All language subtitles for Ercole contro i tiranni di Babilonia (Hércules y los tiranos de Babilonia) 1964, Domenico Paolella VO SPA

H�RCULES CONTRA
EL TIRANO DE BABILONIA

EN BABILONIA,
HACE 3.000 A�OS

Salmanasar, mi se�or,
tengo que hablarte.

Te concedo la palabra.

Desde hace tiempo, la captura de
esclavos lejos de nuestra frontera

se ha vuelto dif�cil.

�A causa de un ej�rcito enemigo?

No, mi se�or. Los soldados que han
vuelto de la �ltima expedici�n

afirman que no se trata
de un ej�rcito precisamente.

- Su labor la impidi� un solo hombre.
- �Un solo hombre!

�Pero qu� bestialidad es esa?

Tu hermano Asur aconseja
que intervenga todo el ej�rcito.

Hay que eliminar el peligro
antes de que sea demasiado tarde.

�Un ej�rcito contra un solo hombre?
Nunca o� nada igual.

La caza debe continuar
fuera de nuestras fronteras.

Necesitamos nuevos esclavos
cada d�a, y recuerda,

te juegas la cabeza por la cobard�a
de tus soldados.

- �Debo cruzar el r�o otra vez?
-Te lo ordeno.

�Ah� est�n!

No vaciles. Prefiero morir antes
de ser esclava de los babilonios.

Si me amas, m�tame.

Vete y dile a tu amo
que su final est� cerca.

Seguidles, es mejor estar seguros
de que cruzan el r�o.

Nada tenemos para demostrarte
nuestra gratitud.

S�lo nuestras l�grimas
por la libertad recuperada.

- No te olvidaremos jam�s.
- �Cu�l es tu nombre?

-�Qu� importa mi nombre?
-Rogaremos a los dioses por ti.

Vengo de H�lade, un lejano
pa�s del Mediterr�neo.

Estuve tres a�os ausente
de mi patria.

Al volver encontr� que los babilonios
hab�an atacado nuestras naves

y raptado a las mujeres. Una de
ellas es muy importante para m�.

S� que las quieren como esclavas.

El imperio babilonio es grande.
No ser� f�cil encontrarla.

Los esclavos est�n concentrados
en los subterr�neos de las ciudades

de Babilonia y N�nive.
Todos los d�as los sacan a trabajar.

No podemos ayudarte.
Debes levantarte solo.

�Vamos, seguid!

No queremos que corras
ning�n riesgo.

- Hay momentos en que no lo resisto.
- Debes aguantar.

Estamos dispuestas a morir
antes de que te toquen.

�Malditos!

Monsor, se ha dejado
derrotar por segunda vez.

Merece la muerte.

Deber�as saber, mi noble
hermano Salmanasar,

qui�n le ha derrotado.

Para justificar

el fracaso en la captura de esclavos
ha contado una historia incre�ble.

�Cu�l, la del hombre capaz de luchar
solo contra todo un ej�rcito?

- No es la primera vez.
- �Pero es un impostor,

desencajado por el miedo!

Monsor ha sido un comandante
valiente.

No podemos decidir su condena
nosotros dos solos.

�Es una cuesti�n militar!

Tanit, nuestra hermana,
no tiene nada que ver.

�Qui�n lo ha dicho?

Yo cuento en todas las cuestiones
que conciernen a nuestro imperio.

Nuestro padre, Nabur II, antes de
morir, dividi� el imperio babilonio

en tres partes iguales,
entre sus tres hijos.

No deb�is olvidarlo.

En su lecho de muerte no hizo m�s
que recomendarnos la concordia.

Invito a mis hermanos a respetar
la voluntad de nuestro padre.

Noble y querida Tanit, nadie tiene
la voluntad de pisotear su voluntad.

Y yo menos.

Fue nuestro hermano quien tom� la
iniciativa de condenar a este hombre.

Lev�ntate.

Y vosotros, desatadle.

Sab�is muy bien que
est� protegido por m�.

Aunque as� sea, est� manchado
de cobard�a.

Es la primera vez que mis o�dos oyen
esa palabra unida a Monsor.

�No ser� que no est�s bien
informada sobre Monsor?

-Yo no me equivoco.
-Y yo no miento.

Nuestra hermana cree el relato
del comandante Monsor.

He o�do hablar de un hombre
de fuerza legendaria.

Pero seg�n los rumores est� empe�ado
en empresas de fuerza sobrehumanas,

a millas de marcha de aqu�, as� que
es poco probable que sea �l,

desgraciadamente.

Ahora fingiremos pelearnos.
Escapa.

-Debes avisar a H�rcules.
-Que los dioses me ayuden.

Tan pronto como lo encuentres,
dale la libertad.

La hemos domesticado y alimentado
a escondidas.

Volver� aqu�, ser� la se�al de
que lo has conseguido. Ve.

Mi se�or Falek, rey de los asirios,
viene a reinar pleites�a

a los tres reyes de Babilonia.

Es un honor encontrarme con mis
poderosos vecinos de Babilonia.

- Bienvenido, poderoso Falek.
- Nos alegramos de verte.

Que tu estancia en Babilonia
sea serena y feliz.

Jam�s hab�a visto brillar
la luna en pleno d�a.

Esta es para ti,
valeroso Salmanasar.

Que jam�s esta espada pueda
dirigirse contra tus vecinos,

tus amigos los asirios.

Asur, que tu sabidur�a
y tu astucia

nunca golpeen a tus amigos
asirios.

Esto es para ti, divina Tanit.

Pero a ti te dir� lo contrario
de lo que le he dicho a tus hermanos.

Golpea cuanto quieras con tus
encantos a tus amigos, los asirios.

Pero esto no es nada en comparaci�n
con la oferta que he venido a hacer.

Todo vuestro.

Oro s�lo a cambio de...

A cambio s�lo quiero todas
las esclavas que haya en la ciudad.

- �Todas las esclavas?
-Todas.

- �Absolutamente?
- No debe faltar ni una.

Es una petici�n l�gica.

- Un poco fuera de lo habitual.
- Perfectamente inocua.

En Asiria escasean las mujeres.

No veo nada malo en contentar
a nuestro amigo.

Agradecemos tu oferta, pero...

- �La acept�is o no?
- �Falek!

Queremos pedirte que
aceptes ser nuestro invitado.

Ya no creo que falte mucho.

Vosotros, seguidme.

No creo que esas esclavas le sirvan
para repoblar Asiria.

Nadie puede querer una esclava
si no es como esclava.

No se puede despreciar
ese oro.

La exigencia de Falek oculta algo que
ignoramos, pero que debemos impedir.

Si existe una ocasi�n para
estar unidos, es esta.

- �Debemos decir que no?
- No es dif�cil decir que no.

Ni es dif�cil decir que s�.

S�lo quisiera saber la raz�n
de tan ins�lita petici�n.

Hay un solo modo de conocerla.

Hace tiempo que sab�a de las
disputas entre tus hermanos y t�.

Si alg�n d�a decidieras
enfrentarte a ellos,

me pondr� de tu parte,
incluso con las armas.

No veo natural que dos hombres
y una mujer

-deban reinar sobre un imperio.
- �De veras?

Es m�s natural que quienes reinen
sean un hombre y una mujer.

Entre dos se puede reinar
sobre un imperio, y sobre dos.

�Dos sobre dos!

�Crees que asirios y babilonios
pueden estar de acuerdo?

�Por qu� no?

�Entonces por qu� no empezamos
a estarlo nosotros dos?

Nunca me hab�a sentido as�.

Me parece estar caminando
por las nubes.

Tengo...
muchas ganas de descansar.

Ning�n secreto se me ha resistido.

Dime, �por qu� quieres
a todas las esclavas?

�Por qu�?
�Por qu�, Falek?

�Cu�l es tu plan?

Quiero casarme con una,

y lo voy a hacer por las buenas
o a la fuerza.

Es el �nico modo de poder presentarme
en la H�lade sin provocar

una guerra de resultado incierto.

No quiero arriesgar mi caballer�a
contra aquellas gentes.

S� que ella se encuentra entre
las esclavas de Babilonia.

- Debo identificarla.
- �A qui�n buscas?

A la reina de H�lade.

Llegan nuevas esclavas.

�Cu�ndo se acabar� esto?

R�pido, encadenad
a las reci�n llegadas.

Perdona.

- �No puedes dormir?
- No.

- �Por desesperaci�n o porque esperas?
- Porque espero.

�Qui�n eres?

Una esclava, como todas.
� Yt�?

Me llamo Gita,
y soy adivina.

Tres veces cambiar� tu destino.

Te ha sucedido una vez.

Y est� a punto de suceder
de nuevo.

Dentro de no mucho
llegar� la tercera.

Pronto estar�s junto a tu hombre.

�Elfugitivo est� all�!

H�rcules, Hesperia, todos esclavos.
Nadie lo sabe.

Yo hu� con su ayuda.

- Me envi� a buscarte.
- �D�nde est�? D�melo.

- S�lvala.
- Dime, �d�nde se encuentra?

�En N�nive o en Babilonia?

All� est� Babilonia.
All� est� N�nive.

Hesperia est� en Babilonia.

Alg�n d�a me la pagar�n.

Hay que seguirle,
no perseguirle,

y atacarle, antes de
que cruce la frontera.

Nuestro gran amigo Falek
conoce un secreto,

pero lo secretos, cuanto menos
gente los sepa, mejor.

Por lo tanto, el destino
del rey Falek est� marcado.

Desaparecido Falek, deber� tener un
heredero que haga realidad su idea.

No cabe duda de que tendr�
un heredero.

Y yo tengo el honor
de inclinarme ante �l.

Me alegro de que todo
haya terminado.

-Tranquilo, Falek no me gusta.
- Pero has estado en su aposento.

No te permito que juzgues
lo que hago.

Te lo advierto, Monsor,
si no quieres perderme.

En los subterr�neos de Babilonia,
vive entre las esclavas una mujer

que uni�ndose a uno de mis hermanos
podr�a convertirse en mi rival.

Si fueras tan fiel como dices,
ya la habr�as descubierto.

-Pero yo no lo sab�a.
-�Aqu� has venido?

He venido a decirte que tus
hermanos desean verte.

�As� que la reina de la H�lade
se esconde entre nosotros?

Claro que para m�, este asunto
no tiene la menor importancia.

Por lo dem�s, ser� mejor
eliminar este peligro,

siempre que mis nobles hermanos
est�n de acuerdo.

Tambi�n pienso lo mismo.

Elimin�moslo
y no se hable m�s.

�Qu� piensas, Tanit?

No temo a ninguna rival.

Pero me adhiero a la decisi�n
de mis hermanos.

Entonces hay que actuar cuanto
antes para aplastar a la v�bora

que anida en los subterr�neos
de Babilonia.

Y por lo tanto, a quien indique
qui�n es, de entre las esclavas,

la reina de H�lade, se le conceder�
de inmediato la libertad.

Nuestros reyes os est�n dando
la prueba de su benevolencia,

pero esperan de vosotras
un comportamiento honesto.

Ten�is de plazo hasta ma�ana,
y habr� premio para todas:

un grupo de 30 de vosotras
no ir� a trabajar.

�Hab�is comprendido?

30 de vosotras no ir�n a trabajar,

descansar�n.

D�jalas as� d�a y noche,

sin beber ni comer.

Pero cuidado,
ninguna debe morir.

Debes empujarlas hasta el l�mite
del sufrimiento,

pero sin llegar a lo irreparable.

�Traici�n!
�Vamos, atacad!

Babilonios.
Mis enemigos.

Me has salvado la vida,
no lo olvidar� jam�s.

Vamos, hay que ayudar
a mi rey.

A �l le debemos nuestra salvaci�n.

Debo darte las gracias.

�Qu� te importa mi nombre?

Son mis m�sculos
lo que te interesan.

Quienquiera que seas, me has dado
la prueba que puedes desempe�ar

la empresa que me propongo.
Y cuando lo consigas

tendr�s de m�
todo lo que quieras.

Pero te pongo una condici�n:
deber�s traer a la mujer respet�ndola

y pensando desde ahora
que ella es mi esposa.

No estar�s solo en esta empresa.
Vear y alguno de mis hombres ir�n.

Mientras, har� llamar de Asiria
a mi caballer�a, y ester� dispuesto

a intervenir en Babilonia
en el momento oportuno.

As� podr� ayudarte.

-Acepto.
-Desempe�ar�s la empresa en mi nombre

y para m�.
Me ser�s fiel.

J�ralo.

Lo juro.

Es una empresa que no puedes
llevar a cabo solo.

Estos hombres te acompa�ar�n.

Vear, para que no le reconozcan
se dejar� crecer la barba.

He mandado preparar una tienda
para que descanses.

S�lo un hombre podr�a haber
acudido en nuestra ayuda

contra los babilonios
haciendo lo que �l ha hecho:

H�rcules.

Es verdad, no puede ser m�s que �l.
Todo corresponde a las descripciones

-que nos hicieron.
- Si es �l,

�qu� crees que ha venido
a hacer a Babilonia?

S�lo una cosa:

intentar liberar a la reina de la
H�lade, que es su reina.

As� que H�rcules es el �nico
que entre las esclavas

-puede reconocerla.
-�C�mo vas a fiarte de �l?

En parte me f�o y en parte
no necesito tener confianza en �l.

Te conf�o una misi�n.

El d�a en que H�rcules salga de
Babilonia con la reina de la H�lade

el sol no deber� ponerse antes
de que H�rcules haya muerto.

El momento en que ser� rey
de la H�lade no est� lejano.

- �Yo soy la reina!
- �Soy yo!

- �Soy yo!
- �Yo soy la reina!

�Soy yo!

Son todas dignas
de ser reinas.

Desatadlas.

�De verdad has podido
o�r ese nombre con tus orejas?

Lo juro.

Pienso que este soldado
dice la verdad.

Las pruebas de que H�rcules
se acerca a Babilonia son muchas.

No permitiremos que
entre en nuestra ciudad.

Hay una coincidencia que
debe hacernos reflexionar.

H�rcules viene hacia nosotros
justo cuando buscamos a su reina.

�No os parece extra�o?

�No os parece que H�rcules
quiere encontrar

lo mismo que el rey Falek?

S�lo existe un modo de resolver
esta complicada intriga.

Eliminar a H�rcules.

Y as� cada vez ser� mucho m�s
dif�cil encontrar a la reina.

- �Qu� es lo que pretendes?
-Acoger a H�rcules como invitado.

- As� le podremos controlar.
- �No estoy de acuerdo!

Yo s�, estoy de acuerdo
con mi hermano Asur.

�Qu� mercanc�a traes contigo,
noble extranjero?

Me interesa todo aquello
que viene de muy lejos.

Debo hablarte.
Puedo serte muy �til.

Mirad qu� magn�fico ejemplar
de esclavo.

Deteneos.
Deteneos a admirarle.

�Sabes c�mo me llamo? Crisipo.
Hace tanto tiempo que te espero.

Soy heleno, como t�.
Te he reconocido enseguida.

En estos d�as corr�an rumores
de que deb�as llegar.

Y no me he equivocado.

- �Qu� quieres de m�?
- Echarte una mano.

�Qu� quer�is?

Dejadle.

Bienvenido, H�rcules.

Bienvenido a Babilonia.

Ten�a pensado hacernos apresar
para entrar en los subterr�neos,

- no que nos dieran esta bienvenida.
- Los babilonios son muy listos.

- �Debemos aceptar su hospitalidad?
-Claro.

- Pero nos vigilar�n.
- Eso mismo haremos nosotros.

Seguiremos a H�rcules.

�Esperadme, tambi�n voy!

Bienvenido, H�rcules,
t� y tus seis amigos.

�Seis?

En nombre de todos,
te lo agradezco.

- �H�rcules est� aqu�!
-Eso te hace feliz, �verdad?

Lo sab�a.

Escuchadme todos.
Esta es una ocasi�n �nica.

No puedo privar a mi hermana Tanit

ni a mi hermano Asur,
ni a todos vosotros,

del espect�culo de la fuerza,
que ya casi se ha convertido

en una leyenda c�lebre
en todo el mundo,

de nuestro invitado H�rcules.

Seis campeones de tierras lejanas
han manifestado el deseo

de medirse con H�rcules.

Naturalmente, H�rcules no querr�
renunciar a esta oportunidad.

No renuncio.
Acepto el reto.

Como sab�is, nuestro invitado
posee una fuerza demasiado grande.

Por lo tanto, supongo que aceptar�
el reto, no s�lo contar un hombre

sino contra tres a la vez.

Yahora os toca
a vosotros tres.

Las armas son inocuas
porque el desaf�o no es a muerte.

Fing� no darme cuenta de la trampa.

Uno de los tres
te odia m�s que los otros.

Conviene apresurarse.
Crisipo,

has afirmado que puedes
conducirnos a los subterr�neos.

Cierto.

-�Ahora mismo?
-Ahora mismo.

T� qu�date aqu�.
Es m�s prudente. Vamos.

No, por ese lado no.
Ni que estuviera loco.

Aqu� est�.

Conozco bien todos los secretos.
Durante algunos a�os fui prisionero.

Algunos esclavos amigos tuyos
me curaron cuando estaba enfermo.

Jur� que nada m�s salir
les ayudar�a como ellos a m�.

Seguro, es este de aqu�.
S�lo t� ser�s capaz de moverlo.

-Gracias, Crisipo.
- �Le conoces?

Crisipo jur� no delar Babilonia
hasta que t� no hubieras llegado.

A�n es pronto para liberarte.
No debemos precipitarnos.

Debo salvarte a ti
y a todas las dem�s.

Sin riesgo para vosotras.

He o�do pasos.
Vamos.

Cada cadena lleva hasta
un edificio de la ciudad.

Y cada una de ellas est� firmemente
fijada al pilar central de cada cimiento.

Como sabes, Babilonia est� construida
sobre las arenas del desierto.

Ahora observa.
Todas las cadenas llegan aqu�

y se enganchan a un garfio.

Aqu� es donde empiezan.

Con cien esclavos es posible
mover esta �rgana.

Las cadenas se enrollan,
se tensan, tiran.

Todo puede desplomarse.

Babilonia est� en mis manos.

- �Qui�n construy� todo esto?
- D�dalo,

el que construy�
el laberinto de Creta.

Yo lo supe por uno
de sus descendientes.

Me llevar� fuera de Babilonia
el tesoro y su el�rcito.

T� me acompa�ar�s. Dejar� en el
subterr�neo a los esclavos

con la orden de poner en marcha
la �rgana.

Apenas estemos fuera,
daremos la se�al.

Y la ciudad se derrumbar� con
mis hermanos y sus secuaces.

Nos trasladaremos a N�nive.
Ser� la nueva capital.

No tendr� ning�n competidor.
Reinar� sola sobre el imperio.

Debo salvarte a ti
y a todas las dem�s.

R�pido, hay que avisar a Asur.

El plan de fuga est� preparado.
Lo pondremos en pr�ctica ma�ana.

Cada instante es una eternidad.

Mientras estabas en el subterr�neo
un soldado ha venido a avisarte

-que Tanit, la reina,te espera.
-Yo no me fiar�a.

-No me f�o.
-Site sucediera algo,

- nos encargar�amos de Hesperia.
- No te preocupes.

Yo puedo ayudarte a huir
con la esclava que buscas.

- Pero t� debes ayudarme a m�.
- �De qu� modo?

Conducir�s a 100 esclavos
a los subterr�neos,

a un lugar que te indicar�.

-All� har�s funcionar una �rgana.
- �Por qu�?

Es una �rgana que abre
una pesada puerta de bronce.

Detr�s de la puerta est� el tesoro
com�n, m�o y de mis hermanos.

Pero quiero apropi�rmelo yo sola.

Nos est�n vigilando,
por lo que parece.

�Aceptas?

Est� bien, estoy de acuerdo.

Creo que ser� mejor
que me vaya.

H�rcules,
se han llevado a Hesperia.

H�lade ha encontrado a un rey
mejor que Falek: yo.

-Jam�s ser�s rey de la H�lade.
- �Por qu�?

�Es que soy peor que Falek, el rey
de los asirios que aspiraba a ti?

Dejando a un lado que Falek
ya no est� en este mundo.

Tu belleza s�lo tiene un rival,
que es mi astucia.

Conviene que se al�en.

Te llevar� a la H�lade
como mi esposa.

Uniremos la H�lade a Babilonia
y no habr� imperio m�s grande.

�Tienes raz�n!

No habr� imperio m�s grande,

pero habr� que ver qui�n
es su emperador.

No es momento de discutir.

Vamos a la H�lade,
despu�s decidiremos.

�Lo s� todo!
�Falek est� vivo!

�Nos has traicionado!
�Todos nos han traicionado!

No tienes necesidad de la astucia,
sino de la espada.

- Huyamos.
-Os cubriremos.

Amigos, os conf�o a Hesperia.
Me reunir� con vosotros m�s tarde.

-Quiero quedarme aqu�.
- No.

Debo impedir que los babilonios
nos persigan.

Es un mal que hay que extirpar
de ra�z.

�Avisad a toda la guardia,
a todo el ej�rcito!

�Alertad a toda la ciudad,
nadie debe escapar!

- Es el momento.
- Haz que carguen el tesoro.

Vamos.

A�n es pronto.
�Qui�n ha dado la orden?

-Yo no.
-Alej�monos.

Ay�dame, Tanit.
Ay�dame...

Coge un caballo y ve a advertir a
Falek. Est� al otro lado de la colina.

�C�mo? No lo har�s.

Quiere advertir a Falek
para entregarte a �l.

�Es un traidor!

Siempre lo sospech�.

Enc�rgate t� de ella.

Celebro volver a verte.

Mi se�or, la reina est�
en manos de Vear.

Como hab�a previsto.

R�pido, rodead la ciudad destruida.

Te he traicionado.
He mandado advertir a Falek.

Pronto llegar� con la caballer�a.

Y por ello te pido perd�n.
Ten�a orden de matarte

tan pronto hubieras liberado
a Hesperia.

� Y Hesperia, d�nde est�?

Tanit, Tanit...
Se la ha llevado con ella. All�.

�Qui�n es esta?

�Si te lo digo, salvar� la vida?

No hace ninguna falta
que lo digas.

Ella es la reina.

H�rcules te liber�
porque yo se lo ped�.

�Eso no es verdad!

Fing� aceptar para as� poder
desbaratar tus planes.

- �Traidor!
- �T� me traicionaste!

Yo te hab�a salvado.

Y le hab�as encargado a Vear
que me eliminase,

despu�s de eliminar a Hesperia.

�Los esclavos se han liberado!

�Retirada!
�Falek ha muerto!

Nuestra tierra.

Ahora es muy f�cil predecirte
una larga vida feliz.