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# Cuentan que en Andaluc�a

# en el caf� de Chinitas

# hubo una moza trigue�a
que le llamaban la Rita.

# Bailaora de tron�o
la de ojeras "azul�s",

# con sus ch�tiles de raso
y sus enaguas "riz�s".

# Y se la llev� un gitano
la que quiso el se�or�o

# que tuvo por nombre Paco
y fue de color sombr�o.

# Ay, que con el aire que t� llevas.

# Ay, que cuando t� vas bailando

# y los ojitos de tu cara
de vida me van llenando.

# Y a todo el mundo le digo
este estribillo cantando.

# Ya me quiere mi Rita bonita

# la llave de mi tesoro de oro

# que ya tengo quien me diga:
"Paco, ll�vame a los toros".

# "Paco, ll�vame a los toros". #

Juego.
-Van 1000.

-Veo.

Van 2000 m�s.

No voy.

-500 m�s.
-No voy.

-Mi resto.

Full de reyes.

-�Qu� pasa?

Dile a don Samuel que tenga
paciencia y que mande m�s chocolate.

Enseguida, jefe.

�Carajo! 70 por ciento perdido.

1000 d�lares por noche perdidos
y el se�or no quiere trabajar...

-Don Samuel.
-�Qu� hay? �Qu� quiere?

�Qu� pasa con Miguel?
�Va mejor o no?

-Digo, mucho mejor.
-�Gana?

-Pierde menos ahora.
Quiere m�s chocolate.

-�Y por qu� no va �l a la cocina?
-No, de ese no. Cacao, quiere cacao.

-Cacao tambi�n hay, lo que quiera.

-Pero no, billetes, quiere plata.

-�M�s plata?
Pero �qu� tengo yo?

Pero �qu� tengo yo,
nada m�s que guita?

Ah, no, �eh? Se acab� lo que se
daba.

Ya consigui� lo que quer�a,
arruinarme a m� tambi�n.

-Ah, �se lo dice usted entonces?
-Claro que se lo voy a decir.

Mire, yo quiero saber
qu� es lo que est� pasando aqu�.

No hace falta dinero, don Samuel,
acabamos de levantar la mesa.

Solo me tiene
que arreglar una peque�a diferencia.

Ah, bueno, si es peque�a
no tiene importancia.

Acabo de entregarle un vale
de 10 000 pesos al doctor Mendoza

que usted le pagar� ma�ana.

-De acuerdo.
-Pero esc�cheme, Miguel.

Basta, hijo, ya sabe
usted que no me gusta

resolver cuestiones
de dinero a estas horas.

Hasta ma�ana, amigo,
es hora de descansar.

�Las seis de la ma�ana!
Seis de la ma�ana.

Estoy arruinando mi juventud.

-Hasta ma�ana, Miguel.
Hasta ma�ana, doctor.

�Se va usted ya a dormir?
Estoy muerta de sue�o.

Qu� pena, porque en cuantito
que usted cierre esos ojos

los p�jaros van a volver a acostarse
crey�ndose que es de noche.

-Gracias.
-Vamos.

Hasta ma�ana.
Hasta ma�ana.

-�Qu� churro!
-�Qu� monumento!

-�Qu� mina de oro!

Bueno, bueno. Basta de risas
porque tenemos que hablar en serio.

�A esta hora?

S�, no podemos perder un segundo
m�s.

Cada minuto que pasa le cuesta
plata. �C�mo me cuesta?

�Qu� quiere usted decir?

Quiere decir que se acab� la broma,
que usted no tiene un centavo

y que me debe m�s de 100 000 pesos.

Claro, que esto
no tendr�a importancia

si usted quisiera trabajar
porque en una semana los ganar�a,

pero como ustedes
la palabra "trabaja"

la han borrado del diccionario,
yo ya no aguanto m�s.

-�C�mo? �Vamos a tener que trabajar?

Sab�is bien por qu�
no vuelvo a trabajar.

El teatro era mi vida,
mi �nica pasi�n,

pero aquello fue demasiado cruel,
demasiado terrible.

�No ve?
�Para qu� le habl� de trabajar?

-Con eso no se bromea.
-No son bromas, se�ores.

Me estoy descapitalizando.

Si seguimos as� dentro de un mes
voy a tener que vender ballenitas.

-Bueno, no ser�a
tan grande el sacrificio.

No, muchachos, don Samuel
tiene raz�n, no es para bromas.

Entonces, �aceptamos los contactos?

Eso no, he jurado
que no trabajar� m�s en el teatro.

Adem�s, todav�a tengo algo m�o.
Vaya no m�s, don Samuel.

Vayan muchachos,
ma�ana arreglaremos todo.

Pero, caramba,
no es para tomarlo as�.

En fin, yo todav�a puedo esperar...
diez minutos m�s.

-No seas as�, Miguel,
somos tus amigos.

Hasta ma�ana, muchachos, y no
se hable m�s. Ma�ana ser� otro d�a.

�Yo no s� por qu� le haba de dinero!

Usted sabe que �l
no entiende de esas cosas.

-Adem�s, si los pesos
usted se os puede dar,

una golondrina no hace verano.

-Pero es que esto no son
golondrinas, �son tiburones!

-A nosotros, los artistas,

no se nos puede hablar de esas
cosas.

-�Tiene cambio de 100 pesos?
-S� tengo.

-Bueno, vamos al bar de la esquina
y tomamos unas copas, �eh?

-Bueno, vamos.

Amigo, Samuel, jur� que nunca
m�s trabajar�a en el teatro

porque desde hace mucho tiempo

dej� de ser el hombre
lleno de entusiasmo

que llegara un d�a a su pintoresca
pensi�n de artistas.

Silencio, se�ores.
Don Miguel de Molina.

Buenas noches, se�ores.
Y, como dicen los ingleses,

para romper el hielo,
me llamo Miguel de Molina.

Canto, bailo y he venido de Madrid
dispuesto a triunfar en esta tierra.

Coma a mi lado, Miguel.
Sarita lo va a atender enseguida.

Usted le deja el sitio al se�or
que es un caballero que paga.

-Siempre lo mismo.

-S�, ven�, Panchito,
ven�, sentate ac�.

Dej� a estos muertos de fr�o.

-Esta noche tenemos sopa.
�Ay, qu� sopa!

Tenemos alb�ndigas
y milanesas con pur�.

Cualquier cosa, hijo,
�lo que no mata engorda!

Ole, por los pensionistas
que estamos como yo.

�Usted es gitano?
S�, pero estoy disimulando.

-Permiso, permiso, tranquila, Sole,
que son gente distinguida, �eh?

-�As� que usted tambi�n
compone canciones?

Y pongo los bailes
y hago las escenograf�as

y busco los espect�culos.

Qu� maravilla, un hombre orquesta.
�Y tiene familia?

Mi madre, una viejecilla morena
que dej� all� en Espa�a

y que alg�n d�a
quiero traerla por aqu�.

Ella y el teatro son todo para m�.

-�Y c�mo hace sus canciones?
-�En qu� se inspira?

En la vida, preciosa,
de lo que canto los versos bonitos.

Y si no, miren aquello,
�no es una canci�n?

�Qu� tarde!
�Ya las diez menos cuarto!

-Hay que moverse,
chicas, que llegamos tarde.

-La hora del trabajo, don Samuel
tenemos funci�n a las diez y media.

�Son artistas tambi�n?

Artistas precisamente no,
pero estamos en el teatro.

Somos los que aplaudimos arriba
para que los de abajo

contin�en con el aplauso.
"Claqu�" que le dicen.

Me gustar�a ir con ustedes.

�Se anima?
Con toda mi alma.

-Entonces vamos.
-A ver c�mo se porta, �eh?

Sarita, cerr� bien con llave
la puerta de la cocina.

-Vamos, vamos, que nadie
le va a robar la mortadela, vamos.

-�No quiere que le lleve
a pasear al perro?

-No, gracias.

-�Qu� vas a hacer? Hay que aguantar.
�Por qu� no lo mord�s?

(PIENSA) Si yo tuviera un teatro as�

har�a un poema flamenco.

Si vas a Andaluc�a,
que Dios se te ampare del embrujo

y la magia de sus cantares,
que Andaluc�a

puede bien embrujarte por buler�as.

# Cuando fuiste novia m�a,

# por la primavera blanca,

# los cascos de mi caballo,

# cuatro suspiros llevaba.

# Las manos de mi cari�o

# me est�n tejiendo una capa

# con agrem�n de alhel�es

# y la esclavina de agua.

# La luna es un pozo chico,

# la vida no vale nada,

# lo que valen son tus brazos

# cuando de noche me abrazan,

# lo que valen son tus brazos

# cuando de noche me abrazan.

# Los zapatos que te hac�a,

# zapatera de mi alma,

# son estrellas que relucen

# alrededor de tu enagua.

# Yo soy morenito y "probe"

# y yo soy morenito y "probe"

# m�s morena es la canela

# y la comen los se�ores.

# La luna es un pozo chico

# la vida no vale nada,

# lo que valen son tus brazos

# cuando de noche me abrazan.

# lo que valen son tus brazos

# cuando de noche me abrazan. #

Cante jondo, cante jondo.

Una l�grima en el fondo
de una pupila morena

que brilla como un pu�al.

# Na' te debo, na' te pido.

# Me voy de tu vera, olv�dame ya,

# que he pagado con oro

# tus carnes morenas.

# �No maldigas, paya!

# Que estamos en paz.

# No te quiero, no me quieras,

# si to' me lo distes
yo na' te ped�.

# No me eches en cara

# que to' lo perdiste

# tambi�n a tu vera,
yo to' lo perd�.

# Bien "pag�",

# si t� eres la bien "pag�"

# porque tus besos compr�

# y a mi te supiste dar

# por un "pu�ao" de parn�.

# Bien "pag�",

# bien "pag�",

# bien "pag�" fuiste, mujer.

# No te enga�o, quiero a otra.

# No creas por eso que te traicion�.

# No cay� en mis brazos
me dio solo un beso,

# el �nico beso que yo no pagu�.

# Na' te pido, na' me llevo

# entre estas paredes dejo "sepult�"

# penas y alegr�as
que te he "dao" y me distes

# y esas joyas que ahora
pa' otro lucir�s.

# Bien "pag�",

# si t� eres la bien pag�

# porque tus besos compr�

# y a mi te supiste dar

# por un "pu�ao" de parn�.

# Bien "pag�",

# bien "pag�",

# bien pag� fuiste, mujer. #

Que t� eres la bien "pag�"

porque tus besos merqu�.

# Y a m� te supiste dar

# por un "pu�ao" de parn�.

# Bien "pag�",

bien "pag�",

# bien pag� fuiste, mujer. #

En Sevilla hab�a una rosa
m�s bonita que ninguna.

La blancura de las fuentes envidiaba
su hermosura.

# Viva Sevilla, viva Sevilla.

# Viva Sevilla,
llevan las sevillanas

# en la mantilla un letrero
que dice: �viva Sevilla!

# Viva Triana, vivan los trianeros,
# los de Triana,

# vivan los sevillanos y sevillanas.

# Lo traigo andado,
lo traigo andado.

# Lo traigo andado,
la Macarena y todo.

# lo traigo andado,

# cara como la tuya
no la he encontrado.

# No la he encontrado, la Macarena
y todo lo traigo andado.

# cara como la tuya
no la he encontrado.

# Qu� bien pareces,
qu� bien pareces.

# Qu� bien pareces,
ay, r�o de Sevilla,

# qu� bien pareces lleno

# de velas blancas y ramas verdes.

# Y ramas verdes, ay,

# r�o de Sevilla, qu� bien pareces

# lleno de velas blancas
y ramas verdes.

Si acaso t� vuelves de Andaluc�a

traer�s el embrujo por buler�as,

pero dentro del alma

el hechizo divino de su alegr�a.

Usted y los muchachos
supieron de mi sue�o.

Siempre recuerdo todo
lo que hicieron

para ayudarme a conseguir un teatro.

Es un fen�meno, es un artista que...
no hay nada parecido.

Usted lo contrata
y haga de cuentas que la...

-�La qu�?
-�De qu� habl�s?

(HABLA EN ALEM�N)

Es que no entiende de negocios,
�para qu� se mete?

Mire, se�or empresario,
usted es un gran empresario

y, seguramente por eso,
no entiende nada de teatro.

Usted contrate a este hombre
y solamente va a tener

que contar plata todas las noches.
Mucha plata.

-Pero si no tengo...
-�No interrumpa, se�or!

Usted no entiende nada de negocios.

-Yo s� muy bien
lo que tengo que hacer.

Hagan el favor de retirarse.

No se enoje, hombre de Dios.
No vale la pena.

La vida hay que tomarla sonriendo
y sin enojos.

Vamos, muchachos,
que el se�or tiene mucho que hacer.

Querido, Le�n. Perdon�
que no me haya hecho anunciar.

-Orqu�dea Hidalgo por mi teatro.
Qu� alegr�a de verte.

-Y con muchos deseos de trabajar.

-Si quieres, hoy mismo firmamos
contrato, sueldo y porcentaje.

-Orqu�dea Hidalgo por mi teatro.

-Mi querido Le�n,
perdon� que no haya hecho anunciar.

�Ten�s una fecha libre para m�?

-�Fuera, fuera de aqu�!
�Fuera o los mando presos!

-Un momento, se�or, no toque.

(HABLA EN OTRO IDIOMA)

-�V�yase de ac�, haga el favor!

-Orquidea, es un mal monstruo.

-Muy bien, de aqu� no nos movemos
hasta que no nos diga

d�nde est� el se�or Julio Gonz�lez.

Muy bien.

Ya les he dicho
que el se�or Gonz�lez ha salido.

-Bueno, �y cu�ndo vuelve?
�Y d�nde est�.

-No s� decirle.

-Pero �qu� clase
de empresario es ese?

�Quiere decirnos d�nde
se le puede encontrar?

-Por aqu� no viene casi nunca.

Pero va todas las noches
a una "boite", El Alc�n.

-Muy bien, vamos.

-Adi�s.

-Adi�s, linda.
-�Imb�cil!

-Gal�n apreciado.

Lindo sitio, �no?
Fen�meno.

Al fin vamos a estar agradable,
y no en la pensi�n.

-Eh, viejo.

-�Qu� se van a servir los se�ores?
-Lo que sea m�s econ�mico.

-Este es un lugar distinguido,
se�or.

-Entonces espere que hagamos
balance,

a ver si podemos ser distinguidos
nosotros tambi�n.

Yo tengo 7 pesos,
�ustedes cu�nto tienen?

-Yo tengo 50 centavos.
-Yo nada.

-�Y vos?
Y yo...

�No me compra un clavel?

Te lo comprar�a para regal�rtelo,
guapa, pero ahora no puedo

porque estoy de balance.

Bueno, chicos, aporten.
4,70.

�No me compran un ramito de flores
para la se�orita?

-�A ver qu� ten�s?

-Tenemos 12,20.

Muy bien, yo voy a tomar un t�
y ustedes tres vasos de soda, �eh?

Podemos llamar al mozo.

(SILBA)

�Qu� linda muchacha!

-La porosa, pero no me habla.

-�C�mo? �La conoc�s?

-�C�mo no la voy a conocer?
Si era el amor de mi vida.

Por ella arrastr�
la vida por los cafetines.

La saqu� del arrabal
y la traje al centro.

�Y pensar que hace
diez a�os fue mi locura!

No me digas, chico.

Por favor, no sean malos.

�Qu� infames! Burlarse
as� de una pobre muchacha.

�Qu� quer�s? Esa es la gente
por la que me dej� la porosa.

Son unos patoteros.

-Por favor, me van a destrozar todo.
Basta de bromas.

Junt� los tuyos pesos y �ndate.

Oye, ni�a, ven.

Dame 12 pesos de flores.
Traiga el dinero, don Samuel.

�Pero usted est� loco!

�Hemos venido
a hacer negocios o filantrop�a?

�No es cierto
que usted se conforma lo mismo

con el gesto amable del se�or?

�Por favor, Samuel!
El se�or tiene raz�n.

Guarde este clavel,
ya me lo pagar� alg�n d�a.

-Muy bien, mi hijita, as� se habla.

Te voy a dar un consejo:
nunca m�s te acerques a mesas

donde hay patoteras.

-Voy yo.

�Eso de patotero fue por nosotros?

-No, ustedes
son gente muy distinguida.

-�Qu� distinguida ni distinguida!

�Por qu� se mete con �l?
�Por qu� no me pega a m�?

-�Claro que le pego!

(Gritos)

Buenas, Samuel Goldsmann,
a sus �rdenes. Mucho gusto.

-Julio Gonz�lez, el gusto es m�o.
-�C�mo le va, se�or Gonz�lez?

-Muy bien, �y a usted?
-�Fen�meno!

-�Qu� milagro encontrarlo por aqu�.
-�C�mo? �Me andaba buscando?

-Claro, si iba a ir a verle
al teatro para hablar de un negocio.

Un amigo m�o es cantante espa�ol,
al cual yo represento.

-No me hable de negocios de teatro,
yo ando buscando una oportunidad

para ganar plata,
pero no con negocios de...

-Es la oportunidad que busca,
es un artista maravilloso.

Si usted lo contrata
se va a cansar de ganar dinero.

-Vos ten�s la culpa,
no te alcanzaba con lo de la porosa.

-Si yo la conozco.

-�Tiene plata?

-�Plata? �De d�nde
quiere que saque plata?

-Bueno, entonces si no hay plata
no hay teatro.

-Pero est� perdiendo
una oportunidad magn�fica.

-Pero no tengo
de d�nde sacar un centavo.

-P�dale prestado a alg�n amigo.

-Estoy hipotecado, estoy hundido,

ya no s� c�mo voy a hacer para
vivir.

Tendr� que vender el departamento
y vivir en una pensi�n.

-Venga a la m�a.
Comida familiar, trato amable...

-Ah, �usted tiene una pensi�n?

-Para gente distinguida,
precios m�dicos.

-Bueno, entonces venda la pensi�n
y con eso tenemos dinero

para hacer el negocio.

-�Vender la pensi�n?
-S�.

-�C�mo voy a vender la pensi�n?
�Nunca voy a vender la pensi�n!

�Qu� pasa afuera?

Se�ores, estamos hablando.

Gracias, no tomo.

-Lo felicito, don Samuel,
qu� alto ha llegado.

-Est� en el para�so.
-Para�so...

-�Qu� quiere?
-Vengo por la cuenta.

-�Qu� cuenta? �Cu�nto?

No me gusta, no tiene profundidad,
los colores son chatos,

intenta otro.

Pero ya hemos hecho seis, Miguel.

Tienes que hacerlo cien mil veces,
hasta que salga.

El teatro es as�.
Mucho amor, mucho trabajo.

Debutamos ante una sala,

pero estamos seguros de vencer
la indiferencia de los dem�s

y alcanzar el triunfo.

(Aplausos)

# Cuentan en "Cai" que fue su "mare"

# la que en la playa lav�ndonos

# y cuando las penas larg� su "pare"

# un extranjero que all� lleg�.

# Y por mote la caracola,

# le puso qui�n la encontr�.

# Tu cara es una amapola,

# su pelo un rayo de sol.

# Y al alba ya est� en la playa

# mirando fija pa' el mar.

# Sin pensar que en la muralla

# alguien le dice al pasar:

# "Ay, ni�a m�a, caracola,

# cuerpo de naca, nardo y coral.

# La de la bata de cola,

# que a donde pisa brota la sal,

# no cameles a los hombres,

# que de lejos trae el mar,

# que iguales son que las olas,

# y nadie sabe, mi caracola,

# si alg�n d�a volver�n".

# Loco por "Cai", un extranjero,

# de puerta en puerta llamando va.

# Y en la bah�a tiene un velero

# y a su chiquilla viene a buscar

# y lo llevan ante un colmado

# y all� encuentra una mujer

# que los labios tiene pintados

# y no hace m�s que beber
y al ver que en la rubia

# frente la besa un hombre de mar,

# un dolor muy grande siente

# escuchando este cantar.

# No cameles a los hombres,

# que de lejos trae el mar,

# que iguales son que las olas,

# y nadie sabe, mi caracola,

# si alg�n d�a volver�n. #

# La hija de don Juan Alba,

# dicen que quiere meterse a monja.

# La hija de don Juan Alba,

# dicen que quiere meterse a monja.

# En un convento chiquito

# de la calle La Paloma.

# Dicen que el novio no quiere,

# y ella dice: "no me importa".

# Y ya se ha comprado un vestido,

# blanco como el de una novia.

# La hija de don Juan Alba,

# dice que quiere meterse a monja.

# Y cuando la luna sale,

# sale de noche a rondar su calle,

# y se oye cantar a un hombre,
cantar llorando,

# �ay, por Dios, mi madre!

# En el arco de la ermita,

# ya no me espera, ya no me espera,

# porque se ha metido a monja,

# la que m�s quiero, mi compa�era.

# Porque se ha metido a monja,

# la que m�s quiero, mi compa�era.

# La hija de don Juan Alba,

# en el convento de La Paloma.

# La hija de don Juan Alba,
en el convento de La Paloma.

# Dicen que sabe canciones,

# de sus amores de moza.

# Dicen que canta de noche,

# recojidita en su alcoba.

# Y todo el mundo repite,

# la canci�n de boca en boca.

# La hija de don Juan Alba,
en el convento de La Paloma.

# Y cuando la luna sale,

# sale de noche a rondar su calle,

# y se oye cantar a un hombre,
cantar llorando,

# �ay, por Dios, mi madre!

# En el arco de la ermita,

# ya no me espera, ya no me espera,

# porque se ha metido a monja,

# la que m�s quiero, mi compa�era.

# Porque se ha metido a monja,

# la que m�s quiero, mi compa�era. #

(Aplausos)

Fen�meno, don Miguel, qu� �xito.
Clamoroso.

Mira, hasta los
que no pagaron aplaudieron.

Qu� raro,
porque a esos nunca le gusta nada.

Empezamos a marcar rumbo.
Este es un espect�culo de verdad.

-Yo quer�a decir, hermanito,
que pagaste 2,10.

-�Nos consagramos,
somos los artistas del momento!

-Muy bien, muy bien.

-Estuviste maravilloso.

Felicitaciones
a nuestro querido artista.

�Ay, no empuje, se�or!

(HABLAN A LA VEZ)

-Qu� triunfo, don Samuel.
�Est�s contento?

-�No lo ve? Me embarga la emoci�n.
Lo �nico que pueden embargar ahora.

-D�game,
�d�nde aprendi� a bailar Miguel?

-En la universidad,
en la universidad.

-Mira, hay dos clases de �xito,

el que viene
con un mont�n de billetes,

muy materialista. El otro el
que viene con una corona de laurel,

�ese es nuestro �xito!

-Ese, claro.
-Nos vamos a morir de hambre.

-�Qu� �xito! �Cu�nta gente!

-No tanto, no tanto.
Estos son los �nicos que pagaron.

-�El bordedor qu� tal?

-Bien, muy bien. Hicimos 425.

-No, se�or,

no empecemos con trampas
desde ahora.

-�C�mo trampas?
-Hicimos 425,50.

Mira, si seguimos as�,
ya me veo con el traje a rayas

mandando una carta al juez de turno.

425,50...

425,50...

Disculpe, se�or comisario,
yo era un hombre honrado

que ten�a una pensi�n...

-�Abra la puerta!

-�Qu� sucede?

�Qu� pasa?

Es la polic�a.

�Qu� hago? �Por d�nde escapo?

(Golpean la puerta)

�Oh, Se�or, yo no quer�a!

�Voy a escapar!

Me entrego.

Arr�steme, sargento.

-�Por qu� no abr�as?
�Qu� estabas haciendo?

-�Y la polic�a?

-D�jese de polic�a y f�jese
en lo que pone en los diarios.

"Miguel de Molina
incomparable artista".

"Nueva modalidad
en el canto espa�ol".

"Gran triunfo
en la empresa Samuel Goldsmann".

-�D�nde dice "Goldsmann"?

-Goldsmann.
-�Goldsmann!

�Goldsmann!
Vamos al teatro enseguida, vamos!

-Pero �y as� va a ir al teatro?

-Ten�s raz�n,
me pongo una corbata y vamos.

-�Mire, don Samuel! �Qu� barbaridad!
�Qu� barbaridad! �Mire, don Samuel!

-No puedo creerlo.

(TARTAMUDEA) �Viva Miguel de Molina
y la madre que...!

Entonces, apareci� en mi vida
Mar�a del Pilar.

�D�nde va, nena?

-Necesito hablar
con el se�or Miguel de Molina.

-No se puede,
�no ve que est� ensayando?

Bueno, chicos, venga,
vamos con el ensayo.

Pero �qu�? �Ya est�is cansados?

�Cuatro horas de ensayo
y ya est�is cansados?

�Y de qu� os sirve la juventud?

Venga, venga,
una vez m�s y descanso.

Por favor, sea bueno,
d�jeme habla con �l.

-Si yo soy buenito.
P�dame cualquier cosa menos eso.

Yo lo hago por su bien.

Es un hombre mal�simo,
es un ogro.

�No quiere que vayamos a dar
una vuelta por los Rosedales?

-�Con usted?
-Claro, �con qui�n va a ser?

-D�game que s�, no sea malita.

-Ir�a si usted tuviera coche.
-�Coche?

Pero, mi hijita,
si es por eso ya estamos yendo.

Esperame, voy a hablar por tel�fono
para que me lo manden.

No te muevas de aqu�
hasta que vuelva. �Tesoro!

Mi querido, don Samuel,
�me pod�a dar unos pocos pesos

aunque fueran usados?

-�Cu�nto?
-Unos 50.

-�50? �Te vas a casar?
-D�jese de chistes.

Es para alquilar un auto.
Tengo que llevar un paquete.

-�Y para llevar
un paquete precisa un auto?

-No, se�or, ll�velo en tranv�a.

-Es que el paquete quiere ir en
auto.

-�En auto?
Pero �qu� clase de paquete es ese?

-B�rbaro, mi Samuel. �B�rbaro!

-�S�? Entonces llev�telo
en el cami�n del teatro.

Dejame tranquilo.

Bueno, por esta tarde basta.

A la noche seguimos el ensayo,
pueden irse.

-Te juro que no puedo m�s.

-Si sique as�,
nos va a matar a todos.

-Hasta luego.
-Hasta luego.

�Qu� hace usted aqu�?
�No se acuerda de m�?

Vaya si me acuerdo.
La peque�a florista.

�Y qu� hace usted aqu�?
�A qu� has venido?

Necesito hablar con usted, maestro.
�Maestro?

Qu� gracia. Nunca me han dicho eso.

Usted para m� lo es. No me pierdo
de verlo trabajar una sola noche.

Pero ya no quiero vender flores.
�Le gusta el teatro?

Con delirio.
�Y qu� sabes hacer?

Bailar.
�Sabes bailar?

S�, maestro, pero necesito
que alguien me ayude.

Si usted lo hace
podr� salir adelante.

Por su madre se lo pido. Ay�deme.

Me lo pides por mi madre
y te olvidas que tambi�n

te debo yo algo a ti.

�A m�?
S�, mujer, a ti.

Una noche me diste un clavel
y todav�a no te lo he pagado.

�Te acuerdas?
S�.

�C�mo te llamas?
Mar�a del Pilar.

Bien, Mar�a del Pilar,
ven conmigo a ver qu� sabes hacer.

Francisco, �te vas ya?
Si usted no dispone otra cosa...

Esta es Mar�a del Pilar,
ella dice que baila.

Yo quiero saber si es cierto,
�quieres acompa�arla?

C�mo no, encantado.

Y bien, Mar�a del Pilar,
este es el escenario.

A ver si Dios
que te ha dado esos ojos

como dos tazas de caf� y esas manos
como un manojito de rosas

tambi�n te ha dado
el alma de una bailarina.

Empieza.

Ha sido usted m�s
que un padre para ella.

Yo no he sido m�s que su maestro.

Ser� una gran artista que se echa
al trabajo no como sacrificio,

sino como una alegr�a.

(Aplausos)

Llevar a su mam�
para gastos de viaje,

20 000 pesos.

�Y ser� suficiente?
Yo creo que s�.

El pasaje est� pagado,
en el barco no va a gastar tanto.

Si usted quiere
le podemos quedar m�s.

A m� el dinero no me interesa
ni me importa.

Yo lo que quiero es
que viaje c�moda y feliz.

Si ustedes la conocieran...

Es una viejicilla chiquitita
y fr�gil como el cristal.

No te preocupes,
si entre todos la vamos a cuidar.

Y yo os lo voy a agradecer mucho.

Para cuando ella llegue vamos
a montar un espect�culo maravilloso,

yo le quiero demostrar
de lo que es capaz su hijo.

Espl�ndido, Miguel,
nadie lo habr� merecido tanto.

-�Vamos a tirar
la casa por la ventana!

�Qu� lindo es ser rico!

Y no andar combatiendo la pobreza
por la casa de prisi�n.

�Y qu� le habr�s hecho
t� a esa gente?

Y llevas raz�n,
los tenemos un poco olvidados.

Don Samuel, ahora para celebrar
la llegada de mi madre

y las representaciones,

tenemos que organizar
una fiesta en el teatro

e invitar a toda esa gente.

Ol� por la generosidad
de Miguel de Molina.

-�Ole!

No exageres, hombre, no hemos hecho
m�s que cosas bonitas.

Tener amigos, tener una madre
a quien querer mucho

y un milagro como Mar�a del Pilar.

L�stima que un d�a de estos
te vas a quedar sin ella.

�C�mo? �Qu� dices?
M�rele, usted es un caballo.

�Un burro! �Un mont�n de burros!

Usted agarra un mont�n de burros,
los pone dentro de una bolsa,

lo mezcla bien
y saca burro condensado.

Ese es usted, extracto de burro.

Pero �qu� pasa?
Nada, cosas de este.

-Mejor que hablemos claro,
Mar�a del Pilar anda de novios.

No, no puede ser.

Mar�a del Pilar
no puede ser de nadie.

Yo la quiero para el arte,
lleg� a m� como un p�jaro asustado

con ganas de volar,
y yo he hecho de ella una artista

y una artista no puede pensar m�s
que en su arte.

Yo creo que est�is equivocados.
Nunca me traicionar�.

Por favor, muchachos,
le pido que comprendan.

Este romance castellano es
la m�s grande ilusi�n de Miguel.

Lo ha pensado �ntegramente
para su madre.

-As� ser�, pero de todos modos,
Mar�a del Pilar no puede trabajar

en ese espect�culo.

-Pero �por qu�? �Qu� pasa?
�Qu� raz�n tiene?

-No pasa nada.

-Ah, no pasa nada. No tiene l�gica.

�Cre�s que le puedo decir
que no pod�s trabajar

en el espect�culo y no pasa nada?

-Tiene raz�n. Vamos a hablar claro.

Mar�a del Pilar y yo
nos vamos a casar.

-�Y para eso tanto misterio?
C�sense, �qui�n se lo proh�be?

-Miguel.
-Miguel, Miguel.

No es un monstruo Miguel que te
va a mater porque quieras casarte.

Si me permite, yo mismo
me encargo de convencerlo.

Despu�s de debutar se lo decimos.

-Es rid�culo sacrificar
nuestra felicidad

a los caprichos de un se�or
que solo piensa en el trabajo.

-No me negar� que gracias
a esa forma de pensar

Mar�a del Pilar es lo que es.

-Le estoy muy agradecida,
pero nadie puede pretender

que me convierta en su esclava.

-�Esclava? Pero esa esclavitud
ha estado con �l de primera figura.

-Reconozco que le debo much�simo,
pero tengo derecho a vivir mi vida

como se me antoja.

-Si es as�, est� bien.

Muy bien.

Puede elegir tu destino.

Una sola cosa les pido,
que sea yo quien le d� la noticia.

A lo mejor no le va a afectar mucho
porque su �nico pensamiento ahora

est� en la llegada de su madre.

-Como quiera.

Precioso.

Pero hubiese preferido
postergar el espect�culo.

No podemos, Miguel,
hemos lanzado a la calle

una verdadera fortuna de propaganda.

Falta una semana y est�
todo el teatro vendido.

-Pero �qu� le hace
un d�a de pr�rroga?

-No es un d�a, piensen
que un espect�culo as�

no podemos debutar en s�bado.

Tendr�amos que llevarlo
hasta el martes.

Comprendo. El retraso de la llegada
del barco ha tirado por el suelo

todos mis planes.

No exageres, Miguel.
No se trata de eso.

Es que yo quer�a ir hasta Montevideo
para esperarla all�.

Y, bueno, hombre, la recibe aqu�,
iremos todos juntos al pueblo.

-No siga.
Mira, Miguel, no le pida nada.

Este hombre tiene
un coraz�n de piedra.

No, don Samuel,
es la ley del teatro.

Cuando el espect�culo est� pronto
hay que debutar pase lo que pase.

Me hubiera gustado
que ella lo hubiese visto.

# A la orilla de un r�o
llora un cabrero,

# que se le ha muerto
un chivo de los primeros.

# La novia del cabrero se lo tem�a

# y al chivito que ha muerto

# ver no pod�a, que se la llev�

# el r�o, que se la llev� el agua,

# la ca�ita
y el corcho con que pescaba.

# Corcho con corcho, ca�a con ca�a,
que t� eres la reina

# de mis entra�as.

# Mi cabrita sultana
tiene un chivito

# que se llama lucero
y es muy bonito.

# Otro se llama Perla
y otro Diamante

# y el otro Pulgarcito
porque no es grande.

# Que se la llev� el r�o,
que se la llev� el agua,

# la ca�ita y el corcho
con que pescaba.

# Corcho con corcho, ca�a con ca�a,

# que t� eres la reina
de mis entra�as.

# Roja la fresa, verde la menta

# y en tu boquita sal y pimienta.

# Corcho con corcho, ca�a con ca�a,

# que t� eres la reina
de mis entra�as. #

(TODOS) �Bien!

Adi�s, adi�s.

Y ahora os voy a contar un cuento.

�Quer�is que os cuente
una linda historia?

(TODOS) �S�, una linda historia!

No hay historia m�s linda
que la de un triste amor.

Y bien. �rase que se era
una aldea castellana

donde hab�a una iglesia,
una plaza y una fuente.

Alrededor de la fuente
que la llamaban del querer

la gente de aquel lugar bailaba.

As� era la danza de las cintas.

Tambi�n bailaban la danza
de los palitroques.

Una danza de origen guerrero

que se hab�a transformado
en una demostraci�n de destreza

de los mozos ante las mozas.

En esa aldea viv�a una ni�a.
Era dulce y pura.

Pero la gente del pueblo
no lo crey�.

Se llamaba Catalina.

Un d�a, cuando la plaza del pueblo
estaba desierta

# Catalina fue a la fuente

# a la fuente del querer.

# Catalina y s�, Catalina y qu�.

# A beber agua de mayo

# porque se mor�a de sed.

# Catalina y s�, Catalina y qu�.

# Catalina de la fuente

# trajo un beso y un amor.

# Y la cara de una rosa

# de bonita que volvi�.

# Catalina s�, Catalina no.

# Catalina m�a de mi coraz�n.

# Catalina se ha comprado

# un pa�uelo carmes�.

# Catalina no, Catalina y s�.

# Un jub�n de terciopelo

# y una falda de alhel�.

# Catalina no, Catalina y s�.

# Catalina, Catalina.

# Qui�n te ha visto y qui�n te vio.

# Tan bonita y tan compuesta

# asomada a tu balc�n.

# Catalina, s�. Catalina, no.

# Catalina m�a de mi coraz�n.

# A la fuente, Catalina

# no ha vuelto m�s a beber.

# Catalina y s�, Catalina y qu�.

# Y no sale de su casa

# aunque se muera de sed.

# Catalina y s�, Catalina y qu�.

# Se ha puesto un traje de luto.

# y ha enterrado su coraz�n.

# Y se le ha puesto la cara

# como rosa de pasi�n.

# Catalina, s�. Catalina, no.

# Catalina m�a de mi coraz�n. #

(COROS) # Catalina fue a la fuente

# a la fuente del querer.

# Catalina y s�, Catalina y qu�.

# La enterraron por la tarde.

# All� a la puesta de sol.

# Los �lamos del r�o

# repet�an la canci�n.

# Catalina, s�. Catalina, no.

# Catalina m�a de mi coraz�n. #

Y as� muri� Catalina,
por los chismes de los dem�s.

Y la gente de aquel lugar
arrepentida

fue a pedirle perd�n a la virgen
y le rezaban as�.

El se�or Miguel de Molina, urgente.

Gracias.

# Dios te salve Mar�a.

# Llena eres de gracia.

# El Se�or es contigo.

# Y bendita t� eres

Qu� horrible.

-�C�mo se lo diremos?
-Yo se lo voy a decir.

Vamos.

# Y bendito es el fruto

# de tu vientre, Jes�s.

(COROS) # Dios te salve, Mar�a.
# Llena eres de gracia.

# El Se�or es contigo

# y bendita t� eres

# Entre todas las mujeres.

# Y bendito es el fruto

# De tu vientre, Jes�s.

# Santa Mar�a, madre de Dios.

# Ruega por nosotros, pecadores.

# Ahora y en la hora

# de nuestra muerte. Am�n.

# Dios te salve, Mar�a.

# Llena eres de gracia.

# El Se�or es contigo

y bendita t� eres

# Entre todas las mujeres.

# Y bendito es el fruto

de tu vientre, Jes�s. #

(Aplausos)

Me van a perdonar.

Acaban de anunciarme

que hace apenas unas horas
mi madre ha muerto.

Si yo hubiese suspendido este debut,
habr�a podido estar a su lado.

As�, con todo el respeto
del que es capaz un artista

me atrevo a comunicarles

que sobre la vida art�stica
de Miguel de Molina

ha ca�do el tel�n por �ltima vez.

Amigo Samuel, me voy para siempre.

Un abrazo a los muchachos.
Nunca los olvidar�.

En cuanto a usted,
como no quiero perjudicarlo

Le dejo estas alhajas
para que se cobre.

Es muy c�mo eso de irse olvidando
que ten�a un contrato con nosotros

y que su obligaci�n era cumplirlo.

-Por favor, Francisco.
Las verdades hay que decirlas.

-Mientras el se�or
perd�a su fortuna en el juego

no pensaba en nosotros.

-A ustedes nadie los ataba.

Han cobrado su sueldo mensualmente
aunque no trabajaran.

-�Y eso a qu� viene?

�No estaba estipulado
en el contrato?

-Es cierto. Me hab�a olvidado
que hab�a un contrato.

-Usted es el culpable por haberle
consentido todos los caprichos.

-Lo �nico que hice fue comprender
que necesitan aturdirse

para no pensar en su madre.

-Por favor, no es �poca
para sentimentalismos.

-Tiene raz�n.
Yo soy un est�pido sentimental.

Ten�a que haberlo obligado
a cumplir su contrato.

Ten�a que haberme olvidado
de que el hombre m�s bueno

se sujete a todos, a nosotros,
a usted y a su mujer.

-Yo a �l no le debo nada.
Y mi mujer, tampoco.

Hemos llegado por nuestro esfuerzo.

-En cambio, yo le debo mucho.
Me ense�� lo que vale la amistad.

Y me devolvi� cien veces el favor
que alguna vez le hice.

-Eso son cosas suyas.
En lo que a m� respecta

quiero decirle
que pienso organizar una gira

y me considero desvinculado
de su empresa.

Usted y nosotros
no tenemos nada m�s que ver.

-Completamente de acuerdo.

-En cuanto al se�or Molina...

-S�, ya lo s�.
Si lo veo le doy saludos suyos.

-Buenos d�as.
-Buenos d�as.

-Don Samuel.

-No precisa decirme nada, querida.

Buena suerte.

Buena suerte, hermanito. Ya vas a
ver lo lindo que es ser empresario.

No te preocupes.
Todo ir� a las mil maravillas.

-�Est�s contenta?
-S�.

-�Por qu� no va a estar contenta?
Ahora empezaremos a vivir.

-Buena suerte, hermanita.

-Si le llega algo de Miguel.
Escriba. -S�, s�. Chao.

Hasta ahorita, muchachos,
hasta ahorita. Adi�s.

-Ese Federico es un ego�sta.
Ojal� se hunda.

-No, le va a ir bien.
Puedes estar seguro.

Mucho mejor que a nosotros
y que a Miguel.

-Cartas.

-Nueve.

-Nueve.

-Nueve ac�. Pueden jugar.

No da m�s. Cartas.

-Ocho.

-Nueve. Gan� la banca.

-Caballo y sota. Jueguen.

-Cuarenta por el caballo.
-Veinte a la sota.

-Trescientos al caballo.
-Tiro a la "Q".

-Cincuenta al dos.
-Jueguen.

-�No va m�s? Le doy vuelta.

La sota vino.

�Cu�nto me das?

�Nada m�s?

Al dos.

(CANTA)

Por favor, no enciendas. Reci�n pude
conseguir que se durmiera.

-La tienes muy mal acostumbrada.

-Es que est� sola todo el d�a
y no la cuidan en forma.

-Pod�as ocuparte un poco m�s de
ella.

-�Ocuparme m�s?
�De d�nde saco tiempo?

-Si te gust� tenerla,
ahora no te quejes.

-No me quejo. Digo que no puedo
hacer m�s de lo que hago.

Este contrato para trabajar
tres funciones diarias es un locura.

-Podr�as agradecerme
que te consiguiera eso.

�Ya has olvidad que eres
una bailarina del mont�n?

-Antes no pensabas eso.

-No lo pensaba porque me equivoqu�.
Bastante arrepentido estoy.

-Y yo estoy arrepentida
de no haber escuchado

al hombre m�s bueno
que encontr� en mi vida.

-Miguel, �no?

El ego�sta ese que nos dej�
plantados

y nos condujo a esto.

-No grites.
-�Grito todo lo que se me antoja!

Estoy harto. Harto de la vida
est�pida que llevo a tu lado.

No aguanto m�s.

(LLORA EL BEB�)

Oiga.
�Qu� pasa?

Tengo orden de no dejarlo entrar
si no paga lo que debe.

Mejor. As� no las subo m�s.

Buenas noches.

(CON ACENTO FRANC�S)
Y uno, dos, tres, cuatro. Apoyen.

Y uno, dos.
Buenos d�as, se�or Fern�ndez.

Tarde como siempre.

Buenos d�as. �C�mo est�?

Ya lo ve.
Haciendo un poco de gimnasia

con las ni�as mientras
lo esper�bamos.

Me tiene que perdonar.

Mi querido se�or Fern�ndez.
Hace tres a�os que le escucho

decir la misma cosa.

Estoy por creer
que es usted incorregible.

Le prometo que ma�ana ser� puntual.

Tambi�n me ha dicho eso
durante tres a�os.

Ni�as, un minuto de descanso

antes de comenzar las clases

con el se�or Fern�ndez.

�Un cigarrillo?
Bien. "Merci".

Si no le tuviera tanta debilidad,
hace tiempo que lo habr�a puesto

en la puerta de la calle.

Pero usted es una persona
encantadora y siempre me perdona.

Mentiroso. Yo s� que usted piensa
que soy una vieja rezongona.

Una pobre vieja bailarina

que todav�a cree
que sirve para algo.

No hable as�. Usted es buen�sima.
Yo nunca olvidar� lo que le debo.

usted no me debe nada.

Si hubiera trabajado
alguna vez en el teatro

sabr�a que nosotros, los artistas,
siempre nos ayudamos.

Adem�s, yo necesitaba
un maestro de baile barato.

Hice un buen negocio.
Y a prop�sito de negocio.

Ayer vino a verme un se�or amigo,
persona muy importante.

Necesita seis bailarinas
para un espect�culo.

�Seis chicas para el escenario?
No me lo dijiste.

No tiene pretensiones.
Es una compa��a espa�ola.

Una zarzuela de mala muerte.

Pero es que bailar
en el escenario...

Usted es honorable
porque no sabe nada.

P�ngase a trabajar y ya hablaremos.

Ni�as, se acab� el descanso.

A ver, Alicia. A su puesto.

Primera posici�n. Y tres.

Mi querido se�or, �c�mo est�?

Llega a tiempo de ver el ensayo.

-Magn�fico, magn�fico.

�Miguel! Gitano de mi vida!

�Don Samuel!
�Miguel!

�Pero c�mo? �Ustedes...?

�Y Mar�a del Pilar?

Pobre Mar�a del Pilar.

Se separ� de Francisco.

Estuvo trabajando
un tiempo por ah� sola.

Hasta que la encontr� en una
compa��a de zarzuela que traje.

�Y c�mo est�?
M�s o menos.

�No le gustar�a verla?

-Mi querido se�or Goldsmann.

�Qu� le parece
si hablamos de negocios?

Encantado. Un minuto, Miguelito,
�eh?

Arregle los pedidos de las
bailarinas y enseguida nos vamos.

S�, c�mo no. Atienda, atienda.
A sus �rdenes, se�ora.

�D�nde est�n las bellezas
que me ha seleccionado?

�Ni�as! �Ac�rquense!

�Magn�ficas! Son todas magn�ficas.

Pero como se trata del g�nero
espa�ol, vamos a pedirle opini�n

a mi querido amigo Miguel de Molina.

-�Miguel de Molina?

-�Pero, claro!
Yo me pregunto una cosa.

�C�mo sabiendo de que ten�a un
hombre como este aqu� en su cueva

perd�n, en su academia.
Nunca me habl� de �l?

�D�nde est�?

-Reci�n sali�. Tom� el saco y se
fue.

-�Se fue?

Se fue. �A d�nde se fue?

�Qu� haces t� aqu�?

Es que mi mam� est� ensayando.

�Qui�n es tu mam�?
Mar�a del Pilar.

Usted es Miguel,
el maestro de ella �no?

�C�mo lo sabes?

Porque a todas partes que vamos,
mam� lleva esta fotograf�a suya.

Antes era m�s buen mozo.

S�, querida.

Pero de todos modos,
sigue teniendo cara de bueno.

Mam� siempre dice que usted
es el hombre m�s bueno del mundo.

Y, �c�mo te llamas?

Juanita como su mam�.
La quer�a mucho, �verdad?

S�, tesoro.

Mam� me puso su nombre por ella.
�Era muy viejita su mam�?

S�.

Era una cosa chiquitita
con un alma de ni�a linda como t�.

�Le gustaban los cuentos?

Mucho.

Cuando yo volv�a de rodar
por el mundo a su lado.

Le llevaba cosas
y le contaba historias.

�C�mo don Triquitraque?

�Don Triquitraque?
�Qui�n es ese caballero?

�No lo conoce?
Yo no.

Es un cuento lind�simo.

Se lo voy a contar.

Hab�a una vez un hombre
que fue a La Habana.

Usted sabe d�nde queda, �no?

(ASIENTE)

Don Triquitraque,
as� se llamaba el hombre

hab�a ido por muchas partes
del mundo.

Aquella ni�a
llevaba el nombre de mi madre.

Era como si una voz del cielo
me dijera: "Anda, Miguel.

Vuelve a lo tuyo, al teatro,
a tus amigos.

A tu p�blico tan bueno y generoso".

Y as� fue como de aquel cuento
infantil naci� Don Triquitraque.

# De La Habana ha venido el barbi�n

# de mi t�o que don Triquitraque
el americano,

# que "to�to" el mundo
tiene recorrido.

# Traca que traca, traca que traca,

# rejuntando parneses

# con su comercio de jipijapa.

# Ay, que don Triquitraque

# ha "tra�o" canela y clavo,

# az�car cande y oro nativo,

# los colmillitos de un elefante,

# coquitos frescos y un negro vivo.

# Ay, que don Triquitraque

# y una mona rabona con su monito

# y una cotorra que viene hablando

# y unas calenturitas
que el pobrecito

# ya est� "parmando".

# Ay, que don Triquitraque
traca que traca,

# traca que traca

# rejuntando parneses

# con su comercio de jipijapa.

# Y pa' mangui ha tra�do
el barbi�n de mi t�o

# y un parag�itas que cuando llueve

# a m� me pone "calao perd�o",

# pa' que me suene,
pa' que me sue�e,

# pa�olitos de seda que solo sirven

# pa' hacer sostenes.

# Ay, que don Triquitraque

# ha "tra�o" canela y clavo,

# az�car cande y oro nativo,

# los colmillitos de un elefante,

# coquitos frescos y un moro vivo.

# Ay, que don Triquitraque

# y una mona rabona con su monito

# y una cotorra que viene hablando

# y unas calenturitas
que el pobrecito

# ya est� "parmando".

# Ay, que don Triquitraque

# traca que traca,

# traca que traca

# rejuntando parneses

# con su comercio de jipijapa. #