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LA CASA DE LAS TRES NI�AS

Adaptaci�n libre de la obra de teatro de
A. M. Willner, Heinz Reichert y Heinrich Bert�

y de la novela "Schwammerl" (La seta)
de Rudolf Hans Bartsch

M�sica de
FRANZ SCHUBERT

con

Con las cantantes de c�mara
WILMA LIPP y HILDE KONETZNI

los cantantes de c�mara
OSKAR CZERWENKA y HUGO MAYER-WELFLING

los PEQUE�OS CANTORES DE VIENA

y la SINF�NICA DE VIENA
dirigida por el PROF. HEINRICH HOLLREISER

El CONCIERTO DE PIANO EN MI BEMOL MAYOR
de BEETHOVEN

interpretado por
ALEXANDER JENNER

Direcci�n musical
ANTON PROFES

Direcci�n de producci�n
KARL EHRLICH

Gui�n y Direcci�n
ERNST MARISCHKA

�Buenas noches, sr. Bar�n!
- Buenas noches, Josef. �No hay nadie a�n?

Hasta ahora no, sr. von Schober.
Pero aqu� llega el sr. von Schwind.

- �Ah, Schober!
- Servus.

Servus. �Somos los primeros hoy?

S�lo por dos largos de nariz. Kupelwieser
y Mayrhofer tambi�n est�n ya.

- Saludos.
- Servus.

- Servus, se�ores.
- Su humilde servidor.

Buenas noches, sr. Josef.

Tr�igame una jarra de cerveza
o me muero de sed.

Enseguida, sr. von Mayrhofer.

Schubert estar� seguramente en
el concierto de Beethoven.

- Me parece que no le ha gustado.
- Entonces no entiende de m�sica.

Lo que quer�a preguntar antes de que
venga Schubert: �te ha contestado

...el editor Diabelli?

- S�, le encantaron los lieder.
- �Fant�stico!

Incluso va a hacer que
Vogl, el cantante de

la �pera de la Corte,
los cante en p�blico.

S�, pero que Schubert no se
entere de lo que le ocultamos.

- Tampoco de que conozco a Diabelli.
- Si no, creer� que Diabelli

...compra los lieder por ti.

- Claro.
- �Psst, Franzl!

- Servus, Franzl.
- Gr�� dich, Franzl.

Hola.

�Qu�, c�mo estuvo?

Deprimente. Al menos, para m�.

Bueno, �y qu� m�s hay de nuevo?

�De nuevo? En realidad, nada.
�Ah, s�, s�!

El... el editor Diabelli me ha
escrito, quiere que vaya a verle.

- Ha o�do algunos lieder m�os.
- �Anda ya!

- �Fant�stico!
- �Hay que celebrarlo!

�Josef!

No, no celebremos antes de hora.
Qui�n sabe c�mo ser� ese tipo...

...cuando lleguemos a cifras.

Por lo que yo s�, es una
persona muy simp�tica.

�Ah, s�?

- �Sr. Bar�n?
- Un litro de Nussberger.

- Con mucho gusto.
- Bueno, esperemos lo mejor.

�Oh, sr. Diabelli, gr�� Gott!
Qu� amable de hacernos este honor.

- Busco al banquero Liebenberg.
- S�, est� all� enfrente.

- Ah s�, ya lo veo. Gracias.
- �Buenas noches, querido amigo!

Buenas noches.
Beso su mano, se�ora.

- Gr�� Gott, Bar�n.
- Buenas noches.

�Qui�n es?

No s�. Seguramente lo habr�
visto en alguna parte.

�Estuvo Ud. en el
concierto de Beethoven?

- �Ya lo creo!
- �Y qu� tal?

�Espantoso!
Todav�a me duelen los o�dos.

�Que haya que escuchar
algo as�, �no hay derecho!

�Encima se agotaron las localidades!
�Qu� tienen? Ah, s�, asado.

- �Con guarnici�n y vino?
- Sin guarnici�n y con cerveza. �Fuera!

Sobre todo, que ese concierto
no tiene una...

buena concepci�n ni est�
bien estructurado.

El conjunto es
simplemente incomprensible.

Disonancia tras disonancia.

Un... caos, que te deja ciego y sordo.

�Les juro que a m� me pas�!

�Disculpe, se�or, no nos conocemos,
pero tengo que rogarle...

que no hable de cosas
de las que no entiende!

- Disculpe, �habla conmigo?
- S�, me he tomado la libertad.

- Yo tambi�n estuve en el concierto.
- �Aj�! �Seguro que Ud. aplaudi�!

No, no aplaud�. Ese Beethoven
est� a una altura,

d�nde s�lo podemos observarle
en silencio... y arrodillarnos.

- �No le parece un poco exagerado, joven?
- �No, no es exagerado!

Este se�or sabr� de m�sica
algo m�s que Ud.

Es uno de nuestros editores
de m�sica m�s importantes.

- �Pues que edite m�sica y no critique!
- �Tranquil�zate, Franz!

No puedo tranquilizarme.
Ser� mejor que me vaya.

- No has comido nada.
- Gracias, se me ha ido el apetito. Adi�s.

Y tenga en cuenta una cosa: hay que
tener respeto. Respeto al trabajo,

...sobre todo, respeto ante un genio.
A�n cuando uno no lo entienda.

Me gusta este joven.

Hace treinta a�os, yo hablaba como �l.

- �Salud!
- �Por Franzl!

- Buenos d�as.
- Buenos d�as.

�En qu� puedo servirle?

Quisiera hablar con el sr. Diabelli.
He recibido una carta suya.

Tendr� que esperar, el
sr. Diabelli tiene visita.

�Qui�n va a promocionar a nuestros
compositores, si no hombres como Ud.?

- Querido sr. Diabelli, quiero paz.
- �No voy a dejarlo en paz!

- �Ese Schubert es un genio!
- �Acabe de una vez con eso!

- Esa palabra ya no puedo ni escucharla.
- �Yo tampoco, pero es �l!

Mire Ud., aqu� tiene
un piano y una silla.

- Si�ntese Ud. aqu� as�...
- De verdad que no tengo tiempo.

- Pues tiene que tom�rselo.
- Pero es que no puedo...

�Silencio! �Cante!
Perdone. Cante, por favor.

Ahora lo dejo a Ud. solo
y cuando est� listo, llame.

No puede ser.
Tengo ensayo en el teatro.

- Pues ese ensayo empezar� algo m�s tarde.
- �Es completamente imposible!

�Hala! �Ya lo tengo!

- �Qu� haces ah�?
- �As�mbrate!

Sr. Diabelli, �por favor,
d�jese de bromas!

�ste es de los que hay que obligar
a encontrar su fortuna.

�Bueno, esto es una intromisi�n
en mi libertad personal!

Me gustar�a saber qu� hace ah�
dentro. No se oye ni se ve nada.

- �C�mo ha llegado Ud. aqu�?
- �Es Ud. el sr. Diabelli?

�Qui�n si no quiere que sea?
�Qu� quiere Ud.?

- Ud. me ha citado aqu�.
- �Yo? �A Ud.?

S�. Pero me parece que ser� mejor
que me despida. Buenos d�as.

�A d�nde va? �No va a decirme
antes qui�n es Ud.?

- Me llamo Franz Schubert.
- �Schubert? �Ca�do del cielo!

Tome Ud. asiento. �Schubert!

Me alegro mucho. �Sus
lieder son maravillosos!

�S�? Sr. Diabelli, tengo
que pedirle disculpas.

�Por qu�?

- Anoche estaba muy excitado.
- �Tambi�n yo, exactamente igual!

Por cierto, por Beethoven no necesita
romper Ud. una lanza conmigo.

Venero a Beethoven y me
gusta tanto como a Ud.

Al fin y al cabo, soy su editor �no?

�A pesar de todo, el concierto
de ayer fue un caos!

- Sr...
- No hablemos m�s de eso. A lo suyo.

�Sabe Ud. a qui�n acabo de
encerrar por culpa suya?

Al cantante de la �pera
de la Corte, a Vogl.

�Por qu�?

Porque no quer�a cantar sus
lieder de ninguna manera.

- �Y por eso tuvo que encerrarlo?
- No tuve otra opci�n.

�Tengo una idea! Entre Ud y ru�guele...

- que cante alguno de sus lieder.
- No, sr. Diabelli.

Si no canta a gusto, ser�
preferible que no cante.

Pero los lieder no son importantes,
sr. Diabelli, aqu� tengo una sinfon�a.

�Fant�stico! Traiga, pero ahora no
me hace falta. Necesito sus lieder.

Cuando el cantante de �pera de la Corte
Vogl cante uno de sus lieder en p�blico,

ser� Ud. famoso y podr�...

�Oye Ud.? Esto es buena se�al.

Ha parado. Mala se�al.
Adem�s, lo toca demasiado r�pido.

Pues entre Ud. y t�queselo
como debe ser.

Cuando est� decidido a tocar
mis lieder a gusto. Antes no.

- De todas formas, se lo voy a presentar.
- No, no, por favor no.

Sr. Diabelli. Antes tampoco
quer�a conocerlo.

�S�, por qu�?

- �Podr� volver otro d�a? Adi�s.
- Adi�s.

- Adi�s.
- Adi�s.

Ah, ahora ha mejorado el tempo,
pero sigue siendo demasiado r�pido.

Un tipo raro.

Me va a dar m�s trabajo
que el que est� dentro.

De cualquier manera, el nombre
de Schubert habr� que anot�rselo.

�Eso crees?

Seguro.

# Si tanto te molesta mi llamada,

# �te turba mi mirada...

#... tanto?

# Tendr� entonces

# que volverme a ir,

# tendr� entonces

# que volverme a ir,

# que volverme a ir...

- �Qu�, me exced� cont�ndole?
- Ese joven parece muy capaz.

Franzl, sal, que me tapas el sol.

Servus, Schwind. �Qu� haces ah�?

Ya lo ves, trabajar..

�Ah, pintas la casa de
Beethoven? Muy bonito.

�Eh?

Eres un gran artista. Estoy
orgulloso de ser tu amigo.

D�jalo ya.
Bueno, y t�, �qu� haces aqu�?

�A qui�n esperas?
�C�mo se llama ella?

- Espero a Beethoven.
- Ah, vaya.

A esta hora suele salir a pasear.

Tengo que hablar hoy con �l.

Tengo que decirle lo maravilloso
que fue el concierto de anoche,

y lo maravillosamente que toc�.

�Oye, aqu� viene!

- �Por qu� estar� siempre tan serio?
- Porque en su interior no encuentra la paz.

Porque seguro que su cerebro
no para de rumorear.

Creo que est� casi sordo.

S�, lo s�. �Y cuando ya no
pueda escuchar su m�sica?

H�blale.

No, no puedo abstraerlo
de sus pensamientos.

- �Anda, vamos! �P�llame!
- �Enseguida!

�Bueno, qu� pasa? �Fuera de aqu�!
�No hay tranquilidad en esta casa!

�Sra. Prametzberger!

- �Sra. Prametzberger!
- S�, s�, �qu� pasa?

�Hay que aguantar todo esto?
�Me quejar� al casero!

�De la ma�ana a la noche
aporreando el piano!

�A m� qu� me grita?

�Lo aporreo yo?

Ud. es la portera. �Tiene
que acabar con esto!

�A m� me gusta! �Si no le gusta la
m�sica, p�ngase algod�n en los o�dos!

- �Qu� insolencia! �Arp�a!
- �Bah!

�Una palabra m�s y lo
peino con mi escoba!

�Vaya con el enano asqueroso!

Buenos d�as, sra. Prametzberger.

- Buenos d�as.
- Buenos d�as, sr. Bar�n.

- Servus, ni�os. �Puedo jugar?
- �S�!

�Me permite ponerle
la primavera a sus pies?

�Gracias!

- Otro ramo de mi parte.
- Ya lo s�. Las flores son un soborno,

Para que proteja al sr. Schubert
de los vecinos.

�Acert�!

Ahora acaba de quejarse uno.
Pero le he lavado bien la cara.

Voy a poner las flores en agua.

�Qu� es lo que toca?

- No lo conozco.
- Seguro que ser� una nueva sinfon�a.

En lugar de ocuparse de mis
textos. Pero s� que es bonito.

- Le toca a Ud.
- Ah, s�. Disculpen, se�ores.

- Ah, �ya est�is aqu�?
- Calla.

�Algo nuevo!

Lo que yo me imaginaba.

Me lo encontr� cuando
esperaba a Beethoven.

�Aj�!

- Servus, se�ores. Venga, vamos a comer.
- �Deber�amos molestarle?

Por eso. Vamos a sentarnos un poco y
esperemos a que haya acabado de trabajar.

Pero hijos, podr�amos estar
esperando hasta ma�ana.

Ahora ha parado. Venga,
vamos, prepara tu gulasch.

Vamos a cocinar.

- �Qui�n tiene paprika?
- �Yo tengo!

- �Y cebollas?
- �Yo tengo!

��ste lo tiene todo? �T� qu� tienes?

Sal, pimienta y los dem�s condimentos.
�Para llenar un sombrero!

Os traigo una sorpresa: Apfelstrudel.

�Bravo!

Se har� poco.

Quedar� bonito en el paquete.

- Sres. muchachos, ma�ana tocamos otra vez.
- �S�!

- �Servus!
- �Silencio!

- Maravilloso.
- Magn�fico, Franzl.

Fant�stico, Franzl.

- No os hab�a o�do entrar.
- Llevamos rato aqu�.

- Magn�fico, lo que tocabas.
- Es lo m�s bonito que has escrito.

Quiz�s sea para m� el camino
hacia una gran sinfon�a.

�C�mo que un camino?

�Esa sinfon�a te va a poner
a la altura de Beethoven!

S�, tambi�n lo creo.

�Por qu� siempre est�is convenciendo
a Franzl para que escriba sinfon�as?

- �Ya es �nico por sus lieder!
- Eso. Adem�s, vive de ellos.

�Escribidle una �pera y
no s�lo textos de lieder!

�Parad ya con la �pera!

Tengo hambre. Abramos los
paquetes, quiero comer algo.

�Qu� hab�is tra�do?

Schober nos prometi� que
har�a un gulasch de ternera.

�Tenemos cebollas!

- �Al trabajo!
- Necesito algo para el fuego.

Bueno, toma mis partituras.

�Anda, para ya!

Sube conmigo al desv�n.
Encontraremos algo.

�Por favor! La �ltima vez le quemasteis
la tabla de amasar a la vecina.

Estuvo tres d�as busc�ndola.

�Qu� pintaba la tabla en el desv�n?

- ��sto es una chapuza!
- Claro. Tiene raz�n. Anda, v�monos.

Lo del gulasch se ha ido al
traste. El cazo tiene un agujero.

T�palo con el dedo.

Coge otro, entonces.

- Ser� peque�o.
- Coge tres o cuatro.

- �Crees que nos ha visto alguien?
- Nadie. �Mira esto!

Hay cantidad de cosas para
hacer fuego. F�jate en esto.

- Ah, aqu� hay un marco, esto nos sirve.
- �Hombre, me da pena!

Si alg�n d�a me pintas, podr�a
servirme. �Qu� tal me queda?

Fatal, adem�s, no pienso
pintarte. �ste va al fuego.

No, no lo quemaremos. Ya me
pintar� Kupelwieser. �Su�ltalo ya!

Si no vuelven pronto con madera,
nos quedaremos sin fuego.

Ah, ya encontrar�n algo.

Mira, ya tengo algo. �sto me lo llevo.

Lo ves... mira las gallinas. Es cruel,

- �Tenerlas encerradas!
- S�. �Te gustan al horno o fritas?

�No las mates, no las mates!
Venid, venid, lleg� la libertad.

Se tan amable y abre.
Necesitamos vuestra casita.

La quemaremos enseguida.
Afuera, una detr�s de otra.

�Venga, salid de una vez!
Qu� te parece, no quieren.

- �De d�nde hab�is sacado eso?
- No preguntes tanto.

�Anda, de prisa, que nos
va a ver la portera!

- Bien, encendido. Ten�is que poner m�s.
- �Vamos a trocearlo!

�R�pido, venga, r�pido,
cortad las cebollas!

�As�! �Toma ya!

�Toma!

�Qu� pasa? No os pong�is nerviosos.
�Dadle otro golpe!

- �No hag�is tanto ruido!
- Tocad el piano, se oir� menos.

�As�! �As�!

- �Sra. Prametzberger!
- �Qu� quiere ahora?

- �No oye a los de aqu� al lado?
- Ya se lo he dicho:

- �P�ngase algod�n en los o�dos!
- �Qu� frescura!

Ya puedes tocar otra cosa.
La silla ya est� en el fuego.

- Mayrhofer, dijiste que traer�as paprika.
- S�, s�, la tengo aqu�...

- �Te olvidase al final?
- No, no, ya la tengo.

- Anda, �chale un poco.
- S�.

- As�.
- �Eso es demasiado!

- �Qu� traes ah�?
- Traigo la comida del sr. Schubert.

- Pasa, c�metela t�. La cerveza tambi�n.
- �Yo?

S�. Trae cinco jarras de cerveza y dos
litros de Gumpoldskirchner, a mi cuenta.

- S�, sr. Kupelwieser, con mucho gusto.
- Pero r�pido, �s�? �Corre, corre, corre!

�Qu�, no es igual de hermosa
que una sinfon�a o una �pera?

- Mi canci�n favorita.
- Venga, a poner la mesa.

# Junto a la fuente frente a las puertas

# est� plantado un tilo...

# he so�ado a su sombra...

# tantos dulces sue�os

# tantos dulces sue�os

# He grabado en su corteza...

# tantas palabras de amor...

�Cantamos tambi�n? - �S�, cantemos!
# En penas y alegr�as...

# me arrastran siempre hacia �l.

# Soplaban los vientos fr�os...

# me daban en el rostro..

# Se me vol� el sombrero,

# no me di la vuelta.

# Ya llevo muchas horas...

# lejos de aquel lugar...

# y a�n lo oigo susurrar:

# "All� encontrar�as la paz"

# Ya llevo muchas horas...

# lejos de aquel lugar...

# y a�n lo oigo susurrar:

# "All� encontrar�as...

#... la paz"

# "All� encontrar�as...

#... la paz"

�A qu� diablos huele?

- �Nuestro gulasch!
- �Mi gulasch!

�Ah, el gulasch!

- �El gulasch!
- �El gulasch!

�Le has puesto poca agua!

- �Agua, agua!
- �El rico gulasch!

- �Puaj, c�mo apesta!
- �Oh, puaj! �C�mo apesta!

- �Dejad pasar!
- �Puaj! �V�monos abajo!

�Llegan los bomberos, se�ores!
�Un momento!

�Venga! �V�monos abajo!
Esto se ha quemado.

�Mi rico gulasch!

- �Qu� hacemos ahora?
- S�, �qu� hacemos? Vamos a la fonda.

- �Vamos a tomar un Heuriger!
- �Oh, qu� buena idea, oye!

- �Chicos, c�mo apesta!
- Abramos la ventana.

�No, cerrad la ventana!
Si no, me echan de aqu�. �R�pido!

Vest�os. Me caigo de hambre.

- S�, vamos.
- �Vaya peste!

- �Sra. Prametzberger!
- �Ya est� �ste otra vez aqu�!

�A qu� apesta?

�No tiene Ud. nariz?
�Un gulasch que apesta!

�Vaya, buen provecho!
Menuda casa es �sta...

Ah, no llor�is por el gulasch.
Me apetece un vino.

A m� tambi�n. �A d�nde vamos?

�A Grinzing!

- No, vamos mejor a Nussberg.
- �S�, a Nussberg!

�Es una idea fant�stica!
Seguid mis �rdenes.

�Uno, dos!

�Mirad qui�n viene ah�!

- Franzl.
- S�, y Reserl.

�Gr�� Gott!

- Beso sus manos, se�oras.
- �De d�nde ven�s?

De un ensayo de baile.

- �A d�nde vais?
- Al Heuriger. �Vamos!

- �No quer�is venir?
- �Por qu� no? �D�mosles el gusto!

- No ten�a nada previsto.
- �Entonces, vamos!

- �Me permite, se�orita?
- �Con mucho gusto!

�Mirad esto! �Este entorno!
�Estos vi�edos floridos!

�Servus, se�ores!

- �Qu�, nos sentamos?
- �Aqu�, tal vez?

�No, aqu�! Hay mejor vista.

- S�, aqu� est� bien.
- S�.

Gr�� Gott, se�ores, �qu� les sirvo?

- A m� tr�igame pluma y tinta.
- �Pluma y tinta?

- No, ya s� d�nde est�n. Ya lo traigo yo.
- �Se te ha ocurrido algo?

- S�, sobre le texto que me diste ayer.
- �Escribir! �Tienes papel pautado?

- S�.
- Est� bien.

�Qu� m�s quieren los se�ores,
aparte de pluma y tinta?

- Traiga un buen vino. �Qu� comeremos?
- �Pollo asado! �Pollo asado!

Pollo asado y frito, de los dos.

�Por qu� no habr� escrito nunca Schubert
una aut�ntica canci�n de amor?

S�, porque para escribir una canci�n de
amor hay que estar enamorado de verdad.

- �Oye, t�!
- Perd�n, es la pasi�n.

Es otra prueba de que las mujeres
somos una parte buena del mundo.

Si no existi�ramos, no
habr�a canciones de amor.

Est� claro.

Tendr�amos que hacer algo para
que Franzl se enamorara.

- �Oh, qu� buena idea!
- �Y qu� vais a hacer?

- Yo s� de una que le ir�a a Franzl.
- �S�, qui�n?

Hannerl, la de la casa
de las tres ni�as.

- �Por qu� precisamente Hannerl?
- �Acaso no te gusta?

�Claro que s�! Hannerl es la chica
m�s encantadora que conozco.

- �Me parece que est� enamorado de ella!
- S�, parece que s�.

Aunque fuera as�, no me preocupar�a
por �l. Encontrar� cien m�s.

Y Hannerl ser�a una chica con
la que Franzl podr�a ser feliz.

- Y eso es lo que t� quieres, �no?
- Por supuesto que quiero.

Pues chicos, organicemos para el
pr�ximo domingo una salida al campo...

- ... e invitemos a las tres hermanas.
- �Podemos ir nosotras tambi�n?

Por supuesto que s�. Aqu� llega
Franzl. �M�sica de nuevo!

- Dime si te gusta...
- �Seguro que me gusta!

Pero me lo guardo para
luego. �Llegan los pollos!

�Los pollos!

�Qui�n lo quiere frito? �Qui�n asado?

- �Frito!
- �Asado!

- �La haremos, Mayrhofer, la haremos!
- �Qu� haremos? �Qu� haremos?

Una excursi�n todos juntos.

�Una excursi�n todos juntos?
Tendr�is que traer alguna amiga,

...para que no seamos cinco
chicos y dos chicas.

Llevaremos cinco chicas.

�A quienes?

Franzl, Reserl, Hederl,
Heiderl y Hannerl.

- �Quienes son Hederl, Heiderl y Hannerl?
- Ya lo ver�s.

- A prop�sito de chicas: p�same un muslo.
- �No me quites mi muslo!

Qu�date con tu muslo,
pero dame tu pechuga.

�Sr. Mayrhofer!

�Cu�ndo es la excursi�n?

- El pr�ximo domingo.
- �Qu� bien!

# Escucha, escucha a la
alondra en el �ter azul...

# Apolo despierta de nuevo...

- �Los chicos ya han llegado!
- �C�mo, que ya est�n aqu�?

- Van a dar una serenata.
- �Tengo que o�rla!

- �S�!
- �Putzi!

- �D�nde cantan?
- En el portal.

#... cierra los ojitos dorados...

#... con todos los encantos que tienen...

�Ya bajamos!

#... dulce muchacha, despierta...

#... con todos los encantos que tienen...

- �Qui�n es el de las gafas?
- Es Schubert.

- ��se es Schubert?
- S�.

#... despierta, despierta...

#... dulce muchacha, despierta.

#... despierta, despierta...

#... dulce muchacha, despierta.

- �Buenos d�as!
- �Jes�s, Mar�a y Jos�!

Perdonen, se�oras, por
haber entrado sin anunciarme,

pero desgraciadamente, no
hab�a nadie que me anunciara.

- �Qu� pasa? �Te has vuelto loca?
- �El Bar�n Schober!

Quer�a hablar con la se�orita.

- La se�orita est� en el sal�n.
- Oh, gracias.

�No sab�a que hab�a aparecido
de repente detr�s de m�!

�R�pido, v�stete!

�Estas chicas!

- Entre Ud., querido Bar�n Schober.
- Me tomo la libertad.

�Oh, muchas gracias!

- �D�nde est� el sr. Bar�n?
- En el sal�n.

�Vaya, de repente aparece
en medio de la habitaci�n!

Tengo que disculparme,
se�ora, pero llam� y toqu�,

pero nadie me abr�a. Despu�s
me confund� de puerta...

Por favor, son cosas que pasan.

Con esto es que no pod�a ni so�ar,
que ir�a a conocer hoy a Schubert.

- Creo que te alegras m�s por Schober.
- �Anda ya!

- No te hagas la santita. Ya lo sabemos.
- �Eso es una calumnia!

Bueno, cuando canta... Es
decir, que me gusta o�rlo cantar,

...tiene una bonita voz, �no?

- S�, claro.
- Pues eso.

Para que me cre�is, hoy no
volver� a mirarlo en todo el d�a.

Bueno, tengo curiosidad.
�Qui�n me ayuda?

Ven aqu�.
- �D�nde hab�is conocido a Schubert?

Schwind nos lo presento
una vez. S�lo un momento.

- Me lo imaginaba diferente.
- O sea, que Schober te gusta m�s.

- �Parad ya con Schober!
- No habl�is tanto, a�n no estoy lista.

Tengo los botones sin abrochar.

- Ven, te los abrocho.
- S�, gracias.

- �Pero no os march�is!
- Que se quede Heiderl.

- Yo no puedo.
- �Os par�is o qu�?

- �Ni�as, qu� hac�is?
- Nos estamos abrochando.

- Daos prisa, llevan rato esperando.
- Ya casi estamos.

- �Dios m�o, qu� habitaci�n, qu� desorden!
- Es que si se visten tres...

En realidad no est� bien que os vay�is
de excursi�n con unos extra�os.

Si tengo a mi novio en Linz, no
voy a quedarme siempre en casa.

Yo le dije a mi novio si
quer�a venir y me contest�...

- ... que se aburre con artistas.
- Esas tonter�as s�lo las dice tu novio.

Le resultan aburridos. �D�jame el espejo,
que tengo que ponerme el sombrero!

El d�a que yo me case...
�ser� con un artista!

Para eso a�n tienes
tiempo, �vale? �Torpe!

- Aqu� est� tu cadena.
- Por favor, Mam�, p�nmela.

- Dame la sombrilla. El bolso.
- �Necesitas tambi�n una criada?

�D�nde est� Putzi?

- �Vas a llevarte el perro?
- S�, claro.

- Venga, d�jalo en casa.
- �Tambi�n necesita aire fresco!

- Anda, trae a Putzi.
- �Putzi!

- Beso tu mano, mam�.
- Adi�s.

Y dile adi�s a pap�.

- �Adi�s, mam�!
- �Adi�s!

- �Adi�s, mam�!
- Hannerl, tu eres la m�s juiciosa.

- �chales un ojo a las otras, �s�?
- S�, puedes confiar en m�.

Ya sabes los ojos que les ponen
a los hombres Heiderl y Hederl.

- S�, s�, yo tambi�n.
- �Qu�?

Digo que yo tambi�n lo s�,

los ojos que ponen Hederl
y Heiderl. Yo las vigilar�.

- Eso espero.
- Adi�s, mam�. �Mi bolso!

- Aqu� lo tienes.
- Gracias.

- �Mi sombrilla!
- �La sombrilla? �D�nde la...? �Toma!

- �Tienes guantes?
- No.

Dios m�o, �d�nde habr�n
unos? Se olvida de todo...

- �Gracias! �Adi�s mam�!
- Adi�s.

- �No te caigas del coche!
- �No!

# El tr�bol del Wienerwald...
no hay otro igual.

# Lo conocen los j�venes,
los viejos, todos lo aprecian.

# Si ante tu puerta...

- �No hag�is tanto esc�ndalo!
- �La gente se est� asomando a mirar!

# El tr�bol del Wienerwald...
no hay otro igual.

# Lo conocen los j�venes,
los viejos, todos lo aprecian.

# Si ante tu puerta
pavonea alg�n tunante,

# es por una muchacha
de la casa de las tres ni�as.

�Chicas, subamos ya!

- �Cabremos todos?
- �Claro que s�!

Bueno, vienen dos se�oras m�s.

- �Quienes?
- Franzl y Resi.

- Las del teatro de la Puerta de Carintia.
- �D�nde vamos a ponerlas?

Ah, que se monten en el caballo.

Por cierto, �puedo presentar? La
menor de la casa de las tres ni�as.

y el mayor de este quinteto:
Franz Schubert, la srta. Hannerl Tsch�ll.

- Encantada, sr. Schubert.
- �Arriba! �Arriba!

- �Me permiten, s�?
- Ven, Franzl.

�Adi�s, pap�! �Adi�s, mami!

- �Ech�mosles una mano a los caballos!
- �S�!

�Hale hop! �Hale hop!

- �Fuerza! �Fuerza!
- �Mi sombrero! �Mi sombrero!

- No os sub�is, vamos un rato a pie.
- �Bien!

- �En paz?
- S�.

Bien.

- �D�nde est� el perro?
- �S�, d�nde est� el perro?

- �Putzi!
- �S�?

- T� no, busco al perro.
- �Ah vaya, al perro!

- �D�nde est� el animalito?
- �Putzi?

- �Putzi!
- �Seguro que salt� antes, con vosotros!

- �Te dije que no lo trajeras!
- Ya lo encontraremos.

- �Estar� por ah�?
- Vamos a mirar.

S�, vamos a bajar.

�Aqu� est�! �Quieto! �Quieto!

- �Ya lo tenemos!
- �Ag�rralo, Franz!

- �Vamos!
- �Ad�nde vamos?

- �Seguidme!
- �Est� bien!

�Oye! Creo que lo de
Franzl est� cuajando.

- �Sabe que me s� todos sus lieder?
- Todos no me los s� ni yo.

Bueno, digamos que todos
no, pero much�simos.

- La mayor�a los toco al piano de memoria.
- Ah vaya, �tambi�n toca el piano?

Estoy aprendiendo. �Es cierto
que da Ud. clases de piano?

Bueno, componiendo tan
solo no da para vivir y...

- ...si los editores se ponen r�canos...
- Ah, �sucede a menudo?

Casi siempre. Sabe, lo que quer�a
preguntarle, srta. Tsch�ll...

�Pero no me llame Ud. srta. Tsch�ll!

- �C�mo quiere entonces que la llame?
- Pues Hannerl.

�Hannerl? Hannerl...

- �Qu� iba Ud. a decir?
- Lo olvid�. Ya se me ocurrir�.

- �Christian! �Oye,Christian!
- �S�, qu� pasa?

�Algo terrible! Ha venido
el novio de Heiderl.

- �Y qu�? �Qu� quieres que haga con �l?
- Quiero que me des un consejo.

No puedo contarle que Heiderl
est� de excursi�n con unos

- ...extra�os. Christian, habla con �l.
- �Yo?

�De qu� quieres que le hable? Yo no
estaba de acuerdo con esa excursi�n.

- Dijiste que no hab�a nada malo.
- Y no tiene nada de malo.

�Entonces, por qu� te excitas?

Sra., el novio de la
srta. Hederl tambi�n est� aqu�.

- Jes�s, encima �ste.
- �A d�nde lo ha llevado?

- Al sal�n.
- Bueno, al menos tendr� compa��a.

�Ya est� otra vez roncando!

�Christian! �Demonios!

- �Lev�ntate!
- �S�?

- �Qu� piensas decirles?
- �A qui�n?

- A Andreas y a Ferdinand.
- �Qu�, est�n aqu�?

- Te acabo de decir...
- �Ah, s�, s�! Ya se me ocurrir� algo.

- No te excites por esos dos muchachos.
- �Muchachos...!

Son los futuros maridos de
nuestras hijas. S�, �acaso crees...

... que los hombres casaderos
van por la calle por docenas?

Pero dos como esos seguro que
los encontrar�an mis hijas.

�Por culpa de esos dos ni�os de mierda
no puedo descansar un domingo!

�Vaya, mira, que agradable sorpresa!

- �Beso su mano!
- �Beso su mano!

�Chicos! �Qu� tal est�is?

- Anda, sentaos.
- Gr�� Gott. Por favor...

- �No est� Hederl en casa?
- �Y Heiderl?

S�... �d�nde est�n las ni�as?
�Lo sabes t�, tesoro?

- �Yo? �De qu� voy a saberlo?
- T� eres la madre.

- T� deber�as saberlo.
- �S�? Un momento, �qu� preguntaron?

- Me parece que est�n de excursi�n.
- �De excursi�n?

�Una excursi�n! �Exacto!
Ahora lo recuerdo.

S�, Hederl te dijo que ten�as que
ir t� tambi�n, seg�n me cont�.

Pero que le dijiste que los artistas
te resultaban demasiado aburridos.

�Qu�? �Que Heiderl se ha ido
de excursi�n con unos artistas?

- S�, no tiene nada de malo.
- No va a estar siempre en casa,

esper�ndote, a que vengas de Linz hasta
Viena. Tendr�as que estar contento,

de que haya encontrado unos
artistas que la saquen al aire libre.

# �Bajo las lilas, qu� bien se est�!

# Por los claros espacios
de mayo soplan dulces aromas

# Coraz�n, coraz�n m�o, �qu� deseas?
Dilo en esta hora.

# Cu�ntales aqu� tus
deseos a tus amigos.

# Quiero vino del Rhin,
�Que sea tan viejo como el mundo!

# Yo prefiero un par de
alas, para viajar todo el a�o.

# Yo quisiera ser Rubens,
que me preste todos sus colores.

# Seguiremos siendo amigos, como hasta
ahora y pregunto, �qu� m�s necesitamos?

# Os hab�is olvidado lo mejor,
�qu� beber, qu� viajar, qu� comer?

- Oye, �por qu� pones tanta sal?
- �Porque estoy enamorado!

# Que me anuncie la primavera,

# �d�nde la encontrar�?

# �Cu�ndo se inclinar� hacia m� una,

# la m�s delicada?

# Y lleva junto a su corpi�o...

Hannerl.

# ...las lilas en flor.

# Siempre lo repito...

# �mi primavera eres t�!

# Que me anuncie la primavera,

# �d�nde la encontrar�?

# �Cu�ndo se inclinar� una,

# la m�s delicada, hacia m�?

# Y lleva junto a su corpi�o...

# ...las lilas en flor.

# Siempre lo repito...

# �mi primavera eres t�!

- �Buenos d�as, papa�to!
- Ah, �mira!

�Tan elevada visita de buena ma�ana!
Seguro que significa algo.

�Por qu�? Te visito a menudo.

Pero tienes raz�n.
Vengo a pedirte un gran favor.

- �Me dir�s que s�?
- Antes tengo que o�rlo.

- �Dime que s�!
- Antes tengo que o�rlo.

Quiero tomar clases de
piano con el sr. Schubert.

- �Ves? Me parece una idea sensata.
- �Est�s de acuerdo?

Claro que s�. Yo he aprendido lo
de pulidor de vidrio con un artista,

- y no con un artesano.
- No s�lo eres el mejor,

si no tambi�n el papa�to m�s sensato
de Viena. �Estoy orgullosa de ti!

�Qu� puedo pagarle al
sr. Schubert por hora?

- Es decir, si quiere darme clases.
- �Por qu� no iba a querer?

- Depende de los editores.
- �De los editores?

No lo entiendo, pero digamos...

...tres copas de co�ac
y seis vasos de agua.

- Papa�to, siempre cuentas en copas.
- Porque es la mejor moneda.

En todo el mundo hubo inflaci�n,
s�lo mis copas se mantuvieron estables.

Entonces digamos que, como m�nimo,
diecis�is copas de champ�n.

- Que clases tan caras.
- Para el sr. Schubert.

Ah, vaya.

- Gr�� Gott.
- Gr�� Gott.

Por favor, �d�nde vive el se�or...?
Ah, ya lo oigo.

- �El sr. Schubert?
- S�.

�S�?

�Qui�n es?

�Yo!

- �Qui�n?
- Hannerl.

- Gr�� Gott.
- �Un momento, srta. Hannerl!

Adelante, srta. Hannerl. Perdone
Ud. que haya tardado tanto.

- �Molesto, sr. Schubert?
- No, no, al contrario.

- Pero no mire c�mo est� �sto.
- No, no mirar�.

- Hoy no he tenido tiempo de recoger.
- No importa.

Qu� bonito lo que tocaba Ud. antes.

Me hubiera quedado sentada en
la escalera para escucharlo.

Yo prefiero que haya
subido, srta. Hannerl.

D�game, sr. Schubert,
�c�mo es posible...?

�C�mo puede ocurr�rsele a uno algo as�?

Es una pregunta tonta.

Seguramente no puede saberse.

Tiene raz�n, uno nunca
lo sabe exactamente.

Es decir, con esta sinfon�a s� lo s�.

Surgi� de un sentimiento profundo,

de adoraci�n ardiente y de la humildad.

�Ante una mujer?

Ante el mayor entre todos:
Beethoven.

Pero srta. Hannerl,
�no quiere Ud. sentarse?

- �Ah�?
- Por favor.

S�...

�Los editores est�n muy
taca�os en este momento?

�Los editores?

- S�, siempre son unos taca�os.
- S�? Entonces he tenido suerte.

- �Por qu�?
- Sr. Schubert,

he venido aqu� porque quisiera...

- ...que me diera lecciones de piano.
- �Yo, a Ud.?

Con mil amores, srta. Hannerl.
�Cu�nto tiempo lleva Ud. aprendiendo?

- Cuatro a�os.
- �Cuatro a�os? �D�nde?

- Con mi profesora de canto.
- �Tambi�n canta Ud.?

S�, todos cantamos: mi padre,
mi madre, mis hermanas.

Somos una familia muy musical.

S�... �quiere Ud. tocar algo,
para ver en qu� nivel est�?

Con mucho gusto.

- �Qu� quiere que toque?
- Lo que Ud. quiera.

- �Puede ser algo suyo?
- Naturalmente.

- �La sonata en la mayor?
- �Fant�stico, adelante!

- Un momento, srta. Hannerl.
- �Estuvo muy mal?

No, mal en absoluto. Incluso muy
bien en pulsaci�n y en t�cnica.

Pero no siempre se trata de la
t�cnica, si no del sentimiento.

Mire, �me permite que le muestre
c�mo ide� yo ese pasaje?

Por favor...

�Ha escuchado Ud. la diferencia?

- Para eso es Ud. Schubert.
- Ande. �Quiere volver a probar?

�Bueno, fant�stico! Tiene Ud.
una gran capacidad de comprensi�n.

Es Ud. una verdadera artista.

Me hab�a olvidado por completo de
preguntarle cu�nto cobra Ud. por hora.

Ah no, srta. Hannerl,
encima de la suerte que tengo

de verla al menos en las clases de
piano, no voy a hacerla pagar por ello.

Entonces tendr� que
hablar mi padre con Ud.

�C�mo, que la has dejado tomar
clases de piano con Schubert?

- �Y encima en casa de �l?
- �Y por qu� no?

O tienes confianza en tu hija
o no la tienes. Yo la tengo.

Oye, si es verdad lo que dices siempre,

que tus hijas han sacado
tu temperamento,

- ... no podr� tenerles mucha confianza.
- Pero no s�lo tienen mi temperamento,

sino, gracias a Dios,
tambi�n tu car�cter.

�Ah s�? Me alegro de
que Heiderl y Hederl

se nos casen pronto. Tendr�
dos preocupaciones menos.

Oye, viejo, al�grate conmigo de que a�n
tengamos tres preocupaciones en casa.

Cuando no las tengamos,
la casa de las tres

ni�as estar� muy silenciosa y triste.

Bueno, tienes raz�n. Pero podr�as ser
un poco m�s estricto con tus hijas

y no dejar que sea yo siempre quien las
ri�a. S�, s�, lo s�, lo haces aposta.

S�, s�, ya lo sabemos. T� siempre
eres el papa�to querido del alma.

- y yo la bruta.
- Bueno, anda.

�Bar�n Schober!

�Gr�� Gott!
- �Gr�� Gott, srta. Hannerl!

- �De d�nde viene Ud.?
- Adiv�nelo.

Cuando uno est� tan feliz,
o es que va a su primera cita...

- o viene de ella.
- No. De la primera clase de piano.

- �Y sabe qui�n es mi nuevo profesor?
- No.

- El sr. Franz Schubert.
- Ah, Franzl estar� contento.

�Yo estoy contenta!
�Me acompa�a un poco?

Encantado.

No tiene Ud. idea de c�mo
admiro al sr. Schubert.

Sus lieder son para m�
lo m�s hermoso que existe.

Y como persona es encantador.
Ud. ya lo sabe, es su mejor amigo.

Lo quiero como a un hermano.
Por cierto, hoy es un gran d�a para �l.

Aparte de que hoy haya podido darle
a Ud. su primera clase de piano...

Hoy quiz�s se decida toda
su vida futura. Al menos

- su carrera art�stica.
- �Por qu�? �Qu� sucede hoy?

Hoy cantar� el famoso cantante le la �pera
Real Vogl sus lieder por primera vez.

- �De verdad?
- S�.

�En d�nde?

En el palacio del pr�ncipe Esterhazy.
Si tiene �xito, �ser�a maravilloso!

�Buenas noches, querido amigo!

Me alegra mucho, Maestro Vogl,
que nos conceda Ud. el placer.

El placer es m�o, Alteza,
estoy encantado de poder venir.

- Ya le esperaba.
- �C�mo? �Llego tarde?

No, no, no. El sr. Vogl le manda a
decirle, que hoy no lo necesita a Ud.,

- que no va a cantar. Est� af�nico.
- Ah, vaya. No he notado nada.

- Hace una hora estuve ensayando con �l.
- Probablemente ensayaron demasiado.

Sus honorarios los cobrar� Ud.,
por supuesto, eso est� claro.

�Much�simas gracias! En cualquier
caso, le deseo una pronta mejor�a.

Se lo dir� de su parte. Adieu,
que le vaya bien, Gr�� Gott.

Mis respetos.

�Alto! �D�nde va? �Por all�!

�Fuera!

- D�game, �no ha llegado Lutz todav�a?
- Se ha vuelto a marchar.

�Qu�?

Hoy no puede acompa�arle.
Le duelen los dedos.

- Hace una hora estuve ensayando con �l.
- Precisamente.

Probablemente ensayaron demasiado.
Pero ya he llamado a quien lo sustituya.

- A saber c�mo me acompa�ara.
- �Fant�sticamente! Es el compositor mismo.

Eso no significa que sepa acompa�ar.
�Encima sin ensayos!

- Ni siquiera s� qu� Tempi emplear�.
- Seguro que los m�s adecuados.

Por eso le ped� que viniera.
Es que asegura...

- que canta Ud. sus lieder muy r�pido.
- �Que hago qu�?

- Esto... canta Ud. demasiado deprisa.
- �Eso es una insolencia!

Seguro. Pero tiene algo de raz�n. Un
poco demasiado deprisa, si me lo permite.

�Decirme c�mo tengo que
cantar! �Yo canto como quiero!

- �Y ahora no canto!
- �Bravo! Es decir, c�lmese, sr. Vogl.

- Sr. Diabelli, un se�or pregunta por Ud.
- Debe de ser Schubert.Voy a traerlo.

- �No se moleste!
- �Claro! Pero voy a buscarlo.

- El sr. Diabelli viene ya.
- S�, gracias.

- �Est� Ud. aqu�, querido Schubert!
- S�, disculpe, sr. Diabelli.

- �Qu� busca?
- He olvidado mis guantes.

�Para qu� quiere Ud. guantes?
�Lo que necesita son sus manos!

Y, gracias a Dios, no las ha olvidado.
Puede considerarse afortunado.

- �Ha venido a o�rle lo mejor de lo mejor!
- �Ah, s�?

Sr. Diabelli, �qu� sinfon�a toco, la
en do menor o la en si bemol mayor?

Las dos.
�Las dos! �Las dos!

Pero no hoy. Hoy tiene que
tocar Ud. uno de sus lieder.

�Pero si me hab�a prometido claramente
que tocar�a una de mis sinfon�as!

Eso fue una peque�a
artima�a por mi parte.

�Est� aqu� el cantante de �pera de la
Corte Vogl, que se ha mostrado dispuesto

- a cantar uno de sus lieder!
- �Sin ensayo?

�Est� tan contento de cantar con Ud.!
- Da igual. Sin ensayo, no lo har�.

�No he visto en toda mi vida dos
cabezotas como vosotros dos!

- Menuda estupidez!
- Sr. Diabelli.

Menuda estupidez.
Y s� perfectamente,

que nadie cantar�a sus lieder como Vogl.

Y que nadie compondr�a para Vogl
tan bien como Ud.

- Es posible, pero me voy. Buenas noches.
- �Qu�dese Ud.!

�Sr. Diabelli!
�Qu� est� pasando?

El cantante de �pera Vogl
dice de repente que no canta.

Alteza, todo se arreglar�.
Permita que le presente:

Es el compositor de lieder Franz
Schubert, de quien he hablado

tanto a Su Alteza, y cuyos lieder
tiene que interpretar el sr. Vogl.

Encantado, sr. Schubert.
Bienvenido a mi casa y espero,

que encuentre aqu� muchos amigos.
�Me acompa�a con mis invitados?

�Queridos amigos!

Perm�tanme que les presente
a un joven compositor:

- �El sr. Franz Schubert!
- �Encantado, sr. Schubert!

Nuestro querido Maestro Vogl
interpretar� ahora algunos de sus lieder.

- Perd�n, Alteza, pero...
- Un momento, Alteza.

�No habr�a que presentar
antes a los dos artistas?

- �C�mo? �No se conocen todav�a?
- �Precisamente, no!

Entonces es para m� una alegr�a
doble, poder presentarlos:

El sr. Franz Schubert. El sr. cantante de
la �pera de la Corte Johann Michael Vogl.

�Me permiten?

Aqu� est�n las notas.
�Suerte!

Esta parte la canto piano
y aqu�, algo m�s r�pido.

Yo lo tomo todo como ha
de ser, incluso el tempo.

Cantar� el lied "A la m�sica",
de Franz Schubert.

# Dulce arte...

# en cuantas horas grises,

# en que me enreda

# el violento c�rculo de la vida,

# has inflamado mi coraz�n

# en un c�lido amor.

# Me has apartado

# a un mundo

# mejor,

# a un

# mundo...

# mejor.

Bueno, las iniciales ya te las
he bordado en las servilletas.

- Gracias, mam�. �Qu� bonito!
- �Verdad?

He hecho una lista con la gente
que tenemos que invitar a tu boda.

- Ya llevo 30 personas.
- Ser�n muchas m�s, mam�.

Ayer invitamos a Schubert,
a Schwind y a Mayrhofer.

- S�, y a Kupelwieser y a Schober.
- �Ni�as, est�is locas!

�Est�is invitando a toda Viena! No tenemos
tanto sitio en un casa tan peque�a.

- Mam�, ya cabremos.
- Nos encogeremos un poco.

S�, ahora lo dices. Podr�as estar
cosiendo un poco de lo de tu dote.

Al fin y al cabo, vas a casrte
al mismo tiempo que Heiderl.

- Yo coso m�s deprisa que Heiderl.
- �Anda ya!

- Terminar� a tiempo.
- Me gustar�a verlo.

# Cantemos, muchacho, murmuremos

# y camina alegre tras de m�,

# giran ruedas de molino

# en todos los arroyos claros.

# Giran ruedas de molino

# en todos los arroyos claros.

# Cantemos, muchacho, murmuremos

# y camina alegre, alegre,

# alegre tras de m�.

- Fant�stico.
- Gracias, Maestro. Ha sido maravilloso.

�Le felicito!
�Ha vencido en toda la l�nea!

�Que, ten�a yo raz�n o no?

- Excepcionalmente.
- �Anda!

- �Demasiado r�pido?
- No, esta vez perfecto.

Ha cantado maravillosamente, sr. Vogl.
�Estoy entusiasmado!

Y yo estoy entusiasmado
con sus lieder y espero que,

- a partir de hoy, seamos amigos.
- Yo tambi�n lo espero.

�Por fin! �Menudo trabajo he tenido
con dos cabezotas como vosotros!

# �Puede haber algo m�s hermoso...

# que una canci�n vienesa?

# �Qu� lanza gritos de
j�bilo en el coraz�n...

# y llega hasta el alma?

# �Qu� nos alegra tanto,

# a pobres, a ricos...

# ... y nos iguala con los

# �ngeles del cielo?

# La canora, sonora,

# portadora de felicidad,

# cautivadora de corazones
la canci�n de Viena.

# La canora, sonora,

# portadora de felicidad,

# cautivadora de corazones, la canci�n

# canci�n de Viena.

Eso lo ha aprendido con el sr. Schubert.

�Qu� influencia tiene una sola
clase de piano en una alumna...

... cuando el maestro es un genio!

- Y si la alumna est� enamorada del genio.
- Hannerl est� enamorada de Schober.

�No has visto qu� ojos
pone cuando canta Schober?

�Y no has visto c�mo resplandece
cuando canta un lied de Schubert?

Est� enamorada de los lieder de
Schubert y de la voz de Schober.

Heiderl, ven.

�Ven de una vez!

- �Voy a buscar a Hannerl?
- �No, los pap�s est�n aqu�!

- �Servus, Franzl! Ah, si no est�.
- �Estar� durmiendo?

- No, no est� en la cama.
- Estar� seguro en la cocina. �Franzl!

Espera, aqu� escribi� algo: "Voy un
momento donde Diabelli, a buscar dinero.

- Quien quiera, que espere"
- Esperemos pues.

�Esto s� que es una novedad!

D�jame ver.

�Chicos! Chicos, creo que
nuestro plan ha resultado!

�Por qu�?

- Franzl est� enamorado.
- �Anda ya!

�Su primera canci�n de
amor ha llegado al mundo!

"En voz baja imploran mis canciones,
atravesando la noche hasta ti."

- �Esto s� que es fant�stico!
- �Oh, Schober, c�ntanosla!

�D�jalo, hazme el favor!
Que os la cante Mayrhofer.

No te enfades, olvidamos
que a ti te gusta Hannerl.

No, no, no digas nada, lo
sabemos todos. Y te admir�bamos

porque fingieras indiferencia
delante de Hannerl.

Por Franzl.

Hemos visto la clase de amigo que eres.

Anda, veamos lo que ha compuesto Franzl.

# En voz baja imploran mis canciones,
atravesando la noche hasta ti...

�Hab�a salido, sr. Schubert?
�Cre� que le o�a tocar el piano!

# ...en el silencioso bosquecillo...

# amor, ven a m�

# Susurrantes murmuran las copas

# a la luz de la luna,

# a la luz de la luna.

# Al enemigo traidor que escucha

# no lo temas, amada

# no lo temas, amada.

- �Franzl!
- �Aqu� est�s!

- �Estamos encantados, Franzl!
- �Maravilloso, de verdad!

Has cantado muy bien, Schober,
pero esto no era para vosotros.

- �Franzl, la canci�n es divina!
- Ya no le veo la gracia.

�Te has vuelto loco, Franzl?
�No ir�s a romper esta partitura!

Sabemos en qui�n pensabas cuando
escribiste esto. Pero Franzl, cr�eme,

... este lied no es s�lo de
ella, sino de todo el mundo.

Exacto.

Y nos alegramos contigo
de que seas tan feliz.

- S� que no ten�ais mala intenci�n.
- Entonces...

Me gustar�a saber qu� dir� Kupelwieser
cuando oiga este lied por primera vez.

- �D�nde se habr� metido hoy Kuperl?
- Est� en un ensayo general de "Fidelio".

- �Ah, claro, hoy es el ensayo!
- Yo quer�a ir ma�ana al estreno.

- Yo tambi�n.
- Est� todo agotado hace d�as.

No, hace semanas.

- No se consiguen entradas.
- �Qu� tienes ah�?

- �De d�nde has sacado esas entradas?
- Las encargu� hace semanas.

- �Por eso iba a pedirle dinero a Diabelli!
- Tambi�n tengo una para Kuperl.

Hoy s� que est�s generoso,
pero vamos a corresponder.

�Ah, s�?

- S�, hemos tra�do vino.
- Oh, �un Nussberger?

Se est� enfriando en la
cocina. Voy a traerlo.

- Oye, �traigo copas de la cocina?
- Muy bien, sr. Creso.

- La reposici�n creo que es fant�stica.
- Dicen que es fant�stica.

- Tambi�n lo he o�do.
- Estoy deseando ver ese Fidelio.

�Demasiado pronto!

�Es que Beethoven no ha o�do
que el tenor ha entrado mal?

Por desgracia, ya no oye
absolutamente nada.

Fin.

Se acab�.

Desde el principio.

Kupelwieser, �qu� cara traes!
Est�s trastornado.

Vengo del ensayo general.
Beethoven tuvo que dejar de dirigir.

Est� completamente sordo.

Este d�a me lo tem�a desde hace tiempo.

�C�mo se lo ha tomado �l?

"Fin", dijo.
"Esto se acab�".

Es muy cruel. Sigue tocando, Franzl.

O no, ser� mejor...
Vamos, dej�moslo solo.

Sigue escribiendo. Termina
esta maravillosa sinfon�a.

Fin.

Se acab�.

- �Viva el matrimonio Tsch�ll!
- �Viva! �Viva!

Se�ores, estoy muy emocionado
por estos vivas a m� y a mi vieja,

pero los vivas de hoy han de
ser todos para los novios.

Sr. Tsch�ll, con los novios
podemos seguir brindando

- cuando Ud. ya no est�.
- S�, tiene raz�n. �D�nde est�n las ni�as?

- Las se�oritas, quiero decir.
- Tienen que prepararse.

- Voy a ver cuanto tardar�n.
- �Que se den prisa!

- Hannerl, �me llevo esto?
- Claro. �Adentro!

Aqu� tienes.

Sr. Schubert, no puedo expresarle
lo contento que estoy

- de que le d� clases a Hannerl.
- Yo tambi�n me alegro, sr. Tsch�ll.

Pero quisiera que se considerara
no s�lo el profesor de mi hija,

sino, digamos, un amigo de esta casa.

Es una distinci�n que
me honra, sr. Tsch�ll.

Quiero decir, que se considere
Ud. aqu� como en su casa.

Incluso ahora.

- �Incluso ahora?
- Bueno, yo no le he dicho nada,

pero a veces, un ojo de padre
ve m�s que un ojo de madre.

Cuando Hannerl se sienta por las noches
al piano y me canta sus lieder...

y me habla de Ud. y...
se nota algo diferente, �no?

�Quiere decirme con eso que
para Hannerl soy acaso algo m�s

que un simple profesor de piano?

S�, �ha hablado Ud. con Hannerl
de si ella le aprecia?

No, nunca. Quiz�s por miedo
de que pueda decirme que no

y destruya mis esperanzas para siempre.

No se moleste, sr. Schubert. Cuando
me pongo a tallar una copa de cristal,

siempre temo que se me rompa.
Pero tengo que intentarlo igualmente.

Probar la suerte.

Tiene raz�n, sr. Tsch�ll.
Lo voy a intentar. Probar la suerte.

No s� c�mo, pero algo se me ocurrir�.

Papa�to, las dos que se van a
Italia quieren decirte adi�s.

�Pap�! �Adi�s, pap�!

- �Un beso!
- Cu�date, �s�?

- No trabajes demasiado.
- No te olvides de nosotras.

Lo mismo os digo. Durante
la luna de miel pod�is

olvidaros de nosotros tranquilamente.

Mirad a Venecia y a vuestros maridos.
�No os caig�is a la laguna!

Despu�s de la luna de miel pod�is
volver a pensar en vuestros padres

y en la casa de las tres ni�as.

- �Por supuesto!
- Voy a ver que no se dejen nada.

- �D�nde est�n nuestros maridos?
- Ah�, id a buscarlos.

- �Est�n todav�a ah�?
- El m�o sigue comiendo.

- Esperamos hace horas por vosotras.
- S�, el coche ya debe de estar aqu�.

- �S�, vamos, se�ores!
- �Delante de la casa y formemos una calle!

�Tartita solitaria!
Te llevo conmigo para el desayuno.

- �Ay, mam�!
- Beso la mano, mam�.

Beso la mano, mam�. Adi�s.

- �Cu�date!
- Dios os proteja, ni�as.

Mam�, gracias por haber sido tan buena
y con tantos detalles con nosotras.

�Oh, tonta!

Kathi, empaqu�teme la tarta que no
se estropee. Luego la recojo, �s�?

- Para Ud., todo, sr. Mayrhofer.
- �Gracias!

Kathi, haga dos paquetitos,
que la mitad es m�a.

S�, sr. von Schwind.

- �Eh, te has puesto mi sombrero!
- ��ste es el tuyo?

- �S�, claro!
- Perdona, es mi sombrero.

Tan mayor y no distingue
su propio sombrero.

- �Adi�s, Kathi!
- Adi�s, srta. Hederl! Ah, �se�ora!

S�, Kathi, para nosotras ser�n siempre
Hederl y Heiderl, �verdad?

S�.

Anda, no llores. Ven,
vamos a decirles adi�s.

S�, se�ora.

Ahora no llor�is. Alegraos de
que ya est�is casadas. Buen viaje.

�Adi�s!

# Quien se casa con una
muchacha con buen tiempo,

# no lo ha lamentado jam�s.

# Florecido en mayo, arde el amor,

# nos invade un sue�o de primavera.

# Los ojitos azules,
como el roc�o del cielo,

# s�lo los �ngeles se asemejan..

# T� ser�s m�a,

# yo ser� tuyo

# y siempre ha de ser as�.

- �Ay, s�!
- �Por favor, no suspires, no lo soporto!

Ahora estar� tranquila la
casa de las tres ni�as.

�Por qu� va a estar tranquila?

- A�n estamos aqu�, Hannerl y yo.
- Ay, s�...

- �Vaya, otra vez!
- �Qu� quieres que haga?

�Cualquier cosa menos suspirar!

No puedo soportarlo.

- Chicas, recoged la mesa..
- S�, se�ora, estamos en eso.

- Ya se han ido. �Dichosas!
- �Se van a quedar aqu� a estar tristes!

- Ay s�.
- �Empieza t� tambi�n ahora!

Si�ntate al piano y toca algo alegre,
para que pensemos en otras cosas.

- Pap�, ahora no puedo tocar el piano.
- �Por todos los diablos!

�Si�ntate inmediatamente y toca!

Ay, s�.

Me vais a contagiar con vuestros suspiros.

- Me voy a la taberna.
- Christian.

Precisamente hoy no puedes dejarme sola.

- �Ser�n felices, esas dos?
- Las primeras dos semanas, seguro.

Pero no tienes que estar triste.
Hicimos lo mismo con nuestros padres.

Cuando crecen, vuelan
y hacen su propio nido.

S�, s�.

�Qu� bien estuvo la boda, srta. Hannerl!

- La srta. Hederl estaba tan guapa.
- Y la srta. Heiderl tambi�n.

S�, la srta. Heiderl tambi�n, pero
la m�s guapa era Ud., srta. Hannerl.

El sr. Bar�n Schober
la miraba tan enamorado.

- �Que hac�a qu�?
- S�, que yo lo vi.

- Lina, y Ud. tambi�n.
- S�.

- Me habr�a dado cuenta.
- �l apartaba la vista,

cuando Ud. lo miraba. En cuanto
no lo miraba, �volv�a a mirarla!

�No es verdad? La miraba as�...

�Anda ya!

- Servus, Franzl.
- �Ah, por fin has llegado!

- Servus. Qu� amable de venir.
- �Qu� es lo que pasa?

Me has mandado llamar, que me pusiera
el frac y que te reservara toda la noche.

Bueno, aqu� estoy.

- �Te gusta mi nuevo lied?
- S�lo s�, que no s� cu�l me gusta m�s.

�ste lo he cantado tantas veces,
que ya me lo s� de memoria.

�S�? �La letra tambi�n?

�Naturalmente! �A d�nde vamos?
�D�nde tengo que cantar?

- Bueno, sabes... estamos invitados.
- �Ah, s�?

- S�, en casa de Tsch�ll.
- �En casa de Tsch�ll?

S�. sabes que me gusta Hannerl, �no?

- Claro que lo s�.
- No me atrevo a dec�rselo.

- �Y por qu� no?
- S�, ya sabes c�mo soy.

Ajora, todo lo que
pienso, lo que siento,

y lo que ella es para m�,
lo he puesto en ese lied.

- Te pido que lo cantes por m�.
- �Yo?

- S�.
- �Por qu� no lo cantas t�?

No, no, no. Me pondr�a tan nervioso,
que no me saldr�a una nota.

- Franzl, sabes que por ti...
- No puedes neg�rmelo.

�Te lo ruego! Sabes lo
importante que es para m�.

Bueno... si te empe�as, est� bien.

Sab�a que eras un buen amigo.
�Muchas, muchas gracias!

D�monos prisa o llegaremos tarde.

Lleve Ud. las copas, Lina, abrir� yo.

- �Lina! �La visita est� aqu�!
- Ah, �ya?

- Tome el delantal y ll�velo a la cocina.
- S�.

Gr�� Gott.

No se enfade, srta. Hannerl, si nos
hemos adelantado un poco, pero...

No tiene importancia,
me alegro. �Adelante!

Gr�� Gott.

S�, �ste es para su sra.
mam�, y �ste para Ud.

Gracias. Mi padre a�n no est� en
casa y mi madre est� en la cocina.

S�, no importa. Al contrario,
quiz�s sea mejor.

Tendr� tiempo de tocarle
a Ud. mi �ltimo lied.

- �Ha compuesto algo nuevo?
- S�, y...

Ud. ha de ser la primera en
o�rlo. Schober lo cantar�.

�Qu� bonito!
Vamos ya junto al piano.

Adelante, por favor.

�Qu� detalle!

�Ser yo la primera en
o�r un lied de Schubert!

�Estoy realmente nerviosa!

�Habla t�!

Srta. Hannerl, este lied es
m�s que una canci�n corriente.

Tiene que hablarle a Ud. y decirle
lo que un coraz�n siente por Ud.

# Me gustaba grabarlo
en las cortezas...

# Me gustaba enterrarlo
en la gravilla...

# Quisiera sembrarlo
en todos los arriates...

# con semillas de berros,
que lo delataran...

# Quisiera escribirlo en
todos los papeles blancos...

# Tuyo es mi coraz�n...

# Tuyo es mi coraz�n...

# y eternamente,

# y eternamente lo ser�.

# Pensaba que lo pondr�a en mis ojos,

# que podr�a verse
arder en mis mejillas,

# que podr�a leerse en mi boca callada,

# que cada vez que respiro
lo dir�a en voz alta

# y ella no nota nada
de mi temeroso impulso.

# Tuyo es mi coraz�n...

# Tuyo es mi coraz�n...

# y eternamente,

# y eternamente lo ser�.

- �Mam�!
- �Qu� pasa? �Por qu� gritas?

�Mam�!

�S�? �Qu� pasa? �Qu� pasa?

�Me he prometido!

�T�? �Que te has prometido?

- �Por amor de Dios, con qui�n?
- Con el Bar�n Schober.

Oye, Franzl... no puedo hacer nada.

Lo s�. No te reprocho nada.

Eres el m�s afortunado de nosotros dos.

T� tambi�n te nos vas. La casa de
las tres ni�as se queda vac�a.

Lo s�. �Pero qu� puedo hacer?
�Soy tan feliz!

�Ven!

- �A d�nde vas, Franz?
- �No creer�s que puedo quedarme aqu�!

No puedes marcharte sin m�s.
�Nos han invitado a los dos!

No puedo quedarme aqu�.

- �Mam�, es �l!
- Encantada.

- Soy muy feliz.
- �D�nde est�is, chicos?

Ah, he vuelto a retrasarme,
no puedo evitarlo.

- �Papa�to, me he prometido!
- �Por esto no hab�a pasado yo nunca!

�No te puedes ir ni un cuarto de
hora de esta casa! En cuanto vuelves,

...ya se ha prometido otra.
Pero ya me lo imaginaba.

- Sr. Schubert, haga feliz a mi gallinita.
- �Papa�to!

- ��se es mi prometido!
- �Ah, s�?

Pero el sr. Schubert es
el origen de mi felicidad.

No puedes Ud. imaginarse lo que
significa para m� su preciosa canci�n.

S�. Lo s�, srta. Hannerl.

�Mam�, crees que est�n
ya todos los invitados?

S�, ya est�n todos aqu�.

- �Llegaremos tarde a la iglesia?
- Que no. No est�s tan nerviosa.

Me parece que est�s impaciente por verte
fuera de la casa de las tres ni�as.

Extiende el velo, por favor.
Quiero ver c�mo es de largo.

�Bueno, qu� bonito!

- �No entiendo c�mo has podido hacerlo!
- �Qu� es lo que he hecho?

�Que le hayas pedido a Schubert
que toque en la iglesia!

- �Qu� tiene de malo?
- Ya le has hecho bastante.

- �Que le he hecho algo?
- La canci�n que te cant� Schober entonces,

...era la declaraci�n de amor que
Schubert te hac�a. Le pidi� a Schober

... que te la cantara
porque �l no se atrev�a.

�Qui�n lo ha dicho?

- Schwind y Kupelwieser.
- Nos hicieron jurar que no te lo dir�amos.

Y no hab�is tenido nada m�s urgente
que hacer que venir a cont�rselo.

Precisamente ahora, que
va a salir hacia el altar.

Si lo hubiese sabido, no le hubiera
pedido a Schubert que tocara.

Ahora tengo que casarme con un
hombre que se ha declarado...

...por otro y que a
lo mejor ni me quiere.

�Pero Hannerl. �Qu� tonter�as
est�s diciendo?

Claro que tu novio te
quiere. lncluso mucho.

Bueno, de eso estoy segura. Y mira...

Las cosas viene como han de venir.

# �Ave Mar�a!

# Clemente Virgen...

# Atiende las s�plicas de una virgen

# desde estas rocas

# firmes y salvajes

# Que mi oraci�n

# llegue hasta ti

# Dormiremos seguros...

# hasta ma�ana...

# aunque los hombres sea tan crueles...

# Oh Virgen, mira las penas de una virgen

# �Oh Madre, escucha a tu hija rogar!

# �Ave Mar�a!

Me alegra que entre nosotros
todo haya quedado como estaba.

- Sabemos que no puedes hacer nada.
- S�, no se puede ser la Divina Providencia!

Exactamente. La Fortuna
siempre hace lo que quiere.

Sab�is cu�nto quiero a Franzl,
no hace falta que os lo cuente.

- Claro que lo sabemos.
- Entonces, brindemos por Franzl.

- Y por su m�sica.
- Por ti tambi�n, claro. �Salud!

Perdone... Un momento, Hannerl.

�As� que ha venido?
�Sost�nme un momento!

�Me alegro tanto, sr. Schubert,
de que haya venido!

Tambi�n quer�a darle las gracias por
la maravillosa canci�n en la iglesia.

- Tambi�n quer�a decirle...
- No diga nada.

Ahora es Ud. la esposa
de mi mejor amigo,

a quien, al igual que a Ud.,
s�lo le deseo lo mejor en la vida.

Y si quiere Ud. darme una
gran alegr�a, olv�dese de todo.

No lo que ha aprendido Ud.
de tocar el piano, sino...

H�galo muy feliz, a Schober.

�Me lo promete?

S�.

�Y... Ud.?

Yo tengo a mi m�sica.

- Hannerl, ven ya, vamos a bailar.
- �S�!

- �D�nde te hab�as metido?
- �Bailad ya! No os entreteng�is.

�Imposible! �Tenemos que esperar que
los novios bailen la primera ronda!

- �Pues venga!
- �Sr. Schubert, no quiere entrar?

No, no. Vaya Ud., Hannerl.
La est�n esperando.

Siempre pensar� en lo
que le he prometido.

�Bailad!

Fin