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Hago este viaje cada dos semanas
y siempre tengo ganas de llegar.

Siempre me acompa�a el recuerdo
ded los momentos m�s felices

No, no cambiar�a nada
de lo que he hecho.

Mi historia fue dolorosa
pero no triste,

y me gusta pensar que comenz�
un d�a de fiesta,

a principios de Julio de 1944.

Gracias.

- �Vive aqu� Castellucci?
- S�, pero no est�.

- �No sabe si volver�?
- Claro que s�, pero tarde.

Bueno, ya que estoy aqu�,
esperar�.

- �Es usted su hija?
- S�.

- �No est� su madre?
- No.

�Tendr� hilo y aguja?
Mientras espero podr�a coser esto.

Pase.

No, deje.

No se moleste, puedo hacerlo yo.

Al vivir en la monta�a, los partisanos
aprendimos hasta a coser.

S�base all�.

Fui compa�ero del pobre Sante.

Una vez me habl� de usted,
pero cre�a que...

La verdad es que
no se parecen mucho.

- Claro, no era mi hermano.
- �C�mo dice?

�C�mo que no era su hermano?

Era mi hermanastro.

S�, era hijo de mi madre,
mi padre s�lo le di� el apellido.

Pues para m� era como
un hermano.

- Ya est�.
- Gracias.

�C�mo se enteraron ustedes?

Por un campesino
de Monte Espertole

que estaba all� cuando
lo detuvieron.

Supimos mucho despu�s
que lo hab�an fusilado.

- �D�nde est� mam�?
- Ha venido este chico.

Fui compa�ero de Sante.

Encantado, joven,
me alegro de verlo.

Mara, trae una l�mpara,
que no se ve nada.

No tenemos electricidad,

esos malditos alemanes,
antes de irse, lo volaron todo.

Si�ntate.

- As� que combatiste con Sante?
- S�.

Y estaba con �l en Monte Espertole
cuando lo detuvieron.

- �Eres de por aqu�?
- De Volterra.

Voy de regreso a casa. Y ya que
me quedaba de paso, pens� en...

- Has hecho bien en venir. Bebe.
- Gracias.

Los compa�eros de Sante
son como hijos para m�.

Est�s en tu casa.

Puedes dormir en
la habitaci�n de Mara.

T� ir�s a dormir a casa de Liliana.

- �C�mo te llamas, hijo?
- Arturo Capellini,

pero me llaman Bube.
- �Qu� apodo ten�as de partisano?

"Vengador".

Anna, este chico fue compa�ero
de nuestro hijo.

Buenas noches.

Comprendela

para una madre, perder un hijo
es un golpe muy duro.

Fue duro para todos.

Tendr�s que conformarte
con lo que hay,

un plato de sopa
y medio vaso de vino.

S�, es el men� de los pobres.

Los ricos comen carne y pollo,
y los pobres, sopa de col,

y ahora hasta sin sal,
ya no la hay ni en el mercado negro.

He aguantado durante 20 a�os...
pero ha llegado nuestro momento.

Nos liberamos de los fascistas,
echamos a los alemanes

y ahora debemos arrancar
la mala hierba

de los que explotan al pueblo,
de una vez por todas.

- �Qu� hace?
- �Tiene miedo?

Est� descargada.

�sta...

Ha ajustado muchas cuentas,

y todav�a no ha terminado
con los fascistas.

Tome, se la regalo.
Es seda de paraca�das.

�La ha tra�do para m�?

- �Le gusta?
- S�, me har� una blusa.

Empiezo a sentirme muy cansado.
Emprend� el viaje esta ma�ana.

- Gracias por el regalo.
- De nada.

Lo esper� durante m�s de un mes,

luego empec� a pensar
que nunca volver�a.

Quiz� fuese cierto que
hab�a venido por Sante

y que yo no le importaba nada.

Estaba segura de que si lo ve�a
otra vez, sabr�a qu� pensaba.

Pero Bube no daba
se�ales de vida.

- Mara, �ad�nde vas?
- Estoy aqu�.

- No, vas a salir.
- No, estoy aqu�, pesado.

- Hola Mara.
- �Ya has terminado de trabajar?

- Hay huelga. Sal.
- No puedo.

Tengo que cuidar a Vinicio.
Tiene fiebre.

- Pues d�jame entrar.
- No.

- Vamos, s� que no est� tu madre.
- no quiero que entres.

- Pues entro igual.
- No puedes, he puesto la tranca.

- Tienes miedo, �eh?
- �De ti? �Qu� va!

- Entonces, ir� a ver a Liliana.
- Pues vete.

Ir�, pero seguro que te da rabia.

- Idiota, pero si no me importas.
- �Ay, est�pida! �Me has lastimado!

Me juraste que no hablar�as m�s
con Liliana, pero os vi juntos.

- Me da m�s satisfacciones que t�.
- S�... es medio estr�bica.

No seas remilgada,
que bien que te he metido mano.

Pero no lo sabe nadie, si lo cuentas,
dir� que eres un mentiroso. Adi�s.

Buenos d�as.

- Buscaba a su padre.
- Est� en Colle

Volver� esta noche.

Necesito verlo, pero no tengo
tiempo, no puedo esperar.

Vine en moto con un amigo,
me recoger� a mediod�a.

- Se ha afeitado.
- �Ah, s�!

Cuando �ramos partisanos
nunca nos afeit�bamos,

y por eso a veces me olvido.

Voy a ponerme la blusa,
ver� qu� bien me queda.

�Qu� blusa?

La que me hice con la seda
que me regal�.

- �Qu� tal me queda?
- Bien.

- �Est�n bien todos en su casa?
- S�.

- �Y su novia?
- No tengo novia.

No he tenido tiempo de pensar
en esas cosas.

El a�o pasado por estas fechas,
ya me hab�a ido de casa.

por culpa de los fascistas.

Pero ahora ya hace tiempo
que ha vuelto.

S�, pero �qu� se cree?, de d�a
trabajo y de noche voy al partido.

Pues hoy no ha ido a trabajar.

Bueno, hoy quer�a...

hac�a mucho que quer�a
hacerle una visita.

Qu�dese aqu�, no se mueva.

Pru�bemelo.

Hola, Liliana, �qu� haces?

Hola.

Mira, he comprado
4 metros, �te gusta?

�Y estos zapatos?
�Te gustan?

Deber�as comprarte un par
t� tambi�n.

Ahora no tengo tiempo,
estoy con alguien.

- �Con qui�n?
- Con �l.

Mara,

escucha, haces mal saliendo
con el primero que pasa.

- No es el primero que pasa.
- Es la segunda vez que lo ves.

Adi�s.

Se hace la remilgada, pero
ni los perros le hacen caso.

�Ad�nde fue?

A preguntar en la cantina
si serv�an comidas.

Comer� con nosotros.

- No, no quiero molestarlos.
- Venga, vamos. Vamos.

- �Qu� pasa?
- Nada.

�He dormido mucho?
Debe de ser tarde.

�Las tres y media!

Mi amigo ya deber�a haber llegado.
Ven�a en moto.

�Qu� graciosa!

Espero que no le haya
ocurrido nada.

- A lo mejor vino y se fue.
- Yo no o� ninguna moto.

�Ah, por fin!

Ah� viene.

- Hola, Bube.
- Hola.

Buenas tardes.

- Adi�s. Saludos a su padre.
- Adi�s.

- �Hay alguien?
- �Qu� desea?

- �Tiene huevos para vender?
- �Cu�ntos quiere?

- Todos los que tenga.
- Voy a ver.

El verano acab� y
no pude volver a verlo.

En oto�o,
en vez de �l, lleg� Carlino.

un proveedor de abastos
de Volterra.

- �Es usted Mara?
- S�.

Esto se lo env�a Bube.

Si quiere enviar respuesta,
estoy en la cantina.

Era la primera carta que recib�a
en mi vida,

y temblaba al pensar en leer
palabras de amor.

"Querida Mara: por el que le lleva
esta carta env�o un poco de sal...

que consegu� de estraperlo
para su madre;

y para usted estas l�neas.

Espero pronto tener ocasi�n
de verla a usted y a su familia.

Saludos, Bube".

Le respond� que hab�a hecho mal
molest�ndose tanto,

porque ahora ya se consegu�a sal
en Monte Guidi.

No era cierto, naturalmente,

pero deb�a aprender a ocuparse
m�s de m� y menos de mi padre.

Carlino volvi� un par de veces,

porque Bube, si hablaba poco,
escrib�a a�n menos.

Otra carta de Bube.

- Tome.
- Adi�s y gracias.

Espere un momento, se�orita,
quiero preguntarle algo.

- �Conoce a Bube hace mucho?
- Hace tres meses, �por qu�?

�No tiene miedo de salir con �l?
En Volterra,

las chicas no se atreven.
- No me importa.

- �Por qu� me cuenta esto?
- Por su bien, chiquilla.

�Las manos quietas!

Oiga, me ha interpretado mal,
estoy casado,

y no me atrever�a
a molestar a la chica de Bube.

Pobre loco.

Castellucci, correo.

En invierno, cuando empez� a
funcionar de nuevo el correo,

comenz� a escribirme con
regularidad, una vez a la semana.

Me hablaba de su trabajo,
me informaba de todo.

Se comportaba como
si me quisiese,

pero siempre se olvidaba
de dec�rmelo.

�Vamos!

Es Bube.

- Hola.
- �Por qu� no has ido a casa?

- Quer�a hablar antes contigo.
- Bueno, dime.

Sobre todo quer�a decirte que
me voy a vivir a San Donato.

- �Ad�nde?
- A San Donato, cerca de Florencia.

�No te estar� esperando
alguna chica?

Pero �qu� dices?
All� no conozco a ninguna chica.

Unos compa�eros
han encontrado un cami�n

y vamos a crear una cooperativa
de transportes.

Carlino prometi� llevarme
hasta Colle,

all� buscar� c�mo llegar a Florencia,
y luego a San Donato.

- �Me est�s escuchando?
- �No soy sorda!

Ahora debo ver a tu padre sin falta.
�D�nde est�, en Colle?

�Para qu� tienes que ver
a mi padre?

- Para hablar de nosotros, �no?
- �De nosotros?

- �Y a santo de qu�?
- �C�mo que a santo de qu�?

�No quiero hacer las cosas
a escondidas!

En mi casa ya lo he dicho y ahora
habr� que dec�rselo a tu familia.

�Est�s loco! A mi familia no le importa
ni debe importarle.

�Debo irme, no puedo perder
tiempo ahora!

�Vete, corre! �A qu� esperas?

Vale, ya me voy.

Adi�s.

Adi�s

Oye...

tal vez no nos veamos
en mucho tiempo.

�Nos damos un beso?

- Adi�s.
- Adi�s.

- Buenas noches, mujeres.
- Hola, pap�.

- Dime, hija, �estar�s contenta?
- �Por qu�?

Yo tambi�n, me alegro de que
mi hija se haya prometido.

- �Qu� ha hecho tu hija?
- Juega.

- �C�mo? �No te lo ha dicho?
- �El qu�?

Se ha prometido con Bube.
S�...

Me ha pedido permiso y
se lo he dado, porque es honrado,

y porque es partisano.

Con esas ideas desgraciaste
a mi Sante y ahora a ella.

- Pero �qu� dices?
- Que si quiere irse con un partisano,

que se vaya.
- C�llate.

Pero aqu� en casa no lo quiero.
�Entiendes?

Ll�vatelo a los campos, adonde
quieras, pero no aqu�. �Aqu� no!

�Juega!

Otra vez hab�a hecho algo
sin consultarme.

Me di� tanta rabia, que como castigo
decid� no darme por enterada,

y no le dije a nadie
que estaba prometida.

�Mara!

�Mara!

- �Qu� quieres?
- Ven a casa, ha venido Bube.

- Ha venido Bube, �oyes?
- Te he o�do.

S�, es una chica rebelde,
pero cambiar�.

Por ahora, en Volterra est�s
m�s seguro que aqu�.

Haz una cosa: ma�ana tomas
mi bicicleta y te vas a Colle,

y luego hasta Volterra
en el autob�s de l�nea.

La bicicleta me la dejas
en la sede del partido.

Ya que tengo que ir a Volterra,
podr�a llevarme a Mara conmigo,

para presentarle a mi familia.

Bube, Mara dice que vayas t� all�.

No, dile que venga, hay cosas
importantes de las que hablar,

y que se d� prisa.

No viene.

�Pesado! �Vete!

- Pap� ha dicho que vayas deprisa.
- D�jame bailar. Vete.

Peor para t�. Te he avisado.

�Puedo beber?

Mara, perdona, pero yo tambi�n
quiero bailar.

�Devu�lveme los zapatos!

- �No me los voy a comer!
- No, pero me los estropeas.

Cuidado, no me pises.

Aqu� est� Mara.

A ella le puedes contar lo que
te ha pasado, pero no a su madre.

Buenas noches.
Seguro que no me esperabas.

- Cre�a que hab�as muerto.
- �Porque no te escrib�?

Es que he tenido mucho trabajo.

Como compensaci�n, he ahorrado
un poco de dinero.

Ya se nota, te has hecho
un traje nuevo.

No, es el de siempre.
S�, est� un poco usado.

Me comprar� uno nuevo
en Volterra.

He ahorrado casi 20.000 liras.

Entonces podr�as haberme tra�do
un regalo.

Se me ocurri�, pero tuve que venir
de improviso.

- �De improviso? �Por qu�?
- Ha sucedido algo.

El negocio nos iba muy bien,

pero el sargento de "carabinieri"
siempre quer�a fastidiarnos, siempre.

Incluso quiso confiscarnos
el cami�n.

- �Por qu� la tom� con vosotros?
- �Por qu�?

Porque en el fondo
era un fascista.

Dec�a que era antifascista,
pero en la oficina ten�a colgada

la foto del rey,
el amigo de Mussolini.

�Entiendes lo antifascista que
era el sargento Cecora?

- �El sargento "ciego"?
- No.

No he dicho "ciego",
sino Cecora.

�Por qu� te r�es?

Un sargento ciego no podr�a
atrapar a los ladrones.

- Ya no atrapar� a nadie m�s.
- �Por qu�?

Ayer celebraban algo en la iglesia.

No s� qu� celebraban...
creo que era la Ascensi�n.

Yo estaba con Ivan y Umberto,
mis compa�eros de trabajo.

Ellos estaban con dos chicas
que quer�an asistir a misa.

Cuando llegamos a la iglesia
el cura no quiso dejarnos entrar,

porque dijo que llev�bamos
pantalones cortos.

�C�mo?

Yo estaba vestido como ahora.

Ivan y Umberto llevaban pantalones
cortos y un pa�uelo rojo al cuello.

Pero la del cura s�lo
era una excusa.

No quiso dejarnos entrar
porque fuimos partisanos.

Y Umberto se lo dijo alto y claro:

"Antes los fascistas llegaban
con su bandera y los dejaba pasar,

d�jenos pasar a nosotros
con el pa�uelo rojo".

Pero nada, no cedi�.

Luego lleg� el sargento Cecora
y le di� la raz�n al cura.

Le expusimos nuestras razones,
pero no lo convencimos.

Entonces lo pusimos
contra la pared,

porque no est�bamos dispuestos
a soportar abusos,

y as� ocurri� lo que ocurri�.
- Pero �qu� ocurri�?

Tal como lo cuentas
no entiendo nada.

Es que no me prestas atenci�n.

El sargento,
al verse contra la pared,

sac� la pistola y empez� a disparar,
le dio a Umberto y lo mat�.

Pero lo hemos vengado.

Primero matamos al sargento
y despu�s a su hijo.

Lo mat� yo.

Sali� de no s� d�nde,

y al ver a su padre muerto,
empez� a pedir socorro.

Cuando vi� que lo apuntaba,
empez� a correr como un loco.

Corr� detr�s de �l,

pero intent� refugiarse en una casa,
justo cuando iba a alcanzarlo,

entonces lo segu�
por las escaleras.

Cuando lleg� arriba
tuvo que detenerse,

y entonces dispar�.

Fuera de la iglesia,
imag�nate la escena...

Se hab�a congregado una multitud.

Y aquella pobre chica,
la novia de Umberto,

chillaba, lloraba, gritaba
que no pod�a ser cierto.

Tuvimos que llev�rnosla de all�
a la fuerza.

- �Contenta de ir a Volterra con �l?
- �C�mo dices?

- S�, va a conocer a su familia.
- �Qu� familia?

Si a tu padre no le importa
que vayas...

Bube, que Mara te haga la cama
en la cocina.

�Por qu�? Puede dormir en
mi cuarto, yo voy a casa de Liliana.

No, mejor que no sepa que Bube
ha dormido aqu� hoy.

Querido, te vas solo a Colle.
Y a Volterra tambi�n.

�Por qu�?

�Porque no debes hacer
y deshacer sin pedirme opini�n!

- �No lo hab�amos decidido?
- �Qu� hab�amos decidido?

T� y mi padre decidisteis,
pero yo no soy tu sirvienta,

as� que de ir a Volterra, nada.
- Quer�a presentarte a mi familia.

�Qu� bien!

Ni siquiera tu madre
se ha opuesto.

�A ella no la metas!
�Si me voy, se alegrar� mucho!

�Y si no vuelvo, mucho m�s!

Ma�ana quer�a comprarte
un regalo en Colle

- �Me comprar�s unos zapatos?
- Claro.

Tengo dinero ahorrado,
puedes pedirme lo que quieras.

- �Un par de zapatos de tac�n?
- S�.

�Buscas compa��a?

Se�orita, venga aqu�...

Venga a ver lo que tenemos,
mire los platos que tenemos.

Seguro que tiene...

Se�orita, venga a ver,
le har� un precio especial,

a mitad de precio,
hoy me voy a arruinar.

Se�ora, venga y compre algo,
mire, platos...

�Por qu� no me esperaste
delante del partido?

�Qu� haces aqu�?

- Quer�a ver el mercado.
- Te dije que no te movieras de all�.

Suelo hacer lo que quiero.
Si te parece mal, est�s listo.

Haz lo que te digo, si no me
obedeces, tendremos problemas.

- Bromeaba, te lo tomas todo en serio.
- Yo nunca bromeo. Vamos.

- �A comprarme unos zapatos?
- S�.

- �All�, all� hay!
- No.

En el mercado no,
vamos a una tienda, es mejor.

- �Desea algo?
- S�,

quiero unos zapatos de tac�n
para ella.

�C�mo los quiere la se�orita?

Como �stos de aqu�
con la tira negra.

Los de piel de serpiente.
Se los ense�o enseguida.

- �De piel de serpiente?
- Vamos.

- �Son �stos, se�orita?
- S�.

Perm�tame el pie.

- �Cu�nto cuestan?
- 1.200 liras.

- Son de su n�mero, �le gustan?
- S�, mucho.

Ven, vamos.

Esp�rame.

- �Est�s c�moda?
- De maravilla.

�Qu� da�o!

Pero son bonitos, �no?

Ahora me compras un bolso, �eh?

Te lo compro en Volterra,
tranquila.

- �Comemos en la "trattor�a"?
- �Tienes hambre?

No, pero nunca he estado en una.

�Lo ves? Es demasiado pronto.
Todav�a no hay nadie.

- �No se puede pasar?
- En la ciudad no se estila eso.

- �Quieres un aperitivo?
- �S�, s�!

�Quieres sentarte o prefieres
tomarlo de pie?

No, no, de pie.

Dos verm�s.

�Bube? �Bube!

- Dime.
- �Te gusto as�, elegante?

Me gustas como eres.

- �Tambi�n con estas gre�as?
- Toma, bebe.

- �Quieres comer un pastel?
- �Ah, s�!

�C�mo se hace?

Eres un cielo.

- Habla m�s bajo, te oyen todos.
- �Qu� hay de malo?

- �Puedo sentarme?
- Si�ntate

�Ven aqu�!

�Vamos, ven!

- �Qu� hacemos ahora?
- �No est�s comiendo y bebiendo?

Mira ese cura, qu� sotana
tan llena de manchas.

Lo conozco.

Ojal� no me vea,
no quiero hablar con �l.

- Bebe y nos vamos al restaurante.
- �Acabamos de llegar!

-No quiero que me vea ese cura.
- �Por qu�?

Era el cura de mi parroquia.
De ni�o fui monaguillo suyo.

- Estar�as muy guapo de monaguillo.
- �Qu� hace ahora?

- Se ha ido.
- �De verdad?

Te lo juro.

Vamos a comer.

�Espera!

�Lo ves? Si hubi�semos
venido antes.

Pueden sentarse
en aquella mesa.

- Hola, Bube.
- �Memmo! �C�mo est�s?

- �Qu� haces en Colle?
- He venido por trabajo.

- Perdona, esta es mi prometida.
- Encantado, se�orita.

- �Qu� hay de nuevo por Volterra?
- Todo sigue igual.

- �Y t�, vuelves a San Donato?
- No, si vuelve, lo meten en la c�rcel.

- �No ten�as que ir al servicio?
- �Ah, s�!

- �A qu� se refer�a?
- �Qu� le sirvo, se�or?

- Dos de espagueti, por favor.
- Bien.

�Qu� ha pasado?

- Est� claro que nos provocaron.
- Es un asunto feo.

-�Qu� crees que deber�a hacer?
- Debes esconderte un tiempo.

A ver qu� te dicen Bava y Lidori
cuando llegues a Volterra.

Pero �c�mo?
�Ya has pedido por m�?

Tardabas en venir.
Come. Vamos, si�ntate.

Iremos a la carretera de Volterra,
a ver si nos lleva alguien..

S�, mejor no te dejes ver mucho,
tienes raz�n.

- �Ha dormido?
- No, no me dejaron las hormigas.

Me sub�an por las piernas.
�Ha pasado alg�n coche?

�Has visto? Pod�amos
habernos quedado en Colle.

- �Por qu� has tra�do a �se?
- Tengo buenas razones.

Es del comit� de liberaci�n, puede
ayudarme con lo de San Donato.

D� la verdad, no lo aparentas,
pero tienes miedo, �eh?

�El autob�s!

- Memmo, �qu� hacemos, subimos?
- S�, o nos pasaremos aqu� la noche.

�Bube, menos mal que est�s aqu�!
El cura de Solfi est� dentro.

�Sube, sube, Bube, r�pido!

�Bien! Ahora las pagar�.

�Asesino!

- Bube, �has visto al cura de Solfi?
- 90 liras. C�llese, se�ora.

Est� all�.

�A mi hija tambi�n le mat�
un hijo!

Todos lo conoc�ais,
era un muchacho de 19 a�os.

- Se llamaba Silvano Valdini.
�Canalla! �Vete!

- �Vete, que te mato!
- Calma, se�ora.

- No arme un l�o en el autob�s.
- �D�jeme!

Es cierto, lo que dice es cierto.

- �D�jeme!
- Se�ora, si�ntese.

�Qu� sabe usted?
�Era mi nieto! �Criminal! �Criminal!

- �Es pariente suya?
- No.

Si no se calma, har� parar
el autob�s para que baje.

Bube, debes vengar a mi nieto.
Hay que hacer justicia.

Pero ahora c�lmese.
Vamos, vamos, c�lmese.

�Qu� hizo ese cura?

Estaba de parte de los fascistas
y de los alemanes.

En Volterra no lo han olvidado.

Ten�a 19 a�os,
era un muchacho como t�.

Se�ora...
todos hemos perdido a alguien.

El hermano de mi prometida
estaba de partisano conmigo.

- Lo mataron los alemanes.
- Lev�ntate.

- Si�ntese, se�orita, venga, venga.
- Si�ntate all�.

Si�ntese.

Tambi�n le han matado
un hermano, �verdad?

Bube, no te metas en l�os.

Aqu� mandan los ingleses
y los americanos.

- No les des raz�n para intervenir.
- S�.

�Baja alguien en San Lazzaro?
Con permiso.

- Adi�s.
- Adi�s, Memmo.

- Hola.
- Aqu� viene el cura de Solfi.

- Subid. Est� all�.
- Tambi�n est� Bube.

Vamos, subid.
Est� all� al fondo.

�Que baje...!

- El cura de Solfi va en el autob�s.
- Y Bube tambi�n.

- �Ha vuelto!
- �Guido, corre, est� el cura fascista!

Todos te conocen
y todos te odian, canalla.

Todos te odian, asesino.

�Va a bajar por el otro lado!
�Est� Bube! �Bube!

�Vamos, vamos, desgraciado!

�Apartad! �Marchaos!
�Ya me ocupo yo!

�Canalla! �Fascista!

�Con permiso!
�He olvidado mi maleta!

�Dejadlo! �Yo me encargo del cura!

�Baja! �Haz que se vayan!

�Anda!

- �M�talo, Bube!
- �Callaos!

�Marchaos a casa!

Bube se encarga de esto,
calmaos. Marchaos a casa.

- �No!
- �No!

�Mam�!

- �No, a los "carabinieri" no!
- �Nosotros haremos justicia!

�Es un canalla!

�Qu� pasa?

�Ah� lo tienen!

En Colle, por primera vez,
Bube hab�a sido amable,

justo como yo quer�a,

por eso fui de buena gana
con �l a su casa.

Pero all� enseguida sent� ganas
de marcharme.

Todo estaba sucio
y desordenado.

La madre y la hermana
no me resultaron simp�ticas,

y as�, comenzamos a discutir
de nuevo.

Estoy acostumbrada a dormir sola.

En mi casa,
siempre te ced� mi habitaci�n.

Pero no puedo dormir
con dos mujeres.

�C�mo que no?
Son tu madre y tu hermana.

S�, pero son dos mujeres.

O duermo sola, aqu� en la cocina
o me voy a una pensi�n.

- �Bube?
- �Qui�n es?

Perdone, se�orita,
soy el amigo de Bube, Lidori.

Ya. �Qu� susto me ha dado!

Debo hablar con Bube
urgentemente. �Est� all�?

S�, pero duerme.

Mejor que lo despierto yo
a que lo hagan los "carabinieri".

- �Bube?
- �Qu� pasa?

�Qu� ha ocurrido?

Lo buscan los "carabinieri".

- �Por lo del cura?
- No, por el asesinato del sargento.

- Esta es Mara, mi prometida.
- Me lo imaginaba.

Ante tu madre no quise decirlo,
pero la cosa es grave.

- No deben encontrarte aqu�.
- �Ad�nde me llevar�is?

Bava cree que el mejor sitio es
aquella f�brica bombardeada,

donde os escondisteis antes
de haceros partisanos.

Los espero aqu�
y si intentan subir...

No, es decisi�n del partido,
vendr�s conmigo.

Bube, quiero volver a casa.
Dame dinero para el viaje.

Es domingo y no hay autob�s
hasta el martes, te quedas.

�C�mo?
�Entonces voy contigo!

Est�s loca, aqu�l no es sitio
para mujeres.

- �Pues voy igual!
- S�, no es mala idea.

Los "carabinieri" no deben
encontrarla aqu�.

�Lo ves?
Salid, tengo que vestirme.

Dese prisa.
La esperamos abajo.

Si vienen los "carabinieri", decid
que no hab�is visto a Bube.

Vamos.

- Adi�s, mam�. Adi�s.
- Adi�s, Bube.

Venga, se�orita.

Esto es bastante seguro.
Tambi�n hay sitio para dormir.

Voy a enterarme de qu� sucede
y vuelvo enseguida.

Hasta luego, se�orita.

- Pasa por mi casa.
- S�, claro.

Adi�s. Y portaos bien, �eh?

- Adi�s.
- Adi�s.

�De d�nde sale esa m�sica?

Hoy es d�a de fiesta.

Debe haber una taberna
ah� detr�s.

Quiz�s est�n bailando.

Qu� pena que no podamos ir.

Y Lidori no viene.

Espero que no le haya
ocurrido nada.

Bube, dime la verdad,

�crees que tendr�s que esconderte
por mucho tiempo?

Pues, los compa�eros...

intentar�n arreglar las cosas.

Pero �cu�nto tiempo'
�Un mes ? �Dos?

No lo s�.

Bube, �qu� necesidad ten�as
de meterte en este l�o?

�Qu� os importaba el sargento?

�l dispar� primero.

y mat� a un compa�ero m�o.
�Qu� pod�a hacer?

�Y despu�s?
�Por qu� mataste a su hijo?

�Sabes?

En esos momentos...

uno no reflexiona.

Pero de t�, Mara,
no me lo esperaba.

Que me lo reprochase Memmo,
puedo entenderlo,

porque dice que es de los nuestros,
pero no es cierto.

�Jam�s ha sufrido!

�Ni siquiera ha conocido la miseria!
�Pero t� s�!

�A tu padre lo persiguieron!

�Y a tu hermano lo mataron
los fascistas!

�Habr�a que matar a todos
los fascistas!

�A todos habr�a que matarlos,
a todos!

La culpa fue de ese sargento.

�l se lo busc�.

El hijo no ten�a culpa,
tienes raz�n.

Pero cuando Umberto muri�,
no pensamos en nada m�s.

Todos grit�bamos como locos.

No s� explicarlo, pero a veces,
uno se ve en situaciones.

en las que solo puede
actuar de una forma.

Fue una desgracia.

Ya ha oscurecido.

�Cu�nto tiempo estaremos aqu�?

Te has quedado dormido.

La verdad es que no.

Pensaba en ti.

- Te amo, Mara.
- Yo tambi�n te amo, Bube.

Bube se esforzaba
para mostrarse seguro,

pero ahora sab�a que
no lo estaba,

que nunca lo hab�a estado,
en absoluto.

Ya no estaba enfadada,

y en m� naci� el deseo
de consolarlo, de protegerlo.

Por fin te has despertado.

- �Por qu�? �Es muy tarde?
- No.

- �No ha vuelto Lidori?
- No, no ha venido nadie.

�Hacemos un trato?

- �Qu� trato?
- Que siempre nos lo diremos todo.

- �S� o no?
- S�.

Y ahora dame un beso.

Al despertarse hay que
darse un beso.

�Ad�nde vas?

A lavarme.

- Bube, t� no me quieres.
- No es cierto.

Si no fuese por el autob�s,
habr�as venido solo,

no me habr�as tra�do.

Siempre me rehuyes.

�Es cierto que siempre
me rehuyes?

No.

�Oh, amor m�o!

S�, ya sabes c�mo es,
hoy est� y ma�ana no.

�Has visto?

No se han dado cuenta
de que estamos aqu�.

Claro, no son "carabinieri".

Es mejor irse de aqu�.

Perdona.

�No, Bube, no!

S�, perdona, Mara.

Ven aqu�, a mi lado.

Ah� est� la cantina.

Toma dinero, ve t�.

Compra un paquete de "Nazionale".

- �Puedo comprar una gaseosa?
- S�. Vete, deprisa.

Un o de "Nazionale".

Gracias.

- Y tambi�n...
- Vamos.

�Qu�?

Nada.

�Qui�n es?

Soy yo, Mara.

Ha venido mi primo.

- Arnaldo, ella es Mara.
- Buenas noches.

�Por qu� no vino Lidori?

Lo detuvieron los "carabinieri"
al salir de casa.

�Por qu� and�is por ah�?
Pueden veros.

- Fue a comprar cigarrillos.
- Toma.

- Gracias.
- Tengo que irme.

- Adi�s.
- Adi�s.

- �Estamos de acuerdo?
- S�.

- Adi�s, Bube.
- Adi�s.

- �Bube?
- �S�?

Dame la pistola.

- �Por qu�?
- D�mela.

�Qu� quieres hacer?

Nada.

Y ahora, prom�teme que
no har�s m�s tonter�as.

De acuerdo, prometido.

�Qu� te ha dicho tu primo?

No me ha dicho nada.
�Qu� quer�as que me dijese?

Os he visto hablar.

S�. Hablamos de lo sucedido.

Dime la verdad.

Quieren que me vaya
durante un tiempo.

Vendr�n a recogerme en coche.

- �Ad�nde te llevar�n?
- No lo s�.

Quiz�s me manden al extranjero.

- �Al extranjero?
- S�, pero s�lo durante un tiempo.

No pienses ahora en eso.
Vamos a dormir.

�Cu�ndo vendr�n a buscarte?

- Ma�ana, temprano.
- �Ma�ana?

Entonces �sta es la �ltima noche
que pasamos juntos.

�Bube, abr�zame!
�Abr�zame fuerte!

Quiero estar as� hasta que vengan.

�Por qu� no me abrazas?
�Qu� te pasa?

- Nada.
- �Est�s enfadado conmigo?

No.

Entonces, �por qu�
no me abrazas?

�Es posible que ya
no quieras abrazarme?

Pero �qu� dices?

Tengo demasiadas ganas,
demasiadas, Mara.

Estaremos separados mucho tiempo,
as� que es mejor...

Te libro de tu compromiso,

ya no est�s obligada
a considerarte mi prometida.

Entonces... ya no me quieres.

�No entiendes que...

te digo esto porque te quiero?

Quisiera hacerte feliz, pero
si no puede ser, es mejor...

Pero yo te quiero, Bube,
quiero estar siempre contigo.

Y si te vas al extranjero,
yo tambi�n voy.

No te dejar�, amor m�o,
No me hables as�.

Te quiero.

Te quiero.

Amor m�o,
qu� desgraciados somos.

Abr�zame, abr�zame fuerte.

No me importa que
no estemos casados.

�Bube! �Bube!

Es de d�a.

Bube, vamos. Sube, r�pido.

No, t� te quedas.

�Arnaldo!

Oc�pate de la chica.

- �Bube! �Espera! Env�ame noticias.
- Tranquila, vuelve a casa. Adi�s.

Adi�s.

�Mara? �Por qu� no vas
a divertirte tambi�n?

- No me apetece.
- Mara, hazle caso a tu madre.

Olv�date de ese Bube,
un tipo as� s�lo trae problemas.

�Qu� quieres decir?

Que tu Bube habr� hecho algo gordo,
si lo buscan los "carabinieri".

Pero si ya tienes compa��a.

Mara, tambi�n est�s aqu�.
Cre�a que te hab�as ido.

Pues he vuelto.

Mara, �ad�nde vas?
Ven aqu�, Mara.

D�jala, �no ves que est� triste?

- Quiere hablar, �s� o no?
- Pregunte y yo respondo.

Fue a Volterra con este Bube.

- No lo niegue, porque la vieron.
- �Qui�n lo ha negado?

Pero los "carabinieri" no la
encontraron en casa de Bube.

Claro, hab�a salido.

- �Ad�nde fue?
- De paseo.

Oiga, se�orita,

Bube se ha escapado,
pero lo atraparemos.

Tenga eso por seguro,

y de la perpetua no lo libra nadie.
�Entiende?

- D�jalas all�.
- �Puedo irme?

V�yase, pero recuerde que debe
estar a nuestra disposici�n.

Vamos, pap�.

Creen que nos han quitado
las armas, esos ingenuos,

pero no saben que las buenas
est�n escondidas.

Deja que se vayan los ingleses
y los americanos,

luego veremos qui�n manda.
- �Pap�?

�Cu�nto dura la perpetua?

Uno est� en la c�rcel
toda la vida.

�Por qu�?

El sargento ha dicho que
capturar�n a Bube,

y que le echar�n la perpetua.
- �Ha dicho eso?

S�, ya veremos si lo cogen,
ahora se estar� riendo de ellos.

�D�nde estar�?

- En Rusia, �d�nde si no?
- �En Rusia?

S�, pero tranquila, all� es seguro.
All� mandan los comunistas.

Se la jugamos delante
de las narices.

Entonces tendr� que quedarse
en Rusia para siempre,

porque si vuelve a Italia
lo detienen.

No, ya te lo he dicho. Aqu�
cambiar�n las cosas, claro que s�.

�Pap�?

Dime, hija.

�Est�s seguro de que estar� fuera
poco tiempo, de que volver�?

J�ralo, j�ramelo por Sante.

S�, claro que s�.
El partido se ocupar� de ello.

Vamos.

Aquellas palabras: perpetua,
Rusia... me encog�an el coraz�n.

no pude seguir viviendo
en Monte Guidi,

porque siempre me ha fastidiado
que la gente me compadezca,

as� que decid� ir a trabajar
a la ciudad.

Me ayud� una chica
de mi pueblo, Ines,

que me aloj� en casa
de su hermana,

y me busc� empleo con ella,
planchando ropa.

Si te pones con remilgos, adi�s.
Yo tambi�n estoy prometida.

- Pero mi novio est� lejos.
- Pues mejor, �no?

El m�o est� en Monte Guidi.

y puede aparecer
en cualquier momento.

Pero aqu� ya he salido
al menos con tres.

Si una trabaja todo el d�a,
tiene derecho a divertirse, �no?

�Sabes qu� har�a en tu lugar?
Disfrutar�a de la vida.

�stos son nuestros mejores a�os,
�no lo ves?

Luego, si ese novio vuelve,
besos y abrazos.

Y si no, muerto un Papa,
se elige a otro.

�Se puede?
Perdona, Ines.

Pasa.

Este cu�ado m�o es un cerdo.

Busca cualquier excusa
para verme en combinaci�n.

�Has entendido mi teor�a?

Qu�mense,
esc�ldense el est�mago.

En el cine ponen "El puente
de Waterloo", con Robert Taylor.

Es muy bonita.
Me la cont� mi hermana.

Ella es bailarina y �l oficial,
luego �l se va a la guerra...

y no vuelve a saberse de �l.

Pero le llega la noticia
de que ha muerto.

- Ella deseperada, se da al vicio.
- �C�mo?

S�, se pone a hacer la calle.

Pero una noche se lo encuentra,
porque s�lo lo hab�an herido...

No, no me cuentes el final.

- Hola.
- �Llego tarde?

- �Vamos?
- Mira qui�n est� aqu�.

- Hola.
- Hola. Mi amigo Stefano.

Encantada.
Ella es mi amiga Mara.

- Encantado, se�orita.
- �Qui�n es?

- Soy Mario. �Vamos?
- �Ad�nde?

- A bailar.
- �A bailar?

- Amablemente nos han invitado.
- Podr�as hab�rmelo dicho.

Un momento, se�orita,
yo se lo explico.

Los dos ten�amos una cita,

pero ella me dijo que vendr�a
con una amiga y por eso lo traje.

Lo hice para no dejarte sola.

Usted es la pareja de Stefano
e Ines es la m�a.

Yo no soy pareja de nadie.
Y este Stefano no s� ni qui�n es.

�Es �l!

Perdone, Srta., yo no quer�a venir.
S� que no es correcto.

�Qu� pesados sois!
Dej�moslos, v�monos.

S�, ap��atelas solo.

Siento mucho lo que ha pasado.

Por culpa de esa loca
me perder� la pel�cula.

Todav�a hay tiempo de ir.

�S�, pero es tarde para
encontrar compa��a!

Me dijo que era tan bonita.

Podr�a acompa�arla yo.

- Me gustar�a ver la pel�cula.
- �De verdad?

S�.

Vamos.

Pero hagamos un trato,
cada uno paga lo suyo.

Como quiera.

- �Cu�nto cuesta la entrada?
- No, despu�s.

No, ahora.

Cincuenta liras.

- Creo que s�.
- Toma, c�gelo.

�Por qu�?
Te lo regal�, es tuyo.

Estar� m�s seguro contigo
que conmigo.

Hace poco lo perd� y me preocup�
hasta que lo encontr�.

Se�orita...

Desde ahora lo tendr�s t�,
porque...

ahora somos,
como suele decirse, s�lo uno.

Me ha tra�do suerte y quiero
que tambi�n te la traiga a ti.

Lo conservar� para ti, Roy.

Me siento cansada, cari�o.

- S�. Ha sido un d�a emocionante.
- S�.

Buenas noches.

Adi�s, cari�o.

�Por qu� "adi�s",
si s�lo es hasta ma�ana?

�Qu� hora es?

- Las 7:00. �Es tarde para usted?
- No. Adi�s.

- �Puedo invitarla a algo?
- No, gracias.

- �Puedo acompa�arla?
- Bueno.

Muy bonita.

Demasiado.

Tal y como habla, parece
que sigue enamorado de ella.

- No, no es una chica seria.
- Es muy celoso, �verdad?

- No, pero la sorprend� con otro.
- �Por eso la dej�?

No.

Creo que incluso ser�a capaz
de perdonarla,

pero hab�a otra cosa que
no me gustaba de ella.

Era su modo
de comportarse conmigo.

Quiero decir...
que no era recatada.

si uno tiene una novia, ella debe
"pararle los pies" al hombre,

si no, �d�nde acabar�
la poes�a del amor?

S�, claro, tiene raz�n.

He llegado.

Adi�s.

- Me alegro de haberla conocido.
- Yo tambi�n.

- Bueno, me voy.
- Divi�rtete.

Sobra el consejo.

- Adi�s.
- Adi�s.

- �Se puede?
- Adelante.

Se�orita, �por qu� est� aqu� sola?
Vaya all� a escuchar la radio.

�Se�orita!

- �Espera a alguien?
- No, a nadie.

�Sabe una cosa?

Me habr�a gustado volver a verla,
pero se despidi� tan bruscamente.

- �De verdad?
- S�.

Quiz�s sin darde cuenta.

Me da la impresi�n
de que tambi�n hoy

est� preocupada por algo,
�verdad?

Estoy un poco de mal humor.

Yo tambi�n lo estoy.

Estoy un poco nervioso.

Ayer recib� una
carta de aquella chica,

aqu�lla de la que le habl�,
�se acuerda?

Pero si le escribe tan a menudo,
�qu� le dice?

Que querr�a que yo...

Si no quiere dec�rmelo, perdone,
no quisiera ser indiscreta.

No, no importa.

Siempre escribe lo mismo, que
est� arrepentida y que lo siente.

�Y usted le contesta?

S�, para decirle que no creo
en sus buenos prop�sitos.

Umberto II sale al balc�n,
aclamado por la multitud.

Ondean las banderas
con el emblema de los Saboya...

Si no tiene prisa, quisiera ense�arle
el sitio donde trabajo.

- �Est� lejos?
- No, aqu� al lado.

�Por aqu� o por all�?

Por all�.

�Nunca hab�a estado
en una imprenta?

No.

Pues aqu� la tiene.
Yo trabajo all�.

- �Qu� m�quina es �sa?
- Una linotipia.

�Para qu� sirve?
- Para imprimir...

�C�mo se llama usted?
- Mara Castellucci.

Por favor, escribe:
Mara Castellucci.

- Tome. Cuidado que a�n quema.
- �Qu� es?

Su nombre.

Esto se mete en la m�quina,

y se imprimen los libros, revistas
o un peri�dico como �ste.

Venga, venga a ver.

En este n�mero hay
una novela m�a.

�Escribe novelas?

La verdad es que es
la primera.

El peri�dico organiz�
un concurso y se me ocurri�.

escribir la historia
de mi noviazgo.

Naturalmente
he cambiado los nombres.

Antes escrib�a poes�as,
pero lo dej�.

�Por qu�?

- Eran muy malas.
- �Seguro?

S�.

Escuche, esta es
una de las �ltimas.

"Mam�, sabes por qu� estoy lejos.

Para trabajar, mam�.
y para no ver m�s a una mujer

que ser�a fatal para mi vida".

Hice bien al dejarlo.

No es tan mala.

- �Le gusta?
- S�.

Hace tiempo le� un libro
que me ense�� muchas cosas.

Si quiere, se lo prestar�.

Se titula:
"Y las estrellas est�n mirando".

Me gusta el t�tulo.
Yo trabajo aqu�.

- Debe ser un trabajo duro.
- S�.

No me gusta mucho mi trabajo.

pero prefiero estar en la ciudad
que en mi pueblo.

Si me lo permite,
le buscar� un trabajo mejor.

Gracias, muy amable,
pero no s� hacer nada.

Tranquila, estoy seguro
de que aprender�.

Si el sargento no hubiera matado
a aquel partisano,

tampoco Bube le habr�a disparado.

Pronto habr� una amnist�a,
estoy seguro.

Todos me dicen que habr�
una amnist�a.

pero sigo aqu� sola
y sin saber d�nde est�.

Sab�a que ten�as alg�n problema.

Te ve�a demasiado seria
para tu edad.

Estuve a punto de pregunt�rtelo,
pero...

despu�s no tuve valor
para hacerlo.

�Ves que no soy
m�s afortunada que t�?

El mundo ha cambiado,
todo ha cambiado.

El pueblo se ha movilizado.

En Italia se ha producido
un segundo "risorgimento",

el verdadero "risorgimento".
Debemos decirlo en voz alta,

en nombre de Mateotti,
de Turati...

El futuro de Italia se llama Saboya.

Italianos...

Seguid andando, no queremos
daros mal ejemplo.

�l no es como yo,
es un poeta.

Lo �nico que me gustaba
de mi novia era su f�sico.

No hab�a afinidad entre nosotros.

- Contigo es distinto, Mara.
- �Por qu�? �C�mo soy?

Creo que...

el aspecto exterior
es el espejo del alma.

Son dos cosas que, en realidad,
no se pueden separar,

�comprendes?

Mi novia es guapa,
pero tiene algo de vulgar.

Mientras que tu belleza, Mara,
es casi espiritual.

S�, me refiero a tu rostro,
a la expresi�n de tu cara,

a tus gestos llenos de gracia.

Siempre me gusta mirarte.

Mara, creo que eres,
mi alma gemela.

Stefano, no debemos salir juntos
nunca m�s.

- �Por qu�?
- Por lo que acabas de decir.

- Pero si no tiene nada de malo.
- Creo que s�.

Estoy prometida.
Lo sabes de sobra.

Al menos, podemos
consolarnos mutuamente.

No, Stefano, no debemos.

De acuerdo.
Te comprendo.

Te respeto demasiado.

Siento no haberte conocido antes.

�Cu�ndo?

Cuando eras libre.

Mara...

si tu coraz�n estuviese libre,

�crees que podr�as sentir
cari�o por m�?

No, as� no.

M�rame a los ojos.

S�.

�No!

Compa�eros,

los partisanos que murieron
para lavar con su sacrificio

la verg�enza y la ignominia
en la que hab�amos ca�do,

nos han permitido a nosotros,
el pueblo italiano...

- Hola, Mara.
- Hola.

- �Sabes algo?
- No, todav�a nada.

�C�mo?
�Despu�s de un a�o?

Le resulta dif�cil enviar noticias.
Es mejor que sea prudente.

Pero �d�nde est�?
Si al menos lo supiese.

- Est� en Yugoslavia.
- �En Yugoslavia?

Si se declara la rep�blica,
�crees que Bube podr� volver?

Claro.

�Viva Italia!
�Viva Italia!

Votad por la rep�blica,
votad por Garibaldi.

Por la evoluci�n de Italia,
por la paz, por la libertad...

Srta. Mara, si quiere ir a Colle
dese prisa, me marcho.

Ciudadanos, recordad:

la monarqu�a sumi� a Italia
en la deshonra.

Votad por la rep�blica,
votad por Garibaldi.

�Por qu� no env�a noticias?

�Qui�n lo sabe?

S�lo s� que en Volterra est�n
instruyendo un juicio.

�Crees que ganaremos
las elecciones?

Pues claro, c�mo no.

En las elecciones administrativas
ya se vi� qu� pensaba el pueblo.

- Hola, mam�, �c�mo est�s?
- Estoy mejor.

- �Tienes fiebre?
- No, ya no tengo.

- �Te duele la herida?
- No, no es nada.

Mi madre mejoraba,
y en los d�as que pas� con ella

me sorprend� pensando m�s
en Stefano que en Bube.

Sus largos discursos
me intimidaban,

pero tambi�n me inspiraban
seguridad y confianza,

algo que jam�s
hab�a experimentado.

A Bube no lo olvidaba,

pero Stefano era la �nica persona
que me daba algo de serenidad.

Me preguntaba si no ten�a derecho
a tener tambi�n una vida propia.

- �Puedo darte al bienvenida?
- �C�mo est�s?

Tem�a que te quedases
en Monte Guidi.

- �C�mo est� tu madre?
- Bien, gracias.

�Te alegras de que haya vuelto?

�Se�or Santini, un desfile
por la rep�blica!

�Ya es seguro que hemos ganado!

�Viva la rep�blica!

Mara, no he hecho otra cosa
que pensar en ti.

He intentado luchar
contra mis sentimientos, pero...

no he podido.

Tambi�n yo he intentado olvidarte,

pero no lo he conseguido.

Qu� alegr�a me da
que digas eso.

�No!

Mara, ahora estoy seguro
de que me quieres.

Mara.

�Pap�? �Qu� pasa?
�Est� mal mam�?

Hola.

- No, estamos todos bien, es que...
- �Qu�?

Mara, debes venir conmigo.

Entonces no es cierto
que est� bien.

No, no, mam� est� bien.

- Vamos adonde podamos hablar.
- �Ad�nde?

- Al caf�. Lidori nos espera.
- �Por qu�?

Es por causa de Bube.

Lo han detenido.

A �l y al que mat� al sargento.

Est�n en la c�rcel de Volterra.

�En Volterra?

S�, ven.

- Lo detuvieron en la frontera.
- �Intentaba volver a Italia?

No, lo expulsaron junto con
otros cien compa�eros.

- Hola, Mara.
- Hola.

Si�ntate.

�Y la amnist�a?

Menuda faena.

Sacaron a los fascistas
y a los que se enriquecieron

fastidiando al pueblo.

Era necesario para calmar
los �nimos.

Los �nimos de los fascistas.
Bube es partisano,

y la amnist�a
no se hizo para ellos.

No puedo acompa�aros.

�C�mo? Si vamos
precisamente por ti.

Vamos,
no puedes hacer eso.

No me apetece.

Mara, debes tener valor, te espera.
Se llevar�a una gran desilusi�n.

Vamos, hija, eres una persona
muy valiente.

El permiso s�lo es v�lido
para hoy.

Llegaremos enseguida,
hay un autob�s.

El permiso s�lo es para una persona:
Mara Castellucci.

No puede ser,
se pidi� para dos personas.

El papel lo dice bien claro,
s�lo es para ella.

Mara, s� valiente,
debes entrar sola.

No, sola no va.

Al menos, deje que entre yo
para acompa�arla.

No importa. �Vamos?

Si�ntese all�.

La visita durar� un cuarto de hora.
No pueden acercarse.

Hola, Bube.

Hola, Mara.

- Me alegro de volver a verte.
- Yo tambi�n.

No has cambiado nada.
Te veo muy bien.

Incluso has engordado.

Dime c�mo me encuentras.

Fuera est�n Lidori y mi padre.

No los han dejado entrar
porque no ten�an permiso.

Ayer estuvieron con el abogado.

Dijo que no debes preocuparte.

Quiz�s ni siquiera habr� juicio,

y aunque lo haya...

Est�s tranquilo, �verdad?

�C�mo est�s?

Bien, muy bien.

Ahora trabajo en la ciudad,
en una imprenta.

�D�nde estuviete todo este tiempo?

�Por qu� no me enviaste
noticias?

�Por qu� te quedas callado?

Ten�a tantas ganas de verte,

pero no as�, no aqu�.

�Basta! �Basta ya!

�Qu� clase de hombre eres
desesper�ndote as�?

No debes venirte abajo.
�Entiendes?

Fuera tienes amigos
que no te abandonan.

Est�s en manos
de un buen abogado.

Ya ver�s como todo saldr� bien.

Estoy segura, Bube, segur�sima.

Tienes raz�n, Mara.

Te pido perd�n.

No estoy desesperado,
sino todo lo contrario.

Pero me ha impresionado
volver a verte.

No contaba con ello.

Durante todos estos meses,

aunque no di se�ales de vida,
siempre pens� en ti.

Bube, �necesitas algo?

No, nada, gracias. Mi hermana
me envi� un paquete.

Si necesitas algo, av�same.

S�, claro.

Mara, yo...

quer�a preguntarte una cosa.

�S�?

�Sientes por m� lo mismo
que antes?

Es decir, durante mi ausencia...

�has cambiado de idea?
�Sabes a qu� me refiero?

�Por qu� iba a cambiar de idea?

�Sabes?

Cuando uno est� solo, lejos,

se imagina muchas cosas.

Mientras estuve all�,
la cabeza me dio muchas vueltas.

Ahora, al menos te he visto.

Me siento mejor.
Ya no tengo miedo.

Claro. No debes preocuparte.

�Volver�s a visitarme otra vez?

Claro.

En cuanto me den permiso.

Me ha hecho bien
volver a verte, Mara.

No, ya no tengo miedo.

�Sabes, Mara?

Desde que te conozco, no dejo
de pensar en mi futuro.

No es que antes no pensara en �l,

pero antes me tomaba las cosas
como ven�an.

Ahora pienso en lo que debo
hacer en la vida,

�entiendes?
Ahora somos dos.

- Mara, �qu� te pasa? �Lloras?
- Nada. No.

- S� que lloras, �qu� te ocurre?
- No.

- �Qu� te ocurre?
- Nada.

- �Has recibido malas noticias?
- �No!

Mara, no hagas eso, por favor.

Si... si te ocurre algo,
debes cont�rmelo.

No debe haber secretos
entre nosotros.

Si te sucede algo,
estoy aqu� para ayudarte,

para comprenderte,
como siempre.

�C�sate conmigo, Stefano!
�C�sate conmigo enseguida!

Hab�a querido que sucediese
algo irreparable,

pero ahora,
de nuevo me sent�a insegura.

Ver a Bube solo y sin confianza
en s� mismo

me hac�a sentir tan cerca de �l
como jam�s lo hab�a estado.

Esperaba de todo coraz�n
que el juicio saliese bien,

y que Bube ya no
necesitase de m�.

- La �ltima puerta a la izquierda.
- Gracias.

�Pap�?

- No me dejes sola, por favor.
- Claro, �ad�nde iba a ir?

- Hola, Lidori.
- Hola, �qu� tal?

�Usted qu� cree?
Aqu� estamos.

- �Y Mara?
- Ah� est�.

Hola Mara. Ha venido
la hermana de Bube. Elvira.

Hola.

A la madre no la hemos tra�do,
est� mal del coraz�n.

Hola, Mara.

�No te acuerdas de m�?
Soy el primo de Bube.

El que fue a buscaros
a la f�brica bombardeada.

- No volvimos a vernos m�s.
- No.

- �Qu� haces? �Trabajas?
- No, estudio.

�Qu� tal? �Est� tranquila?

- Muy bien, todo saldr� bien.
- Gracias.

�Qui�n es aquella mujer?

La viuda del sargento,
se persona por la parte acusadora.

Eso es malo, �verdad?

Desde luego, no es bueno.
Es l�gico que lo haga.

Ponte en su lugar, le mataron
al marido y al hijo.

Abogado.
Buenos d�as.

- Buenos d�as.
- Hola, �qu� tal?

- Hola.
- Hola.

�El tribunal!

�Mara! �Mara!

Puedes hablar con Bube.

He conseguido el permiso, ven.

- Hola, Mara.
- Hola, Bube.

No te entend� nada.
Hablabas muy bajo.

- �Y Lidori?
- �Qu� dijiste?

�Qu� dice, qu� opina?

Que no te echar�n m�s de 3 a�os,
porque fue en defensa propia.

- No tengo mucha esperanza.
- Los abogados son muy buenos.

Tus amigos hicieron una colecta
para pagarles.

Mejor que nunca hubiesen
sido amigos m�os.

�Por qu� dices eso?

Ellos me obligaron
a hacer lo que hice.

No es justo decir eso.

Ninguno me abri� los ojos
cuando a�n estaba a tiempo.

Si me hubiese entregado antes
de la amnist�a, ahora estar�a fuera.

Pero todos me dijeron
que no lo hiciese.

�Recuerdas qu� me dijo Memmo
en la "trattor�a" de Colle?

�l ten�a estudios,
deb�a entender de estas cosas.

�Por qu� no me dijo que escapar
era peor, que no servir�a de nada?

Y tambi�n Lidori,

aquella noche que vino
a despertarme,

me dijo que deb�a huir,
esconderme.

Yo obedec�,
�y de qu� me sirvi� escapar?

- Pero Lidori te aprecia mucho.
- No.

Y dile que no venga a verme.
No quiero ver a nadie.

Mara, eres la �nica persona
que me alegra ver.

S�lo me siento culpable por ti,

y lo que m�s me atormenta
es el dolor que te he causado.

- No digas eso, querido Bube.
- �El tribunal!

- Adi�s, Bube.
- Adi�s, Mara.

- Adi�s. Adi�s, Bube.
- Adi�s.

Bube dice esas cosas
porque est� en la c�rcel.

Entonces, �de qui�n es la culpa?

De la guerra, del fascismo.

Las verdaderas causas se olvidan,

y se recuerdan s�lo
las consecuencias.

�Entender�n los jueces que Bube
no es violento?

No conf�as mucho en ello.
Har�a falta un tribunal distinto,

que tuviese en cuenta
sus m�ritos como partisano,

y no s�lo sus culpas.

Lo malo es que aplicar�n la Ley
como si no hubiera ocurrido nada.

Jure que dir� la verdad,
s�lo la verdad

y nada m�s que la verdad.

- Diga: "Lo juro".
- Lo juro.

Si�ntese.

Srta., ha querido prestar
declaraci�n. �Qu� tiene que decir?

- �C�mo?
- �Qu� quiere decir? Hable.

�Y bien?

- �M�s alto!
- Yo...

Tranquila, se�orita.

- Quer�a decir...
- �Qu� quer�a decir?

Pues...

Bube...

Se�orita, �estaba en San Donato
cuando el acusado mat�

al hijo del sargento Cecora?

En San Donato, no.

Presidente, est� claro que la testigo
no puede decir nada

que tenga que ver con la causa.
- No es correcto.

La rectitud y el car�cter de
nuestro defendido interesan mucho.

No pediremos que nos lo aclare
su prometida.

Nuestros testigos son tan fiables
como los de la acusaci�n.

Abogado, tranquil�cese.

Se�orita, �est� prometida con
el acusado Capellini?

S�.

�Por qu� motivo ha pedido
que la escuchemos?

Quer�a... ayudarle.

Ayudarle. Entiendo.
�Qu� quer�a decir concretamente?

- Muchas cosas.
- Hable.

- Estaba en el autob�s...
- �En el autob�s?

Cuando quisie...

- Cuando...
- Tranquila, se�orita.

Cuando quisieron...

- Cuando quisieron linchar al cura.
- �Al cura?

Presidente, ese episodio
es conocido de sobra,

creo que es in�til insistir en �l.

Se�orita, s�quese las l�grimas,
no llore.

Siempre ha dicho a los "carabinieri"
que no sab�a nada.

�Tiene algo nuevo que decir?

No, no lo s�.

Anote: "La se�orita confirma
la declaraci�n prestada".

Por favor, ret�rese.

- �He acabado?
- S�.

- Pero yo, la verdad...
- Ret�rese.

�Protesto!

La se�orita no ha dicho nada
y le ordenan retirarse.

Ha admitido que no sabe
qu� decir.

Presidente,
por aqu� pasan los testigos,

y ninguno ha dicho que el acusado
no dispar� al hijo del sargento.

�Es un h�roe de la Resistencia!

�Tambi�n el sargento ten�a
gorro de partisano!

�Silencio o desalojo la sala!

Mara.

Tengo algo que decirte.

Cuando mam� se pon�a contra Bube
siempre lo defend�.

Pero hay que comprender
su punto de vista.

�Y?

Un padre s�lo quiere
el bien de su hija.

Esperaremos a la sentencia
pero si sale mal...

Si sale mal, �qu�?

Ya te has sacrificado bastante
por �l, hija.

De acuerdo, entiendo, pap�.

Stefano.

Hola.

�Qu� haces aqu�?

Vi a Mario y me dijo
que hab�as ido al cine.

Te esper� hasta las nueve
y al ver que no ven�as...

Tuve que ir a Volterra
con mi padre.

�A Volterra? �Por qu�?

Al juicio de Bube.

Podr�as hab�rmelo dicho.

Tienes raz�n, perdona.
No tuve valor.

- �Hac�a falta tenerlo?
- S�.

Stefano, �sta es
la �ltima vez que nos vemos.

Mara, �por qu�?

�Le has hablado de nosotros?

- �Por qu�?
- No pude hacerlo.

- �Cu�ndo volver�s a verlo?
- Eso no importa.

Stefano...

jam�s olvidar� las horas
que hemos pasado juntos.

Quiz�s...

quiz�s ser�n las �nicas horas
felices que habr� tenido en la vida.

Pero ahora debemos separarnos,

cada uno debe seguir su camino.

Stefano, soy la chica de Bube.

Nunca tendr� buena suerte.

Sabes que me rompes el coraz�n
al decirme eso.

Lo s�.

Te recordar� toda la vida, Mara.
Jam�s te olvidar�.

Por favor.
Con permiso.

�Cree que el acusado quiso
protegerlo de la multitud

o actuar contra usted?

Todos quer�an atacarme.

El acusado me entreg�, es cierto,
a los "carabinieri",

y en el autob�s intent�
calmar a la mujer.

�Cree o no el testigo que
sin la presencia de Arturo Capellini

su vuelta a la parroquia
habr�a acabado en tragedia?

Responda.

Probablemente, s�.

�Has o�do?

El cura de Solfi ha dicho
que Bube quer�a protegerlo.

Es importante.

El abogado dice que si deliberan
mucho tiempo es buena se�al.

- O tal vez peor.
- No.

No te alteres si la condena
es dura,

porque habr� otra amnist�a,

el a�o que viene,
despu�s de las elecciones.

Estoy preparado para todo.

No te abandonar� jam�s,
suceda lo que suceda.

Lo s�, Mara, te creo.
S�lo creo en ti.

Bube...

no es cierto que nadie te quiera.

No es cierto que tus amigos
te aconsejasen mal.

El problema es este tribunal,

que ve el mal ocurrido
y nada m�s.

Si t� lo dices.

Pero nadie me ha ayudado
como t�, Mara,

y s�lo por ti tengo ganas
de seguir adelante,

si no, ya me habr�a suicidado.
- �Calla, por favor!

S�lo quiero que sepas
que te lo debo todo.

He tenido mucha mala suerte,
pero la fortuna de conocerte.

pero para ti...
he sido s�lo una desgracia.

Calla.

�El tribunal!

Todo ir� bien, no te preocupes.

Adi�s.

En nombre del pueblo italiano...

�Mara!

Qu� sorpresa volver a verte
despu�s de tanto tiempo.

- �Ad�nde vas?
- A visitar a Bube.

- �Lo ves muy a menudo?
- Cada dos semanas.

Escucha, Mara...

t� s� que eres valiente.

Bube es el que lleva dentro
siete a�os.

Pero no se derrumba,
lo soporta con resignaci�n.

Al principio fue m�s dif�cil,

pero ahora ya podemos pensar
en el futuro.

�Lo esperar�s otros
siete a�os?

Tambi�n pasar�n.

Yo tendr� 34 a�os y �l, 37 a�os,

a�n podemos tener hijos.

Mucha gente se casa
a�n mayor que nosotros.

Y t�, �qu� haces?

Trabajo aqu�.

�Te casaste?

S�.

- �Con la que estabas prometido?
- No.

Con otra.

- Adi�s, Mara.
- Adi�s, Stefano.

Dentro de poco ver� a Bube.

S� que �l espera tanto como yo
los minutos que pasamos juntos.

Cuando lo condenaron a 14 a�os
tem�a no poder soportarlo,

pero ha resultado muy f�cil.