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VENGA A TOMAR CAF�...
CON NOSOTRAS

MANSUETO TETTAMANZI
CIUDADANO Y PADRE EJEMPLAR

INSIGNE NATURALISTA

TUS DESCONSOLADAS HIJAS

Ya ha pasado un a�o.

Y parece que fue ayer.

Pobre pap�.

Para un hombre,

un hombre de verdad, como yo,

est� es la edad perfecta.

Basta de parches.

A mi edad, como dice Mantegazza,

el hombre necesita de las tres C.

Caricias, calor y comodidad.

No es nada f�cil.

Trato se�orial con el sexo d�bil.

Seriedad en el trabajo.
Nada de compromisos.

Poca confianza con la gente.

Pocas, pero escogidas,
relaciones p�blicas.

Ensanchar el horizonte.

Nada de bares.

Nada de c�rculos.

Algo de iglesia.

Aspecto f�sico.

Aspecto moral.

En un mes me recupero.

FISIOLOG�A DEL PLACER

-Se�oras, buenos d�as.
- Buenos d�as.

Paolino, t� que tienes delante
tu negocio, dime:

Ahora que se acaba el luto,
�qu� har�n con todo ese dinero?

S�, la verdad es que tienen mucho.

- Mis saludos.
- Buenos d�as.

- Buenos d�as.
- Buenos d�as.

Incluso ahora, que ya no est�n
bajo la tutela del padre,

siempre solas,
siempre el mismo recorrido,

de casa a la iglesia,
de la iglesia a casa.

- Vamos a tomarnos un caf�.
- S�, vamos.

MANSUETO TETTAMANZI
Procurador

Huerto, gallinero,
plantas seculares en el jard�n.

Y, despu�s, est� su habitaci�n.

Sobre la incomodidad del calor,
me quedo tranquilo.

Del resto, ya veremos.

Con la excusa de los huevos,
se divierte.

OFICINA DE REGISTRO Entresuelo
OFICINA DE IMPUESTOS

- Buenos d�as, inspector.
- Buenos d�as a todos.

- Buenos d�as, inspector.
- Llega justo.

Toneladas de cigarrillos de contrabando

superan las barreras alpinas.

Y yo voy al estanco.

�Qu� idiota!

Reformas...

S�, pero antes,
conciencia pol�tica.

Los coraceros a caballo,
�para qu� sirven?

�Qui�n sabe si el agua de Luino
ser� pat�gena?

Mazzola o Rivera.

Ese s� que es un problema
irresoluble.

Bueno, pong�monos a trabajar.

Herederos de Mansueto Tettamanzi

Informe de sucesores.

�Se puede?

Adelante,
Entre.

- Por favor, si�ntese.
- Gracias.

Le traigo una carta de recomendaci�n
del honorable Ciampinelli.

Una carta confidencial.

Luego la leo, �eh?

�Ciampinelli!

Lo s�.

Ser� mejor que vuelva otro d�a.

Muy bien.
Y sin carta de recomendaci�n.

Adi�s.

Aqu� todav�a no me conocen.

RELACI�N DE DECLARACI�N DE BIENES

Se�orita.

�Se�orita!

- �Qu� ocurre?
- Esos tiestos. Usted dijo...

- �Qu� dije?
- Aquellos, �quiere que los baje?

- Espera, es mejor que los baje yo.
- Como quiera.

Toma.

Se�orita.
�Qu� le pasa, se�orita?

�Llamo a sus hermanas?

�Est�pido, d�jame!
�D�jame!

Pero, �qu� he hecho?

- "Les amoureux"
- "Les amo..."

- Se�orita, �quiere una manzanilla?
- No.

�Qu� culpa tendr� yo
de su enfado?

�Qu� le pasa?

No lo s�.
Tal vez se haya enamorado.

- �Por qu� no?
- No digas estupideces.

- "Les amoureux"
- "Les amourros"

- �Diga?
- Don Casimiro.

Soy Tarsilla Tettamanzi.
Quiero confesarme.

- �Por tel�fono?
- Es muy importante.

Confi�seme enseguida, don Casimiro.

Estoy encerrada en
el despacho del pobre pap�.

Nadie me oye.

Vale. Estoy preparada.

- No se puede por tel�fono.
- Padre, he pecado.

- No puede ser.
- Deseo.

Bueno, no es tan grave.

Creo que tengo una fuerte subida
glandular... de origen hormonal.

Los hombres me miran.

Tengo que hacer algo, enseguida.

- Castigarme.
- �Castigarse?

�C�mo? �Y por qu�?

Usted no ha pecado.

Yo s�lo puedo absolver de los pecados,
no de los proyectos de pecado.

Pero el m�o es un caso excepcional.

Todos me ponen las manos encima.

Siento que tengo un cuerpo.

No, no, d�jeme decirle
que tengo pr�ctica.

He escuchado muchas confesiones.

Son cosas que pasan.

T�mese un tranquilizante.

Una manzanilla.

El asado estaba hecho
con vino de C�modo, �eh?

y no con vino de Gattinara.

D�gaselo.
D�gaselo al cocinero.

Est� bien, se�or Paronzini.

Se lo dir� sin falta.

Que pase un buen domingo,
se�or Paronzini.

Qu� sorpresa este sol.

S�.

Sensaciones m�s que placenteras
se tienen

al ejercitar una acci�n cualquiera
con un cuerpo encima de otro.

De este modo, se pueden sentir
infinitos placeres

cortando a lonchas el lado m�s duro
de una calabaza con un cuchillo afilado

o clavando un clavo
en algo met�lico.

Este Mantegazza es un fen�meno.

Perdone...

Una caja de Attu lubricados.

Ha florecido un ni�o... espera.

�El biber�n es para usted?

No.

- Qu�tate las bragas.
- �Ya?

No, las medias no.
Despacio.

Despacio.

Eres realmente sensible.

Y un poco guarro.
�Qu� vas a inventarte hoy?

Qu�tate las medias
y qu�date de espaldas.

- Pon una pierna encima de la cama.
- Qu� complicado.

As�.

- Ahora, g�rate.
- No, no, eso no.

- Levanta una pierna.
-Bueno, vale.

Ahora, levanta la otra.

�C�mo lo hago?

...Me gustas toda... toda... toda.

�Toda!

- Perdone, �puedo? - Lo siento,
han salido todos y la oficina est� cerrada.

Ya, se me ha hecho tarde. Traigo una
declaraci�n de bienes que me notificaron ayer.

�S�?

Vaya. Una buena cantidad.

Tettamanzi, Fortunata
�es usted?

No, yo soy Tettamanzi, Tarsilla.

Es decir, Tarsilla Tettamanzi.

- Emerenziano Paronzini.
- �Emmerenziano?

Exacto.

Encantada.

Es por la herencia.
Una casa vieja con algo de jard�n.

Somos tres hermanas que
vivimos juntas en armon�a.

�Puedo darle un consejo?

�C�mo dice?

�Que si puedo darle un consejo?

Pero este no es el lugar
ni el momento.

Venga hoy a casa a
tomar caf�.

No.

No, hoy no puedo.

Tal vez el domingo.

- �Por la tarde est� bien?
- S�.

Le espero, entonces.

- Caterina.
- S�, se�orita.

- Estoy bien as�?
- S�.

Para el caf�, saca el juego barroco.

- El que gustaba al pobre pap�.
- Est� bien.

�Pero c�mo te has arreglado?
�Est�s loca?

Todas las chicas de su edad
lo llevan as�.

En nuestra casa, no.

El siete bello,
despu�s, la primera

y el tres de rombos hacen seis jugadas,
dos escobas y tres que ten�a...

Una escoba.

Bueno, tres y dos, cinco.

�Qu� tendr� ese hombre en la cabeza?

Seguro que va a casa
de las hijas del "Tetta".

S�, pero hay otro que ha pensado en eso
y con m�s acierto que el atontado ese.

Ah, esto es lo que tienes
entre manos, �eh?

Dios m�o, dejar que venga un hombre a casa.

El pobre pap� no lo habr�a permitido.

El pobre pap� ha muerto.

Y nosotras estamos vivas.

Y esos quieren arruinarnos.

�C�mo arruinarnos?

�Todav�a no lo has entendido?
Se lo van a llevar todo.

Y �l puede.

�Qu� hay, fuego?

Caterina, ve a abrir.

Buenos d�as.

�Vive aqu� Tettamanzi?

�Las se�oritas? S�.

Pase.

Gracias, gracias.

Un gran parque.

Y construcci�n s�lida.

Escaleras de hierro fundido.

- Hola de nuevo.
- Qu� amable ha sido al venir.

Pase, le presentar� a mis hermanas.

- Fortunata. - Encantada.
- Emmerenziano Paronzini.

Y Camilla.

Mucho gusto.

- D�me.
- Muchas gracias.

- Tarsilla nos ha dicho lo amable que ha sido.
- No tiene importancia.

Por favor, no se molesten,
puedo hacerlo solo. Gracias.

- Entre. - Por favor.
- Muchas gracias.

- Por favor.
- Gracias.

- Las chicas de servicio de hoy
son un desastre. - Es verdad.

Ser�a perfecto no necesitar
los servicios de nadie. Nunca.

Vivir en hoteles, en residencias,
como hago yo

y el dinero, fuera, a Suiza.

Nosotras tenemos suerte con Caterina.
Naci� en casa.

Es hija de una antigua criada.

- Quiero decir que es de confianza.
- Eso es bueno.

Tenemos unos d�as preciosos
en esta estaci�n.

S�, pero no duran.

Agua, lluvia y viento.
Estas son mis modestas previsiones.

- �Quiere un caf�?
- Gracias, no tomo m�s de uno al d�a.

Este ser�a el segundo.
Pero har� una excepci�n.

Muy bien, Caterina.
Ponlo aqu� que ya me ocupo yo.

- �Necesitas ayuda, Camilla?
- No.

Lo hacemos en una cafetera que
compr� el pobre pap� en Turqu�a.

En uno de sus viajes en
el Oriente Express.

Pap� iba siempre a Constantinopla.

Nunca entendimos por qu�.

No s� si le gustar� este caf�.
Tiene un aroma un poco extra�o.

- A m� me gusta.
- Tambi�n a m�.

�Otro m�s?

Nada de caf� para ti, Camilla.
Eres demasiado sensible.

D�jale que tome uno.

Cuidado, que est� hirviendo.

- Familia noble.
- En tres cuartas partes.

- Originarios de Luino.
- Lo cierto es que pap� era de Cogliuno.

- Cogliuno de abajo.
- No, Cogliuno de arriba.

Ah, s�, hay dos Cogliuno, claro, claro.

- �Y usted, Sr. Paronzini?
- �Yo?

Yo soy de Galliate Lombardo.
La familia era de Buguggiate.

Pero por motivos de trabajo,

he estado un poco
por todas partes,

Dos a�os en Saronno, tres en
Alcumeggia, cuatro en Varese,

y, ahora, desde hace dos meses,
aqu� estoy, en Luino.

- Vida de n�mada.
- Un traslado tras otro.

S�, pero ahora ya he decidido que
basta de viajes.

Ya lo creo.

Despu�s de mi �ltimo ascenso,
soy jefe adjunto, he decidido parar.

Es hora de plantar ra�ces, cultivar
y recoger los posibles frutos.

Perdonen.

Tengo una pierna que me cruje.

Si no me equivoco, est�n interesadas
en el tema de los impuestos.

S�, un poco.

Vamos, veamos.

- Por favor.
- �Un pastelito?

No, he declarado la guerra
a los hidratos de carbono.

Veamos esta carta de herederos
de la familia Tettamanzi,

Tarsilla, Camilla, Fortunata.

Cojamos un bol�grafo.

Entonces,

Aceptados 123 millones m�s el 7 por ciento
suben ocho millones 610 mil

se suma el 12 por ciento

15.793.200
Retenci�n 935.000

En total 14.858.200 dividido por 2
m�s el adicional 5 %

121.931.000

m�s 60.964,
7, 28....

- 34.
- 964.

Cada vez son m�s cortos los d�as.

Pronto habr� que cambiar la hora.

Y ese ah� dentro.
Bueno, yo me voy. Adi�s.

Adi�s.

�Me cago en la leche!

Arpa.

Sublime instrumento.

�Qui�n la toca?

- Ella.
- S�, yo.

Felicidades.

- Tengo que irme.
- Gracias por todo. - Caterina.

Sr. Paronzini.

Nos ha gustado mucho conocerle.

Si quiere puede volver
el pr�ximo domingo

a comer y as� le ense�aremos el recurso
y nos dir� si est� bien.

Tal vez.

- Yo le acompa�o.
- Gracias.

No se preocupe, espero.

El sombrero.

- Adi�s. - Hasta pronto.
-Cu�dese. - Por favor.

Qu� hombre tan distinto.

Parece suizo.

O un mutilado.

Pero f�sicamente est� muy bien.

Ahora que est� usted,
estoy segura de que todo cambiar�.

Se�orita Tarsilla,

cuando dos personas
tienen algo en com�n...

�Qu�?

...es mejor que sean prudentes.

Pozzi, renu�vame el plan a tres meses,
con el doble de inter�s.

No soy idiota.
Tengo dinero en casa.

Una fortuna enorme.

Cuando te enteres de todo,
te dar� un ataque.

Adi�s, amigo.

He dicho que adi�s, amigo.

- Buenos d�as, se�orita.
- Buenos d�as.

- Tiene algo del Marqu�s de Sade.
- No.

- �Y del Bar�n Von Masoch?
- No.

Bien, entonces d�me
"El manual de la higiene sexual".

Bien.

- �Est� ilustrado?
- Cient�ficamente.

�Est� el cap�tulo sobre la p�ldora?

S�, tambi�n la Enc�clica del Papa,
con comentario.

- Adi�s, se�orita.
- Buenos d�as.

- Y a ese Marcuse, �cu�ndo lo leemos?
- No lo s�. Me han dicho que es un co�azo.

Ren� la castigaba por
una culpa que desconoc�a,

pero que sir Stephen
descubri� enseguida.

La entrega.

O era feliz de que Ren� la azotase
y la prostituyera

para que su apasionada sumisi�n

diese a su amante
la prueba de su pertenencia.

�Me gustas toda!

-�Qu� hace usted aqu�? - Es una biblioteca
p�blica. Yo formo parte del p�blico.

Usted es cat�lica, �verdad?
Yo tambi�n.

Bautizado en San Pancracio.

�V�yase!

Hace dos a�os que te observo.

Desde que volv� de Francia.

Con esas piernas. Esos muslos.

�Sabes que tus muslos
son los m�s bonitos de Luino?

- No me toques.
- Te toco cuanto quiero, �sabes?

Me lanzo aqu�, ahora.

Y no me dir�s que no.

S� c�mo eres.

Aspecto de �ngel
y, por debajo, fuego.

No.

�Le decimos al reverendo
que debajo tienes fuego?

Escucha, eres un demonio.

Har�s conmigo lo que quieras.

Pero ahora vete.

Podr�a venir alguien.

Que venga.

No, aqu� no. Te dejar� una nota
en la tienda dici�ndote cu�ndo y d�nde.

Ahora empezamos a entendernos.

�Pero ser�s amable?

M�s que eso.

Maquiavello.

El fin del hombre certifica...

No com�a as� desde el banquete de
la Caja de Ahorros de Gabirate.

Un men� entero, compuesto exclusivamente
de setas.

�Qu� raro!

- �Quieres, Camilla?
- Un poquito.

�Y qu� vino!

As� vale.

Con el �ltimo sorbo de vino,
aclararse la boca en�rgicamente.

En el hospital militar de Bolonia,

el coronel m�dico me dio este consejo:

Deja, ya me ocupo yo.

No lo creer�is, pero nunca he ido al dentista.

- �Permiten?
- Por favor.

- �Haces un poco de sitio, Tarsilla?
- S�.

- Oh, perdone, no son de nuestro huerto.
- Coja una pera, se�or Paronzini.

- No, �por qu�?
- Por favor.

La vida militar no tiene
s�lo aspectos negativos.

Es una forma de educaci�n profunda,
f�sica y mental.

- �Puede darme otro plato?
- Claro.

- Gracias.
- De nada.

Yo las como con piel.

Vitaminas.

Ya est�.

Esa parece buena.

Ay, ay, es la guerra.

Puede que hayan notado
una cierta rigidez de movimientos

en m�.

- Heridas de guerra, supongo.
- Frente griego-alban�s.

Estallido de granada.

En la parte del gl�teo derecho.
M�s bien hacia abajo.

Entender� que es una parte muy delicada.

Con p�rdida de parte de carne.

Y desviaci�n del recto.

- Que ahora es curvo.
- Dios, qu� susto.

Bueno, no se puede decir
que sea muy afortunado,

Esta tambi�n est� podrida.

�Y las consecuencias?

La desviaci�n permanece,

pero sin consecuencias
en mis funciones sexuales.

De tres malas, sale una buena.

Lo que se tira, no cuenta.

Y este es el estudio del pobre pap�.

Bonito.

- Muy bonito.
- Pap� era Procurador.

Y tambi�n naturalista.

Amaba la naturaleza en todas sus formas.

- Incluso las m�s extra�as.
- Un hombre atractivo.

- Un genio incomprendido.
- Mirada penetrante.

El b�ho real, denominado
"grand duque".

Ah, el rey de la noche.

Se dedicaba a experimentos cient�ficos.

Estos los consigui� todos �l.

- �De verdad?
- Y s�lo son calabazas.

�No!

Dec�a que, tanto lo bonito como lo feo,

son resultado del mismo esfuerzo
y son cualidades logradas.

Exacto.

- �Y esto?
- Es su obra maestra.

Bueno, esto es...

Orchidea vaginalis.

Casi siempre dorm�a aqu�,
despu�s de morir la pobre mam�.

- �Aqu�? �Ah�?
- S�, es un sof�-cama.

- Por favor.
- Gracias.

Voy delante.

Esto es un poco mi reino.

A pap� le importaba mucho el orden.

Veo... veo y admiro.

Un poco de blanco, un poco de tinto.
Una peque�a enoteca.

�C�spita!
La felicito.

Algo verdaderamente egregio.

- Gracias.
- Y, adem�s, todo en su sitio.

- Esta, �de qu� cosecha es?
- Mire, mire.

Son vinos embotellados por pap�.

1955

Bachetto.

Incre�ble.

Venga, venga,

En el fondo somos tres hu�rfanas.

Yo, que soy la mayor,
tengo la responsabilidad de la casa.

Mire, aqu� tenemos algunas reservas.

Cuidado.

Hum. Hay de todo, �eh?.

S�,... bueno...

Incluso un viol�n.

�El qu�?

Esto.

Muslamen de cabra secado al sol
a dos mil metros del Gran Para�so.

Se�orita Fortunata,

he pensado profundamente
en nuestro encuentro,

fortu�to, pero quiz� predestinado.

He considerado mi posici�n
y la de su familia.

He conocido a sus hermanas
y he podido apreciar su car�cter.

As� que he tomado una decisi�n.

Siempre que est� de acuerdo, claro.

He decidido casarme con una de las tres.

Y precisamente con usted,
se�orita Fortunata.

Gracias, lo sab�a.

Pero yo...

Pero...

Yo...

Solamente le ruego
que tenga paciencia.

A mi edad...

La tendr�.

Perdone.

A m� no me interesa Paronzini.

- En cambio, t�...
- �Qu�?

Ser�n necesarias algo m�s
que tus manos y el arpa.

Se�oritas Tettamanzi,

antes de que surjan equ�vocos,
cotilleos y malentendidos

por parte de la gente
y tambi�n aqu�, entre la familia,

voy a aclararlo delante de vosotras.

Desde este momento, considerarme
comprometido

con vuestra hermana Fortunata.

Felicidades.
Nos ha pillado desprevenidas.

�D�nde os hab�is comprometido?
�En el s�tano?

Me late muy r�pido el coraz�n.
Estoy tan contenta.

Eres la primera. Te tocaba a ti.
Eres la mayor. Y siempre has hecho de madre.

Ahora tambi�n tenemos un padre.

�Qu� padre? Un marido.
Por fin un hombre en casa Tettamanzi.

Se ha roto el hielo, Camilla.
Ahora nos toca a nosotras.

- Es verdad.
- Vamos, tenemos tanto de qu� hablar.

- No, esperad...
- �No!

�Es todo tuyo
o llevas un postizo?

No, es todo m�o.

Lo he dejado crecer
desde hace 20 a�os.

No hagas una escena.

Hay muchos hombres.

Tarsilla.

No, no, espera.
Ven.

Ven.

Tarsilla.

Si�ntate aqu�.
As�.

- S� buena. Me esperabas, �no?
- S�, s�.

- Pero tienes que entender...
- S�, lo entiendo, lo entiendo todo.

Ahora d�jame hacer.

Ver�s c�mo te entiendo.

- Mira que grito.
- Grita si quieres.

As� nos ver�n tus hermanas, tonta.

No, no.

S�, s�.

No, prom�teme...

No pienses en nada.

D�jate llevar.

No, no...

Estate quieta.
Si no hago nada.

�Socorro!

Huye, deprisa.

- �Caterina!
- �Maldita sea!

�Socorro!
�Socorro!

�Socorro!

�Lo he visto!
�Lo he visto!

- Camilla, �qu� haces?
- �No, no, no cierres!

Tienes que verlo t� tambi�n.

- �Qu� has visto? �Qui�n?
- Una forma humana.

�D�nde? C�lmate, Camilla.

�D�jame!

�Estaba vivo, se mov�a!

- Ha sido el estofado.
- �Qu� estofado?

�La valeriana!

�Lo he visto!

Ahora te doy la valeriana y te calmas.

Aqu� est�.

No, no, no...

Gracias, Tarsilla.

No os vay�is, �eh?

No, nos quedaremos aqu�
hasta que te duermas.

Hubiese sido bonito
seguir siendo ni�as,

las tres juntas.

Buenos d�as, se�oritas.
Buenos d�as, se�or Paronzini.

Buenos d�as, queridas.
Ya conozco la noticia. Felicidades.

- �Qui�n es esa se�ora? -Una buena amiga.
- Nunca la hab�a visto.

Tiene un aspecto dulce.

Uno de estos d�as
habr� que invitarla.

Hoy hace mucho viento. Nada de barco.

Un compromiso es un compromiso.

Buenos d�as.
Enhorabuena.

Buenos d�as.

Buenos d�as.
Felicidades.

Las invitaciones las elijo yo.
Sobrias pero elegantes.

�Qu� hay?
�Tienes miedo de despertar a las monjas?

No, el convento est� desconsagrado
desde hace veinte a�os.

Es mejor ser prudentes.

Ven.

Paolino, tengo hasta las cuatro.
Luego tengo que abrir la biblioteca.

- Pero antes...
- No quiero.

- Venga, vamos.
- No, por aqu�.

- �Qu� hay?
- El viejo convento.

Cuando se cierra la biblioteca,
nadie puede entrar.

Pasa t� delante.

Ten�a raz�n Pozzi.
De casa a la iglesia, de la iglesia a casa.

- �Qu� dices?
- No, nada.

�Vaya desorden!

Parece un desguace.
�Qu� desorden!

Venga, ven que te confieso.

- Confi�same que eres...
- No quiero.

No me gusta bromear con estas cosas.

No estoy bromeando.
Voy a confesarte de veras.

Qui�n sabe cu�nto has pecado.
�Nunca has cometido actos impuros?

Oh, Paolino, venga.

�Qu� crees que soy,
una de tus mujerzuelas?

�Mujerzuelas?
Se dice putas.

Y t� eres m�s puta
que todas las dem�s.

Porque has esperado hasta ahora.

Y ahora ya no puedes m�s, �eh?

Mira, mira.

Han pensado en nosotros.
Ser� nuestra alcoba.

Nuestro "boudoir".

Puede que supieran
que vendr�amos de visita.

Venga. Se buena.
Estate quieta.

As�. No te muevas. As�

As�. D�jate hacer.

Te gusta, �eh?

�Ves como est� bien?

- �No!
- �C�mo que no?

- �Uf, qu� rollo!
- �C�mo es que no han abierto todav�a?

Es raro, la se�orita siempre es puntual.

Me he retrasado un poco
porque he tenido que ordenar mis cosas.

Gracias.

Me gustas toda, toda, toda.

- Me gustas toda, toda, toda.
- �Tarsilla!

�Qu� te parece?

Como en el cine.

Corta es m�s c�moda.

- �Est�s loca?
- �Loqu�sima!

Tarsilla Tettamanzi
por delante y por detr�s.

Tarsilla Tettamanzi
por delante y por detr�s.

- Tarsilla, �qu� te pasa?
- Una cosa maravillosa.

Estupenda.

Ahora os la digo.

No, adivinad.

Nada, no ha pasado nada.

Me he comprado este camis�n, eso es todo.
Un camis�n normal.

Dos mil liras.

�Por qu�?
No me sienta bien.

- As� est� bien.
- Eres una esposa guap�sima.

Vamos.

- Es in�til, se me cae.
-No, est� cogido.

El doctor Raggi te ha informado.

S�, me lo ha dicho todo.

- Espero. - �Est�s segura?
- Si luego no es nada.

Quiero decir que...
es algo natural.

Mil�n, hotel diurno, primera noche
Bolonia, culatello, tortellini

dopple, panna, sangiovese.
Florencia, Miguel �ngel.

Tripa a la florentina.
Vino de Montelupo.

Pompeya, sexo prohibido. Venere, Gragnano.
Capur, descanso. Roma, Papa.

Perfecto.

Por este lado.

Muy bien, Caterina.

Las dos maletas al coche.
Aquella es m�a. Te la regalo.

- Gracias.
- De nada.

Fortunata, �est�s lista?

- Cuidad de la casa, chicas.
- Cu�date.

T� p�rtate bien, Caterina.

- Adi�s, Tarsilla.
- Adi�s, Emerenziano.

Adi�s, Emerenziano.

Vamos a verlos marchar.

Buen viaje, novios. No corr�is.
Adi�s, Fortunata.

- Disfrutad.
- Escribid.

Adi�s.

Felicidades, �eh?

Adi�s.

Eres un cerdo.

Un animal asqueroso.

S�, una bestia.

S�, te has portado bien.

Me has convertido en una mujer.

�Oh, cu�nto tiempo he perdido!

Pero ahora lo recuperar�.

T� eres mi chulo
y yo soy tu puta.

Soy tu puta.

S�, eres mi puta.

Eres...el Popocatepetl.
Eso es lo que eres.

- �Y eso qu� es?
- �No lo sabes?

Un volc�n de M�jico.

Hace fr�o aqu� dentro.

Yo no tengo.

Toma, v�stete o coger�s una pulmon�a.

�Qu� bien me siento!

�C�mo es ese tipo que
se ha casado con tu hermana?

No es un tipo.

Tambi�n tendr�amos que tener
nosotros una cama.

Una buena habitaci�n de matrimonio,
c�lida, c�moda. Har�amos...

..locuras.

As� es m�s excitante.

No es lo mismo.

Ahora que se ha casado tu hermana,
deber�amos pensarlo tambi�n nosotros.

Te confieso que mi vida no ten�a
objetivos antes de ti.

Juego, mujeres.
Este pa�s miserable.

O formo una familia
o me vengo abajo.

Tambi�n para estar en paz
con mi conciencia.

- �Con qu�?
- Con mi conciencia.

Yo te amo.

- Y mucho.
- S�, mucho.

Mucho.

Un telegrama.

�Qu� le pasar� a Fortunata
para pedir que llamemos al doctor Raggi?

Est�n a punto de llegar.
C�lmate.

�Est� bien as�?

Muy bien.

No hemos hecho tanta limpieza
ni en Pascua.

�Ya han llegado!
�S�, s�, son ellos!

�Deprisa, Caterina!
�Vamos!

Caterina, lleva esto dentro
y coge las maletas.

- �C�mo est�is? - Bien, bien. Despacio.
- Bienvenida. - Est� un poco hinchada.

- Qu� bien volver a casa.
- �Vosotras c�mo est�is?

- Ellas est�n bien.
- �Y vosotros? - M�s o menos.

- �C�mo ha ido el viaje?
- Caterina, el abrigo.

- El doctor Raggi est� aqu�.
- �Pero es grave?

- No, no os preocup�is.
- �Hab�is visto al Papa?

- No se pudo. No hubo audiencia...
- Se�ora Fortunata.

- Aqu� est� mi mujer.
- Muy buenas.

La dejo en sus manos.

Venga conmigo.

- Emerenziano, �entonces?
- Nada importante,

pero he querido escuchar al doctor Raggi.
Son cosas un poco delicadas.

Caterina, c�geme los cigarrillos
del abrigo.

- �Los pulmones est�n bien?
- Y el h�gado.

Bueno.

No sabr�a decirle.
Aqu� nunca hemos hablado de estas cosas.

Pero, doctor Raggi,...
un dolor.

Cre�a que iba a morir.

Doctor, �se me pasar�?

A la cama enseguida, reposo absoluto
y comida ligera.

Mi consejo, reposo.

- Dos palabras, por favor.
- Por supuesto, doctor.

Tiene que tener paciencia durante
diez o quince d�as, ya me entiende.

- Suspender.
- Entiendo. Sobre todo por la edad,

- Y por su f�sico.
- �El de ella?

Yo m�s bien dir�a...

- Adi�s.
- Adi�s,

- Caterina, acompa�a al doctor.
- S�, se�or.

- Caterina.
- S�, se�or.

Prep�rame el sof�-cama.
Durante unas semanas dormir� aqu�.

Bien, se�or.

�Vaya una esposa!

- Buenas noches, Emerenziano.
- Buenas noches.

Lo peor ha pasado,
aunque haya sido doloroso.

- Es bonito sentirse una mujer completa,
pero... - �Pero?

- Tienes que entenderme.
- S�.

�Me haces un poco
de compa��a, querido?

Lo que necesitas
es una buena manzanilla.

Te la tomas bien caliente
y duermes tranquila toda la noche.

El doctor Raggi me ha dicho que en dos o
tres semanas podemos retomar.

Y tambi�n me ha dicho que, si queremos,
podemos tener hijos.

No lo creo.

�No me hab�as dicho que ten�as
el �tero cerrado?

Bueno, pero es un misterio.

No tanto. Bebe, bebe.
Te sentar� bien.

Gracias, amor.

Te enciendo la l�mpara.

Qu� buena.

-Buenas noches, querida.
- Eres un tesoro de marido.

S�lo soy un buen marido.

Buenas noches, querida.

Vete a la habitaci�n.

A la una y cuarto
me re�no contigo.

�Oh, madre!

�Ladrones!

�Qu� hace?

Fuera el camis�n.

A m�, las charlas no me gustan.

Nunca he hablado demasiado.

Yo tampoco.

Pero, en esta casa,
ya casi no se habla.

Prefiero los hechos.

-Buenos d�as.
- Buenos.

Buenos d�as.

�Eh, mira!

Unas putillas que pasan.

- �Esa no te gusta a ti?
- No, no me interesa.

Escucha, amigo.

Corta por lo sano.

Vete a trabajar a Francia, a Am�rica,
donde nadie te conozca.

Ve mundo.

�Qu� vas a hacer aqu�?

Don Ferrari, cualquier d�a,

se cansa, y te echa tambi�n a ti.

Este es un pa�s de mierda,

pero la satisfacci�n de verme huir
no se la doy a nadie,

ni siquiera a don Ferrari.

Paolino es un sinverg�enza,
Paolino no trabaja,

Paolino est� lleno de deudas.

Pero Paolino tiene una carta escondida.
Una carta secreta e infalible.

�Sabes lo que te digo?

Un d�a vendr�n todos
a besarme por detr�s.

�Ah, s�?
�Y por qu�?

- Porque s�.
- Ah.

Una guarra como nunca has visto.

Era virgen. Le hice la fiesta
y ahora est� loca por m�.

Me caso con Tarsilla Tettamanzi.

Me salgo al jard�n
con el cigarrillo en la boca

y escupo en la cabeza
de los que pasan por debajo.

�Qu� me dices?

- Ser� una buena sorpresa.
- Puedes decirlo.

S�lo que tienes que ser r�pido.

Yo te renuevo el cr�dito.
Pero puedes irte a pique.

- �Qu� hacemos, querido?
- Comida rom�ntica. Nos vamos a la frontera.

Todos a Lugano.

Nos vamos a divertir mucho.

�Hab�is cerrado bien las puertas?

Esta de aqu� est� cerrada por dentro.

Es la �nica forma de entrar
y sorprenderla.

- �A qui�n hay que sorprender?
- Ahora te lo explico.

Escucha.
Se�or preboste,

la se�orita Tettamanzi, todos los jueves,
cuando la biblioteca est� cerrada al p�blico,

se encierra dentro y deja entrar
por el jard�n a su amante,

con el cual disfruta en el convento.

�Por Dios!

El amante entra a las tres, por la puerta
de via Corosa y sale a las dos horas.

�Caramba!
Una falsa se�orita.

En cualquier caso,
puedes hacer de testigo.

- No, yo no voy al tribunal. - �C�mo?
- No, de tribunal nada.

Una persona a la que le hemos
entregado toda nuestra confianza.

�Qu� influencia moral tendr� sobre los j�venes
de la parroquia y con las hijas de Mar�a?

Las Hijas de Mar�a van a lo suyo.

- �C�mo dices?
- Ya me entiende.

Las tres.

- �Las tres!
- �Y qu�?

El amante entra por la puerta de via Corosa
a las tres.

�Ya! �Tenemos que escondernos!

�Ven aqu�! �Deprisa!

�Deprisa, Giacomo, dentro del armario!
�Vamos!

�Vamos! �Vamos!

Tengo curiosidad por saber si este amante
ser� laico o religioso.

�Prefieres aqu� o en el armario?

Aqu�, mejor aqu�......
est� m�s blando.

Pero escucha, Paolino, esta es la �ltima vez.
Te lo digo ya.

Oh, no, no quiero o�r eso
ni en broma.

- Ya somos novios.
- Espera.

Ahora se quitan todo.

Ahora se ha quitado la camisa.

Ahora se quita las bragas.

Se ha desnudado.

Oh, s�. As�... as�....

S�... s�...

Estr�chame....

Me gusta...

Amor... amor...

�Basta!

�Herejes, profanadores!
�Vamos, Giacomo, fuera, mu�vete!

�No mires, Giacomo, no mires!
�Qu� verg�enza, se�orita Tettamanzi!

�Perd�name, Se�or!

T� lo has visto, �eh?

�Qu� verg�enza!
�Qu� asco!

No he visto nada
ni quiero saber nada.

V�stase.

Tiene que darme explicaciones.

Padre, yo s� que me he equivocado,
pero estoy dispuesto a casarme.

Casarse. Casarse.

- �Cree que as� se arregla todo?
- S�, estoy dispuesto a casarme enseguida.

- Con Tarsilla.
- Hablar� con la se�orita.

- �Te has hecho da�o?
- Un poco.

�Qu� ha pasado?

Se�orita Tettamanzi, d�me la llave
de la biblioteca y v�yase.

Con mucho gusto.

�Se da cuenta de la gravedad?

Me doy cuenta de que un sacerdote

se ha escondido para espiar
cosas que nunca deber�a ver.

- �Pero era usted qui�n hac�a esas cosas!
- Yo no soy un cura.

Era mi deber.

He recibido esta carta.

�Qu� bonito!

Afortunadamente, de algo malo
ha surgido algo bueno.

Su amigo est� sinceramente
arrepentido.

- Dispuesto a arreglarlo.
- Una carta an�nima.

Ha hablado enseguida de matrimonio.

Gracias, pero no ha lugar.

Esta carta la ha escrito �l.

Cuando la biblioteca
est� cerrada al p�blico...

As� escribe un ignorante
que ha estado en Francia.

Don Casimiro,

d�jeme sola con mis remordimientos.

Casarme con un sinverg�enza
y mantenerlo toda la vida...

ser�a demasiado castigo.

�brame, por favor.

�Qu� te pasa, Tarsilla?
No has comido nada.

- Me duele la cabeza. - Pasas mucho
tiempo encerrada en la biblioteca.

S�, puede que sea eso.
Estoy un poco harta.

De hecho, he presentado la dimisi�n.

Ya era hora.

- �La dimisi�n?
- Yo te entiendo.

Se est� tan bien en casa.

Bueno, voy a dar un paseo,

para hacer la digesti�n.

Yo no voy. Perdonadme. Prefiero irme
enseguida a la cama. Buenas noches.

Yo tampoco voy.
Tengo fr�o.

- Te espero aqu�, Emerenziano.
- Salgamos los dos solos.

Como dos novios.

No est�s mucho delante del fuego.
Te desequilibra.

- Buenas noches, Fortunata.
- Buenas noches, tesoro.

- Qu� rom�ntico es el lago.
- S�, es tan hermoso que parece una postal.

�Es verdad!

Tus manos.

Tus manos siempre han atormentado
durante la noche mis sue�os.

Lo sab�a.

Lo he sabido siempre.

Lo sab�amos los dos.
He tenido que tomar el camino de Fortunata

pero era un subterfugio para llegar a ti.

�Un subterfugio...

para llegar a m�?

Esta noche no dormir�. Quiero pensar en
este momento y revivirlo hasta ma�ana.

Es tan bonito pensar en estas cosas

en el calor de la cama.

Pensaremos juntos.

A la una y cuarto,
ir� a tu habitaci�n.

A la una y cuarto.

Caramba, es un reloj.

�Camilla!

Fuera el camis�n.

Toca.

Toca el arpa.

Mira, ya vienen.

�Hab�is visto a esas tres?

Un bonito tr�o.

- Vive como un pach�.
- �Qui�n lo habr�a dicho?

Un tipo con suerte.

Y as� hemos llegado al cierre.

- Hasta la vista, se�or Mettasti.
- Esperemos que no.

Mala puta.

Perdone, �puedo decirle una cosa?

No.

�Qu� mierda!

El hombre consume
en la batalla del amor,

una energ�a muy superior
a la que desprende la mujer.

Por eso, es su obligaci�n alimentarse.

Y si lo dice Mantegazza....

No puedo m�s.
�Sigo en Italia o estoy en Suiza?

Toda la culpa es de ese
desgraciado de Paronzini.

Tarsilla est� ahora all�.

Era fant�stica.

Y yo estaba casi enamorado.

�D�nde est� la l�nea
que marca la frontera?

Aqu� est� el pino.

�Pa�s de mierda!

Iros todos juntos a...

�Cu�l es ese pa�s de mierda?

- Suiza.
- Bienvenido a Suiza.

Venga a repetir esas palabras
al Juez de guardia.

Todos los pa�ses son una mierda.

El armaz�n de toda civilizaci�n,

presente y futura,
se reduce a esta f�rmula:

Gozar y hacer gozar.

Gracias... amor...

Ha sido...

...maravilloso.

Buenas noches.

Frente griego-alban�s.

Un fr�o de narices
y zapatos de cart�n.

Bueno, a trabajar.

Camilla es como un pepinillo.

Es as�.

Tanto lo bonito como lo feo
son cualidades a�adidas.

Una cosa verdaderamente fea es tan
excitante de obtener como una bella.

- Emerenziano, deja que te ayude.
- Gracias.

Mira, tesoro.
Son fresqu�simas.

Las he recogido yo.

- �Pimienta?
- Un pelo.

Basta.

Bien.

�Bueno?

- Buen d�a, tesoro.
- Adi�s, Emerenziano.

A mediod�a en punto,
las tres aqu�.

Y el domingo, descanso.

El guiso, sin la mostaza de Cremona,
no me lo como con gusto.

Entonces me lo como sin nada.
Caterina, �qu� d�a es hoy?

- Domingo. - Eso lo sabemos todos.
La fecha, digo.

- 19. Santa Brisca, virgen.
- �Y?

Aniversario...

- Aniversario de la Cruz... de Guerra.
- Bravo, Caterina.

Ve a la bodega y coge una botella de vieja
reserva de nuestro pobre Mansueto.

- Nebbiolo 195... - �Qu�?
- 55.

Emmerenziano...

Mira a Caterina c�mo aprende del cura

aunque no tanto,

y vosotras, en cambio,
parec�is tres fulanas.

Perd�n, puede ser un piropo
en ciertos casos.

Mutilado de guerra.

Delicia de paz.
18.000 de pensi�n.

No lo digo por m�.

Yo he reaccionado con la fuerza,
con el sentido del deber.

Modestamente, me he ganado
mi posici�n.

Pero, pensemos un poco.

En los dem�s. Los mutilados.
La pensi�n, 18.000.

Fuera un brazo, fuera los dos,
las piernas, �qu� queda?

El tronco.

�Y qu� hacen?

Van a la oficina del ministro.

�Y qu� hacen en la oficina del ministro?

De pisapapeles.

Queridas hermanas Tettamanzi,

la guerra...

es una grande y fea bestia,
os lo digo yo.

El mayor mal.

Peor que hacer a un ciego
ver una pel�cula muda,

os lo digo yo que, modestamente,
he cumplido con mi deber.

Y he recibido mi premio. �Y qu� premio!
Me lo merezco.

Claro que me lo merezco.

Vaya, Paronzini

�Qu� le digo al teniente coronel?

Se�or, no.
Coronel, no quiero hacerlo.

Acepto.
Y le digo s�, se�or.

Ve a coger las traviesas.
Frente de Notaria.

Fango, es lo que digo.

Mierda. S�, mierda hasta aqu�.

Porque hab�a una fosa s�ptica.

Imposible, aunque te agacharas
medio cent�metro

ve�as al enemigo.
Porque as� ve�as las mierdas.

y, �hala!, a coger las traviesas
que no son traviesas como dice el nombre,

sino pedazos de hierro

que van de aqu� hasta el fondo.
Y vamos yo y otro soldado.

Traviesas al hombro.

Una, dos, tres veces.

�Y qu� cre�is que pasa?
Tambi�n �l dispara.

Porque tambi�n �l ha tenido que disparar.

Y me da aqu�.
Con cuatro trozos de plomo.

Con cuatro trozos... de plomo.

Nosotros, perdonad,

hemos ido

a romperle... a romperle...

los huesos a Grecia.

Me han roto el culo.
Me lo han roto.

Carugatti Giovanni.

Sergente Baronzi.

Minutti Antonio.

Baroni Ivo.

Corinto Fabio.

Mezzanotte Mario.

Sormeio Colippi.

Todos all�.

Todos all�.
Sepultados,

en el fango de Albania.

Presente.

Presente.

En fin.

Nebbiolo del 55.

Mejor un buen 55 que un mal 44,
�no os parece?

Mirad qu� cosa.
Mirad qu� esplendor.

Fuera el camis�n.

La guerra.
La guerra para los vivos

- hace muertos. - Por desgracia.
- Pero nosotros estamos vivos.

- �Y cu�nto!
- Muy vivos.

Hermanas Tettamanzi, alegr�a, amor
y grandes abrazos.

Esperad a Paronzini.

Tambi�n en domingo.

Tarsilla.
No.

Est� loco.

Caterina.

Caterina.

Voy a buscarte.

S�.

Qu�date ah�.
Caterina, espera.

�Ay, madre!
�C�mo no me he dado cuenta?

�Socorro!
�Socorro!

�Se�oritas!
�Deprisa!

�Qu� sucede, Tarsilla?
�Qu� son esos gritos?

Se ha apoyado en la pared
y luego se ha ca�do.

- �Qui�n? - Emmerenziano.
- �Emmerenziano!

�Oh, Dios!

�Hay que llamar al doctor enseguida!

... antes de que pase algo peor.

Quiere el diario.

Toma, querido.

Quiere nata.

ignacio gonzalez para cine-clasico.com