All language subtitles for A ultima vez que vi Macau (João Pedro Rodrigues & João Rui Guerra da Mata, 2012)

Fabuloso personaje

No sé cómo lo logras

Pero tienes el poder de hacerme reír

Y de partirme el corazón

Me matas

Me dejas sin aliento

Me conquistaste
Con solo una sonrisa

Me matas

No hay dudas

Me vuelves loca

Tu mirada compasiva

Es toda una confesión

Amor, me tienes atrapada

Dime que no te burlas de mí

Estoy segura

Totalmente segura

De que mi amor sobrevivirá

Porque me matas

Y me mantienes tan viva

Tu mirada compasiva

Es toda una confesión

Amor, me tienes atrapada

Dime que no te burlas de mí

Estoy segura

Totalmente segura

De que mi amor sobrevivirá

Porque me estremeces

Porque me matas

Y me mantienes tan viva

LA ÚLTIMA VEZ QUE VI MACAO

Después de treinta años,
vuelvo a Macao.

No venía desde que era niño.

Hace una semana,
recibí un mensaje en Lisboa

de una amiga con quien no hablaba
desde hacía tiempo.

Sabía que Candy
había viajado a Oriente,

atraída por el exotismo

o por una vida más fácil, no sé.

Lo cierto
es que le había perdido el rastro.

En el mensaje decía

que había vuelto a involucrarse
con los hombres equivocados.

Pero, ahora,
las consecuencias eran muy graves.

Un amigo suyo había muerto
durante un juego de guerra inofensivo.

Ella creía
que sería la próxima víctima.

Yo era la única persona
en quien ella aún podía confiar.

Me pidió que fuera a Macao,

donde habían empezado a pasar
"cosas extrañas y terroríficas",

según sus propias palabras.

Candy me dio instrucciones precisas
del lugar donde debía hospedarme

y me suplicó
que no le dijera a nadie que venía.

Me llamo Guerra da Mata.

Cansado después de un largo vuelo,

estoy llegando a Macao
a bordo del hidroplano

que me hará volver
al momento

más feliz de mi vida.

Macao es una excolonia portuguesa
que, en realidad, nunca fue tal.

Singular y extraña, reúne gente
de diversas razas y nacionalidades

que vienen a probar suerte.

Macao nunca se detiene.

Es la ciudad con la mayor densidad
de población del mundo

y, también, la ciudad
donde podemos sentirnos más solos.

Una selva arquitectónica
con dos caras,

como las monedas que las tragaperras
devoran a toda velocidad.

Una, calma y sonriente;

la otra, solapada y secreta.

La fascinante
"Las Vegas de Oriente"

es la ciudad
más amable y más cruel de todas,

donde nada es lo que parece.

Como dice un viejo proverbio chino:

"El oro no puede ser puro

y los hombres
no pueden ser perfectos".

La 11ª Asamblea Popular
Nacional de China

se estaba desarrollando en Pekín.

Leí en el periódico de Hong Kong
que compré en el aeropuerto:

"El eslogan 'sociedad armoniosa',

tan repetido
por líderes chinos en la antigüedad,

desapareció del discurso oficial".

¿Sabrá el taxista
que el televisor está patas arriba?

Había pensado en volver
antes del regreso a la soberanía

el 20 de diciembre de 1999.

"The Handover", como lo llaman aquí.

Ahora Macao,
la flor de loto de Oriente, es china

después de más de 400 años
de presencia portuguesa.

Y los portugueses,
de rostro apolíneo y manos vacías,

miran con una sonrisa
a la China impasible y tímida,

como si negaran el dominio
real y eterno sobre el territorio.

Entre luces y villancicos navideños,

me mezclo en el tumulto
de turistas chinos privilegiados.

Consiguieron permisos de visitante

para observar Occidente
a través de esta mirilla macaense.

En el centro de la plaza
más emblemática de la ciudad,

cubierta de adoquines portugueses
en los últimos años de dominio,

encuentro un retrato
de Mao Tse-Tung

posando con obreros,
soldados y campesinos

como recuerdo
de la eufórica Revolución Cultural.

Como si la historia pudiera borrarse

con el simple clic
de cientos de cámaras fotográficas

que, con obsesión, congelan la memoria
y disfrazan la felicidad.

Hasta el Astroboy de mi infancia

parece haber sido invitado
a las celebraciones.

Me serví un poco del whisky
que había comprado en el duty free

y esperé el llamado,
tal como estaba pactado.

En la televisión, escuché
una canción de una época

que creí que todos querían olvidar.

-¿Hola?
-Querido, habla Candy.

Candy, preciosa. Te extrañaba.

Me alegra que vinieras.
Sabía que podía contar contigo.

¿Qué es lo que pasa?

Después te cuento.
Ahora, escúchame bien:

debes ir a encontrarte
con mi amigo, A-Kan,

en la peatonal,
entre las calles Pequim y Shanghai.

Tendrá una chaqueta negra de cuero.

Te esperará frente al sex-shop.
Él te traerá conmigo.

-Pero, Candy...
-Tengo que colgar, amor. Cuídate.

Hola. ¿Hola?

Debía cruzar la ciudad
lo más rápido posible.

Quise tomarme una calesa,

pero las calesas
ya no son un medio de transporte.

Son señuelos para turistas.

Me tomé un taxi,

uno de los miles de vehículos
que, a diario, pueblan la ciudad.

Había tigres luminosos
por todas partes.

El Horóscopo Chino
dice que los del signo del tigre

son ambiciosos,
valientes y dedicados,

pero, también,
agresivos e implacables.

Son buenos líderes y guerreros.

Macao parece haber sido invadida
por un ejército de tigres juguetones.

Tal como imaginé,
el tráfico era un caos

y quedé atrapado
en un embotellamiento.

Llegaría tarde a la cita

y no podía avisarle a Candy:

había dejado el teléfono
en el bolsillo del abrigo en el hotel.

Le dije al taxista que iría a pie.

Macao no es tan grande.

Le di 50 patacas al taxista
y no esperé el cambio.

Las calles parecían todas iguales.

CANDY, TU AMIGO NO VINO.
ME VOY A CASA. LLÁMAME.

ENVIANDO MENSAJE

Me perdí. Pedí indicaciones,
pero nadie me entendía.

Cuatro siglos
de ocupación portuguesa en Macao

y nadie habla portugués.

Cuando, por fin, encontré la calle,
el señor A-Kan ya se había ido.

Deberías haber vuelto al hotel

para intentar hablar con Candy.

Si se hubiesen encontrado esa noche,
todo podría haber sido distinto.

Si el tiempo
se hubiese detenido esa noche...

Volví al hotel.

Tenía varias llamadas perdidas
y un mensaje de Candy, afligida,

en el que me preguntaba
qué me había pasado.

Intenté llamarla,
pero su teléfono estaba apagado.

No podía hacer nada más.

Agotado, me dormí viendo un documental
sobre el Jardín de Camões.

Me desperté tarde
y volví a llamar a Candy,

pero su teléfono seguía apagado.

Tenía miedo
de que le hubiera pasado algo.

Como no sabía qué hacer,
decidí quedarme en el cuarto

por si me llamaba al hotel.

Hice zapping
por todos los canales chinos,

que eran los únicos disponibles.

No entendía una palabra
de esta ópera cantonesa.

Imaginé la historia
de un misterioso libro secreto,

codiciado por mujeres desesperadas
y bandidos peligrosos,

como los cuentos de piratas
del Mar de China, de mi infancia.

Le envié a un mensaje a Candy
para que me llamara con urgencia

y salí a almorzar.

El portugués llegó ayer.
¿La reunión sigue siendo en el templo?

La reunión es en el lugar pactado.
Pero debes tener cuidado.

No hay problema.
Lo están vigilando.

Madame Lobo dice que,
por ahora, no hay peligro.

El portugués
es un cordero entre lobos.

No sirve de nada matar a un cordero.

Entendido. Pasaré la información.

Bajé por la calle Palmeira
buscando un restaurante

al que mis padres me habían llevado.

No recordaba
haber visto tantos perros en Macao.

Peor suerte corrió Lucky,
mi primer perro,

que terminó siendo
el almuerzo de los chinos.

Por suerte,
esos restaurantes no existen más.

Los vendedores que me vendían dulces
en la entrada de mi antiguo colegio

fueron prohibidos.

CALLEJÓN DE LA ALEGRÍA

El Colegio Santa Rosa de Lima
se ve diferente.

Mi aula se transformó
en un depósito de porquerías,

y los niños ya no están.

Tuve un presentimiento extraño,
algo que no podía explicar.

Como si la sombra de la muerte
rondara por Macao.

Pasé por un restaurante portugués.

No viajé miles de kilómetros
para comer comida portuguesa típica.

Después de tomar una sopa de fideos,
volví a llamar a Candy,

pero su teléfono seguía apagado.

Decidí ir al casino Jai Alai,
el exfrontón vasco,

el lugar donde ella trabajaba ahora.

¿Salió todo bien?

Sí. Nada que no pudiera solucionar.

Nos reunimos en la Torre de Préstamos,
pero él no quiso devolverme la jaula.

Lo maté y listo.

Hiciste bien.
Quizás ahora se calmen.

¿Qué pasó
con el travesti y el portugués?

En lo que respecta al portugués,
Madame Lobo dice que esperemos.

No sabe nada.

Del travesti nos estamos encargando.

Todo va de acuerdo con el plan.
Comenzó el ritual de los elegidos.

Cuando la jaula esté lista,
te contactaremos.

Caminé junto al antiguo muro
de la Avenida Praia Grande

que antes separaba a Macao del mar.

Los viejos árboles
tallados por el viento

ya no son castigados
por las olas en días de tifón.

Permanecen solitarios,
apretujados entre los autos,

esperando que la gente
venga a caminar bajo su sombra.

Y a lo lejos, la Torre Macao,
que domina las tierras robadas al mar,

parecía observarme,
con toda su arrogancia imponente,

como confirmándome
que los tiempos cambiaron.

Nadie quería hablar de Candy.

Desconfiados,
todos parecían ignorarme.

Estaba por darme por vencido

cuando una de las empleadas
del hotel me dijo, con temor,

que hacía dos noches
que Candy no venía a trabajar.

Me sugirió que fuera al Club Militar,
donde ella solía cenar.

Antes de irme,
observé el escenario vacío.

Tenía que hacer tiempo
hasta la hora de la cena

así que decidí ir a la casa
donde viví en los años setenta.

El Cuartel de los Moros
ahora es una atracción turística

del centro histórico de Macao,

clasificado por la UNESCO
como Patrimonio Mundial en 2005.

¿Recuerdas esa historia
que me contaste?

¿Esta no era la cornisa que cruzabas
por sobre el patio de la prisión?

Después saltabas
sobre la terraza del arsenal

y escondías los juguetes
de tu grupo secreto

junto a la ventana
que daba al pasillo de las celdas.

-¿Cómo se llamaba tu grupo secreto?
-Dragón de Fuego.

¿Crees que los juguetes
seguirán allí?

Esa ventana ya no existe.

EL PUEBLO UNIDO
JAMÁS SERÁ VENCIDO

HONRA A LA PATRIA
PORQUE LA PATRIA TE CONTEMPLA

DEPARTAMENTO
DE ADMINISTRACIÓN FINANCIERA

JEFE DE LA SECCIÓN DE SUMINISTRO

Parecía que todos los perros de Macao
me seguían.

Recibí un mensaje:

"Averigua demasiado.
Sus preguntas son muy estridentes

y podrían despertar al dragón.
Tenga cuidado.

El dragón puede ser despiadado
cuando interrumpen su descanso.

Señor da Mata, vuelva a Portugal
antes de que sea demasiado tarde".

Estaba firmado:

"Un amigo".

Miré el atardecer
desde la República Popular de China

y percibí que, a pesar
de la construcción desenfrenada

y de las obras en proceso,
que casi se duplicaron,

Macao sigue igual,

un pequeño territorio donde la gente
siempre sabe todo de todo.

HONRA A LA PATRIA
PORQUE LA PATRIA TE CONTEMPLA

PUESTO FRONTERIZO

A pesar de la aparente normalidad,

sigue siendo una pequeña península
cercada y vigilada.

Sin embargo,
era aquí donde quería estar,

y ninguna amenaza anónima

me obligaría a partir.

Candy nunca apareció
en el Club Militar.

Estaba vacío,
lleno de fantasmas del pasado.

La volví a llamar,

pero su teléfono seguía apagado.

Le envié otro mensaje.

Sin saber qué hacer,
deambulé por las calles,

perdido entre los carteles luminosos
de los casinos.

Candy tampoco fue a trabajar
esa noche.

Fui a cenar.

No había nada más que pudiera hacer.

Si Candy no me contactaba esa noche,

por la mañana iría a la policía.

¿Es posible comer con tanta gente
y sentirse tan solo?

Porque así estaba yo.

-Candy, ¿estás bien?
-Sí... No sé.

-Te llamé, te mandé mensajes...
-Sí, lo sé.

Amor, perdóname.
Todo es más complicado de lo que creí.

Tenemos poco tiempo.
Pueden estar escuchándonos.

-¿Dónde estás?
-Cenando, en el Puerto Interior.

¡Qué bueno! Estás cerca.

Ven ya para mi casa.
Pero tiene que ser ya mismo.

Queda en Travessa da Saudade
número 22, primer piso, derecha.

No puedes confundirte.
Es un edificio moderno.

Voy ya para ahí.

Amor, corremos mucho peligro.
¡Ten cuidado!

Pensé que sabía
dónde quedaba la calle,

pero me perdí.

Pedí indicaciones,
pero nadie me quiso ayudar.

Por fin, encontré el edificio.

La luz del departamento de Candy
estaba encendida.

Toqué el timbre,
pero nadie me abrió.

Toqué varias veces.

Aproveché
que alguien abrió la puerta y entré.

Candy, ¿estás ahí?

Abre la puerta, soy yo.

¡Candy!

¿Hay alguien ahí?

¡Candy!

¡Abre!

-¿Hola?
-¿Señor João?

-Sí. ¿Quién habla?
-A-Kan, el amigo de Candy.

-¿Dónde está Candy?
-Hubo un gran problema.

Se llevaron a Candy.

Me escondí
y los escuché hablar.

A-Kan, ¿quiénes son estos hombres?

Están con Tai Tai Lobo,
Madame Lobo.

Quieren lastimar a Candy.
Ella sabe demasiado.

Vaya al pequeño puente del puerto.
Adiós.

-¡Rápido! ¡Sálvela!
-¿Hola? ¿Hola?

¡No! ¡Por favor, basta!

¡Socorro! ¡Ayuda!

¡No me lastimen!
¡Por favor, no! ¡No!

¿Podía ser el zapato de Candy?

Los perros continuaban mirándome.

El sonido del teléfono de Candy

retumbaba en la noche
extrañamente silenciosa.

¿Dónde podía estar?

¿Ese hombre podía haber visto algo?

Pero el hombre
que rezaba mirando al río me ignoró.

Con la linterna, divisé algo
que brillaba atrapado en las rocas.

Era la peluca de Candy.

¿Hola?

Señor da Mata, ya se lo dijimos.

Vuélvase a su país,
olvídese de Macao.

Pero acuérdese de Candy.
Usted puede ser el próximo.

El dragón habló.

No vale la pena,
él no tiene la jaula.

Vamos.

Candy estaba muerta.

Me pidió ayuda y le fallé.

-Señor da Mata, una carta para usted.
-OK. Gracias.

No sabía lo que pasaba
y debía ir a la policía.

Pero, sinceramente,
no me interesaba.

Al día siguiente,
me tomaría el avión a Lisboa.

"Querido, cuando leas esta carta,
es posible que ya esté muerta.

¡Tengo tanto que contarte!

Pero me temo
que no podré hacerlo.

Macao es muy pequeño,
y desde que llegaste,

nunca pudimos encontrarnos.

Temo que nunca más volvamos a vernos,
al menos, en esta vida.

Me gustaría escribir
sobre nuestros años locos en Lisboa

y todas las cosas maravillosas
que me han ocurrido

en este exilio asiático
al que me obligué.

Pero el tiempo se acaba
y tendré que ser breve

porque me están vigilando
y, seguramente, a ti también.

Querido, ya sabes lo que hago
para ganarme la vida.

Escucho muchas cosas que los hombres
quisieran olvidar haberme dicho.

Ya sabes como es...

Pero, esta vez,
la situación es grave. Muy grave.

Para muchas culturas ancestrales,

2012 es el año en el que esta era
terminará y comenzará otra mejor.

Algunos profetas budistas
dicen que será el año de la extinción

de la raza humana.

Siempre pensé que Macao

era una tierra
de mitos y supersticiones.

Ahora sé que, en esta Ciudad
del Santo Nombre de Dios,

no todos son mitos.

Todos estamos regidos
por un animal:

Yo soy el tigre,
creo que tú eres la serpiente.

No sé si conoces
la historia del Horóscopo Chino.

Buda invitó
a todos los animales de la creación

a la fiesta de Año Nuevo.

Los doce que aparecieron

juraron que cada uno andaría
por el mundo por un día y una noche

para proteger a la raza humana.

Así, gracias al trabajo constante
de los animales

Buda garantiza el orden del Universo.

Te cuento esto
porque el final está cerca.

Y yo soy tan estúpida
que te involucré en todo esto.

Sí, tu vida también está en peligro.

Pero no subestimes lo que te digo.

La profecía se cumplirá
tarde o temprano.

Hay varias sectas involucradas,
pero la secta del Zodíaco

o de los Hombres Caninos,
como también se la conoce,

parece haber sido elegida
por el propio Buda, según dicen.

Debes creer que me volví loca.

Me encantaría que esto fuera
otra de mis historias inventadas

después de muchos tragos
y otras cosas, como solíamos hacer.

Pero te escribo

porque creo que aún es posible
cambiar el curso de los hechos.

A-Kan acaba de llegar.

Releo lo que te escribí
y veo que me falta decirte casi todo.

Él se asegurará
de que recibas esta carta

si algo llega a pasarme.

Ve al Puerto Interior,
alquila un sampán a un pescador

y busca la antigua gruta
de los piratas, en la isla Coloane.

No sé bien qué encontrarás,

pero allí es donde sucede todo.

Busca el libro del Apocalipsis
y la jaula sagrada.

Debes creer en mí
y hacer exactamente lo que te digo.

Y por muy absurdo
que te parezca todo,

siempre que te cuestiones
lo que ves y tengas dudas,

confía en tu primer instinto.

Para bien o para mal,
solo así podrás sobrevivir.

¡Amor, sálvate!

Tu Candy".

En la entrada de la gruta,
vi unas medias flotando en el agua.

Como si Candy
me estuviese indicando el camino.

¿O serán las medias que Jane Russell
arrojó por la borda hace 60 años?

Candy tenía razón
sobre la secta del Zodíaco.

Saben el secreto de la metamorfosis

y, por algún motivo,
estaban transformándose en animales.

Asustado, intenté retroceder,

pero me perdí
en los túneles oscuros.

Caminé en círculos
hasta que encontré una salida

y me olvidé de todo el asunto
del libro y de la jaula.

Desemboqué en el medio de la isla

y ahí descubrí un Macao
que no imaginaba que existía.

SE ALQUILA HABITACIÓN

Nada parecía tener sentido.

Pero, en la vida,
muchas cosas no tienen sentido.

Volví a sentir
la presencia de la muerte.

Recordé las palabras de Candy

y me dejé guiar por mi instinto.

Ya no tenía nada que perder.

-Hola.
-Estuve esperando tu llamado.

Estoy preocupado.

¿Hay novedades?

Estaba por llamarte.
Todavía no supe nada

y eso no es una buena señal.

Será mejor que huyamos.

Dile a tu esposa
que cierre el negocio.

Pero ten cuidado.
Sé discreto.

Nos encontramos en el templo.

Si queremos sobrevivir,
lo único que queda es rezar.

Madame Lobo está nerviosa.
¿Enviaste la orden?

Sí, sucederá ahora.

Aquella noche,
la ciudad parecía haber enloquecido.

Rituales que parecían conmemoraciones.

¿O eran oradores desesperados
por evitar el destino tan temido?

¡Por favor, no me maten!

¡Tengan piedad!

¡Tengan piedad!

Recuerdo las palabras de Candy:

¡Amor, sálvate!

Y ahí comprendí por qué había vuelto
a Macao después de 30 años.

No fue difícil comprar un arma

y encontrar la felicidad.

Fabuloso personaje

No sé cómo lo logras

Pero tienes el poder de hacerme reír

Y de partirme el corazón

Me matas

Me dejas sin aliento

Me conquistaste
Con solo una sonrisa

Me matas

No hay dudas

Me vuelves loca

Tu mirada compasiva

Es toda una confesión

Amor, me tienes atrapada

Dime que no te burlas de mí

Estoy segura

Totalmente segura

De que mi amor sobrevivirá

Porque me matas

Y me mantienes tan viva

Tu mirada compasiva

Es toda una confesión

Amor, me tienes atrapada

Dime que no te burlas de mí

Estoy segura

Totalmente segura

De que mi amor sobrevivirá

Porque me estremeces

Porque me matas

Y me mantienes tan viva