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Jura guardar y cumplir sus deberes
judiciales frente a todos?

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-Sí, juro.

-Tu primo Bruno viene a despedirse,
se va a Nueva York.

Con tío Enrique,
al simposio de ginecólogos?

No, va en su lugar.

-Si sale mal mi intervención
en el simposio,

no quiero
que me traspases la clínica.

Renuncio a todo tu imperio.

-Están todas las comunicaciones
cortadas.

-Solo sale un contestador
en Londres.

Es la primera vez que deseo

que mi hijo
haya sido un irresponsable.

Dice que a mi madre le extirparon
los ovarios y la matriz en 1972?

Si le acabo de decir que la semana
que viene cumplo 27 años.

Quién fue mi madre?
Quién fue mi padre?

Siento en el alma
que te hayas tenido que entrar así.

Eres nuestra hija.
Para nosotros es lo más importante.

-Voy a llamar a la Policía
ahora mismo.

Llámelos, y así les cuento
los impedimentos

que pone a mis clientes cada vez
que quieren acceder a sus archivos.

Juan Prados.
María Fuentes.

Hombre,
si somos tocayos de profesión.

Hace años que el convento
dejó de ser una maternidad.

Yo sé que nací aquí.

Me gustaría conocer
los detalles de mi nacimiento.

"María Carmen de Luna Torralba
muere en el parto."

Muchas veces termina así.

Soy sor Antonia.
La niña acaba de estar aquí.

María.
Ah, la del taller de la fundación.

Hola, Carlos.
Hola.

Oye, te puedo pedir un favor?
De qué tipo?

Informático.
María Carmen de Luna Torralba.

Enterrada en el cementerio
de Villar del Olmo

el 21 de septiembre de 1974.

Es ella.

Es tu tía de sangre. Has pensado
qué le dirás cuando la veas?

Me parece
que no te han dicho la verdad.

Esta es Belén,
la hija que tuvo María

y que yo adopté
cuando ella falleció.

Mi padre no va a querer
que todo esto se destape.

Pero si me ayudas,
me gustaría saber la verdad

y encontrar a mi madre biológica.

Quién te dice que esos documentos
no están falsificados?

Mi partida de nacimiento
seguro que lo está.

Sabe cuántos periodistas
darían lo que fuera

por enterarse de quién robó
a la que dice que es su hija?

Si no quiere
que todo su mundo se venga abajo,

traiga mañana el dinero.

-Oiga, le estoy diciendo
que no puedo reunir esa cantidad!

Qué haces?

Qué estás...?

Ven, soy Irina.

Venga.

María.

Hablas español?

Un poco.

No tienes aspecto de delincuente,
María.

Qué ha pasado para que una chica
como tú acabe aquí?

Una historia complicada.

Tenemos todo el tiempo del mundo.

"El 9 de septiembre de 2013
he vuelto a nacer.

Desde hace más de diez años
mi familia me da por muerta.

En realidad he estado encerrada
en una prisión de China

con una falsa identidad.

Soy Mercedes Dantés
y he vuelto para vengarme."

Papá, soy Bruno.

Que soy Bruno.

Sí, sí, tranquilo,
estoy perfectamente;

no me ha pasado nada.

Oye, no sé si voy a poder hablar
muchísimo tiempo,

porque hay mucha gente
que quiere hablar con sus familias.

No, han anulado el congreso
y todos los actos.

Enseguida.

Estoy yendo ahora mismo
al aeropuerto.

Claro que sí.

Yo también, papá.

No sabes
cuánto te he echado de menos.

Dale un beso muy fuerte a todos.

Oye, que te tengo que dejar.

Yo también te quiero.

Te tengo que dejar. Adiós.

Cuando pensaba
en venir a Nueva York

no podía imaginarme
que sucedería esto.

-Yo creí encontrarme a tu padre
en el simposio.

-Ha sido mejor así.

-Cuando llegues a España
no olvides lo que te he contado.

-A mí esto me interesa
igual que a ti, te lo aseguro.

-Más te vale. Nos vemos en Madrid.

Bruno.

-Sí.

-No te olvides de nuestro acuerdo.

-María?

María?

María.

María, son las 10 de la mañana.

María!

Qué pasa? Qué...?

Qué haces aquí?

No te he oído salir. Te he llamado
al móvil y lo tenías apagado.

Luego he llamado al timbre
y al no responder...

He cogido las llaves para entrar,

porque tenía miedo
de que te hubiera pasado algo.

Mamá, tengo 26 años
y voy a cumplir 27.

No vas a ir a trabajar,
no te encuentras bien?

Sí, pero ayer me costó dormir.

Sabes que ha llamado Bruno
y viene hoy?

Comeremos todos
en casa de tío Enrique, vendrás?

Sí, claro.

Es una buena noticia que esté aquí,
no?

Muy buena.

Yo estoy tan contenta...

Me alegro de que lo estés.

María.

María.

Lo...

Lo de Bruno, sabes?, me...
Me compensa lo otro.

No me gusta que vayas a contar
a todo el mundo que tú no...

Adoptada, mamá.

Adoptada.

No pasa nada, puedes decirlo.

Hay mucha gente que lo es
y no es ningún pecado.

Además, tengo derecho a decirlo,
es mi decisión.

Cuando cuentas que tú eres...

...adoptada...

...estás contando
que yo no puedo tener hijos.

Si hubieras podido tener hijos
no nos habríamos conocido nunca.

No te gusta que sea tu hija?

Después de la operación...

yo no estaba nada segura de...

de querer ser madre de un bebé
que yo no había traído al mundo.

Quiero que me entiendas, María;
no llevarte en mi vientre...

Para mí eras...

No sabía si te sabría querer.

Por qué no te vienes
a desayunar a casa?

Hay alguna novedad?

No. Medio periódico
dedicado a los atentados.

-Ha muerto mucha gente, es normal.

-Deberían analizar las causas
de este acto terrorista;

pero no, todo son
noticias morbosas.

(TV) "El hombre se encontraba
en estado inconsciente

como consecuencia
del presunto ataque.

Ahora sigue ingresado
en estado grave.

Todavía se desconocen
las causas del suceso.

Todo apunta a un posible
ajuste de cuentas.

Ante los constantes incidentes,
los damnificados

exigen al Ayuntamiento
nuevas medidas de seguridad,

como renovación
del alumbrado público

y algún posible
sistema de vigilancia.

Y otra noticia:
en Getafe, esta mañana..."

Me voy a trabajar.

-Dijiste que te tomarías el día
libre para estar con la familia.

-Sí, esa era mi primera intención,

pero debo resolver
un asunto urgente.

-Vendrás al aeropuerto?

-Sí, volveré
y nos vamos todos juntos.

-Vale.

(Sirenas)

He visto en las noticias
cómo acabó la noche de ayer.

Si lo sabes, entonces qué quieres?

Saber qué plan tienes.
Tu padre se va a salir con la suya,

eres consciente
de lo que eso significa?

Lo soy. No te preocupes,
que ya me encargaré yo.

Cómo?

No lo sé ahora mismo.

Ahora te molesto
porque sé demasiadas cosas?

No puedo hacer nada.
Sí puedes.

Hablamos de la vida de un hombre
que tuve cara a cara.

Joder, María, lo tuve delante!

No quiero involucrarme
en un asesinato.

Bueno, cállate ya!

Espera.

Acabo de recibir
una cosa de unos colegas.

Mira.
Qué es eso?

Navstar Global Positioning System.

Bueno, Navstar GPS
para los colegas.

Oye, Pablo, no estoy para juegos,
vale?

No, no, no. Esto no es
ningún juego, esto es...

Es el futuro. Tecnología punta.

Pon esta pequeña pieza
en algo que lleve tu padre.

Y este receptor nos dirá
dónde se encuentra en todo momento.

En el futuro, todos los teléfonos

llevarán esta tecnología
incorporada.

Bueno, en el cerebro...
Tú estás chalado, no?

Yo para qué quiero saber
dónde está mi padre

en todo momento.
Para impedir

que mate al portero del convento.

Está claro que este portero
hacía chantaje tu padre.

Este hombre sabe demasiadas cosas,
no te interesa que muera.

Pablo, mi padre es incapaz
de cometer un delito,

y mucho menos, un asesinato.

Oye, yo te agradezco
todo lo que has hecho por mí,

pero ya no te necesito.

Vas a cargar con el muerto
en tu conciencia. Y yo.

Haga lo que haga,
mi conciencia se verá perjudicada.

Acabo de pedir el traslado
para Londres.

Ya no aguanto más aquí.

Pensé que eras una tía valiente.

Hola, no sé si te acuerdas de mí,
el otro día...

Espera un momento, no me lo digas.

Te doy una pista, si quieres.

El que el otro día chocó
contra mi coche?

Estaba buscando en la sección
Clientes pero no encontraba

tu ficha. Qué haces aquí?

Qué ha pasado?
No paga la compañía.

No... Sí, sí.. bueno, no...
En realidad, no lo sé.

Ya.
Eh... Joder,

es que no sé por dónde empezar.

Por qué no pasas?

Siéntate.

No tienes seguro?
No, sí, sí, claro que tengo.

Lo que pasa es que...

Bueno, es que me sabe fatal
pedírtelo a ti

porque tú y yo
tampoco nos conocemos de nada.

Pero necesitaría que arregláramos
esto sin hacer parte.

Es que he tenido un año horrible
y este no sería el primer parte

que hago. Y como pase otro,
me van a subir la póliza

y no me lo puedo permitir.
Bien, ya está, ya lo has dicho,

ya te puedes relajar.

No, hasta que no digas que sí,
no me puedo relajar.

Sí, no te preocupes, yo me encargo,
ya lo pago yo.

No, de eso nada, yo lo he roto,
yo lo pago.

Lo único que, bueno, si te puedes
encargar tú de pasarme la factura,

pues me haces un favor.
Como quieras, yo te doy el número

de cuenta y cuando esté y te aviso
para que hagas el ingreso

porque me voy al extranjero,
así que...

Muchas gracias.

Perdón, es que no tengo otro.

No te preocupes.

A ver.

Aquí tienes.

Ya sabes, cuando puedas...

Vale. Pues muchas gracias.

Nada.
Hasta luego.

Hasta luego.

Luisa, has visto mi reloj?

-No está en el tocador,
donde lo dejas siempre?

-Eso creía, pero no lo he visto.

Estaba en tu despacho.

Llegaremos tarde, venga.

-Gracias, cariño, venga, vámonos.

Id vosotros primero,
yo iré después con mi coche.

No tardes.

Bien.

Pablo.

Lo he hecho.

(MEGAFONÍA)
"Salida del vuelo 2100.

Señores pasajeros,
embarquen por la puerta 10-67."

(Móvil)

No sabes cuánto me alegro de verte.

Yo también me alegro.

Te encuentras bien?

Sí.

Te he echado mucho de menos.

Sí?

En esos momentos es inevitable
pensar en los que más quieres.

Yo solo te tenía a ti en la cabeza.

Cuando se derrumbó la primera
torre, todos los que estábamos

en la zona nos pusimos a correr
para salvar la vida.

A mitad de carrera, yo me caí.

Y no me podía levantar.

Y no podía respirar.

Entonces, un hombre que llevaba
a su hijo en brazos, chocó conmigo.

Me acordé mucho de ti, papá.

Pensé: "Si estuviera aquí mi padre,

seguramente me ayudaría
a levantarme del suelo".

Pero no estabas.

Estaba yo solo
porque yo te lo había pedido.

Así que miré al suelo
y me puse a rezar.

Y en ese momento, un desconocido
decidió que mi vida

no tenía que acabar ahí.

Un hombre...

Sin familia, sin dinero, sin nada,

pero lleno de valor y piedad,
me salvó la vida.

-Podríamos...

Podríamos invitar a ese hombre a
pasar unos días aquí con nosotros.

-Sí, me parece una idea estupenda.

-No, cuando digo que no tiene nada,
es que no tiene nada de nada.

Ni siquiera papeles.

El visado le caducó hace
unos meses, si sale del país,

no podría volver a entrar.

-Francisco...

Tú podrías hacer algo?

-Sí.

Sí, podría hablar con la embajada.

-Entonces...

Te parece bien
que lo invitemos, hijo?

-Me encantaría.

Pero nunca voy a poder devolverle
lo que ha hecho por mí.

Va a haber un antes y un después
al conocer a ese hombre, papá.

Hoy no te has traído la maquinita?
Así me gusta.

Oye, tú vas a ser
la novia de mi hermano?

Cómo?

Y por qué dices eso?
Te lo ha dicho él?

No, él nunca habla de chicas,
es como yo.

Y entonces?
Es que...

Eres la primera que trae a casa.

Y ya tiene una edad, sabes?

Ya.
Le iría bien.

Carlos, yo a tu casa
solo voy por motivos de trabajo,

por eso veo a tu hermano.

Vale?
Ah! Vale.

Oye, esto se lo has comentado
a alguien?

Yo? No, para qué voy a comentar
eso si a nadie le importa?

Vale, vale, vale.

Mando un e-mail con el troyano
que me pidió.

Cuando tenga el archivo
en su ordenador,

borro el correo inmediatamente.

No, no. Me paga en efectivo.

Quedamos en la misma esquina,
no quiero clientes en mi casa.

Si tiene problemas con la justicia,
no me involucra a mí,

y si los tengo yo,
no lo perjudico a usted.

Es mentira.

El qué?

Que sí hay clientes
que han venido a casa: María.

Es diferente.
Porque te gusta.

No, no, porque sé
que ella no es una delincuente.

Porque te gusta.
Joder, Carlos, no me gusta.

Deja eso y a dormir.

Bueno, a lo mejor me gustaba
un poco, antes, ahora no.

No somos amigos,
solo es una clienta.

A la cama.

Qué pesados,
siempre dicen lo mismo, mentirosos.

Está como en una nube, ya lo verás.

Y yo habría dado
cualquier cosa por estar allí.

-Algunos analistas hablan de
que el 11-S podría marcar el inicio

de una tercera guerra mundial.

-Joder.

-Este atentado ha revolucionado
el mundo. Y la prensa, claro.

-Y nuestra casa.

-Me interesaría mucho entrevistar
a Bruno, para mí sería una bomba.

Hay pocos testigos en España.

-Es demasiado pronto,
sigue en estado de shock.

-Esa historia del latino
que le salvó la vida

me parece fantástica
para publicarla.

-Lo hemos invitado a Madrid.
Mira, ya está aquí Bruno.

Para agradecérselo. De momento,
no le digas nada, tú déjame a mí.

-Perdonad el retraso,
lo siento, papá.

Me he levantado tarde
y estoy con el horario cambiado.

-Hola, Bruno.

(Móvil)

Qué pesado, coño.

-Quién es?
-Un picapleitos que me persigue

para que publique
un reportaje turbio

de los últimos años del Régimen.

Historias de hace 30 años
que no interesan a nadie.

-Y qué tipo de asunto?
-Algo sobre niños perdidos

o robo y tráfico de recién nacidos,
o qué sé yo.

Sensacionalismo barato.
-Sí, barato, y cómo...?

Cómo se llama ese abogado?
-Juan Prados, vive en Leganés.

La mitad de las causas
las pierde o los jueces

las archivan directamente.

-Estáis listos? Vamos.

Que se nos pasa la hora.

Vamos a machacarles.

Puedes venir un momento,
por favor?

Dime.

El teléfono de Alberto Torres,
el político, no lo encuentro.

Yo tengo el de su secretaria.

Me apuntó su móvil personal
en un papel...

Ay, Juan, no insistas,
le dijo que no podía hacer nada.

Que no, que se me olvidó enseñarle
unos documentos.

Ese tema
no interesa a los políticos.

Ya está, aquí lo tengo.

Joder.

Todo según lo previsto.

Bueno... No puedo dormir muy bien.

No paro de pensar
en todo lo que me has contado.

De acuerdo.

Bien, nos vemos el martes. Chao.

Bruno.

No puedes dormir?

Pues la verdad, es que todavía ando
con el horario un poco cambiado.

-Claro, es lógico.

Han sido unos días muy duros.

Sabes lo primero que pensé
cuando creía

que estabas en aquel infierno?

Si se muere,
no me lo voy a perdonar nunca.

-Pues ya ves. Sobreviví.

-Yo siempre he querido
lo mejor para ti, hijo.

-Eso me suena a preludio
de una mala noticia.

-Tengo que decirte algo.
-Ya lo sé, papá.

No me vas a traspasar la clínica.

Vas a aceptar la oferta
del doctor Cardona.

-Has hablado con Eugenia?
-Os oí ayer.

No pasa nada, papá,
tienes que aceptar esa oferta.

Lo entiendo, de verdad.

-Hijo, yo no quiero perjudicarte.

Esto no es un traspaso,
es una fusión.

Ya no seré el socio mayoritario.

Pero podemos seguir
con la consulta,

mantener a nuestros pacientes.

Puedo pactar con ellos
que más adelante...

-Papá, escúchame.

Quiero pensar en mi futuro
sin precipitarme.

Quiero luchar
por lo que realmente deseo, papá.

Tengo otros objetivos.

No apasionarme con las cosas,
sentirme vivo,

amar.

Ser amado.

Ya está.
Lo que quiere todo el mundo, no?

-Me gusta. Me gusta,
me gusta oírte hablar así, hijo.

Que descanses.
-Buenas noches.

-Ya los fui a ver.

Ve al armario y coge las llaves.

Vete al convento
y en el cajón de la izquierda.

No sé cómo podré agradecerte
todo lo que has hecho por mi hijo.

-No siento que haya hecho
nada especial.

Ni siquiera recuerdo el momento.

Cuando lo vi en el suelo,
lo agarré como acto reflejo.

-Bendito sea tu acto reflejo!

Habías estado aquí?

-Hace tanto tiempo
que ya ni lo recuerdo.

-Bienvenido a España, Roberto.
Y bienvenido a nuestra familia.

-Gracias.

-Mira, aquí a la izquierda
tienes una puerta que da a un aseo

que es solo para ti.

Y bueno, esta es nuestra habitación
de invitados.

Laura.
-Hola. Parece un hotel de lujo.

No me puedo creer
que me esté pasando esto.

-También te ayudaremos a encontrar
un trabajo.

Es lo mínimo
que puedo hacer por ti.

-Creo que es la primera vez
en mi vida

que estoy completamente de acuerdo
con mi padre.

Todo lo que te demos será poco.
-Ahora, descansa.

Debes estar fatigado del viaje.
-Muchas gracias.

-Basta de gracias, ni una más.
De acuerdo?

-Sí, señor Vergel.

-No, por favor, Enrique.
Llámame Enrique.

-Ok.

(Puerta)

Qué haces tú aquí?
No tienes ni un minuto para mí?

Te vas de viaje?

Bruno, qué quieres?
Saber cómo estás.

Desde que te vi el otro día
no he dejado de pensar en ti.

Supongo que con lo de tus padres
tienes que estar hecha polvo.

Oye, tengo mucho trabajo...

(Teléfono)
Dime.

En media hora tienes cita
con Juan Prados, es en Leganés.

Sí, sí, iré yo con mi coche.
Gracias, Marta.

Tienes mucho trabajo
revisando contratos

o tienes una cita con un hombre?

(RÍE)

Y qué se te ha perdido a ti
en Leganés?

Y a ti qué te importa?

Todo lo que tiene que ver contigo
me importa.

Tengo una reunión con un abogado
y es de trabajo.

Así que si me perdonas...
Por qué siempre me hablas mal?

Por qué me tratas
como me trata mi padre?

Qué te he hecho?
A ver, teníamos una cita pendiente

y aún espero a que me llames.

He venido a saber cómo estabas.

Bueno, y yo te lo agradezco.
No, no me agradeces nada.

Cada vez que hablo contigo tengo
la sensación de que te molesto.

Si soy amable, porque lo soy.
Si no, porque no lo soy.

Bruno, por favor.

María, hace años te confesé
lo que me pasaba contigo.

Estaba enamorado de ti.

Siempre lo he estado,
desde que tengo uso de razón.

"Somos primos hermanos",

me decías cada vez
que intentaba tocarte o besarte.

Pues bien, ya no lo somos.

Oye, tengo muchos problemas.
Lárgate.

Dame una oportunidad.

Te he dicho que he cambiado.

Qué tengo que hacer para gustarte?
Lo primero? Marcharte.

No me voy a marchar
hasta que me mires de otra manera.

Por favor, estás fatal.

Qué tienen los otros
que no tenga yo?

Qué tiene el tipo ese
con el que has quedado en Leganés?

Te van los de clase baja?
Suéltame ahora mismo. Suéltame.

Cuando eras pequeña, siempre me
llamabas cuando tenías un problema.

Yo era tu salvador,
no te acuerdas?

Cuando te hiciste mujer,
dejaste de mirarme.

Por qué ya no me miras
como me mirabas antes?

Tienes razón.
El atentado te ha cambiado.

Estás todavía fatal. Estás peor.
Peor?

Más loco? (CHISTA)

Tanto como para cometer la locura

que más me gustaría
en este momento?

Claro.

(Alarma)

Pase por aquí.

Siéntese. El señor Prados
le atiende enseguida.

Bien.
Quiere un café o un té?

No, gracias, estoy bien.

Hola!
Hola.

Qué tal? Gracias por venir.
Tampoco hacía falta, eh?

Me podía haber acercado al centro.
Tu despacho es más confortable

que el mío, como puedes ver.
No es mi despacho.

Yo también trabajo para otros.
Ah, no, yo no.

Ah, no sabía.

La verdad es que estos días
han sido bastante complicados,

pero me apetecía salir
de la oficina.

Y tu voz sonaba a necesidad vital.

Sí, sí, lo es, lo es.

Es que vi una foto tuya
en el periódico...

Eres la hija del juez Fuentes.

Necesito una entrevista con él
urgentemente. Pasa.

Y, para qué?

Mira, es que llevo años intentando
destapar un asunto de bebés robados

en la época del franquismo.

Miles de niños fueron robados
a sus familias para darlos

o venderlos a familias ricas
que no podían tener hijos.

Supongo que has oído hablar, no?

Sí, algo he leído por ahí.

El caso es que muchos no están
pudiendo encontrar a sus hijos

porque la ley no les da derecho
a acceder a archivos de entidades

privadas o religiosas. Y, bueno,
estamos algunas asociaciones

y abogados intentando
que se apruebe una ley que autorice

a acceder a esos archivos
al que lo solicite.

Y tú eres uno de ellos?
Sí.

Los políticos en privado te dicen
todos que sí, que están de acuerdo,

pero a la hora de la verdad

nadie quiere tener problemas
con la Iglesia.

Y bueno, he pensado que tu padre
igual me puede poner en contacto

con algún político
de los que toman decisiones.

Mi padre jamás llamaría a
un político para pedirle un favor.

Ya sabes que un juez
no puede estar en deuda con nadie,

y mucho menos si es un político.

Bueno, debe ser el único,
porque en este país...

Te hablo de un delito que
ha afectado a miles de españoles

y por el que hasta la fecha
nadie ha pagado.

Oye, yo no pongo en duda
la gravedad de los hechos,

pero mi padre no puede hacer nada.

Pues muchas gracias por nada.
Sabes qué pasa?

Que me paso el día escuchando
historias de mujeres humildes

a las que les han robado el hijo,
que llevan media vida

sospechando que su hijo igual
está vivo en algún lugar del mundo.

O historias de hijos que,
de pronto, se dan cuenta

que sus padres adoptivos
le robaron. Cómo lo asumes?

Cómo asumes que la gente
a la que quieres te robó?

Oye, me gustaría ayudarte,
pero no puedo. Lo siento.

Tengo que irme.

Espera. Perdona. María.

María.

(SUSPIRA)

Bueno, la compañía es muy grata,
pero...

-Te vas?

-Me quedaría si estos muchachos
cambiasen de opinión

y me concedieran la entrevista.
Quedaría tan bien

una gota de positivismo
en mi diario entre tanta desgracia.

-Lo siento, Néstor.
No puedo hablar de esto.

Todavía no.
-Como amigo, lo entiendo, Bruno.

Ahora, como periodista,
me duele en el alma.

Lo que hiciste fue un acto heroico.

Bueno, si cambiáis de opinión,
me llamáis, eh?

Hasta pronto, familia.

-Yo también me voy.

Tengo una cita muy especial.
-Con una mujer?

Se va a poner celosa.
-Yo? Qué va. Estoy acostumbrada.

La mitad de sus pacientes

han estado siempre
loquitas por sus huesos.

Con qué mujer
tienes tú hoy una cita?

-Bueno...
-Uh!

-Nos vamos a dar una vuelta?
-Sí, claro.

-Venga.

-Adiós.
-Hasta ahora.

-Cada vez que abres la boca
tengo la sensación

de que vas a meter la pata.

No tenías tanta prisa?
-Ajá.

-Empezamos ya o qué?
-Venga. Vamos.

-Dónde quieres ir primero?

-Aquí es donde robaron a mi hijo.

(Campanada)

Era muy trabajador.
Y parecía discreto.

Un vulgar chantajista.
Es intolerable.

Siento mucho lo que ha hecho.

-No quería acudir a usted,
pero no sé qué hacer.

-Ese hombre ha traicionado a Dios.
Ha hecho creer a gente inocente

que es culpable
de no sé qué delito.

Nosotros ayudábamos a esas mujeres.

Y usted lo único que ha hecho
ha sido amar a su hija.

Qué mal hay en eso?

Yo... yo ya no sé nada.

-Debe volver a ver a ese hombre
y hacerle entrar en razón

antes de que sea demasiado tarde.
-Lo intenté, pero no pude.

Había demasiada gente.
-Inténtelo de nuevo.

-Y el abogado?

Juan Prados.

Lleva meses presionando a políticos
y periodistas

para intentar denunciar
este asunto.

-No hay ningún asunto,
señor Fuentes.

-Disculpe, me tengo que marchar.

-Rece a nuestro Señor.
-Lo hago todos los días.

-Él sabe que es un hombre de bien.
Todo se arreglará.

-Gracias.

(Campanadas)

(Pitido)

La madre que lo parió!

María. María, soy Pablo.
Por favor, llámame, es urgente.

Tu padre está en el hospital
y seguro... Llámame, por favor.

Me cago en la leche!

Llámame, vale?
Es lo mínimo que puedes hacer

después de haberme metido
en esta mierda.

Me cago en todo, María!
Me cago en todo!

Feliz cumpleaños.

Es mañana.

Sí, ya lo sé, pero mañana
tendrás que atender a mucha gente.

Este año no creo que lo celebre
demasiado.

Pero yo no voy a cambiar mi ritual.
Todos los años

te he hecho un regalo
y este año no va a ser distinto.

Para mí todo sigue igual.
Lo abres?

Qué bonito.

Te acuerdas de él?
Es el de la abuela.

Cuando eras pequeña,

ella te cogía en sus brazos
y tú te dormías acariciándolo.

Seguramente tus padres no saben
demostrar lo que sienten por ti,

pero te quieren.

Te quieren desde el primer momento
en que llegaste a esta familia.

(Ascensor)

(MEGAFONÍA)
"Doctor Martínez, doctor Martínez,

acuda urgentemente
a la habitación 311."

(Pitido)

Se llama Juan Prados y es abogado.
-Tengo los datos.

Qué quiere que haga?
-No lo sé.

Supongo que pararle los pies.

Ese hombre pide papeles
y usted sabe que de aquí

no puede salir
ni un solo documento.

No puedo tener a una persona
incordiando cada tres días.

Esto ya no es una clínica,
es un convento.

Y hacemos otro tipo de trabajo.

-No se preocupe, sor Antonia.

Yo me encargo de que ese hombre
deje de incordiarla.

-Gracias.

(Móvil)

Perdona. No funcionaba el metro.

Luego, te he querido llamar
y no tenía cobertura.

Un desastre.
Al final, he venido corriendo.

Pensaba que me habías plantado.
Bueno, aunque tampoco sería raro

después de mi comportamiento.
No es mi estilo.

Yo, si no quiero verte, te digo:
"Oye, que no quiero verte".

Bueno, no.
Te hubiera dicho:

"Lo siento,
que tengo mucho trabajo".

Perdona, cuando puedas,
una cervecita. Gracias.

Y qué?
Aceptas mis disculpas?

Claro.
Bien.

Verás, quería preguntarte algo.
Eh...

Acabo de enterarme que en el bufete
donde yo trabajo

llevamos algunos casos
de personas adoptadas,

pero con documentación
poco clara o ilegal.

Y la realidad es que nosotros
no somos especialistas en el tema.

Entonces, me preguntaba si tú
de algún modo podrías orientarnos,

o ayudarnos.
Ya.

Hombre, yo os puedo asesorar
en lo que os haga falta.

Claro.
Bien.

Hasta la fecha ha habido
alguna demanda suelta,

pero nunca se ha hecho
una investigación en profundidad.

Ya.
Yo llevo ya años con el tema.

Lo que pasa
que la cosa está complicada.

Hay vacíos legales. Y desde luego,
ni jueces ni políticos

están por la labor.

(Teléfono)

Y...
Y cómo te metiste en todo esto?

Pues cuando supe
que yo era un niño robado.

Sí, por eso estudié Derecho.
Yo iba para Ciencias.

Lo que pasa es que a los 17,
mi padre adoptivo me lo contó todo.

Diez días antes de morirse.

Un poco tarde.

Bueno, el hombre lo hizo
cuando reunió el valor, no?

Sí.
Y por lo menos lo hizo

antes de morirse.
O sea, que para mí, un valiente.

Gracias.

Sin gente como él,
esto estaría todavía más estancado.

Porque los que tienen
las herramientas para luchar

son, precisamente,
los que adquirieron niños.

Las víctimas, por lo general,
solo tienen sospechas.

Todo se basa en las sensaciones
del día en el que perdieron

a su hijo.

Y tu madre te apoyó?
Cuál de las dos?

Conoces a la biológica?

Sí. Hace siete años.
Fue difícil encontrarla.

Tanto a nivel práctico
como emocional.

Pero valió la pena.

Cómo la encontraste?

Mi padre me contó que yo había
nacido en una cárcel de Bilbao.

A las presas políticas de la época
que se quedaban preñadas

les quitaban el hijo.
Bueno, yo a día de hoy

tengo confirmados como 30 casos
robados en cárceles de toda España.

Y tuve la suerte de que mi madre
me buscaba a mí también.

Por lo que fuera, no se había
creído que yo me había muerto.

Si no, hubiese sido imposible.
Yo me había hecho ya la prueba

de ADN con distintas mujeres
y nada.

Y justo cuando estaba a puntito
de tirar la toalla,

aparece ella.
Y cómo fue el encuentro?

Hombre, es raro, porque ves a esa
mujer, que sabes que es tu madre,

tú eres su hijo,
pero tampoco nos conocemos de nada.

Y te preguntas,
"debería quererla?".

Sin embargo, hay algo,
hay algo desde el principio.

No sé, una especie de sentimiento
de pertenencia o...

No sé, es algo que está vivo
y que va solo.

Tu madre adoptiva sabe
que la encontraste?

Sí, sí,
si me acompañó a la primera cita.

La pobre se esperó tomándose
un café, que sufría,

sufría por mí,
por si me rechazaba o...

Es que mi madre adoptiva, joder,
es mi madre.

Claro, claro.

Al principio tenía miedo,
pero luego entendió que esto

incluso nos podía unir más.

Hombre, cada caso es cada caso.

Pero yo creo que para una cosa
así se necesita el esfuerzo

y el apoyo de los tuyos.

Incluso en los casos en los que
los niños han sido adquiridos

de forma ilegal, al final
son sus hijos y les quieren.

No sé, para mí, esto tiene sentido
si sirve para crear nuevos lazos,

no para romper los que ya están.

Perdona.
No.

Es que lo cuentas tan bien
que me he emocionado.

Qué bonita eres.

Me emociona a mí que te emocione
una cosa así.

Tengo algo para ti.

Te lo dejaste en el despacho
el otro día.

No te preocupes,
te lo puedes quedar.

(Teléfono)

Cógelo, si quieres,
yo me tengo que ir.

Y buen viaje.

(Teléfono)

Pablo, te he dicho
que no me llames más,

no voy a hacer nada
en contra de mi padre.

Pero eso no puede ser.

Venga, vamos a casa.

Mierda. Carlos, nos dejas solos?

Hola, Carlos.
Hola, María.

Carlos, sin espiar.

Joder, estaba en tus manos
evitarlo.

No puedes acusarlo sin pruebas.
Sin pruebas?

Tú lo viste?
Vi cómo salía de su habitación, sí.

Y eso es una prueba de que mi padre
mató a ese hombre.

Piensa lo que quieras.
Pablo, no me lo puedo creer.

No, no, no me lo creo.

Qué tengo que hacer?
Ese ya no es mi problema.

No. Pablo, espera un momento.
Qué?

Está bien.

Quiero encontrar a mi madre
biológica y destapar todo esto.

Y?
Y necesito tu ayuda.

Al precio que sea.
El precio ya lo sabes, 5.000.

Cuando te venga bien,
me llamas y nos vemos en casa.

A la hora que sea.

María.

A la hora que sea.

Carlos.

Bruno, aquí, en el despacho,
no hay nada.

Joder, acabo de ver a una vieja
saliendo con unos documentos.

Qué hago?
-Mierda!

Sal de ahí. Déjalo todo como estaba
y no dejes huellas.

Mierda! Vamos.

Joder, joder.
-Pero quién es?

-No sé.
-Vamos.

-Mi marido era el portero
del convento del Remedio.

Alguien le agredió
bajo el viaducto.

Acaba de fallecer.

Lo siento.

Antes de morir me pidió
que, si le pasaba algo,

le entregara estos documentos
a usted.

Son archivos del convento,
con nombre de personas

que adoptaron niños ilegalmente.
Algunos son gente importante.

Solo espero que los que provocaron
la muerte de mi marido

paguen por ello.

De dónde ha sacado
estos documentos?

Sé muy bien quién era su marido.

Era un buen hombre.
Sí, ya.

Y le dijo
qué quería hacer él con esto?

No.
No?

Tampoco le dijo
por qué me los tenía que dar a mí

y no a cualquier otro?

Creo que me he equivocado,
se los llevaré a otro abogado.

No, no.
Está bien, está bien.

Solo quería que supiera
que estoy al corriente

de más cosas de las que cree.

Y tiene alguna sospecha
de quién ha podido...?

Sí.

Pero antes de decírselo,
quiero comprobarlo por mí misma.

Debo irme.

Buenas noches.

-No lleva las carpetas.
-Cómo?

-Que no lleva las carpetas
la vieja.

Espera, espera, espera.

Espera.

El tipo este es abogado
y es más listo de lo que parece.

No nos precipitemos.

Pablo.

Mi hipótesis es que tu madre
vive aquí.

Y cómo has llegado
a esa conclusión?

El portero tenía información
que comprometía a tu padre.

Por eso él quería
callarle con dinero.

Pero no se entendieron
y la cosa ha acabado así.

Estamos de acuerdo?

Lo suponemos.
Vale, lo suponemos.

He conseguido entrar en el sistema
informático de su banco.

Y he rastreado los movimientos
de la tarjeta Visa

para ver si encontraba algo
fuera de lo normal. Mira.

Hace una semana realizó
bastantes gastos en este pueblo

de Andalucía.
Tal es el pueblo donde nació.

No. Mira.

Pedro Fernández Rodrigo.
Nacido en 1940 en Soria.

Nada que ver con San Cristóbal
de la Mota, en Jaén.

Este hombre no ha pisado este
pueblo hasta hace unas semanas.

Cómo puedes saber todo esto?
Muy fácil.

Llamé al hotel donde se alojó
y me hice por su hijo.

La recepcionista
era de las que se sabe al dedillo

la vida de los del pueblo.
Me dijo que no lo conocía de nada.

Muy bien, nunca había estado allí.
Y qué?

No, no, la mujer se acordaba
perfectamente de él.

"Ah, sí, el fotógrafo", me dijo.
Mira, aquí lo tienes.

Uno de los pagos corresponde
a un relevado de fotografías.

Típico si fue a hacer turismo.
Ah, ah.

Te aseguro que este pueblo
no tiene nada de turístico.

Este hombre fue allí a retratar
a tu familia biológica

para poder chantajear a tu padre.

Qué pueden probar
esas fotografías?

María, si ha fotografiado
a tu madre auténtica,

la tiene localizada y si tu padre
no paga, el portero habla con ella

y se lo casca todo.
Yo creo que eso es mucho suponer.

No he podido hacer nada más.

Tenemos los datos los pagos de
la tarjeta que se gastó el portero

y, no sé, puedo seguir el rastro
y...

María, tienes que ir allí.

Todo esto es una locura.

No sé,
creo que es un centro cultural.

Hay... una farmacia.

Un bar bastante cutre, debo decir.

Y una peluquería.

Sí, sí.

Gracias, sí.
Sí, sí, es mi cumpleaños.

No, 27.

Bien.

Bueno, hablamos más tarde entonces.

Venga, hasta luego.

-Quémalo.

A ver si me lo dejas
igual que la semana pasada.

-Lo intentaremos.
-Qué pasa? Te gusta el corte?

-Vaya por Dios, hija.
-Me gusta más

cuando me veo
un poquito de pelo por detrás.

-Muy buenas.

-Buenas.

-Tú qué te quieres hacer?

Yo quería cortarme las puntas.

Muy bien. Termino con ella,
le pongo el tinte a esa señora

y en un momentito te atiendo.
No tengo prisa.

Mira, una chica joven
que no tiene prisa,

de esas hay pocas.

Yo antes también era así,
yo pensaba poco.

-Antonia.
-Sí, pensaba poco a largo plazo.

-Arréglame el pelo.

-Ay, yo no toleraba aburrirme.

Nunca quería descansar.
No soportaba hacer una cola.

-Tengo una fiesta y no puedo ir
con estas greñas.

-No puedo, hija,
tengo mucho trabajo.

-No seas cruel, mira cómo lo llevo,
es un es trabajo de canas.

Échame el tinte
y yo me lo lavo en casa.

-Que no puedo,
mira cómo tengo la peluquería.

-Venga, pues córtamelo.
Rapidito y ya está.

Va, que te lo pago, eh?
-Sí, ya.

-Niña, te lo juro por mi Amparito
que te lo pago.

-Mira, que no puede ser, Fernanda.
Haz el favor, no seas hartible.

Vete ya.
-Hartible?

Qué mala persona y qué malaje.
-No te pases, vale?

-Sabes qué te digo?
El día que necesites un favor de mí

te vas a enterar
de lo que vale un peine.

-Ya.
-Con Dios!

-Adiós, hija.

Qué cojones estás haciendo?
Que no íbamos a tocar los papeles

hasta que tuviésemos
un sitio seguro.

-Tengo que vengarme de ese cabrón.
-Por favor, tienes que guardar eso.

No puedo confiar en ti?
-Mira quién habla.

Atropellar a ese hombre
fue una cagada.

A mi manera,
no hubiera pasado nada.

-Gracias a eso tienes
lo que querías.

-No, su certificado de nacimiento
debe estar por aquí,

pero de momento no he visto nada.
-Tenemos que encontrarlo.

Pero hay que buscarlo con calma
y no en casa de mi padre

a estas horas. Por favor.

Por favor.

Ha podido hablar con ese abogado?

-No, ha pasado algo.

Al salir de su despacho iba
a hablar con él,

pero le han atropellado.

-Un accidente?
-No, ha sido a propósito.

Llevaba unas carpetas
con documentos o algo así,

pero se los han robado.
-Cómo que se los han robado?

Qué documentos?
-No lo sé, sor Antonia.

-Sígame.

Curro, ha venido la niña?

-No, todavía no ha llegado.
-Bien.

Aquí tienes, Loli.
A qué hora entra la niña?

-Hace media hora que tenía
que estar aquí, pero como esta niña

siempre llega tarde...
-Ya, bueno.

Tú ponlo bien, que quede bonito.
-No tiene ningún secreto esto.

-Vale, aquí te dejo
lo que me has pedido.

-Vale.

-Fernanda, has traído eso?

-No lo has visto?
La Loli lo está preparando.

Hartible...
-Y a ti qué te pasa?

-La guarra esa, que no ha querido
arreglarme el pelo!

-Una perra, una hija de puta,
te lo he dicho mil veces.

Mira, ya está aquí.
-Loli, Loli.

-Ya va!

# Cumpleaños feliz,

# cumpleaños feliz... #

Coño, que me acabo de pintar
los morros!

Es solo para felicitarte
por tu cumpleaños.

-Pues de las un piquito.
Claro.

Venga, Amparo, sopla.
-Sopla!

Bien!

Ay mi niña...
Qué, te gusta? Te parece bien?

Cómo de las gastas, mamá.

17 años ya, Dios mío,
que parece fue que ayer.

Mira, con estas botas te parí.

Otra vez, todos los años
dice lo de las botas.

A la forastera esta, qué,
no le sirve nadie?

Niña qué vas a tomar?

Un agua con gas.
Ah.

Bueno, y nosotros una birrita.
Estate quieto ya,

cómo me has puesto.
Me cago en la leche.

La tarta córtala en cachitos
pequeños que dé para más.

-Ya lo sé.

Han forzado la cerradura?
-No lo sé.

Dios mío.
-Qué pasa?

-Faltan las partidas de nacimiento
y los certificados de adopción

entre los años 74 y 77.

Cómo ha podido ese hombre?

-Lo vio merodeando por aquí?

-No ha dejado de hacerlo
en los últimos meses.

A no ser que...

-Qué?
-Pedro.

-Qué pasa con él?
-Que estaba chantajeando

a algunos padres
que adoptaron aquí.

-Y?
-No sabía que el abogado

quería esos documentos.
-Pedro esta muerto.

-Dios mío,
Dios lo tenga en su gloria.

Tenemos que avisar de esto.
-Sí, cuanto antes.

Sí, perdone que le moleste
estas horas, es urgente.

Salga del despacho.
-Porque

-No se preocupe,
no tiene nada que temer.

-Yo solo temo a nuestro señor

y él sabe que mi propósito
siempre ha sido hacer el bien.

-Muy bien.

(Teléfono)

Pablo, has encontrado algo?

Sí, Fernanda Duque, es ella seguro.

Y la que se supone que es su hija.

Sí, se llama Amparo,
son los mismos apellidos.

Qué significa eso de un cambiazo?

No lo sé, no sé qué voy a hacer.

Oye, Pablo, te llamo más tarde,
vale?

Sí, gracias. Hasta luego.

Juan, estás bien?

Dónde...
Estás en el hospital.

Sí, ya sé que estoy en el hospital.

Pero...
No te acuerdas de nada?

Sí me acuerdo, el coche negro
aquel que se me echó encima.

Voy a llamar...
No.

Los papeles,
dónde están los papeles?

Qué papeles? Qué dices?

Mierda.

Mierda, mierda, mierda.
Los han robado.

Hijos de puta.

Pues de momento
no es lo que me imaginaba.

Sí, creo que la he localizado,

pero no he hablado directamente
con ella.

Sí?

Pues yo creo que estoy cometiendo
el peor error de mi vida.

De acuerdo.

Venga, un beso.

Si se te ocurre gritar
o hacer alguna tontería,

te retuerzo el pescuezo.
Eres de la Secreta?

Qué? No.
Que si eres poli,

llevas siguiéndome desde ayer.
No, no, no.

Eres detective?
Para quién trabajas?

Que no, no soy ni policía
ni detective.

Tranquila, tranquila,
que me lo creo.

Los polis no visten ropa tan cara
ni llevan perfume francés.

Por qué me estás siguiendo?

Yo no le estoy siguiendo
Y una mierda! Llevas todo el día

pegada a mi culo, qué quieres?

Yo solo quería hablar
con esa mujer,

creo que se llama Fernanda.
Qué Fernanda?

La madre de Amparo?

Qué se te ha pedido
a ti con la puta vieja esa?

Pues no lo sé.
No sabes?

Entonces, qué quieres?

Es que es la misma mancha de antojo
que mi vieja y en el mismo sitio.

Yo no la tengo.

Lo siento mucho, para mí también
ha sido muy duro enterarme

de que no era hija de mis padres.
Tranquilita, fiera,

que tú tengas
una mancha en el cuello

no quiere decir que yo...

Qué me estás diciendo,
que yo no soy hija de mi madre?

Qué te cambiaron por mí?
A santo de qué?

Si yo soy igual que mi vieja,
para mi desgracia,

si tengo su cara, hablo igual,
me muevo igual.

También le pasa a la chinita
que adoptó la peluquera.

Imitas al de al lado.
Te quieres callar?

Nadie te ha dado vela
en este entierro.

A ver, niña, una mancha
en el cuello la tiene mucha gente,

tú qué más pruebas tienes?

Ninguna más, pero si esta te parece
poco siempre se podría...

Qué voy a ganar yo
inventando esto?

Cómo que qué vas a ganar?
Te crees mejor que nosotros?

No me refería a eso,
digo que para asegurarnos

también podríamos hacernos
una prueba de ADN.

Está tía se está riendo de mí.
Solo se necesitaría

una muestra de tejido cutáneo,
con un pelo de tu madre bastaría.

Tú te drogas o qué?

Tú has visto tu partida
de nacimiento?

Tú no naciste en un convento
de Madrid, el convento del Remedio?

Yo nací aquí.
Allí me llevaron para bautizarme,

para hacerlo coincidir
con el funeral de mi viejo.

De tu padre?
Sí, el novio de mi madre.

Se iban a casar cuando yo naciera,
no estaba en la mili,

se le disparó la escopeta
y se mató.

Mi madre era soltera
y como no tenía estudios

ha hecho la calle para mantenerme.
Esa es la versión de la Fernanda,

con estos datos la cosa cambia.
No cambia nada!

Mira, ya me he cansado.
Muy bonita tu historia,

pero mueve el culo.
Aun así me gustaría hablar

con tu madre, que resulta
que es la mía biológica.

Ella tiene todo el derecho de...
Mi madre no tiene derecho,

mi madre es puta,
vieja y está enferma,

acaba de pasar una hepatitis
que casi la palma

y ahora está mejor, así
que como te vea acercarte a ella,

te arranco la cabellera a ver
con qué te haces la prueba de ADN.

Anda, tira.

Amparito, cariño, esa niña
tiene que hablar con tu madre.

De que tienes miedo?
La has visto bien?

Está forrada de pasta
hasta las cejas,

seguro que la adoptó
un ricachón madrileño.

Y qué?
Cómo que y qué?

Pues que si lo que dice es verdad
podemos sacar tajada.

No lo entiendes, choco?
Que no me llames chocho,

que me repatea
que me llames chocho.

Señor Fuentes!
-Disculpe, pero tengo prisa.

Sé lo que le hizo a mi marido.
-Perdón?

-Me lo contó antes de morir
en el hospital.

-Lo siento, señora, no la conozco
ni a usted ni a su marido.

-Usted le golpeó
y le provocó la muerte.

-Creo que se confunde de persona.
-No hay pruebas de ello,

pero del motivo
que le llevó a hacerlo, sí.

Robaron una niña para que usted
la comprara y él lo sabía.

Tenía acceso a los certificados
de los recién nacidos

que supuestamente murieron.
Y a los contratos de las personas

que compraron esos bebés.
Y usted fue una de ellas.

-Qué quiere? Dinero?

-No, señor, los papeles
ya están en manos de un abogado

para que me diga cómo tengo
que proceder.

Lo que yo quiero lo sabe usted
perfectamente: justicia.

Adiós, gracias.

Has visto la mierda de preguntas
que me han hecho?

Tan normales, qué esperabas,
un interrogatorio de película?

Si cuando les he dicho
que sor Antonia está detrás de esto

se me ha reído en la cara.
Yo lo entiendo,

tal y como se lo has contado
al policía

la monja parecía una matona
de una película de gangsters.

Poco le falta.

Anda, no digas tonterías.
Qué no digas tonterías?

La monja me amenaza con pararme
los pies, después me atropellan,

me dejan inconsciente
y los registros que incriminan

a la clínica del convento
desaparecen. Es casualidad?

Visto así es muy lógico,
pero al no poder explicar

que tenías esos documentos...
Es que eso no se lo podía decir,

seguramente la mujer del portero
los saco de ahí

sin que se enterará nadie.

Come un poco comanda.
Qué pesadita estás con la comida.

Que casi me matan.
Suerte que no es nada grave.

Vaya susto me has dado.

Con lo que podía haber hecho si...

Quién tendrá ahora
esos documentos?

Si no los han destruido ya.

Joder, mamá, mira que te tengo
dicho que abras la ventanita

cuando hagas sardinas,
que luego apesta, coño.

Tú no tenías
que estar en el pub, niña?

He pedido la noche libre,
he cambiado el turno.

Por qué? No te habrá hecho
hacer nada

el gilipollas ese del Curro, no?

Amparo, yo prefiero volver a hacer
las esquinas a que ese animal

te meta en líos otra vez.
Que no es el Curro.

Ah.
Vengo del Registro Civil.

Ah, para qué?

Ya has decidido renovarte
el carné? Ya era hora, eh?

Me vas a dejar hablar?
Habla.

He pedido mi partida de nacimiento
y me dicen que no la tienen,

que yo no nací aquí. Tú me dijiste
que me habías bautizado en Madrid,

no que había nacido
en el mismo convento.

Qué convento, chiquilla? Tú
no has nacido en ningún convento.

En el convento del Remedio
de Madrid, sí o no?

Pero tú cómo...?

De dónde has sacado eso?

Vamos a ver, Amparo,
no me pongas nerviosa.

Quién te ha dicho a ti
que tú has nacido en ese sitio?

Pasa, canija. Ven para acá.

Esta quién es?
María.

María...
María Fuentes.

Fuentes.
Hola.

Hola.

Ven para acá.

Mira esto.

Yo no quiero cambiar la vida
de nadie ni tampoco perjudicaros,

pero sí que me gustaría saber
la verdad de lo que ocurrió,

nada más.

Y la verdad nos va a dejar
más tranquilas?

No lo sé, tal vez no.

Pero no afrontarla a estas alturas
creo que sería peor, no?

Si tú lo dices...

Yo pensaba que la encontraría
solamente a ella,

había imaginado que tal vez podía
tener hijos, pero más pequeños,

no nacidos exactamente
el mismo día que yo.

No me lo puedo creer, la monja esa.

Pero todavía vive?

Con lo que me había costado
arrancármela de la cabeza.

He seguido viéndola año tras año
en mis pesadillas.

Creo que esa mujer está implicada
en una trama de robos

e intercambios de bebés,
como hizo con nosotras.

Ah, no, ni Amparo es mi hija,
yo la vi nacer.

Seguro que la vio?
Sí.

Se fijó
si tenía la mancha en el cuello?

Porque si no, era yo y no ella.

De la mancha no me acuerdo.

Yo tenía mucho miedo.

En aquella época yo era...
Yo era una desgraciada.

Y lo sigues siendo, mamá.

Vamos, yo es que estoy flipando.
A ver si yo me entero.

Lo de tu novio el que murió tres
días antes de que yo naciera qué?

Que no, no?

Que ni estaba en la mili
ni se disparó ni nada de nada.

Mamá, tú ya eras puta
antes de que yo naciera;

bueno, o antes de que naciera esta.

Lo siento, Amparito.
Lo siento, Amparito...

Y entonces,
si el carajote este no es mi padre,

este quién coño es?

Este es un primo mío de Alcaudete
que se mató con una escopeta

estando en la mili de servicio.

Anda, mira,
por lo menos algo es verdad.

Pero se mató porque era mari...
de la acera de enfrente.

En aquella época estaba muy penado.

Vamos, loco; y encima, maricón.

Pero era muy buen chico,
yo le quería con toda mi alma.

Pero no, no era tu padre.

Entonces, mi padre quién es?

No lo sabes, no?

Bueno, y qué más da?
Si resulta que tú no eres...

Y por qué no empieza por contarnos
el principio de la historia?

No sé... No sé si podré acordarme.

Sí, claro que podrás.

Anda, bebe.

Qué pasa?

Yo no quiero meterme
donde no me llaman,

pero si acaba de pasar
una hepatitis, no debe beber.

No le pasa nada. Tú ya verás como
cuando lleve tres o cuatro de estas

se le calienta el piquito
y se acuerda de todo.

Quieres otra?
No, no, ya está.

Pues anda,
empieza desde el principio.

Pues...

-Qué pasa? Fernanda, por Dios,
que hemos hecho muchos kilómetros

para llegar hasta aquí.

Si el crío va a estar
mucho mejor con una familia

que lo pueda mantener
y que le dé una buena educación.

-Pero seguro
que me pagan un dinerillo?

-Si el niño nace sano, seguro.
Que te conviene, Fernanda.

Anda, venga, vamos,
que nos estarán esperando.

Buenas noches.

-Fernanda Duque?

Bienvenida al convento del Remedio.
Sígame.

-Yo la acompaño.

-Bien.

Por favor, no hagan ruido,
la mayoría están dormidas ya.

-Vamos.

Venga.

-Trini, despierta.

-Ya?
-No.

-Qué pasa?
-No lo sé,

pero algo raro
le pasa a la del fondo.

Corre la cortinilla una mijilla.

-Tiene muy mala cara,
verdad, doctor?

-Vamos a levantarla. Una, dos...
-Y tres.

-Ya está.

Se va a morir? Por favor, dígame.
-Está en manos de Dios. Rece.

(SUSURRA) -Señora! Señorita!

Su hermana va a dar el niño
en adopción también?

-Fernanda...
-Sí, en principio sí.

Pero tiene muy mala cara,
no sé qué le pasa.

Creo que tiene algo raro.

Voy a ver.

-Tranquila, mujer.

-Mira que si me pasa eso a mí...

No he ido al médico
en todo el embarazo, Trini.

Mira que si me muero...

-Anda ya,
qué te vas a morir, tonta.

Si eso es normal,
así son todos los partos.

Anda, va, tranquila,
intenta dormir.

Eso.

-Ay!

Ah!

Ah...

Oh!

(Voces)

-No, hermana, guárdelo.

-Pero si me dijo hace un momento
que viniera a buscarlo.

-Sí, pero como la madre
ha fallecido, no hace falta.

-Tome, llévelo otra vez.

-La hermana está muy afectada,
sabe que el niño está vivo

y quiere la custodia.
Vamos a dárselo.

Mañana es el parto de la andaluza.
Esperemos que no haya problemas

y que no cambie de opinión.

Sor María, apague todas las luces
antes de irse, por favor.

-Vamos.

-Vámonos, Trini, vámonos.

Tengo mucho miedo.

Ayúdame, Trini, por favor.

Tenemos que irnos,
me van a matar a mí y a mi bebé.

-Anda, no digas tonterías.

Pero coño,
si estás a punto de parir!

-Me da igual,
prefiero parir bajo un puente.

Pero yo quiero a mi niño, Trini.
Por favor, ayúdame.

-Calma.
-Pero qué está pasando aquí?

-Que ha roto aguas.
-Voy a buscar a sor Antonia.

-Que no! Nos vamos.

Que no voy a dar a mi bebé,

que lo quiero para mí,
me entiende?

-Por qué está
haciendo tanto ruido?

-Esta señorita, que está de parto.

-Llévela a la sala de partos
y avise al doctor.

-Que no! Se lo he dicho ella
y se lo digo usted,

yo no voy a parir aquí.
Aquí hacen cosas malas.

-Qué está usted diciendo?
-Si no me dejan marcharme,

llamaré a la Policía
y les contaré todo lo que he visto.

Aquí matan a la gente, Trini,
matan a las madres y a los críos!

-Pero qué te estás inventando,
Fernanda?

-Que lo he visto!

-Aquí no matamos a nadie, señorita.

Aquí damos vida.

Y ayudamos a mujeres como usted
a dar a luz a sus bebés,

y les proporcionamos un hogar.

Piense en esa criaturita, eh?

Le gustaría llevar una vida
como la suya?

Verdad que no?

Convertimos su pecado
en una bendición de Dios.

(GRITA)

(FERNANDA GRITA)
-Eso es.

Ya está aquí.

Ya está aquí, vamos. Es una niña.

-Déjeme verla.
Es mía, déjeme verla.

Es mi niña, es mía!

-Esté tranquila, no hable.

-Es una niña preciosa,
está perfectamente.

-Déjeme verla...

-Doctor.

-Hay que intervenir
lo antes posible.

-Oxígeno.

-Y la niña?
Dónde está la niña, Trini?

Qué ha pasado?

Ay! Ay, me duele.

Qué me han hecho?
Trini, me han rajado!

-Es que tenías
la placenta enrollada o yo qué sé

y no podía salir. Menos mal que
el doctor se dio cuenta a tiempo,

que si no, te desangras.

Ves como no ha pasado nada, tonta?
-Pero dónde está la niña?

No quiero que me la roben, Trini.

Cuando nació estaba bien, yo la oí,
lloraba como una condenada.

Está viva y la quiero para mí.

-La niña está en la incubadora.

Está bien.
Ha nacido un poco débil,

por eso hemos preferido
dejarla unos días allí.

Y por supuesto
que te la puedes quedar.

-Ah. Sí, sí, me la quedo.

Creo que está bastante claro
lo que pasó.

Sí, o qué?

Si el médico que la asistió
dijo que el bebé estaba sano

y después estaba en una incubadora,
solo puede querer decir

que allí hubo un intercambio.
Que la que parió mi madre

fuiste tú, no?

Que te cambiaron por mí,
el adefesio prematuro, no?

Amparo, yo no he dicho eso.

Tú eras mi niña, y para mí
eres la cosa más bonita del mundo.

Porque no la viste a ella
con su manchita en el cuello.

Amparo, cálmate. Amparo...
Dónde está el chute?

Venga, cálmate, cálmate.

Dónde hay un chute de esos
por aquí?

Ay, aquí, aquí hay uno.
Yo puedo ir a la farmacia.

No, ya, aquí está. Ten.

Respira, respira.

Ya está. Ya está, mi niña, ya está.

Cálmate, ya ha pasado.

Eso es. Quieres un caldito?

Y tú, María? Tú quieres?
No, yo no quiero nada, gracias.

No quiero molestar.

Además, tengo que volver al hotel
y hacer unas llamadas.

Creo que sería conveniente para
las tres que todo esto se supiera.

Si a vosotras os parece bien,
yo os podría llevar a Madrid y...

No sé,
si necesitáis algo de dinero,

os lo podría prestar
sin ningún problema.

Pero hay que declarar la verdad
y que los responsables

paguen por lo que hicieron.

Las monjas, los médicos y todos
los que están detrás de ello

cometieron un delito
y tienen que pagar por ello,

por el daño
que le hicieron a usted, Fernanda.

Por engañarla a usted
y a otras madres como usted.

Esa mujer sabe algo?
-Ella dice que sí.

Y su marido tenía documentos
con los que supuestamente

chantajeaba a otras personas.

-No voy a permitir que ni a mí
ni a mi familia nos involucren.

Encuentra esos papeles.

-Qué buscas?
-Un recibo de lo que pagó

mi tío Francisco por la adopción
de María. Con su firma.

-Y tú qué ganas con eso?
-Su confianza.

Bruno,
deja de meterte en mis asuntos.

Yo venía a hacerte
el favor de tu vida.

Ah, sí? Pues olvídame,
ese es el favor más grande

que puedes hacerme en este momento.

Ha puesto el caso
en manos de un abogado,

va a acabar
destrozando a la familia.

-María no hará nada de nada.

Naciste en el convento del Remedio.
Yo tengo que hablar con mi padre.

No puedo dejar
que Fernanda le denuncie

sin haberle dado la oportunidad
de explicarse antes.

Espero que con este dinero
todo se arregle.

No quiero que mi hija María
conozca nunca a esa señora.

-Fue usted
quien sacó esos documentos

del archivo del convento.
Que no.

Sé que usted acompañó a Fernanda
a un convento de Madrid en 1974

para dar a luz.
Necesitamos su testimonio.

Yo soy la hija biológica
de Fernanda.

Para ser como ella necesito
su dinero y unos padres normales,

no una puta vieja borracha
y arrastrada como tú.

María, yo...

-Es más rica de lo que parece?
-Su padre es un juez importante.

le sale la pasta por las orejas.
Cómo podemos sacar tajada de esto?