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Por todo el mundo se escuchan episodios
dram�ticos de la Resistencia Francesa.

Vds. conocen muy bien ese periodo heroico
en la existencia de la Naci�n francesa.

La historia que vamos a mostrarles no
les descubrir� nada nuevo. Lo sabemos.

Pero, si se la contamos,
es porque es verdad.

Y porque demuestra que, en los dominios
m�s lejanos del imperio franc�s,

m�s all� de los mares, el mismo
esp�ritu animaba a los seres humanos.

AVENTURA MALGACHE

Dirigida por Alfred Hitchcock.

Rodada en los estudios de Welwyn,
Inglaterra, en colaboraci�n con

autores, artistas y t�cnicos de lengua
francesa de servicio en Gran Breta�a.

Londres. 1944. Las autoridades francesas
encargaron a un grupo de actores

formar una compa��a que representara
espect�culos para los soldados,

los civiles y para los muchos ingleses
que amaban a Francia y la conoc�an.

Uno de los actores de este grupo

trabaj� hasta que empez� la
guerra como abogado en Madagascar.

El 28 de junio de 1940...
Pero ser� mejor que se lo cuente �l.

TEATRO MOLIERE.
REPRESENTAClONES EN FRANC�S.

-�Qu� te pasa?
-No entiendo nada. Nada en absoluto.

-�A qu� te refieres?

El personaje que me han dado para la

nueva obra es un oficial alem�n
y no les gusta c�mo lo hago.

Te dir� que eres un gran actor... pero
interpretas un papel que no es �se.

Gracias por nada.

De nada.
Pero yo tengo un buen modelo para ti.

Si hubieras conocido
a mi viejo amigo, Michel.

�Michel Sim�n?

Pero �se no es un papel
que cuadre con Michel Sim�n.

Hablo de Jean-Michel, director de
Seguridad General de Madagascar.

Pero no hablamos de un polic�a.
Se trata de un g�ngster y de los gordos.

Bueno...

Y adem�s, no conozco
Madagascar ni a tu amigo Michel.

Eso no quita que yo
pueda hablarte de �l.

Lo gracioso es que
te pareces mucho a �l.

La primera vez que te vi,
me dije a m� mismo. �Mira, es Michel!

Se os puede confundir f�cilmente,
muy, muy f�cilmente.

Y t� me dar�as la raz�n si hubieras
estado en el Palacio de Justicia

de Madagascar en abril de 1940.

Insisto en que mi cliente es inocente.

Cualquier persona en su lugar

no tendr�a ninguna raz�n
para cometer un delito arancelario.

Es cierto que la seda

que se puso bajo su cargo ha
desaparecido del almac�n. �Pero es seda!

Y yo estoy seguro de que
mi cliente no sabr�a que hacer con ella.

Entonces �qui�n, aparte de �l, podr�a
estar implicado en la desaparici�n?

Quien tuviera inter�s
en que se perdiera.

-�Qui�n entonces?
-Este se�or de la Seguridad General,

por ejemplo,

a quien yo acuso de haber tramado,
urdido y maquinado todo este asunto.

Se�or�a, no entiendo a qu� viene
esto. Espero que tenga pruebas.

Las pruebas que tengo es lo que
han descrito esos dos detectives.

Le ruego que evite cualquier
pol�mica con el testigo.

Soy yo quien debe
llegar a esas conclusiones.

Muy bien. Acuso, en primer lugar,
al Servicio de la Seguridad General

de haber querido repartirse
el veinte por ciento

que se paga oficialmente a aquellos
que descubren delitos arancelarios.

El Sr. fiscal ha reclamado una
cantidad de 200.000 francos que,

con las tasas y los gastos,
sube a m�s de 650.000 francos.

De los que la Seguridad General se
llevar� m�s de 100.000 francos,

y el se�or director
tambi�n se beneficiar�.

Esto es demasiado,
�por qui�n nos toma, se�or?

Por polic�as que han convertido
Madagascar en un feudo de explotaci�n.

-Se�or�a, protesto.
-Letrado, mida sus palabras.

�Le importar�a a su Se�or�a
preguntarle al testigo Michel si,

aparte del inter�s pecuniario
que tiene en este asunto,

no tiene otros intereses
m�s directos y personales?

-Tonter�as, eso son s�lo
divagaciones novelescas.

�Ah, s�? Le importar�a al Sr. taqu�grafo
anotar la siguiente pregunta.

Michel, �qu� ha intentado
con la esposa de mi cliente?

Se�or�a, protesto.

Si contin�a con ataques
personales contra el testigo,

le retirar� la palabra, se�or letrado.

Me reservo el derecho a tomar
medidas contra una acusaci�n as�

y a defender mi honor.

�Honor?
Venga, hombre,

eso no me impedir� decirle a la cara
que es usted un g�ngster, Michel.

-Letrado, eso es intolerable.

El tribunal tomar� medidas
al respecto. Se suspende la sesi�n.

Hasta pronto, se�or Michel.
Hasta pronto.

Vaya con mucho cuidado.

-�S�? Descuide que lo har�.
Hasta pronto, Michel.

�Me ves como un gordo, repulsivo,
un peque�o canalla sinverg�enza?

No, t� das una falsa impresi�n.
Eres m�s bien grande.

Grande, entonces es
totalmente diferente.

Pero, cuando denunciaste
las maquinaciones de Michel,

-�no ten�as ninguna prueba?
-Ninguna prueba, amigo.

Yo hab�a decidido acabar
con ellos y lo hubiera hecho,

pero un peque�o anuncio en la radio...

Le pedimos, si est� preparado a buscar
conmigo, por los soldados, por la lucha

y por el honor, la forma
de acabar con las hostilidades.

Armisticio con Londres.
Hay que hacer algo.

Dios m�o. Nos proponen
una tregua para luchar juntos.

�Cu�ndo han aceptado los combatientes
de Madagascar una capitulaci�n as�?

- �Jam�s!
- �Jam�s!

-�C�llate!
-�No nos rendiremos!

Un momento, amigos.
Hay que hacer algo ya.

-S�, tiene raz�n, Clarusse.
-Pero �qu� quiere que hagamos?

Contactar�n con las
otras secciones de la isla.

Lo har�n enseguida,
ma�ana, quiz� ya.

-Hay que continuar la lucha.
-Inglaterra todav�a puede aguantar.

Y nosotros, tambi�n podemos continuar.

-Estamos hartos.
-Hay que defender la isla.

Hay que seguir adelante.

Un momento, amigos m�os. Hay que
mantener la calma y la sangre fr�a.

Nos pondremos a la disposici�n
de la autoridad militar.

Esta dama, estos
caballeros y yo mismo

constituimos un comit� �nico creado

por todos los grupos combatientes de
Madagascar, en otro tiempo enemigos.

Nos presentamos
como amigos y camaradas.

Y nos ponemos a su
disposici�n, mi general.

Gracias, por haberse unido al fin.

�Cu�les son sus intenciones?

-Continuar la guerra.
-Junto a Inglaterra.

Mantener Madagascar
como parte de Francia.

A pesar del hundimiento de la metr�poli.

Ayudar a nuestros aliados a
conseguir la libertad de Francia.

Nuestro primer objetivo es
organizar la defensa de la isla

contra cualquier
tentativa de invasi�n.

Si Jap�n entra pronto en guerra,

nuestra base militar de Diego Su�rez

ser� muy tentadora para ellos.

Perm�tame, mi general, pero,
sin querer parecer demasiado pesimista,

para defendernos necesitaremos armas,
ca�ones, aviones, tanques, submarinos.

�D�nde encontraremos
todas esas baratijas?

Yo le digo que

s�lo hace falta aliarse a aquellos
que tienen la voluntad de luchar.

No se preocupe,
encontraremos una forma de hacerlo.

-Inglaterra nos ayudar�.
-Francia tambi�n.

Y con la excusa de ayudarnos, sus
tropas ocupar�n la isla y la vigilar�n.

Repasen la historia.

Inglaterra ya nos ha
robado los Alpes, Canad�

y hace tiempo que Sud�frica desea a
Madagascar y a sus riquezas mineras.

Seamos realistas,

sus amigos brit�nicos
podr�an convertirse un d�a en sus amos.

S�, seamos realistas.

Escuchen bien, amigos m�os.

S�, he dicho amigos.

Reconocer�n, supongo, que aqu� en
Madagascar s�lo tenemos tres soluciones:

Ser esclavos de los nazis,

caer ante los japoneses

u olvidar las diferencias
con los ingleses.

Yo personalmente
prefiero la �ltima opci�n.

(VARIOS)
-S�, s�. Tiene raz�n.

Estamos todos de acuerdo.

Mi general,
supongo que es su opini�n personal

pero, en Francia, hay un jefe,
el mariscal P�tain.

Usted debe obedecerle
y esperar sus �rdenes.

En efecto.

Tenemos que reflexionar.

Veamos, amigos,

si no hago nada,

me pesar� la conciencia.

Y si act�o siguiendo una estrategia,

ser� un rebelde.

Exactamente, un rebelde.

No olvide que, por encima de usted,
hay un gobernador general.

�Lo har� prisionero, acaso?

No hay que apresurarse.

Tenemos que estar
seguros de lo que hacemos.

El general empez� muy decidido,
pero no le dejaron muchas opciones.

�Por qu� no te largaste
en el primer barco que zarp�?

Seguro que Michel ya
hab�a pensado en eso.

Seguro que hab�a anulado todos los
permisos para salir de la isla, �eh?

Por supuesto.
Ya no hab�a servicio mar�timo.

Pero estaba todo organizado, ya
hab�amos arreglado nuestros asuntillos

de forma que como quien no quiere
la cosa y sin que nadie se enterara...

Y t�, �por qu� te quedaste?
�Para estar cerca de Michel?

Yo me qued� por la Resistencia.

Mis compa�eros me necesitaban
para organizar m�s salidas.

Como era abogado todos me respetaban
y esto facilitaba mucho las cosas.

Pero, Michel, no era un est�pido.
�No sospechaba nada?

Bueno, claro,
pero yo tampoco era est�pido.

Perm�teme que te diga que yo me
convert� en el mejor actor de todos.

Interpret� muy bien mi papel.

Ni siquiera Michel ten�a
claro de qu� parte estaba.

�Y el gobernador?

�l tampoco se enteraba de nada.

Naturalmente, los tres nos lament�bamos
juntos de los hechos que ocurr�an.

Tambi�n hemos recibido por
tel�grafo un nuevo decreto ley.

�Otro?

Decreto ley, orden, contraorden...
acabar�n haci�ndonos explotar la cabeza.

Prohibido que

todo franc�s o s�bdito franc�s

abandone el territorio
franc�s metropolitano o colonial

para ponerse al servicio
de un ej�rcito extranjero.

Del ej�rcito alem�n, por ejemplo.

Abandonar el territorio
franc�s... yo me pregunto

qu� posibilidades hay
de salir de Madagascar,

una isla sin barcos en servicio
ni comunicaci�n con el exterior.

Es imposible abandonar este lugar.

Otra cosa, Clarusse,

conozco la influencia que tiene entre los
ind�genas y los antiguos combatientes.

Pues bien,

utilic� esa influencia para
cuidar nuestra imagen p�blica.

Es totalmente necesario que hagamos
frente, con todos los medios disponibles,

la propaganda subversiva que
empiezan a hacer los gaullistas.

-S�, s� que va aumentando cada vez m�s.
-S�.

Se�or gobernador, cuente conmigo.

Usted sabe juzgar a los hombres.

Tambi�n quer�a decirle que
es usted un experto en puros.

Estos son excelentes.
Se lo agradezco.

Se�or.

La verdad es que no parece un mal tipo.

Disc�lpeme, gobernador general,
pero yo no opino lo mismo.

No, no, no. Es un buen hombre.
S�, un buen hombre.

Y bien, se�or Guillot, �algo nuevo?

Nueva evasi�n gaullista con diecinueve
oficiales y suboficiales especialistas,

cinco civiles, dos damas
y una ni�a de nueve a�os.

Han abandonado la base y los
acompa�a el capit�n Oloncor Abricur,

que dirige la expedici�n
con el se�or Gabard Emla.

�Lo ve?
Estaba seguro.

Ya le dije que �l est�
al corriente de todo.

Conoce todo lo referente a
la organizaci�n de la Resistencia,

si es que no es el jefe.

Ordene que sigan a Clarusse

e inf�rmenme de todos sus movimientos.
Necesito pruebas sea como sea.

Yo estoy convencido.

S�, pero nada de
acusaciones sin pruebas, Michel.

Las enemistades
personales no me interesan.

El d�a que me traiga pruebas,
yo le escuchar�, pero no antes.

Bien, se las traer�.

Una sola prueba y har� que
lo juzguen seg�n la ley marcial.

Pero, esc�cheme bien,

esa prueba debe ser irrefutable,
i-rre-fu-ta-ble,

�comprendido?

No se preocupe.

Tendr� esa prueba, yo me encargar�
y la tendr� muy pronto.

La cosa se complicaba y,
a�n as�, �pudiste continuar

con ese hombre pis�ndote los talones?

Nada m�s f�cil,

ni m�s sencillo...

con un poco de prudencia, disciplina
y guardando un secreto absoluto.

Buenas noches, Louis.
Disculpad nuestro retraso

pero hay noticias nuevas
y un cambio de planes.

Buenas noches a todos.

Ten�is que estar preparados
para salir el domingo por la noche,

�qu� dec�s?

Podemos estar listos ahora mismo,
inmediatamente.

Perfecto. Partir�is esta
noche en lugar del domingo.

Michel cada vez sospecha m�s y
desconf�a incluso de sus amigos.

Ser�a el colmo.
El cazador cazado.

Ya lo sab�is.

El embarque ser� a
las dos de la ma�ana.

Muy bien.
Me ir� con ellos. Quiero ayudar.

Todos queremos hacerlo,

pero Armand el trabajo
que haces aqu� es vital.

�Supervisar la mercanc�a
que enviamos en los barcos?

�A eso le llama un trabajo
de una importancia vital?

Nuestros amigos ingleses
opinan lo mismo.

Tus informes tienen prioridad en
nuestras emisiones clandestinas

para nuestros amigos del exterior.

Tu trabajo te permite llevar a cabo
esa tarea sin que nadie sospeche.

Lo entiendo.
Me quedo.

Entonces, amigos m�os, �est� claro?
No os mov�is bajo ning�n concepto.

Nos ocuparemos de vuestro equipaje.
Alguien vendr� a recogeros a...

A medianoche.

�Comprendido?
�Est� claro?

No os mov�is de aqu�. Me tengo
que ir. Buenas noches a todos.

Buenas noches, Clarusse.
Guillot, gracias por lo que ha hecho.

Lo hago encantado, de verdad.

Adi�s, muchacho.

Adi�s, Pierre.
Suerte. Adi�s.

Ten�is suerte de poder iros.
Os envidio.

Se�or Clarusse,

querr�a despedirme de alguien,
de mi prometida.

Est� aqu� al lado.
Ser� un instante.

No, es imposible.

Venga, ve. Ve. Y r�pido.

Era todo un sentimental. Si
hubiera sabido que permitir a Pierre

despedirse iba a cambiar todo
el curso de nuestra aventura...

Cari�o, al fin.
Cre�a que ya no vendr�as.

�Qu� ocurre?

Ten�a que venir, pero no deber�a.
Necesitaba verte y Clarusse...

�Clarusse?
Pero, �qu� me est�s contando?

Ivonne, cari�o, esc�chame. T� sabes que
los camaradas se escapan de la isla

para unirse a los aliados y es Clarusse
quien se ocupa de ese movimiento.

Y yo no te lo he dicho antes
porque no quer�a hacerte sufrir.

Pierrot.

S�, cari�o. Debo partir. Es necesario.

Pero, �y nuestra boda? Todo est�
arreglado y �cu�ndo volver�s?

Puede que tardes a�os.

Pierrot, reflexiona,

piensa en nuestro futuro,

en nuestra felicidad,
en nuestra vida.

No puedes hacerme esto.

No tienes derecho.

Ivonne, cari�o, te quiero, te quiero.
T� lo sabes. Nuestro amor es mi vida.

Pero no somos libres,

debemos hacerlo por el valor y el alma
de esos hombres y de sus mujeres, Ivonne.

Yo s� que t� eres valiente.
Por eso te quiero y conf�o en ti.

Debo de irme ya.
Me esperan.

No te dejar�.
No puedes irte.

No te abandono.
Nada nos separar�,

volver� y viviremos felices y en paz.

B�same, Ivonne.
Dime adi�s.

Adi�s.

�Hola?

�Hola, se�orita?

P�ngame

con la Seguridad General.

Dos horas despu�s de esa
peque�a comunicaci�n telef�nica,

yo me encontraba en una celda.
All� estuve 36 d�as en secreto.

Hasta que, despu�s de ese tiempo,
con esta sonrisa que me caracteriza,

tuve que recibir a una mosquita muerta
que era uno de sus chivatos.

-Vaya, se�or Panisse.
-Aqu� me tiene.

Buenos d�as, mi querido
maestro, mi querido colega.

Si pudiera saber la emoci�n
que me produce verle,

es usted el primer contacto
con el mundo exterior.

Querido maestro. Toda la colonia
est� indignada por su arresto.

Y todos los abogados tambi�n.

�Todos? Lo dudo.

Siempre me ha demostrado su simpat�a

y he decidido venir
para ponerme a su servicio.

Es usted muy amable.

Bueno, debo admitir que la
idea de defender una causa c�lebre...

-Evidentemente.
-Y, �de qu� se le acusa oficialmente?

No lo s�. Ni siquiera me han
interrogado una sola vez.

�De qu� se habla en la ciudad?

De la Resistencia, creo,
de colaboraci�n en evasiones.

�De verdad?

�Y aceptar�a defenderme de unos cargos
tan comprometedores? Es Vd. muy amable.

Han constituido un tribunal marcial.
El primero en Madagascar. Es muy grave.

Vaya por donde.
Michel, est� decidido a acabar conmigo.

No podr� con nosotros, cr�ame.
Nosotros... si yo le defiendo.

�Cree que podemos tener alguna
posibilidad de vencer a Michel?

Pero, �qu� prueba puede haber
conseguido Michel contra usted?

Eso es lo que yo me pregunto.

Habr� tenido la precauci�n de quemar
todos los documentos comprometedores.

Querido Panisse, yo no tengo
documentos comprometedores.

Mejor. Por otro lado, deber� contarme
todos los detalles de su historia.

Todos los detalles m�s m�nimos, debo
conocer todos sus puntos d�biles

para poder evitar que se aborden.

Claro.

A lo mejor

puede que tenga en su poder
alguna carta, alg�n telegrama...

�Telegramas? He enviado muchos, pero
por cuestiones de trabajo, desde luego.

Pueden utilizarlos en su contra,
afirmando que tienen doble sentido.

S�, son capaces de todo.
�As� que necesitar� todos los detalles?

Aunque aqu� s�lo tengo
mi memoria para ayudarle.

�Para cu�ndo necesitar� la informaci�n?

Enseguida.
Le he tra�do todo lo que necesita.

-Tenga.
-Gracias.

Perd�n.
No tengo nada para escribir.

Vuelva ma�ana por la ma�ana.
Trabajar� sin descanso.

Perfecto.

Adi�s, mi querido maestro.

Adi�s, "querido" colega.

Bastardo. Sucio chivato. Pelele.

Pensaba que Michel ser�a m�s inteligente
como para creer que caer�as en la trampa

porque ahora lo entiendo perfectamente.

Lo veo...
muy claro.

S�, yo tambi�n,

pero lo que tambi�n ten�a claro es
que Michel estaba muy enfadado.

Primer telegrama.
�ste es para su hermana.

Est� claro.

Las casta�as madurar�n
el 35 de abril.

Pero no hay casta�as en Madagascar.

-Ni existe el 35 de abril.
-�Es todo lo que ha encontrado?

Sr. director, he trabajado 10 a�os en el
ministerio en Par�s. Conozco mi trabajo.

Ya veo.

�Puedo sugerirles una explicaci�n?

�Una explicaci�n?
Adelante.

Con los telegramas, hay dos fases.

Cuando los descifren, entender�n el
sentido. Siempre que descubran el c�digo.

Mi papel se limita a la
primera fase, se�or director.

S�. Entonces,
falta encontrar el c�digo.

Por eso, no hay problema.
Por cierto, �ha averiguado algo?

S�, como me pidi� he
contactado con todos los libreros.

Imposible encontrar un ejemplar
de las F�bulas de La Fontaine.

�Han desaparecido todos?

S�. Se agotaron todos hace
tres meses. No sabemos por qu�.

No recuerdan a qui�n, pero,
sobre todo, a ni�os y a j�venes.

Alguien debi� orden�rselo.

Me dan la misma informaci�n
en todas las ciudades de la colonia.

Creo que ya lo tengo.
La clave est� en La Fontaine.

O sea que pudo descifrar
todos los telegramas codificados.

S�. Reconozco que yo era un conspirador
poco experimentado en esa �poca.

Ahora no cometer�a un error as�.

Supongo que ese rufi�n de Michel se

pasar�a todo el juicio sonriente,
triunfante, hinchado por su �xito.

No, no te creas. En realidad...
Bueno, �c�mo te lo dir�a...?

Se�ores, les hemos presentado los 130
telegramas descifrados que envi� o recibi�

el acusado.

Y prueban de forma irrefutable que
Clarusse no s�lo era el organizador,

sino que era el
jefe de la Resistencia.

En ese caso,

tengo el honor de pedir a este tribunal
la pena capital contra Clarusse.

�La defensa tiene
alguna declaraci�n que hacer?

El tribunal apreciar� la
franqueza de mi cliente.

�l le dir�: "S�, he recibido
esos telegramas",

"S�, estaba al corriente
de las evasiones".

"Pero no creo que nadie pueda demostrar
que durante estos tres �ltimos meses

he participado de alguna forma
en el movimiento de la Resistencia".

Por lo tanto, deber�n
probar esta acusaci�n,

si no

deber�n pagar a mi cliente los da�os
y perjuicios que le hayan causado.

Por tanto, el tribunal marcial condena
a Paul Clarusse a la pena de muerte.

Y ordena que la presente
sentencia se ejecutar�

24 horas despu�s de haberse pronunciado.

Entonces, te mataron.

Afortunadamente, algunos amigos
consiguieron mandar un cable al

mariscal P�tain para
que permutara mi sentencia.

P�tain, qu� dulce iron�a.
Tuviste suerte.

-Bueno, pero mi c�lera se reforz�.
-Y, �mientras, la resistencia?

�La resistencia?
Segu�a en contacto con ellos.

-�En serio?
-S�, incluso en mi peque�a celda,

manten�a mi querido
despertador pegado a la oreja.

S�, el peque�o truco del
despertador Michel no lo descubri�.

Maldito est�pido.

S�lo era un receptor
de radio, pero lo quer�a mucho.

Lo quer�a m�s que a una amante.

�Y Jean-Michel ya no
se interes� m�s por ti?

Imag�nate. Intent� embaucarme
para conseguir averiguar algo.

Qu�tenle las esposas.

D�jennos solos.
Ac�rquese Clarusse.

Como ver�, conf�o en usted.

�sta puede que sea la �ltima
vez que nos veamos, Clarusse.

y tenemos que hablar
de hombre a hombre.

Beba un poco.

Le ir� bien.

Tengo una mala noticia que darle.

Se marcha.

S�, est� decidido, se va al exilio.

Es una verdadera pena, Clarusse.

Un hombre como usted,

que lo pierde todo en esta aventura.

Ha luchado contra molinos

y acaba solo y vencido.

En fin, me da pena, no por Vd., sino por
los suyos, por todo lo que quer�a cambiar

y lo que va a sacrificar.

Si no me cree, me da igual,
pero le dar� una �ltima oportunidad.

Puedo evitar su marcha,
mantenerlo en Madagascar,

hacer su sentencia m�s soportable.

Ver� a su familia m�s a menudo
y estar� en contacto con ellos.

Beba un poco.

Hablemos claro,
puedo evitar su marcha

si llegamos a un peque�o acuerdo aqu�.

Si me dices d�nde est�
vuestro transmisor secreto,

el nombre del operador
y el c�digo que us�is.

Y bien,
�aceptas el trato?,

�cumplir�s tu parte?

Venga, bebe. No seas terco.

Por el futuro y a tu salud,

hip�crita asqueroso.

Un melodrama muy malo.
Mi personaje no hubiera actuado as�.

-�Tu personaje? �De qu� hablas?
-Yo hablo de mi papel, de m�.

Te ha birlado a tu Michel,
cuando quieras saber de �l...

Me dirigir� a �l.

Por lo que veo tu �nica posibilidad
era que la resistencia te salvara.

O uno de los barcos que
transportaban contrabando de guerra.

La posibilidad de
que la Marina Brit�nica

interceptara vuestro
convoy era una entre un mill�n.

Una entre un mill�n.

Ven a verlo con tus propios ojos.
Veo humo por encima de la pasarela.

�Qu� ves?

Puedo verlo a lo lejos,
en el horizonte.

Dios m�o.
Veo el humo.

S�, pero eso no significa nada.

Al fin, ya est�.
Est�n enviando un mensaje.

S�, s�.

Ven a verlo.
�Ven a ver las se�ales!

�R�pido! M�ralo bien.
�Lo ves?

Es la libertad que llega.
Estoy seguro de que son nav�os ingleses.

Y se produjo el gran milagro.

La vida del Paul Clarusse,
noveno episodio.

Convenc� a los aliados para que me ayudaran
a crear un puesto de radiodifusi�n

para hacer que Madagascar
se decidiera a ponerse de su lado.

Desde su puesto clave en el �ndico,
Madagascar recibir�a a todos sus amigos.

Hab�a que hablar con los franceses,

pero tambi�n con los
malgaches, los indios, los chinos

en un lenguaje que pudieran entender.

Eso requer�a mucho personal.

(HABLA LENGUA EXTRANJERA)

Hola, hola Madagascar.

Aqu� Madagascar Libre
que os habla cada noche.

(HABLA LENGUA EXTRANJERA)

Hola, a todos.

Proclamad la autonom�a pol�tica
y econ�mica de Madagascar

y apoyad a los aliados.

Escuchadme bien, todos.
T�, t� tambi�n, Michel,

asqueroso hip�crita,

maldito bastardo criminal.
Marioneta de P�tain.

Vichy dejar� que los
japoneses se instalen en Madagascar,

pero esperamos que
los aliados se adelanten a ellos.

Cuando lleguen, acogedlos como
a libertadores y no como al enemigo.

No luch�is contra ellos a
pesar de las �rdenes de Vichy.

Buenas noches y hasta ma�ana.

El tribunal especial del Imperio ha
condenado a muerte al rebelde Clarusse

por hacer propaganda radiof�nica
sediciosa y anti francesa.

Y mis predicciones se cumplieron.

En 1942, los brit�nicos
desembarcaron en Diego Su�rez.

Desde Vichy, se dio orden de luchar.

Los ingleses ocuparon
la ciudad militarmente,

pero quince d�as despu�s,

el general ingl�s Storch
declar� solemnemente

que la �nica bandera que deb�a
hondear sobre el ayuntamiento franc�s

de la ciudad francesa de Diego
Su�rez era la bandera francesa.

�Y Michel? Seguro que
comprendi� tus avisos y escap�.

Querido amigo, creo que todav�a no has
captado el verdadero car�cter de Michel.

La verdad es que desde que
se le inform� del desembarco aliado...

Pero, hombre, nos tomas el pelo.

No ir�s a decirme que
los ingleses no lo procesaron.

-Por supuesto.
-�Lo detuvieron?

Pues claro y lo encarcelaron.
Era lo que se merec�a.

Y dices, Clarusse, �que la naturaleza
me ha dotado f�sica e intelectualmente

para hacer el papel del infame
y execrable Michel?

Escucha, yo lo �nico que he hecho es

intentar describirte al
personaje que debes interpretar.

Pues yo digo que es un insulto,

y una ofensa por parte de una persona
detestable. Bastardo asqueroso.

-Ser�s desgraciado.
-Venga, compa�eros.

�Qu� pasa ah� dentro?

Ensayamos, agente, ensayamos.
�Verdad, compadre?

S�, s�.

A escena, se�ores.

-�Qu� ha dicho?
-Te toca salir.

-Olvida lo que te he dicho.
-Tranquilo.