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(M�sica dram�tica)

(Campanas)

Oh, triste y desdichada Roma,
vuelve los ojos al Se�or.

T� que deber�as ser
cabeza de santidad,

clave del cielo
y patria com�n de los cristianos

no eres m�s que un saco
de corrupci�n y de pecado.

Mira que la ira de Dios viene ya
sobre ti,

y lanzar� gentes contra tu gente,

y hambre, y dolor, y muerte
sobre tus hijos.

(HABLA EN LAT�N)

�Fuera de aqu�, largo!

-�Ciudad meretriz!
-�Vamos, fuera!

�Dejadme o la c�lera de Dios
caer� sobre vosotros!

�Soltadme, imp�os!

�Yo soy la voz de Dios
que anuncia el fin de Roma!

�Paso al pr�ncipe de la Iglesia
Julio Antonio Palavicini,

duque de Montegiordano,
se�or de Ossimo, Volano y Orvieto,

noble cardenal
de la Santa Iglesia Romana.

(Fanfarria)

Paso al pr�ncipe de la Iglesia,
Julio Antonio Palavicini,

duque de Montegiordano,
se�or Ossimo, Volano y Orvieto,

noble cardenal
de la Santa Iglesia Romana.

Bien, hermanos.
Volvamos a las cosas terrenas.

Esta no es medicina que si sana bien
y si no, Dios te ayude.

No, hermanos, escuchad,
esto son remedios seguros

que tornan presto la salud
y curan todas las plagas del cuerpo.

Polvos milagrosos de nuestro padre,
San Anselmo.

�leo de ruda para la sordera,

y ung�entos buenos y seguros
para el rabo.

�Y a m� para los dientes
qu� remedio me dais?

Para los dientes,
toma esta ra�z de malva.

Cu�cela en vino y despu�s l�vate
los dientes con agua fr�a del pozo.

Son cinco cuatrines. Gracias.

Hermanos, traigo mil remedios
para cl�rigos, se�ores y villanos.

Hechizos moros, encantos de amores,

oraciones para las que est�n
a punto de casar,

y ayunos con hierbas sicilianas
que las hagan parir el primer a�o.

�Qu� hay, se�ora Victoria?

Esc�chame, Ramp�n.

Esta es una amiga m�a hornera
que tiene gran aflicci�n.

�C�mo teniendo pan a mano
se puede afligir? �Qu� os acaece?

Pobre de m�, se�or Ramp�n,
que vine a Roma a ganar jubileo,

y solo gan� mi perdici�n.

Pues ahora dice la condenada
que se quebr� la honra con un palo.

(Risas)

�Y est�is ciertamente segura
de que no tiene novio?

�Qu� ha de tener?
Anda rond�ndola un sacrist�n.

�Un sacrist�n? Pues, entonces,
no fue palo sino cirio pascual.

(Risas)

�D�nde est� la muchacha?
En casa, llorando su desgracia.

�La dej�is sola en esta ciudad?

Tornad presto, se�ora, antes
de arrepentirse el sacrist�n

y vuelva por las sobras.

Llevadla
a casa de mi t�a Napolitana.

Os juro que vuestra hija
saldr� de Roma tal y como entr�.

�Est�is seguro?

No lo he de estar. Si ya vend� a una
tres veces por virgen

y nunca hubo pleitos ni recelos.

Id, que a buenas manos va.

-Gracias, gracias.
-Gracias, Ramp�n.

Hermanos, mejor estoy en otro lugar
que no en este.

Preguntamos por un di�cono
rubio y peque�o.

-No le he visto.
-�No lo ha visto?

Bueno, qu� le vamos a hacer.

(Campanas de fondo)

-�Tampoco viste
a ese di�cono que buscamos?

-Ay, Se�or.

Ay, Se�or.

�D�nde estar�?

Dios bendiga a los buenos espa�oles.

Perdonad, padre, y vos, hermana Rosa
si no fui a buscaros a la posada.

�Recibisteis ya el dinero de Espa�a?

No estoy para bromas, hermano.
�Ten�is ya la bula preparada?

Aqu� la traigo.

�Trae los sellos?

Sangrando la cera de reci�n puesta.

Y a�n consegu� otra nueva gracia
de mi amigo monse�or:

100 d�as m�s de indulgencia

para todo el que rezara de rodillas
en vuestra ermita.

Pero nuestra ermita est� en Segovia,
y aqu� dice "Sevilla".

�Por la santa Madonna!
Ya confund� el lugar.

�Qu� dec�s?

Que mi amigo monse�or
que siendo Espa�a,

daba igual una ermita que otra.

Que lo que importa es la intenci�n
y no la letra.

Ya.

As� que,
o me pag�is los seis ducados,

o me vuelvo con las bulas.
No hag�is tal.

Creo que monse�or tiene raz�n.

Tomad. Gracias. Id con Dios.

Saludad en nuestro nombre a monse�or.

No escapar�is, di�cono renegado.

As� que con la oraci�n
que me vendisteis

iba mi mujer a curar de lo suyo.

Calma, hermano.

�Qu� desgracia te ocurre?
Por mi vida que os har� recordar.

"Si te dio dolor en la vena,

r�zale a Santa Elena.

Si en la enc�a, a Santa Menc�a.

Si en cualquier parte del cuerpo.

San Alberto.
A San Alberto.

(AMBOS) Quien esta oraci�n dijere
diez veces a rimano,

cuando nace sea sano. Am�n".

�Y no san�?

No. Qued� en la cama
con grandes dolores.

Pero �cu�les son sus dolores?

Al cuerno, �he de dec�roslo otra vez?

Que despu�s de parir,

la madre le anda suelta por el cuerpo
movi�ndosele como una sierpe.

�Una sierpe?

(SUSPIRA)

Acaso la oraci�n fue demasiado corta
para dolor tan largo.

�Quieres de veras
que sane de una vez?

�A qu� vine si no?

Ah, ah. Es de una santa penitencia
amiga m�a.

�Tienes ah� diez cuatrines?

Hay que d�rselos
como necesaria limosna.

Venga, el remedio.

Escucha, ah�mala por abajo
con lana de cabr�n.

Y si no se le pasa,
ponle en el ombligo

un emplasto de g�lbano,
amon�aco e incienso.

Y le vendr� a su lugar.

Y, sobre todo,
que no se levante del lecho

hasta que no eche
todo el viento fr�o del cuerpo.

�Y as� ha de sanar, a pedo limpio?

A pedo limpio tendr� que ser,
hermano.

No hay otra manera. Adi�s.

�Ah! Quedad con Dios,
que por m� bien.

Sepa vuestra merced,
se�ora Avi�onesa,

que cuatro cosas no valen nada
si no son participadas:

El placer, el saber, el dinero
y el co�o de la mujer.

(R�E) �Para, Napolitana! �Que me meo!

para que los dientes
conserven su blancura.

�A las clines, corredor!
"Tempus fugit".

Dios os salve.

�Qui�n es el p�ter?

No sab�a que tuviera �rdenes.

Y ahora, no cierre la boca.

Aguarde vuestra merced.
Torno presto.

En mi vida vi un loco como t�.

�De qui�n huyes ahora?
Ay, pecador de m�. Dios me ampare.

�De qui�n quer�is que huya,
si me persigue toda Roma?

Triste oficio me ense�asteis, t�a,
huyendo siempre como perro.

Mejor quiero vivir de limosna.
Calla, mals�n.

Esta ma�ana
se nos entr� en casa la fortuna.

Lleg� una brava espa�ola
que viene huyendo de su tierra.

Nos la env�a madona Divicia.

�Napolitana!

Aguarde vuestra merced,
que a�n no abro el licor.

�Tan brava es?
No la habremos mejor.

Te digo que haremos de ella
la m�s linda cortesana de Roma.

(Quejidos)

�Napolitana!

Por mi vida que no vi
tal hermosura de cara

ni m�s gentil cuerpo.
�D�nde la escondes?

Mala pieza es esa para esconder,
que es viva como lagartija.

A m� se acoge,
y yo la pondr� en tus manos

para que te haga vivir como mereces.

Vamos.

Ve a buscarla.
En la estufa est�, anda.

(SE QUEJA)

Perdone vuestra merced. Mi sobrino
acaba de colgar los h�bitos.

�Ha perdido la fe?

Dios os guarde, madre In�s.
�C�mo os va?

�nima m�a...
Dios os d� mayor ventura que a m�.

La humedad de esta casa
me est� haciendo pelar la cabeza.

Madre In�s, me gustar�a saber
cu�ntas palomicas ten�is ah� dentro.

Solo una espa�ola
que bien vale por 100.

De esa fruta no se vende
en el puente.

�S�? �Tan dulce es?

Vieja soy, pero al verla desnuda,
se me alegraron mis 60 Navidades.

�Qu� os parece
si me la dejarais ver?

�Qu� os parecen cinco cuatrines?

�Aun siendo parienta m�a?
Siendo parienta m�s, por el v�nculo.

Yo estoy aqu�
para velar por la decencia.

Madre In�s, dejaos de alcahueter�as,

que yo bien s� que las m�s
vienen aqu� a lavarse el cuerpo

y salen sucias de �nima
por vuestros oficios de rufiana.

Tomad tres cuatrines
y no se hable m�s.

Bueno.

�Por d�nde se puede mirar?
Por donde os deje la madera.

�Por ah�?
S�.

(M�sica espa�ola)

Ramp�n.

�Ramp�n! Pero �qu� haces a�n ah�?

Cuerpo del mundo, por mi vida,

que no vi nunca
mejores carnes de mujer.

Cuidado, Ramp�n, que esa es
mucha empanada para un pobre.

Cuestiones de hambre.

La m�a es de lobo.

(Puerta)

Ya estoy lista, madre In�s.

(M�sica espa�ola)

Salve, reina m�a.

Ven�s fresca y perfumada
como una rosa.

(R�E)

�Qui�n es este gal�n, madre In�s?

Es Ramp�n, sobrino de la Napolitana,
que harto ha que os espera.

Mi t�a dijo que viniera por vos.

A�adi� que os ense�ara la ciudad,
si os plac�a.

�Pues claro! Me place mucho.

Entremos en Roma con buen pie.

(M�sica alegre)

(INAUDIBLE)

(Contin�a la m�sica)

Este es el barrio donde viven
las m�s famosas cortesanas.

Hallaremos tantas como colmenas.

�Y d�nde se esconden?

Pues ah�, tras de las celos�as.

�Qu� hace esa mujer?

Es la Dorotea.

Muestra ese pa�o listado
para advertir al que pasare,

que vol� ya el palomino.

�Oh!
�No se hace igual en Espa�a?

En Espa�a se fornica de noche
y a escondidas.

Ese es el �nico pecado que cuenta
para los padres confesores.

�Y est� muy prohibido?
(ASIENTE)

Tan prohibido como practicado.

(R�EN)

(Campanas de fondo)

Mirad, aquella es la casa
de la Garza Montesina,

favorita de un duque calabr�s.

Y esa es
la de madona Victoria la Deseada.

All� viv�a La Jerezana,
mantenida por un noble espa�ol.

Pero �cu�ntas cortesanas hay
en Roma?

�En Roma?
30 000 me tengo yo censadas.

Sin contar alcahuetas,
tapadas y rufianes.

�Ah!

Voto a san, que la mayor parte
de Roma es un burdel.

De ah� dicen vendr� su perdici�n.

(R�E)

(AMBOS) �Sangre de Cristo!
�Cu�nto hace que no te he visto!

Y ahora que te veo,
�"gloria in excelsis deo"!

Por mi vida que no habr� mejor asado
en la mesa de los cardenales.

Venga, que daremos cuenta de �l.

No, t�a, por favor, para m�.

Harta qued� de la cazuela de pescado
y del cabrito con almendras.

Trae m�s vino.

�A que os place mi sobrino?

V�lgame Dios, con lo que t� sabes
y su picard�a,

No me dijiste
si tambi�n sab�as oraciones.

�Oraciones, t�a?

(R�E)

Yo s� ensalmar,
encomendar a los santos,

sacar el mal de ojo,

y tambi�n la quiromancia
y pronosticar.

S� encantar la terciana,
leer en el plomo derretido,

que lo aprend�
de un jud�o de C�rdoba,

s� adobar doncellas y medicar
la natura de la mujer y del hombre.

Y, sobre todo, s� conocer
en la frente de las personas

su fisonom�a y su intenci�n.

No declar�is a nadie vuestra ciencia

que yo solo me basto
para vender ese cuerpo

y tan provechosa mercader�a.

Y que rabien las cortesanas,

que desde ahora
el ombligo de Roma est� aqu�.

Da fe que no hay otro en el mundo
tan bonico.

�Brindemos por �l!

(R�EN)

Deja, hija, que te ayude a desnudar.

(M�sica espa�ola)

(BOSTEZA)

�Qu� tal mi sobrinico?

Muy bien parecido.

Como pino de oro.

Solo tiene un defecto, el pobrecico.

Que es algo apocadillo
con las mujeres.

Lindo regalo para un buen mozo.

(CHISTAN)

(SUSURRA) �Y bien? �Qu� pas�?

(SUSURRA) Has de dormir con ella.
�Lindo cuerpo tiene!

Despacico, no la vayas a asustar.

Despacico, no se quiebre el negocio.
�Venga!

(M�sica rom�ntica)

�Aqu� os ech�is?
No, aqu� no. Pensaba m�s cerca.

�Qu� hac�is?

�Olvid�is que tengo marido?

No est� ahora aqu� para vernos.

Vamos.

No seas tan arisca.

�Por qu� no dejas a este hur�n...

...que cace en esa floresta?

Que gritar�.

�Ya?

Abridme la puerta
y gritar�is con m�s raz�n.

�Qu� tal este primer envite?

El habla me quit�.

Pues esto no es nada.

Ya ver�s luego.

Ahora sabr�s lo que es un hombre.

�"Per la Madonna"!
Qu� buen semental.

(M�sica rom�ntica)

�Duermes?

�Qu� te ocurre... amor?

Estaba so�ando...

...que tambi�n esta segunda noche
seas m�a.

(M�sica alegre)

�Eh! Abrid los ojos,
que es mediod�a.

Pero hijos,
que el sol entra por todo.

Ay, amor...

Que soy tuya, muerta o viva.

Aqu� os dejo la comida.

Sobrino. Sobrino.

Que os traigo morcillas,
queso y uvas.

A las clines, corredor.

(Contin�a la m�sica)

Lozana, hija. �Qu� es esto?

As� duerme desde ayer.

Como lech�n de viuda.

Que no me levant�
por no despertarle.

T�a, sacadle vos de la cama.

Por mi vida que no.

Que si yo fuera �l,
nadie me sacar�a de esa cama.

Reponeos con estas viandas.

Lozana, recuerda el refr�n:

"El dinero y el dale-dale,
no apuralle".

(M�sica rom�ntica)

Nunca he servido a nadie
sino a mi propia desverg�enza.

Pero si dejas que me quede contigo,

yo ser� perro fiel y servidor
para lo que haga falta.

Estar� cerca de ti d�a y noche,
por si me necesitas.

Te traer� a casa los amantes,
si t� quieres.

Y lo har�
sin m�s paga que la amistad.

�Est�s seguro que no vendr�n luego
los celos a estorbarlo todo?

Pero �qu� dices?

Yo puedo ser tan buen cabr�n
como el que m�s.

�Sabr�s tambi�n ser sordo y mudo
cuando convenga?

�Qui�n? �Yo? Ese es mi oficio.

�Sabr�s callar siempre
aunque te trate

como el m�s vil de los criados?

Ponme a prueba.

Entonces,
si sabes servir con alegr�a,

yo te tendr� puesto como un rey.

Y, a fin de cuentas, t� tendr�s
la mejor parte de Lozana.

La que no tendr�n nunca los dem�s.

Pero la madre
se le par� al fin a tu mujer?

Eso s�, al primer emplasto.

Lo que pasa es
que no cesa de ventosear,

que ya no lo resisto.

No, si no lo niego.
La piedra es de calidad.

�Valdr� 20 ducados?
A lo m�s, diez.

Puedo adelantaros cinco.

Y no ahora.
�Tanto os apura el hambre?

No es hambre.

Es que quiero poner casa
a una espa�ola.

No ser� una que acompa�aba a Ramp�n.

Esa misma.

Y os juro que dar� jaque
a todas las cortesanas de Roma.

�Seguro!

�Por qu� no me dej�is ayudaros
en el negocio?

�Ayudar? �C�mo?

Le pondr�a casa en lo mejor de Roma,

y me ocupar�a de adelantarle
ropas y vestidos.

�Quer�is retirarla de favorita?
No estoy yo para esos trotes.

Yo solo pondr�a dinero
en el cuerpo de esa espa�ola

para sacarlo
de la bolsa de los dem�s.

�Me comprend�is?

Claro como el agua, se�or Trigo.

Acab�is de entrar en la enorme
cofrad�a de las alcahuetas.

(R�EN)

(M�sica dram�tica)

Mira bien esta cama,
ella ser� aduana principal

para despachar
la dulce mercader�a del amor.

(R�E)

Te lo aseguro, Ramp�n,

no habr� otro lecho m�s bello
ni m�s productivo en toda Roma.

Pero �qu� haces?

Estoy pensando si no se asustar�n
los que vinieren

viendo la casa tan vac�a.

Lo importante es la alcoba,

que aqu� nadie vendr�
a rezar jaculatorias.

T� mira bien, hijo m�o,
c�mo administras este huerto.

Estad tranquilo, Trigo,

que todos saldr�n de esta casa
contentos como Pascuas

y estrujados como limones.

No s�.

He o�do decir que en Espa�a,
algunas fornican por amor.

Bueno...

A m� lo que acostumbran a hacer
en Espa�a no me importa nada.

Pero aqu�, en este campo nuestro,
no har� juego ninguno de balde.

Ya estoy aviada.

(M�sica espa�ola)

Cerrad los ojos, que voy para all�.

Pero...

Cuerpo del mundo.

Es como un milagro.

�Si parece una reina!
�Una fuente de oro!

Pues decidme c�mo
se ha de pagar esta fuente de oro.

Yo os enviar� quien lo pague,
y a fe que har�n procesi�n.

(R�E)

Pronto ser�s �nica en Roma.

Y ahora, hijo,
saca este pa�o al balc�n,

que pronto acudir�n los estorninos
al reclamo.

(R�E)

(M�sica divertida)

(INAUDIBLE)

(Contin�a la m�sica)

(INAUDIBLE)

(Contin�a la m�sica)

Oh, se�or Maestresala.
�Cu�nto honor! Pasad.

(R�E)

�Est� aqu� la se�ora?

Decidle que Trigo me mand� venir.

�Trigo?
La se�ora est� ya en el lecho.

�Ah� quer�a yo pillarla, mancebo!

Llevadle esta cadena
y decidle que me abra.

Ir�, se�or, pero dudo
que os reciba a estas horas.

Avisadla, �vamos!

Lozana.

Adivina qui�n est� ah�.
�Qui�n?

El Maestresala.
(R�E) D�mela.

Viene como urogallo en celo.
M�s penar�.

Hazle pasar presto.

Pero est� atento, a ese
hay que ayudarle a abrir la bolsa.

Es muy avaro.

�M�s avaro que Trigo?
Espera, que yo me encargo de �l.

�Qu� dijo?

y ella os contestar�.
�No he venido yo a hablar!

Aqu�, entre nosotros, hermano,

solo puedo ejercer una vez al mes,
y hoy caduca la fecha.

La convencer� para que saque la mano
y la pod�as besar.

�C�mo besar? �Cabalgar pretendo!

S�, pero yo, comprended...

Seis ducados, y metedme presto,
que yo har� lo dem�s.

Entrad.

Y que Dios me proteja
si la se�ora se enfada conmigo.

�Por la leche que mam�!

Esto no es mujer, hermano,
sino m�quina de matar hombres.

Dejadme solo.

�Y en mi cama se desnuda
vuestra merced?

Bien puedo hacerlo,
que parte tengo en ella.

�S�?

Tres ducados le di a Trigo
para pagarla.

Aprovechadla pues, si es vuestra.

�Puedo besaros ya?

Probad, se�or Maestresala.
�Cu�l es vuestro nombre?

Perusino.

Y por mi fe que tengo de ser vuestro,
y vos m�a.

(Puerta)

Excusadme.

�Qu� demonios pasa?

Vienen a cobrar la renta de la casa.

Son seis ducados, no pueden esperar.

Tomadlos de mi bolsa,
pero por todos diablos, �salid!

Bien, se�or. Lo har�.

No os enfad�is, mi amor,
mi Perusino.

D�jame que descubra tus encantos.

Claro, ahora todo es para ti.

Todo, todo.

Vamos, vamos.

(R�EN)

�Cosquillitas no!
�Que sois de Liorna?

Oh, pichoncito. �Te gusta?

S�, se�ora, me gusta.

(GRITA)

�Aire!

�Aire!

�Ramp�n!

�Dos ducados m�s! Vienen a cobrar
las cintas napolitanas.

Vamos, Ramp�n,
d�jate de cintas napolitanas.

�Que le ha dado un paral�s!

�Ven! �Ay�dame!

�Se�o Maestresala! �Volved!

�Qu� le ha pasado?
Ramp�n...

Llama a los criados, por favor,
que se nos va a morir aqu�.

�Vamos, date prisa!

�Eres t�, palomica?

Ah� lo ten�is.

-Oh, se�or. �Qu� os pasa?
-�Qu� os sucede?

-Dios m�o.

Con cuidado.

(SUSPIRA)

Pero �qu� le hiciste?
�Qu� le voy a hacer? Lo de siempre.

(SUSPIRA)

Ya lo dijo vuestro padre
cuando la cat�:

Esta mujer es mucha empanada.

�Una arenga para mi padre!

El mes que viene no me fallar�.
�Seguro!

-�Quer�is algo m�s, se�ora?

Ponedme este tambi�n.

Como mand�is, se�ora.

�Ese que oigo es acento espa�ol?

S�, de la misma Andaluc�a.

�Cierto que sois espa�ola?

�Os extra�a?
En Roma hay m�s de 1000 como yo.

Teneos, por favor.

Estoy de paso en Roma
y no quisiera irme sin deciros

que jam�s he visto ojos
tan negros y delincuentes como esos.

Agradezco la cortes�a.

No, no he terminado.

Quisiera tambi�n deciros
que desde ahora soy vuestro y...

Y yo de otro
que me aguarda en el coche.

Esta plaza tiene due�o,
pero no os preocup�is,

otras paisanas m�s cabales que yo
hallar� su se�or�a,

que en Roma las hay a placer.

�Puedo besar vuestra mano?

Huele a Sevilla.

Mejor a C�rdoba la Llana.

Ya tienes gavil�n para tu paloma.

No me atrever�a a cortarle las alas,
tiene porte de caballero.

Mandadme, se�ora,
que ser� vuestro para todo.

Permitidme, que mi se�or se enoja.

(R�E)

Oh, perdonad,
pero a aquel caballero no le plac�a

que me fuera con vos de merienda.

�Por qu� no me llamasteis?

�l era quien no estaba de acuerdo,
yo s�.

Mi fiel cordera.

(Campanas de fondo)

�Eh! �Calma!

�Por qu�?
Siete veces fui a ofrecer presentes,

y las siete me dijo Ramp�n
que estabais ocupada.

Y lo estar�a, se�or.

Oh, no pensar�is
que eran ma�as de Ramp�n.

Acept� los presentes
y os cit� para otro d�a,

pero vos no vinisteis.
No pude ir, culpa de mi oficio,

que me obliga a viajar
m�s de lo que quiero.

Vana disculpa.

Si de verdad me quisierais...
Pregunt�dselo a Trigo,

que bien me cobr� por veros.

�C�mo? �Tambi�n por verme
saca los dineros?

Solo por veros no,

que buena parte tengo yo
en vuestra casa.

�No! �Tambi�n la casa?

Me huele
que la ha costeado toda Roma.

�Grand�simo ladr�n!
Los ojos le tengo que sacar.

Pero no ahora, calmaos.

Lo que importa es
que al fin estamos solos, mi amor.

�Vida de mi vida!

�Es que no puedo!

Esperad.

Sigue el juego. A ti te toca.

�Cu�ntas clases de putas
hay en Roma?

Avispadas.

Putas feriales.

Putas a la candela.

Putas apuradas.

M�s, que pierdes.

Putas de domingo.

Interesadas.

Sigue, te quedan muchas m�s.

Pero �a�n quedan?

Travestidas, reformadas, ursinas,

putas jubiladas, de Oriente,
de Poniente y donde va la gente.

Putas de dolor y de marca mayor.

Putas calabresas, florentinas,
castellanas y vizca�nas,

navarras y andaluzas,

putas tristes y putas vivas.

putas osas y putas gloriosas,

putas con madre, putas con t�a,
�y viva la alegr�a!

(R�E)

Pero �qu� hac�is?

�A�n no hago! Dejadme.

Voto al diablo,
siempre hay complicaciones.

As�.

�Impaciente?
Tres meses llevo de ayuno

y nunca llegan las carnestolendas.

Tened cuidado, que pod�is herirme.

Oh, amor.
�Toda esta hermosura es para m�?

Vuestra es...

Decidme, �son brillantes?

�Para vos! Y a lo que estamos.

Soy vuestra...

Bes�is bien. �Y yo? �Os he gustado?

Mucho m�s que la medalla.

Dejadme entrar en esa c�rcel de amor
para quedarme toda la vida.

�Idos de aqu�, puerco mir�n!

�Yo?

Pero �qu� hac�is aqu�?

�A m�! �Polineros!

�Polineros! �A m�!

(M�sica tensi�n)

�Vamos!

T� ve por all�.
S�.

Aparta, villano.

�Aqu�, se�or! �Cay� el hur�n!

(R�E)

�No te r�as! Parece muerto.

�Y qu� m�s da?

�Oh, Dios m�o!

No os acerqu�is.

Le hab�is matado.

Muerto o vivo,
lo mejor es alejarse de aqu�.

�Deprisa, al coche! �Vamos!

Vamos, vamos.

(M�sica dram�tica)

�Qu� temores son esos,
se�or Corid�n?

Os digo que no hay en Roma
quien os remedie mejor.

Pero mi demanda es otra distinta.

Y tened en cuenta que nada que sea
entre hombre y mujer es distinto.

Y ella es maestra en esa asignatura.

Si vierais c�mo sabe
ensalmar y santiguar,

�y leer en la mano!

Y no digo de hechizos y licores
o remedios para zurcir v�rgenes.

Ya lo ver�is.

Esta casa es colmena donde se alivia
y se aconseja a toda Roma.

As� est� ella colmada de regalos.

Ya llegamos.
Tranquilo, se�or Corid�n.

�Vos, t�a?

La que bien te quiere. Pasad.

Este es el noble Corid�n,
que desea estar contigo.

Os beso las manos, se�ora.

Venga en hora buena
tan tierno gal�n.

Qu� harta estoy
de capones y carracos.

�No osabais venir solo?

�En qu� os puedo remediar?

Perdonad, se�ora, yo ven�a...

Que yo os quitar�...

...esas verg�enzas.

Qu� dulces ojos
y qu� piel tan suave.

Sobrina.
�Qu�?

El se�or Corid�n no va por ah�.

Ah, ya entiendo.
Mas no tiene importancia.

Acordaos de Pelegr�n,
que tambi�n ten�a natura de mujer

y yo se la cambi� en la cama.

�Por santa Nefija!
�Calla de una vez!

El se�or Corid�n no quiere cama,
sino consejo.

Oh, perdonad, se�or.

Decidme c�mo os tengo que socorrer.

T�a, por favor,
servidle un poco de ese vino griego.

Sentaos.

Hablad, pod�is confiar en m�.

Vamos, empezad.

Yo me vine de mi tierra,
que es Mantua, por esta causa.

El primer d�a de mayo,
volv�a a casa montado en mi caballo

y vestido de seda y brocado.

(OFF) "Las doncellas que ve�a
se enamoraban de m�

y todas me tiraban rosas".

(M�sica on�rica)

"De pronto, la vi en la ventana.

Era la dulce Polidora,
que me hab�a robado el coraz�n.

Le tir� una rosa y le dije,
como cada ma�ana:

'Yo soy Corid�n,
tu enamorado servidor'.

Ella cogi� la rosa y, llena de rubor,
se retir� de la ventana".

(Contin�a la m�sica)

"La segu� ansioso hasta el jard�n,
y all� la tome entre mis brazos.

Cupido lanz� su dulce dardo

e hizo de los dos �nimos
un solo coraz�n.

Nuestros padres convinieron la boda
y fuimos los m�s felices prometidos.

Pero ay, triste de m�,
all� empez� mi desgracia.

El rico Castruccio,
amenazando a los padres,

me arrebat� a Polidora".

Y aunque cueste creerlo,
esta es mi desdichada historia.

�Y d�nde vive ahora vuestra amada?

Encerrada la tiene en Mantua
entre viejas criadas

que la guardan noche y d�a.

Por favor, se�ora,
ayudadme a llegar hasta ella.

Una hora, un minuto tan solo.

Os pagar� lo que pid�is.

Perded cuidado,
yo s� lo que hay que hacer por vos.

T�a, llevadle con vos y haced con �l
lo que hicimos con el sien�s.

�Podr�is hacer algo?

Habremos buen remedio.
Venid conmigo, se�or Corid�n.

�Lozana! �Lozana!

�Al�grate!

(R�EN)

Traigo buenas nuevas:
nos quitamos una muerte de encima.

El hur�n espa�ol
est� vivito y coleando.

�Est�s seguro?
Seguro.

Escucha... Esc�chame bien.

Don Sancho de Villaf��ez se llama.

Es de Toledo,
lleg� hace una semana a Roma

para casar con una prima italiana,
ahijada de su t�o el inquisidor.

�Sabes cu�ndo es la boda?
De aqu� a tres d�as.

En el palacio del inquisidor

no hacen m�s que entrar
procuradores y notarios.

Y otra nueva mejor:

�Sabes cu�nto me ofrece Trigo
por la daga?

�Seis ducados!
�Seis ducados, Lozana!

Poco es para lo que pienso hacer.

Escucha, Lozana, es robada.

Trigo es el �nico
que nos la puede comprar.

�Y qui�n habla de vender?

Me cobrar� las miradicas
de ese don Sancho.

Haremos negocio y, de paso,
mejoraremos nuestra hacienda.

�Quieres hacer negocio
con la daga...

...o ver a don Sancho?

Ya est� compuesta la doncella.

Oh, qu� bella palomita.

�De d�nde sacaste esta gloria?
�Te gusta?

P�nmela debajo y te lo dir� luego.
(R�E)

Oh, �lo veis, se�or?
Disfrazado de esta manera

os prometo que os llevar�
hasta Polidora.

Y a fe que la gozar�is
ante las mismas barbas de su marido.

Se�ora Lozana,
nunca podr� pagaros este favor.

�C�mo nunca?
Antes de partir para Mantua.

El dinero en una mano
y los tratos en la otra.

Ramp�n.

Torna a tu juicio,
�qu� est�s pensando?

Que sea cap�n o gallina,

podr�a hacer buen caldo
para un hambriento.

(R�EN)

Ay, �ngela,
m�rame si voy bien peinada.

No habr� en toda Roma
una novia como vos.

-Los guantes, �d�nde est�n?
-Aqu�, se�ora.

�Est�is ya, sobrina?

Dejadme que os vea.

Mi hijo no podr� defenderse
de tanta hermosura.

-�Est� aqu� ya?
-En el patio nos espera.

Pero no os apresur�is.
En Castilla se dice:

"Muestra a tu marido el copo,
pero poco a poco".

Se�or.

Dos damas espa�olas
solicitan veros con urgencia.

-Estamos de boda, que vuelvan ma�ana.
-Se lo he dicho,

pero insisten que precisamente
por eso necesitan veros.

Ahora voy.

-Excusadme un momento, hija.
-S�, t�o.

�Ay, de m�!

Beso la mano de vuestras mercedes.

�Ay, de m�, don Rodrigo!

�T�ngame! �Que aqu� me caigo muerta!

�Qu� hac�is, se�ora?

D�game vuestra merced
la causa de vuestra aflicci�n,

que har� por remediarla.

(LLORA)

Perdida soy, se�or.

Nadie puede salvarme sino vos.
(LLORA)

�Desgraciada de m�!
Calmaos, se�ora.

Se�or, no puedo con tanta aflicci�n.
�Qu� os sucede? Decidme.

(LLORA FUERTE)

Dejad de hipar, se�ora,
que estamos de bodas.

Para m� es d�a de duelo, se�or.

Decid, por Dios y todos los santos,
�qu� desgracia os aflige?

Que si en m� est� aliviarla,
a fe de caballero que lo har�.

Sosegaos.

Nosotras, se�or,
acabamos de llegar de Toledo.

De all� nacen todas mis desgracias.

S�, vamos, seguid.

Se trata de vuestro hijo,
don Sancho.

�Ay!

��l le rob� la flor!
��l la deshonr�!

�Qu� dice esta se�ora?

�La verdad!
Tan cierto como me he de morir.

Me escribi� cartas,
me asedi� a todas horas.

Pero vi�ndose rechazado por m�,

entr� en mi casa
cuando me encontraba sola...

�Ah�, ah�!
�Ah� qu�, voto a...?

S�. Me amenaz� con una daga,
y alcanz� con villana fuerza

lo que no hab�a podido conseguir
con la cortes�a.

�No!

�Callad de una vez!

Aqu� est� la daga.
A eso hemos venido, se�or.

A parar la boda,
a impedir esta infamia.

�No puede ser!

Todo est� prevenido,
la novia aguarda.

Tal vez os hay�is equivocado.

Venid conmigo.

(Carruaje de fondo)

�Podr�ais se�alarme a mi hijo?

Aquel que besa la mano de la dama.

Jur� que no le volver�a a ver,
�Dios m�o!

Os creo, se�ora.
La acci�n es propia de mi hijo,

y por desdicha, no la primera.

�C�mo os llam�is?

Teresa.

Teresa de �valos.

Ya s�, mi se�ora.

Que el velo de la honestidad,
una vez roto,

no es f�cil de componer.

Pero mi hijo va a casarse ahora.

Solo ten�is dos caminos:

Entrar en la capilla
y arruinarlo todo,

o admitir una cumplida reparaci�n.

�Cu�nto?

No s�...

Si he de meterme a monja,

necesitar�, al menos,
2000 ducados de dote.

Aqu� hay m�s,
pero me parece de justicia.

Tomadlos y perdonadme, si pod�is.

(Voces indistintas)

Ya estoy dispuesta, padrino.

Voy, hija.

Se�ora, id con Dios.

Vamos.

Se fue contento el castellano.

Cumpli� como perfecto caballero.

Habr� garrota, dobl�n entero,
y aqu� est�n.

(R�EN)

El se�or Castruccio viene ahora.

(Puerta)

Aguardad.

�Qu� es lo que va a pasar?

Tranquilo,
ahora ya entramos en la casa.

Seguro que pod�is fiaros.

Adem�s de las cartas
de la superiora de las Clarisas,

lleva la inocencia
escrita en la cara.

Ahora lo veremos.

�Es esta la doncella?

Esta es, se�or Castruccio.
Juzgad vos de sus prendas.

Ay, no me acaba de convencer.

Es muy joven.

La madre �gueda dijo
que no era bueno

que vuestra esposa viviera
rodeada de viejos.

�Eso dijo la madre �gueda?

No, se refer�a a los criados.

Ah, �y qu� sabe hacer la moza?

Todo, se�or.

Hila, cose, borda,
prepara hojuelas y tambi�n pesti�os,

mermelada de arrope y de membrillo.

Me empalagan los dulces.

Oh, se�or. Torpe de m�.

Pues, adem�s, sabe hacer fideos,

empanadillas,
cazuela con su ajico y su cominico.

Anda, ac�rcate. D�selo t�, hija.

Ved c�mo es de discreta y callada.

Es justo lo que necesita
vuestra merced.

�C�mo os llam�is?

Beatriz.

Mal inicio. El nombre no me gusta.

Pod�is ponerle otro, se�or,
como en el convento.

�Y qu� va a costarme todo esto?

Una peque�a limosna
para bien de alma,

se nos cay� el altar.

Tomad.

Con esto pod�is volver a Roma.

Harto hago con echarme a hombros
una boca m�s.

(Campanilla)

�Os conviene el trato?

Pues pod�is iros.

Acompa�ad a la madre
y entrad la valija de la doncella.

Yo y el convento quedamos obligados.

Ahora que cerramos trato,

os digo que llegasteis
como agua de mayo.

Porque en tres d�as
tengo que estar en Mil�n

por una larga temporada.

As� vuestra esposa
queda cuidada y atendida en todo.

No as� nuestro pobre
y ruinoso altar.

Monjas pedig�e�as...

Tomad otro refuerzo y marchaos.

Gracias, se�or.
Dios os d� lo que merec�is.

As� sea, hermana.

(Puerta)

Dime...

�No sabr�as guisarme tambi�n
un cabrito apedreado?

Intentar� complaceros en eso, se�or.

�En eso solo?

Dejadme, se�or.

�Por qu�?

�Nadie te dijo
que eres bocado sabroso...

...y peligroso?

Solo con mirar
se me alegra la pajarilla.

�Cuidado, se�or!

Qu� ojicos tan traicioneros.
(R�E)

�Por favor!

(Puerta)

Llevad a la doncella
a la c�mara de la se�ora

para que la conozca.

"�Bocatto de cardinale!".

El se�or don Castruccio os env�a
a la nueva doncella.

Hazla entrar.

Pasad.

(M�sica rom�ntica)

Quieta, mi amor. Ya estoy contigo.

-Oh, alma m�a. Decidme que no sue�o.
-No so��is, por mi vida.

Yo soy Corid�n, el que con fe ciega,
con l�grimas, dolores y fatigas

os ama y os amar� siempre,

porque est�is esculpida
en mi coraz�n.

Quiero que se�is m�a.

Y yo ser� vuestro. Ahora.

(Contin�a la m�sica)

(Puerta cerrada)

Polidora.

Corazoncito de su esposo.

Quiero entrar.

Se�or, estoy acostada
con fuerte dolor de cabeza.

-Dejadme entrar, que os cuidar�.

Ya me est� atendiendo la doncella.

(SUSPIRA)

Pero �c�mo vais a comparar?

Abrid, abrid. Es solo un ratito.

�Un ratito!

Ver�is qu� medicina os traigo.

Ya tengo medicina para curarme,
"mio caro".

�Ma�ana! �Ma�ana!

�Basta ya!

�No tienes sobrados esc�ndalos
en Espa�a

que a�n vienes a traerlos aqu�?

Os juro que nada tengo que ver
en esto.

�No?

�Y esta daga?

�C�mo la ten�a esa mujer?

�No piensas que un esc�ndalo
hubiera arruinado tu boda?

Atended, se�or.

No voy a hablaros de esta boda
concertada a mi pesar

y contra mis deseos.

Ya est� hecho y bien hecho est�.

Pero os juro por mi fe
que esta daga me fue robada.

No tengo que ver nada
en este enga�o.

�Quieres decir...?

..que hab�is sido burlado
por esa astuta espa�ola.

Voto con Dios
que remover� cielo y tierra.

�Y por mi fe
que he de enviarla a galeras!

No hag�is nada, se�or.

Dejad que vuelva
de mi viaje de bodas,

que yo har� por encontrarla.

�Seguro que no abusaste de ella?

Os lo juro, se�or.

�Qu� te pasa?

Nada.

�Nada?

Desde hace alg�n tiempo
has cambiado, no eres el mismo.

�Qu� te ocurre?
Nada.

�Qu� quieres que me ocurra?

Te lo predije, Ramp�n.

Un d�a vendr�n los celos
a estorbarlo todo.

�Recuerdas?

Yo puedo ser tan buen cabr�n
como el que m�s.

�Lo has olvidado?

No.

No lo soy.

Dime...

�Est�s segura de que siempre
te acuestas por la paga?

�A qui�n te refieres?

A ninguno.

Ay, Ramp�n. A m� no me enga�as.

Eso va por don Sancho.

S�.

Puede que sea por �l.

Dime...

�Eran celos
lo que vi la otra tarde...

...en tu mirada...

...cuando parec�a muerto?

No.

-Ved qu� maravilla, princesa.

Es obra
de un gran maestro florentino.

C�mo resalta
sobre la blancura de la piel.

Miraos en este espejo.

Tengo otra joya para vos, don Sancho:
esta piedra.

En 100 ducados, es vuestra.

Examinadla aqu�, en la ventana.

(EN VOZ BAJA)
Otra joya quiero que me mostr�is.

Pero fresca y galana como una rosa.

�C�mo?
�Con ese �nimo volv�is de bodas?

No soy hombre de una sola mujer.

�Qu� me contest�is?

Tengo la m�s linda y amorosa
cortesana de Roma.

�Cu�ndo me la mostrar�is?

Ma�ana mismo, si quer�is.

Quiero.
Os avisar�.

Os compro la gargantilla.

Engarzad la piedra
para que luzca mejor.

"Caro" esposo, qu� contenta estoy.

Si fu�ramos casados por m�s tiempo,

pensar�a que tapabais
alguna infidelidad.

(R�E)

�Dios os conserve el buen humor,
se�ora!

Bien seguro estoy de que jam�s ver�
la primera infidelidad de don Sancho.

(R�EN)

(M�sica siniestra)

"Anima mea, anima tua",

mete la mano, saca la p�a.

Cuerno de ciervo, pata de castor,

vete, enemigo, que llega el Se�or.

�Not�is algo?

Un poco de calor en el papo.

No os preocup�is,
eso es el plomo que est� obrando.

Decid vuestro mal.

Yo tengo amistad
con un palafrenero.

�Amistad o amores?

Amores, s�.

Quiero decir que nos echamos juntos
un d�a s� y otro luego.

Pasi�n corporal se llama eso.

�Qu� m�s?

Hace un mes que no viene por casa
el muy falsario.

Quiero saber
si se ha envuelto con otra.

Dejadme ver.

(M�sica suspense)

Vuestro hombre no tiene ning�n mal.

Veo...

...que est� detenido.

Pero no puedo saber...

...si es de mujer o de alguacil.

No consigo verlo.

Har�n falta tres ducados m�s.
�Y c�mo?

Si os traje la gallina negra
y el gallo cap�n

y siete huevos para el ensalmo.

�Y despu�s de tenerme
abierta de piernas una hora

me sal�s con eso?

Es un ensalmo caro.

Tomadlo.

Ahora s�.

Ahora estamos
en el orden astrol�gico.

Lo veo.

Suspira junto a una mujer.
�Y por qu� suspira?

Ahora lo veremos.

Pasar� el gallo con el cuchillo.

Presto lo sabremos. Trae el gallo.

No lo maltrates,
que hemos de ponerlo en pepitoria.

(M�sica suspense)

Veo la mujer desnuda.

�l la muerde.

Entonces es que la aborrece.

No s� a�n si es mordisco de rabia
o de amores.

No me importa,
solo quiero saber si volver� a m�.

El ensalmo no puede decirlo.

Eso queda para otro d�a.

Seis d�as ha que llegu�

y todav�a no he encontrado
mujer digna de llevar a la cama.

�As� es este para�so de Venus?

Buscar en Roma mujer sin alcahueta
es como ir de caza sin halc�n.

�Y conoc�is a alguna alcahueta?

Un jud�o amigo me ha prometido
la m�s hermosa hembra de Roma.

Le pedir� otra para vos.

(M�sica alegre)

Dejadme, luego os veo.

(Campanas de fondo)

(M�sica tensi�n)

(Golpes puerta)

�No escapar�s!
(GRITA)

�No huyas!

�Cre�ste que no te iba a encontrar?

(Contin�a la m�sica)

�Perra!

�Dime qui�n te quit� la honra!

�Soltadme!
(GRITA)

�Te he de llevar a la horca!

�Cobarde!

�Muerta me sacar�s de aqu�!

�No te burlar�s m�s de m�!

(M�sica rom�ntica)

No pensaba que, al fin,
nos encontrar�amos as�.

Toma, quiero regalarte este anillo.

No, qued� muy bien pagada.

As� lo estar�s mejor.

Esta vez Lozana se dio
por su placer.

Quiero creerlo.

(M�sica triste)

�Sangre de Cristo,
cu�nto hace que no te he visto!

...�"gloria in excelsis deo"!

(Risas)

Maldita sea tal vida.

(Risas contin�an)

(Contin�a la m�sica)

(SUSPIRA)

No la amaba.

Me conoci�.

(Ladridos)

(Risas)

�Nos os riais, cornudos!

Esto no es historia de risa.

S�, pese a tal con quien me pari�.

Os juro que no hay
otra bellaca como ella

ni con tanta labia.

Mi embuster�a...

Lleg� aqu� pobre y llena de miseria
y ahora la llaman "se�ora Lozana".

�Se�ora Lozana!

S�, hermanos, creedme,

hasta yo mismo se lo llam�
m�s de una vez.

Cuerpo del diablo,
�qu� �nima tan fuerte!

A todos miente...

...promete, certifica y enga�a.

Si vierais c�mo corre a chorros
el dinero en aquella casa.

Al que no paga le sonsaca,
no perdona plazo ni inter�s.

S�, hermanos, as� es esa mujer.

All� he vivido yo como un rey.

Como un rey...

Y siendo perro viejo,
�c�mo dejas de agrado todo eso?

S�, Olivero, lo dejo
y mil veces lo volver�a a dejar.

Ya no quiero ser m�s rabo de puta,
ni celador de bragas,

ni cabr�n consentido,
ni reba�ar camas de los dem�s.

�Yo soy Ramp�n! �Un perro viejo!

Eso es, un perro viejo
que ya no se deja morder.

�Y sabes por qu�, Sieteco�icos?

Bien que lo s�.

Si no hay pastor que lo defienda,
el perro muere.

Eso es.

Bien dijiste, hermano.

Ya no hay pastor.

Se acab� el pastor.

El perro se lame el culo solo.

�Y fue aquel caballero que zurramos
el que te ech�?

�No, por mi vida!

No me ech� nadie, me largu� yo.

Por no ver m�s su puerco rostro
de sobrino de inquisidor.

Sobrino de inquisidor...

�Sab�is por d�nde me paso yo
al Santo Oficio?

No pong�is esas caras.

Tienes miedo, �eh?

Yo no. Conmigo no se atreve
el inquisidor.

Menudas cosas s� yo
de la familia del inquisidor.

�Ad�nde vas? �Quieto, cag�n!

Yo grito porque puedo.

Me dej� el frenillo de la lengua
en el vientre de mi madre.

Y no grito porque me robaran
la gallina, que bien robada est�.

Sino porque hay lances
en que si uno no grita, �revienta!

�Por eso grito!
�Una higa para la Santa Inquisici�n!

Date preso.

�Preso dec�s?

Este es el final.

�A qu� esper�is?

Llevadle a Torre Nona.

Adi�s, amigos.

Adi�s, hermanos.

El perro vuelve otra vez
a tener amo.

�Aqu� acaba Ramp�n! �Adi�s, amigos!

(Puerta)

Soy yo, t�a.

�En qu� trabaj�is?

Prepar� este ung�ento para las cejas
que me encarg� madona Clarina.

�Y t�? �Tan acabada est�s
que te echan de la cama los amantes?

�Qu� horas tan tempranas son estas?

�D�nde est�?
�Qui�n?

Vuestro sobrino.

T� debes saberlo y no yo,
que a tu sombra vive.

�Seguro que no durmi� aqu�?

�Quieres decir
que no durmi� en tu casa?

No ha aparecido en toda la noche.

No te preocupes,
andar� rabeando por ah�.

T�a... tengo miedo.

Anoche so�� que mataba a uno
y lo arrestaban.

�Y haces caso de sue�os?
T� que inventas mil cada d�a.

Otras veces he so�ado...

...y siempre ha salido verdad.

�No ser� otro el cantar?

Dime, �qu� le has hecho?

�Qu� le tengo de hacer? �Por qu�?

T� sabr�s, pero estos d�as
andaba huido y como receloso.

Lozana...

No me lo enceles al pobrecico,
que no se lo merece.

S�...

Yo soy cuero viejo
y maestra en gram�tica parda.

En esto del amor las mujeres
sabemos nadar y guardar la ropa.

Pero me temo que mi sobrino
ha perdido la suya

y anda por ah� en cueros vivos.

(Puerta)

Ay, se�ora Napolitana.

Traigo malas nuevas
de vuestro sobrino.

Dios m�o, �qu� le ha pasado?
Los alguaciles le prendieron anoche.

Se lo llevaron de tir�n.

Luego vinieron por m�
y por Sieteco�icos

pero est�bamos ya a 100 leguas.

Dadme un vaso de vino,
que estoy seco.

Pero �a qui�n mat�? �Qu� hizo?

Blasfemar de la Santa Inquisici�n,
y a gritos como un loco.

No s� qu� pleitos tiene
con el sobrino de un inquisidor,

que a m� se me hace
un asunto de cuernos

que no hay Dios que lo entienda.

Abrasado de celos estaba.

�l, que corr�a a las mozas
a braguetazos.

Ay, amarga de m�.
Por hereje le han llevado.

�Hereje? Pero si no hay noche
que no rece sus diez avemar�as.

T� bien lo sabes que duermes con �l.

Mal fin le aguarda.

De Torre Nona solo se sale
para la horca o para la hoguera.

No.

No puede ser.

No ir�.

Que si fue a prisi�n
por sobrino de inquisidor...

...sobrino de inquisidor
lo har� sacar.

(Campanas de fondo)

Tarda, creo que deber�amos
ir a buscarle.

C�lmate. Vendr�.

(Puerta)

Ya est� ah�.

Por favor, abre...

...y d�janos solos.

(Puerta)

Don Sancho...
�Qu� ocurre?

Le han arrestado,
est� preso en Torre Nona.

Salvadle, se�or.

�Han arrestado a qui�n?
A mi criado.

Estaba bebido,
le prendieron en la taberna

por renegar del Santo Oficio.

Pero no ha hecho nada, se�or.

Tan hereje es �l como vos turco.

Lozana...

�En qu� turbios pasos te ves
por tu voluntad?

�No entiendes que no es esa
la vida que mereces?

Es la que tengo, se�or.

Recapacita, Lozana.

Hoy ha sido tu criado,
ma�ana ser�s t�.

Pese a tu hermosura,
cualquier d�a acabar�s como �l:

en la prisi�n o en la horca.

Escucha...

Voy a regresar a Espa�a.

D�jalo todo y vente conmigo.

En Toledo no tendr�s que soportar
m�s tristezas que las m�as.

Vivir�s en un palacio
como una gran se�ora,

y me tendr�s de continuo enamorado.

Salvadle, se�or...

...y ser� vuestra.
�Le quieres?

S�... Le quieres.

Esa es tu condena.

Con ese no tendr�s vida ni reposo.

�Hablar�is con vuestro t�o?

De acuerdo.

Si es como dices,
tu criado ser� libre.

Gracias, gracias.

Lozana...

�No deseaste nunca una vida mejor?

�Una vida... mejor?

S�.

�Lo dices con pesar?

No, lo digo ya contenta.

�Estar�s presta a partir
dentro de cinco d�as?

S�. Gracias.

(M�sica tambores)

(Puerta met�lica)

Soy libre...

Soy libre...

�Soy libre!

�Soy libre!

Come.

No puedo.

�D�nde se habr� metido?

Pero �est�s t� segura
de que lo han soltado?

Lo estoy.

Esta ma�ana recib�
este billete de don Sancho.

�Qui�n te iba a decir
que el Santo Oficio

se cobrar�a en tus lindas carnes?

No te preocupes por ese buscavidas.

Andar� por ah� emborrach�ndose
para celebrar su libertad.

(Golpes puerta)

�Abrid, t�a!

�Ramp�n!

�Alegr�a! �Sobrino!

(R�EN)

Sobrinito...

(SUSPIRA)

Por fin te soltaron. Entra.

Entra, que no te ver�s limpio
con toda el agua del T�ber.

�Y d�nde has estado, bujarr�n?
�Por qu� no viniste antes?

Tem� que fuera una trampa
del Santo Oficio para perderme.

Por eso aguard� hasta ahora.

�No tienes nada que decirle?
Lleva esper�ndote todo el d�a.

Ramp�n...

Tengo hambre.

�Sucio y asqueroso piojo!

As� te vea en la hoguera
de la Inquisici�n.

Encorozado y quemado su proceso.

As� pagues
todas mis penas y congojas.

Nada te he pedido.

�Nada?

�Oyes, t�a?

No pide, pero todo le parece poco.

Se ha vuelto muy exigente
vuestra merced.

�Qu� nuevo capricho quiere ahora?

No quiero nada.

Las agallas me dej� en servirte.

Fui el cornudo m�s pregonado de Roma
y lo aguant� sonriendo.

No me import� que se burlaran de m�:
"Ah� van Ramp�n, el consentido".

T� no sabes lo que es eso, claro.

Pero yo no soy de hierro.

No me mires as�. Fui consentido,

pero sab�a que lo mejor del huevo
me lo chupaba yo.

Para com�rselo otro y dejarme a m�
de limosna las sobras,

prefiero no ser m�s cabr�n.

Ya me buscar�s
cuando te coma la miseria.

Te enga�as.

Que ya no tengo el seso
en la bragueta.

�Presume, perro vagabundo!

�Escucha!

Aqu� partimos, Lozana.

Aqu� nos despedimos para siempre.

T� a tu cama, yo a despiojarme
como antes en la plaza,

pero una cosa es m�s cierta
que el sol que nos alumbra,

y te lo digo en lat�n:

"Puta ingrata,
non intrabis in corpore meo".

Escucha, cabezota...

El cuento se ha acabado. Vete.

(LLORA)

Malograste con ella, sobrino.

Olvidas que nadie sale de Torre Nona
si no es para la horca.

Ya lo s�.

�Y sabes qui�n te sac� de all�?

�Qui�n?
El inquisidor.

Su sobrino don Sancho se lo pidi�.

Est� escrito por Dios en el cielo

que todos los caminos
que se me abren

me llevan siempre a ser cornudo.

(M�sica alegre)

(Contin�a la m�sica)

(Contin�a la m�sica)

(Aplausos)

(R�E)

No tires el oro, Lozana,
que en Espa�a puede faltarte.

All� no corre tan f�cil.

Lo que es m�o bien lo puedo tirar,
que bien ganado est�.

Eso s�, que lo ganaste de perfumera,
de prostituta y alcahueta.

Tres oficios muy honrados.

(Risas)

�Me quer�is, don Sancho,
aun sabiendo lo que soy?

Eso me excita m�s y me enamora.

�No pens�is
que puedo prender fuego a Toledo?

Me gustar�a morir en esa hoguera.

(R�EN)

Don Garc�a, os felicito.

Madona Divicia es brava cortesana,
�y rica!

�S�? Qu� bien,
otra hermosa cortesana.

Yo, forastero, si me la dan,
tracatr�, tracatr�.

�Escuchad todos!

Yo digo que bebamos por Lozana,
ahora que se nos la lleva otro.

Yo brindo
en nombre de los que la gozamos,

de los que fuimos
sabiamente enga�ados,

de los a gusto consentidos,

de los se�alados y cornudos.

Ella fue fiel a todos
y no fue fiel a ninguno.

Que as� debe ser
la sabia cortesana.

Porque puta
que a uno solo quiere bien,

Satan�s se la lleve.

�Am�n!

(Risas)

Os falt� otro refr�n, se�or valijero:

"Puta que buen pedo suelta,
no puede ser sino desenvuelta".

(Risas)

Digo yo, �d�nde estar� ese Ramp�n?

Amante nocturno,
amigo secreto y futuro esposo.

�Est� donde la zorra de tu madre!

Mi madre est� con la tuya,
que es priosta de alcahueter�a.

�Tercerona!
�No vales ni para venderte!

�Qui�n lo dice?

�Sacabragas!

(Alboroto)

(R�EN)

(R�E)

�M�sica, venga!

�As� te coman los cerdos!

(Alboroto, m�sica)

�Sucia ramera! �Perra! �Alcahueta!

Hermano, esto no es medicina
que si sana, bien,

y si no, Dios te ayude.

Estos son los remedios
que tornan presto la salud

y curan las plagas del cuerpo.

Polvos para sanar del mal franc�s,

aguas para devolver
la frescura de la cara,

ung�entos para pelar las cejas
y barbas de viudas y solteras.

Amigos, aqu� est� Ramp�n,
que cura siempre a los enfermos,

mejora a los sanos
y devuelve la alegr�a.

�Sabes alg�n remedio contra cuernos?

Me huele que a mi mujer le ronda
un sacrist�n marzolino.

�Sacrist�n, hermano? Entonces,
no hay ensalmo que te valga.

Alg�n remedio tendr�s t�.

Remedio tengo.
�Tienes t� ocho cuatrines?

Gracias.

�Sabes para qu� vale?

Pero esto es
una aguja de coser sacos.

Pues no te digo m�s.

Cose, hermano, cose,

y no habr� dinguilind�n
que te acose.

(Risas)

La mesa, con el jarr�n y las sillas,
tres ducados.

Os ofrezco un buen precio.

�C�mo tres ducados,
si me los vendisteis por 15?

Mejor quisiera no comprar
y que os quedarais en Roma.

Por el tapiz puedo pagaros m�s.

�Qu� dir�an el valijero
y el se�or Maestresala

si vieran que hoy no vale nada
lo que les cobrasteis tanto?

Dejad estar.
Subir� tres ducados m�s en el lote.

�Y esas telas?

Quedaos con ellas, t�a,
que bien ganadas las ten�is.

Paz haya en esta casa.

Entra, no te quedes ah�.

Voy a mostraros el espejo.

Se�ora Lozana, por vos vengo.

que voy a preparar el viaje
y tengo el tiempo justo.

Vamos a casa, Pelegrina.
El f�sico ya pronostic� mi mal.

Va, sabr�n m�s los m�dicos
que la se�ora Lozana.

Ayudadme, quiero que vea a mi marido.

A destiempo ven�s,
que parte hacia Espa�a.

Ser� para mi mal...

Se�ora Lozana,
por las �nimas benditas,

atendedle antes de marcharos,
no me dej�is con mi pesar.

�Qu� te ocurre?
Mi marido...

�Qu� le duele?
No, no es dolor,

sino que se le enfri�
la fuente de la alegr�a.

No s�, mala cosa es esa de remediar.

Aguarda aqu�.

-Pelegrina...
-�Qu�?

V�monos, no quiero que toda Roma
se burle de mi mal.

�De tu mal?

La alcoba se tasar� aparte
de las dem�s cosas.

Siquiera por respeto
a lo que nos rent� a los dos.

Ved, se�ora,
a este meapilas de mi marido

que hace un a�o
que no cumple conmigo.

�Y con las otras cumple?
�l dice que no.

Llevadlo al f�sico.
Ya lo vio, y asegura que no vale.

�Que no vale?
(R�E)

�Dice que no vale!

Vedlo vos, t�a.
Y que os pague dos ducados.

Con gusto los dar� por saber
si mi hombre vale o no vale.

Vamos, que quiero ver tu natura.
Pero es que...

Vamos, pich�n.

Ay, santa Nefija,
�que vuelva a alegrarme el cuerpo!

Por el tapiz, cuatro ducados.

No se vende, Trigo.
Va conmigo a Toledo.

�Est�is segura de lo que hac�is,
Lozana?

S�.

Lo estoy.
Nada me retiene ya en Roma.

Venid, a�n tengo cosas que vender.
S�.

Ahora sabr�s si vale o no vale.

(M�sica divertida)

�Ya?

Vale.
�Que vale?

S�, revive
en cuanto cambia de cuerpo.

Ese es su mal.

Pues no ser� la hija de mi madre
la que le busque remedio.

(Campanas de fondo)

�Os duele dejar esto?

Mucho.

Lo comprendo. Subid.

�Ah! �Ah!

Adi�s, se�or Trigo.

Sabed que no os guardo rencor
por vuestros tratos.

No hac�is de m�s,
que bien justos fueron.

Adi�s, t�a.

Siempre tendr� presente
lo que hicisteis por m�.

Siempre.

Oh, alegrad esa cara.

Que no hay ausencia
que 100 a�os dure.

Adi�s, hija.
Aqu� estaremos siempre esper�ndote.

Recuerda a los que bien te quisimos.

Vamos.

Por favor, t�a, no me llor�is,
que yo no valgo tanto.

Adi�s.

�Ah!

Se nos sec� la fuente de oro.

Otro pesar me come
que no el de la codicia.

As� como lo veis,
acabo de perder una hija.

�Hermanos!

Haced caso de Ramp�n,
porque nunca os enga��.

Nunca os dio palabra falsa
por verdadera.

Aqu� traigo ra�z de malvas
para el mal de dientes,

polvos para encantar la lombriz
y la solitaria,

p�ldoras para la cuartana.

hierbas para la tos
y jarabes para mover el cuerpo,

ung�ento
para el picor de las doncellas,

y b�lsamo para aquietar la madre.

�Venid, hermanos!

Aqu� est� Ramp�n con sus remedios
que tornan la salud

y curan las plagas del cuerpo.

Traigo oraciones para bien casar
y para parir el primer a�o.

Tengo licor griego
para cegar maridos

y sosegar viudas inquietas.

�Tienes alg�n ung�ento
para que vean los amantes ciegos?

No, se�ora.

No hay ung�entos ni remedios
para curar ese grave mal.

Que todos los amantes son ciegos

y hasta Cupido lleva
una venda sobre los ojos.

�Y no tendr�s algo
para amantes porfiados,

cabezones, bobos y est�pidos?

Algo habr� que encontrar, se�ora,
que todo mal tiene su remedio.

Pues vente a mostr�rmelo,
que hay prisa.

Pero... �ahora?
Ahora.

Que la dolencia es grave
y el enfermo no aguarda.

Hermanos,
ved que me llevan por fuerza.

Quede claro que no voy
por mi propia voluntad.

(Risas)

Pero, �d�nde vamos?
Sube. Ahora te lo dir�, malsufrido.

(Campanas de fondo)

�Qu� mir�is?

Nada.

Tambi�n yo siento marcharme de Roma.

No solo estoy triste por marcharme.

�Hay algo m�s?

S�, don Sancho.

Pienso si sois el mismo
que estuvo tan amoroso en Venecia,

y me pregunto
si ha podido apagarse el fuego

de aquellos d�as tan hermosos.

No tem�is. Nada ha muerto.

Toledo nos curar� a los dos.

Pero �no es todo esto una locura?

S�, Ramp�n.

Locura de cortar las cosas
a su tiempo.

Estoy harta de esta vida
de riesgos y zozobras.

No, no ir� a Toledo.
Aunque lo he prometido.