cree que tengo pinta de mangante?

Llevas todo el rato
mirando las taquillas.

Anda, largo de aquí.
Sí, jefe.

María, qué alegría.
Dónde me has metido?

Esto es un hotel de lujo.
Mira, hasta peluquería.

Bueno, me falta el minibar.

Estás bien?

Si te digo de puta madre,
me quedo corta.

Y tú cómo estás? Te veo seriecita.
Me he quedado preocupada por ti.

Pero si estoy de puta madre,
mejor que nunca.

Bueno, has hablado con tus padres?
Siéntate, sienta.

Qué te han dicho?
Cómo se lo han tomado?

Prefiero esperar un poco
a contárselo.

Muy bien, esas cosas
hay que prepararlas

y no hacer como la Amparo y yo,

que lo largamos todo según
nos viene por la boca sin pensar.

Y qué sería yo para tus padres,
una prima lejana?

Sí, algo así.

Ay, María, yo quiero darte
las gracias, de verdad,

por esto
y por lo que haces por nosotras.

Que Dios te lo pague, hija mía.

Que Dios te lo pague
con un buen marido.

(Puerta)

-Ya está más calmada, Fernanda?

-Sí, doctora, las pastillas
que me da me van que ni de coña.

Ni con dos copitas de anís
me relajo yo así.

-Usted es...
Yo...

Es mi otra niña.

Ha visto usted qué clase
y qué todo?

-Es la hora de la terapia,

la enfermera
le acompañará a la sala.

-Qué coñazo,
todo el rato oyendo miserias

de los demás borrachos,

como si no tuviera bastante
con la mía.

Estarás aquí cuando vuelva?
Claro.

Media hora.
Sí, aquí te espero.

Vale.
-Venga, por aquí.

-Ahí os dejo.

Me dejó preocupada por teléfono
con lo de los análisis.

Han sido unas pruebas iniciales,

pero vimos que tiene alteradas
las transaminasas.

Teniendo en cuenta
sus antecedentes médicos,

podría tener dañado el hígado.

Cómo de dañado?
Posiblemente, una cirrosis.

Bueno, pero eso se puede tratar,
no?

La cirrosis
es una enfermedad irreversible.

Qué es
lo que me está tratando de decir?

Con una alimentación supervisada

tratando de evitar
otras posibles infecciones

y suspendiendo
el consumo de alcohol

podemos llegar a controlar
la enfermedad

siempre y cuando
su hígado no deje de funcionar.

Entonces solo quedaría
la posibilidad un trasplante.

Pero nos estamos adelantando,

ya le he dicho
que debemos hacerle más pruebas.

Desde cuándo lleva su madre
consumiendo alcohol?

La verdad, no lo sé.

Nos ayudaría saber
si hay antecedentes de hipertensión

en la familia u otras enfermedades.

No lo sé.
Abuelos, tíos?

Es importante que lo recuerde.

Le digo que no tengo ni idea
sobre la vida de mi madre.

-Francisco,
he hablado con tus primos

y me han dicho que no van a faltar.

Los Cortés también han confirmado
y el catering está encargado.

El pedido
muchos pastelitos de crema

de esos que tanto le gustan
a la tata.

-Es muy bonito
lo que estás haciendo por ella.

María ha cambiado
un poco de actitud, no?

-Sí, también lo hice
pensando en ella.

María la adora, a ver
si por fin entra un día de alegría

en esta familia,
que ya lo vamos necesitando.

-Es verdad que es su aniversario?

-Sí, sí.

Bueno, qué más 49 años que 50?

Ni siquiera la tata sabe la fecha
exacta en la que entró a trabajar

para mi familia.

Lo estoy haciendo por nosotros,
por todos.

Haría lo que fuera para que María
volviera a ser la de antes.

-Yo también, pero no sé
si utilizaría a la tata para ello.

-No estoy utilizando a la tata.
Quieres hacerme sentir mal?

Estoy preparando una fiesta,
es eso malo?

Si esa fiesta sirve
para que nuestra hija no nos mire

como si fuéramos unos extraños,
mejor que mejor.

Cómo te has hecho esto?

Cómo te has hecho tú
lo de la cara?

Tú sabes cuánto vale estar
con una tía como yo?

Pues no lo sé,
no suelo pagar por sexo.

Cuánto?

50.000.
50.000 está bien.

Me vas a cobrar?
Por las cosas buenas se paga, nene.

Te gusta este jovencito?
(AFIRMA)

Pues solo tengo 30.000.

Bueno, 30.000 está bien.
El próximo día me das lo que falta.

Va a haber próximo día?
Tú verás.

Cuando tengas 50 talegos y ganas
de un buen polvo, me llamas.

O qué?

(Móvil)

Joder.

Sí.

Sí, sí, sí.

Me voy.

Una paciente se ha puesto de parto
y, al parecer,

el niño viene con complicaciones.
Joder!

Con el colocón que llevas estás
como para traer un niño al mundo.

Yo soy un profesional, bonita.

En Atocha tampoco está,
solo me queda Chamartín.

Sí, en cuanto salga le llamo.

-Le puedo ayudar en algo?

-Sí, quería retirar mis cosas
de la taquilla, pero...

-Si no ha renovado a tiempo
el dinero,

la taquilla
se abre automáticamente.

Normas de seguridad.

-Y adónde han ido a parar
mis cosas?

-Ahí enfrente, en Objetos Perdidos.

-Hola.

Quería recuperar mis pertenencias,
esta es mi taquilla.

-DNI.

Alfredo Palomar. Muy bien.

Dígame, qué contenía su taquilla?

-Unas carpetas,
unos documentos de un convento.

-Pues tenga, todas suyas.
-Gracias.

-Siguiente.

Esto no es el bar, no?
Perdón, me equivocado.

Qué haces, qué haces?
Qué hace? Se está equivocando.

Sí, lo que tú me digas.
Documentación, venga.

Le he dicho que quieto, quieto.

O llamo a la Policía.
Venga, vamos para adentro.

-Tengo los documentos.
-Bien hecho, Alfredo. Tráigamelos.

-No, Enrique,
no se los voy a entregar.

-Cómo?
-Hice cosas horribles por usted.

-Cálmese. Por qué no viene a casa
y lo hablamos tranquilamente

tomando una copa?
-No, ya no puedo más.

Quiero volver a ejercer
como médico, recuperar mi vida.

Usted es socio de varias clínicas
fuera de Madrid, encuéntreme

un puesto en una de ellas,
en la que sea, lejos de aquí.

-Está bien. Deme unas horas
y veré lo que puedo hacer.

-Llámeme cuando sepa algo.
-Y los documentos?

-Estarán a buen recaudo,
no se preocupe.

(Móvil)

Hola, Pablo.

Anda, dame una buena noticia
sobre los documentos

que arregle esta mierda de día.
Lo siento, los he perdido.

Y creo que definitivamente.

Se lo llevó delante de mis narices
un tal Alfredo Palomar.

Alfredo Palomar?
Sí. Te suena?

Últimamente su nombre sale
por todas partes.

Busqué algunas cosas sobre él.

Estuvo en la cárcel
por la muerte de una parturienta

en la clínica Virgen del Remedio.
Siempre es la misma clínica?

Sí, pero encontré algo más.

Le condenaron por el homicidio de
aquella mujer y podría haber sido

algo gordo, pero el juez
que llevaba el caso decidió

que no había pruebas suficientes
y solo le condenaron

a tres años de cárcel
por homicidio imprudente.

La movida es que el juez
que llevaba el caso...

El juez era mi padre.

Sí.

Quieres que vaya a tu casa?

No sé, te llevo unas pizzas
y te hago compañía.

No, gracias, me voy a duchar
y me voy a meter en la cama pronto.

Estoy muy cansada.
Gracias por todo.

(Timbre)

Alfredo, ven a mi casa dos horas.

Mi mujer no está y he dado
la noche libre al servicio.

Por supuesto
que he conseguido lo que me pidió.

Traiga con usted a sor Antonia y,
por supuesto, los documentos.

Sí, tenemos que zanjar este asunto
definitivamente.

Cuñado, no te esperaba. Pasa.

Quieres tomar algo?

-No, solo venía a decirte
que hemos hecho lo que me pediste.

Hemos abierto la caja de seguridad

y esos papeles
que tanto te preocupan

no estaban en su interior.
-Ya.

-No parece que te sorprenda
que no estuvieran allí.

-La verdad es que no.

Pero tengo curiosidad por saber
qué había dentro de esa caja.

-Una importante suma de dinero.
-Ocho millones de pesetas?

-Y tú cómo lo sabes?
-Será mejor que no sepas...

-Mira, no quiero saber nunca más
nada de tus chanchullos.

He cometido muchos errores,
es verdad, pero yo no soy como tú.

(Timbre)

Hola.
Hola.

Perdona que aparezca así,
sin avisar.

Es que como no contestabas
mis llamadas, ya...

Qué pasa?

Todo ha salido mal.

Quédate conmigo esta noche.

No me dejes sola.

Bien.

Y este es el último.

-Por fin podremos olvidarnos
de este tema de una maldita vez.

-No,
todavía quedan dos cabos sueltos.

-Más?

-Ustedes.

Alfredo, tal como le prometí,
le he conseguido

un puesto de trabajo
en una clínica de Londres.

Aquí está el billete
y la documentación necesaria.

Le esperan a partir de mañana.

Y usted, hermana...

-Por mí no se preocupe,
señor Vergel,

no volveré a salir del convento,
si es necesario.

-Usted irá a un pueblo de Burgos.
Allí, su congregación

tiene un convento de clausura.
-Un convento de clausura?

-Sí. Me parece el sitio perfecto
para usted.

Nadie la podrá encontrar.
-No entiendo por qué

nos tenemos que esconder
como si fuéramos criminales.

-Y qué esperaba usted, hermana?
-No hicimos nada malo.

-No le parece malo robar
unos bebés a unas madres

para dárselos a otras?
-Les buscábamos una casa mejor.

Les dimos un futuro a esos niños.
-Se le olvida decir

que lo hacíamos a cambio de dinero.
Y que yo recuerde,

usted nunca renunció a su parte.
-Todo era para la congregación.

-Si eso le sirve de consuelo.

-No voy a ir a un convento
de clausura.

-Prefiere la vergüenza de pasar
unos cuantos años en la cárcel?

Usted era la cara visible
del convento, hermana.

Sin esos documentos,
no hay nada contra mí,

pero usted, usted se pasó
muchas horas con esas madres

convenciéndolas para que dieran
a sus hijos en adopción.

Y cuando se negaban,
usted les decía que habían muerto.

Usted cree que esas madres
van a poder olvidar su cara?

Hermana, deje que la juzgue Dios.

Seguro que Él es
más benévolo que los hombres.

Y ahora, por favor, váyanse.

Hermana.

Descubrir la implicación
de mi padre ha sido muy duro.

Bueno, a lo mejor es verdad
que no había pruebas

para acusar de asesinato
al doctor Palomar

y tu padre no prevaricó.

Tal vez, pero ahora mismo
no me fío de nadie.

Lástima, el pobre.

He estado visitando a Fernanda
en la clínica.

Cómo está?

Mal, mal, está muy mal.

Pero aun así ella
se muestra cariñosa conmigo.

Me ha preguntado si le había dicho
a mis padres que la conocía.

Está el tema
como para comentar eso.

Claro, ese es el problema,

que en esta casa
nunca se habla de eso ni de nada.

Todos son secretos,
no nos comunicamos.

Te puedes creer que jamás hemos
hablado de lo de Roberto y Beatriz?

Y no será
porque no lo haya intentado.

Tu familia es más rígida.

Lo peor de todo
es que yo soy como ellos.

Y también oculto secretos.

Cuánto tiempo me costó
decirte que era adoptada?

Te fui con el rollo ese
de que era para una clienta.

Bueno, tampoco nos conocíamos.

Era patético, se notaba a la legua
que era para mí.

No soy natural.

Siempre estoy pensando
en qué dirán los demás.

Y eso no me gusta.

No sé qué voy a hacer con todo
esto, pero tengo que hablar

con mis padres y contarles
que Fernanda y Amparo existen.

Que las he visto
y que las voy a seguir viendo.

Y que incluso le voy a pagar
una clínica de desintoxicación

a mi madre biológica.
Y punto.

Por qué no zanjamos el tema
y empezamos tú y yo

también desde cero?

-Levántate!

-Qué pasa? Qué haces aquí?
Es sábado.

-Qué pasó
ayer con la señora Arévalo?

-No pasó nada, simplemente fue
un parto complicado y ya está.

-Ya está?

Su marido ha puesto una denuncia
a la clínica.

Es la primera vez
que nos ocurre una cosa así.

-A ver, papá, no fue para tanto.
El niño venía en muy mala posición,

venía girado y era muy grande,
ya está.

-Tenías que haberle hecho
una cesárea.

-El niño está perfectamente.
Solo tiene una lesión

en el plexo braquial.
En un par de meses

se le habrá quitado la parálisis
del brazo y estará bien.

Que debí hacerle una cesárea?
Sí, pero no reaccioné a tiempo.

-Sabes por qué no
reaccionaste a tiempo?

Porque estabas drogado,
drogado y borracho!

-Solo me había tomado una copa.
-Todo el mundo te ha visto.

Eres una desgracia,
una vergüenza para la familia.

-Yo soy una vergüenza
y tú eres un delincuente.

A cuántas madres les quitaste
a sus hijos? A cuántas?

-Déjate de gilipolleces.
Estás despedido.

-No puedes hacerme eso.
-Que no puedo?

Ve recogiendo todas tus cosas
porque aquí no volverás a entrar.

-Te denunciaré,
te voy a hundir la vida.

Hablaré con Roberto
para contarle a un juez

lo que le hiciste
a Beatriz y a él.

-Eres tan imbécil que no sabes
que tu amiguito Roberto ha muerto.

-Eres un mafioso.

-Ha sido un accidente.

No quiero volver a verte por aquí.
Está claro?

Y no estamos hablando de un caso
aislado de un solo médico,

estamos hablando de una trama
de compraventa de bebés.

Gente que se hizo rica raptando
niños y vendiéndolos.

Muchos de los cuales,
a día de hoy,

ni siquiera saben
que tienen otra familia.

Ya.
Y de qué años estamos hablando?

Abarca un periodo muy amplio, desde
los 60 a principios de los 80,

más o menos,
entrada ya la democracia.

Pasa algo?
Mira, te voy a ser sincero.

Creí que era algo más actual.
Desde el periódico me aprietan

para que lleve noticias,
cuanto más sensacionalistas, mejor.

Si no me das algo más,
no creo que se publique.

Joder.

O sea, que le roben el hijo a una
madre no es suficientemente fuerte.

Bueno, me estás hablando de algo
que ocurrió hace un montón de años.

No tienes pruebas que darme.
No sé.

Pero espera, espera.

Ya verás cómo esto
te lo van a publicar.

Madre mía.

María, ya estamos aquí.

La tata viene a pasar
todo el día con nosotros.

Hola, tata. Cómo estás?

Ay, hija, qué cosas tenéis.
Mira que hacer una fiesta

para mí con lo vieja que estoy.
No digas esas cosas.

Ya me ha dicho tu madre
que la idea ha sido tuya.

-Voy a dejar tus cosas
a tu antiguo cuarto, vale?

Qué contenta te veo.
Ah, sí?

No nos estaremos enamorando
de alguno?

No digas esas cosas,
que yo no tengo la cabeza para eso.

No dejes que tu madre te elija
el vestido de novia.

No quiero que nadie se entere.

De qué no tengo que enterarme?

-Ay, señora, cosas de vieja.

Todavía le queda
pasta a tus padres

con lo que se gastaron en lazos?

Habría que verte a ti de pequeño.

Qué pasa, tan feo eras?

No, que estaba pensando
que ni Carlos ni yo tenemos fotos

de cuando éramos niños.

Cuántos años teníais
cuando murieron tus padres?

Vamos a trabajar, que nos quedan
un huevo de fotos por escanear.

Pablo, tú sabes las miserias
de mi familia.

Sabes todos los secretos,
por qué no me hablas de la tuya?

Te lo contó Lucía, no?

Nuestros padres murieron
en un accidente de tráfico

hace bastante,
yo tenía 9 años y Carlos, 11.

Mis padres no tenían familia,
solo unos primos lejanos.

Fuisteis a vivir con ellos?
Se hicieron cargo de mí

durante un tiempo, pero Carlos...
Le dieron su custodia

a la Comunidad de Madrid
y le ingresaron en un centro.

Hasta que no cumplió los 18,
apenas le vi un par de veces.

Después luchó hasta conseguir
su custodia.

Y desde entonces vivimos juntos.

Al principio,
éramos como dos desconocidos.

Nos llevábamos como el culo,

así que tuvimos que aprender
a tratarnos, a comprendernos.

Y sobre todo a querernos.

Él es lo más importante
que tengo en la vida.

Bueno, qué? Satisfecha?

Pues ahora vamos a darle
al montaje ñoño

de la fiesta de tu tata.
No, no, que no sea tan ñoño.

Mi madre ha organizado una reunión
demasiado aburrida.

Así que vamos a darle un poco
de gracia.

Qué tal estás, tata?
Estás cómoda?

Bueno, ya sabéis lo poco
que me gustan estos saraos.

Tu madre puso tanto empeño en ello.
Ya.

Eugenia no me dijo nada
de que tuviera un viaje.

-Sí, lo tenía
planificado de hace tiempo

y le ha sido imposible anularlo.
Me ha dicho que siente mucho

no poder estar aquí.
-Tú no la dejes tanto tiempo sola,

es una mujer muy atractiva.
-Familia, amigos,

hoy nos reúne aquí
el agradecimiento a una persona

que sin llevar nuestros apellidos
forma parte de nuestra familia.

Os pido que alcéis vuestras copas
y que brindemos todos

por tata Micaela.
-Por ti, tata.

Espera un momento, yo también
quiero dedicarle unas palabras.

Tata, muchísimas gracias
por tu valiosísima ayuda

a la hora de criar a María.
Tú sabes más que nadie

que yo he sido un poco torpe
con el tema de los biberones

y con el tema de los pañales.
Me angustiaba muchísimo,

te acuerdas? Cuando se atragantaba
o cuando se ponía a llorar

porque no podía dormirse,

pero siempre,
en los momentos de caos,

allí estaba la tata Micaela
arreglándolo todo.

Dicen que las mujeres,
cuando se quedan embarazadas,

desarrollan un instinto especial
y gracias a ese instinto

saben cómo manejarse con el bebé.
Yo no lo tuve.

No lo tuve,
porque nunca he estado embarazada.

Y ahora
que estamos todos en familia,

quiero contaros
que María es adoptada.

-Luisa, Luisa.
-Eh...

María para nosotros
ha sido un regalo que la vida

nos ha traído,
es la mejor hija del mundo.

Yo no podía tener hijos
y Francisco y yo decidimos

que queríamos ser padres.

Te acuerdas el día
que llegamos a ese orfanato?

Todos esos niños mirándonos
con esos ojitos.

Y cuando pasé por delante
de la cuna de María,

sabía que ella era mi hija,
que había nacido para mí.

Cuando la tuvimos
en nuestros brazos,

nos sentimos la pareja
más afortunada del mundo

y hoy lo seguimos siendo,

porque María
permanece a nuestro lado

dándonos solo alegrías
y satisfacciones.

Gracias, cariño.

(IMITA UNA TROMPETA)

Pero bueno!
La familia perfecta reunida, eh?

-Qué haces tú aquí?
-Qué pasa?

También me has despedido
de la familia o qué?

-Como montes algún numerito,
te enteras. Compórtate.

-Tranquilo.

Tu madre sí que sabe hacer bien
las cosas, prima.

A ver si luego
se las sabe arreglar tan bien.

Esto es una foto de mi comunión.

Me regalaron los superpatines,
pero como nadie me enseñó a frenar,

tuvimos que ir al hospital
a que me cosieran la herida

que me hice en la cabeza.

Cuando salí de la consulta
y me vio la tata

con ese costurón en la frente,
casi mata al médico.

No paraba de decirle:

"Como le quede cicatriz,
te las verás conmigo".

Ella siempre trató de hacer de mí
una mujer de provecho,

pero está claro que la cocina
no era lo mío.

La verdad es que mi infancia
ha sido bastante feliz.

Siempre he tenido todo
lo que he querido,

así que no me puedo quejar,

pero los momentos
que recuerdo con más cariño

eran cuando la tata
se metía en mi cama

y me contaba historias
hasta que me dormía.

A día de hoy, las echo de menos.

Mira, aquí tenemos a los Fuentes,
somos la familia ideal, verdad?

Esta es la imagen que nos gusta
mostrar de puertas hacia fuera.

Mamá, tu discurso de antes
ha sido muy emotivo,

lástima que todo fuera una mentira,
yo no nací en un orfanato,

así que es imposible
que fueras a buscarme allí.

María...
Y yo no nací en un orfanato,

porque resulta
que yo no soy huérfana.

Mira, esta mujer de aquí
es Fernanda,

ella es mi madre biológica.

He tenido la suerte de conocerla
hace muy poquito

y al principio no quería deciros
nada porque no me atrevía,

pero no me parecía bien,
porque si somos una familia unida,

tenemos que ser capaces de contar
nuestros problemas.

Fernanda vive en una casa que...
Bueno, es una chabola.

Ella es prostituta y alcohólica,

y yo la estoy ayudando pagándole
una clínica de desintoxicación.

Ella es Amparo,
es mi hermana melliza.

No me jodas!

Amparo nació débil
y con problemas de respiración,

así que se interesaron más por mí,
porque era fuerte y sana.

María, eso no es justo,

qué culpa tenemos nosotros
de que te diera en adopción?

No, Fernanda nunca quiso darme
en adopción, a ella la engañaron.

A ella le dijeron
que solo tuvo una hija.

Yo soy una niña robada y comprada.
Ya es suficiente, María.

Olé! Olé, prima, olé!

-Creí que estabas buscando
la verdad, María, no vengarte.

-Escucha, Amparo es tu hermana...
No vas a decir nada?

María, es mejor que te marches,
ya hablaremos.

Ya hablaremos, ya hablaremos,

ese es el discurso que normalmente
sueltan siempre,

siguen pasando los años
y nunca hablamos.

Vas a decirme la verdad
de una vez?

Vas a ayudarme por una vez?

Claro que no.

Lo siento mucho.

(TOSE)

(TOSE)

Amparo, Amparo.

Qué pasa? Quieres agua?

Me cago en la puta, mamá.

Espera, espérate, espérate.

Enfermera!
Enfermera, llame a un médico!

Ya, coño, ya!

Me alegro de que la entrevista
te haya ido bien.

La fiesta?

Mejor te cuento mañana,

han pasado demasiadas cosas
y estoy cansada.

Sí.

Yo también te echo de menos, Juan.

Hasta mañana.

Tenme piedad, oh, Dios,
según tu amor,

por tu inmensa ternura,
borra mi delito,

de mis pecados purifícame,

pues mi delito yo lo reconozco,
contra ti solo el pecado

y lo malo a tus ojos cometí.

(Risa)

Tengo que comunicarle
que hemos encontrado una sombra

en el hígado que podría tratarse
de un tumor.

-Un cáncer? Malo?

Qué es?
-Léelo tú mismo.

Es el abogado amigo de tu hija.

Tú sabes las visitas
que he recibido hoy?

Es tu único objetivo?
Que paguen por lo que hicieron.

Igual no quiero formar parte
de esta venganza.

María, tengo otra cosa para ti,
pero no va a gustarte tanto.

De quién me puedo fiar?
De mí.

Y esa gente?
-Han elevado su nivel de seguridad.

Le llamarán para informarle.

Este...
Vete. Vete ya.

Quieta.
Es mi padre, es mi padre. Papá!

Soy el doctor Enrique Vergel,
tío de María.

Me he enterado de tu situación
y vengo a ofrecerte mi ayuda.

Tenemos que hundirle.
Y luego lo de los niños robados.

Donde él era el cerebro.
Hay que ir a por todas.

Cómo?

Como te vayas de la lengua,

no tendrás nada
de lo que te he dicho.

Bueno,
tendrás problemas muy serios.

Lo has entendido?
Sí.

María, tienes que darme ese papel.
No tengo ese papel.

Quién lo tiene?
Suéltame.

Enrique Vergel
es el médico que estaba

en la Clínica del Remedio
cuando tú diste a luz.

Fernanda,
ese hombre te robó a María.

Él era el jefe,
el que cortaba el bacalao.